Finalmente falleció el presidente de Venezuela Hugo Chávez tras una larga lucha contra el cáncer. Algunos incluso aseguraron que en realidad ya llevaba muerto algunas semanas pero que por cuestiones de estado se prefirió ocultarlo hasta esperar el momento oportuno. Quién sabe, puesto que por ejemplo un gran amigo suyo de confianza como el presidente de Bolívia Evo Morales no le permitieron verlo en el hospital cuando “oficialmente” todavía vivía, algo que reforzaría dicha hipótesis.
Hugo Chávez ha muerto, pero parece que su obra va a continuar viva durante un largo tiempo a través de sus sucesores, pues su carisma para atraer y convencer a las grandes masas ha sido capaz de imprimir una huella muy fuerte en buena parte de la sociedad venezolana. No se trata de un modelo ni de una mentalidad comparable al caso español, puesto que allí el Comandante fue considerado mucho más que un líder político: un líder espiritual, un héroe, un profeta y alguien superior que se encontraba por encima de los demás enseñando el camino a seguir. En las sociedades occidentales y más concretamente en las europeas resultan extrañas las reacciones y el talante de la sociedad venezolana con respecto a su líder, pero ello debería ser respetado y considerado como algo normal. Y es que deberíamos a acostumbrarnos a entender que nadie es igual y que las sociedades del mundo, a pesar de compartir rasgos universales con todo el género humano por pertenecer a la misma especie, son diferentes de fondo o de espíritu, lo que no significa malas o peores.
Hugo Chávez se encontrará en el corazón de millones de personas y ocupará un puesto importante en los libros de texto de historia de Venezuela. Juzgar a ciegas resulta muy fácil, sobre todo si se desconoce la realidad del país y el talante de sus gentes. Los medios de comunicación, los grandes manipuladores del mundo, nos hacen llegar aquello que interesa que creamos porque eso es rentable para quienes nos gobiernan. Así, pues, es demasiado superficial decir simplemente si fue buen o mal político, pues responder a la pregunta no resulta nada fácil. A título personal, creo que entre sus logros merecería destacar la erradicación del analfabetismo, el fomento de la educación y la cultura, el acceso para todos de la sanidad y la construcción de nuevos centros sanitarios, las diversas acciones llevadas a cabo en política social, la reducción de la pobreza con un consecuente aumento de la esperanza de vida y el crecimiento de la economía, especialmente agricultura e industria y la estimulación de nuevas cooperativas. Sin embargo, entre sus puntos flacos destacaría su excesivo fervor nacionalista o patriótico (aunque como contrapartida ello ha hecho aumentar el autoestima de los venezolanos), su populismo un tanto al borde del fanatismo (especialmente por su teatralidad) y sus amistades con dirigentes de muy dudoso talante democrático como Vladimir Putin y Mahmud Ahmadineyad.
El “chavismo” sociológico ha pasado a ser un fenómeno cuya proyección ha ido más allá de Venezuela, pues ha sido influyente en el resto del continente latinoamericano. Y ello no es por casualidad. Durante años muchos países de Latinoamérica han padecido crueles y sangrientas dictaduras militares, siempre bajo el consentimiento de su vecino del norte, los Estados Unidos, a quien le ha convenido que los estados de habla española o portuguesa fueran los hermanos pobres. Afortunadamente nada perdura para siempre y ahora los países latinos han encontrado un proyecto y una motivación para su transformación. Hugo Chávez nunca simpatizó con los Estados Unidos y no le faltaron motivos. Nunca he sido partidario de considerar enemigos a quienes no simpatizan con el pueblo estadounidense, puesto que el paso del tiempo ha demostrado que la primera potencia mundial cojea severamente en moral, valores y sensibilidad social. Ahora parece que en este sentido los latinoamericanos han pasado por delante a los Yanquis, y en tiempos de crisis del actual modelo de capitalismo, Latinoamérica parece haber sabido hallar un modelo económico alternativo que ha permitido un creciente desarrollo y una reducción de las deudas. Se puede alabar o criticar al chavismo, pero indudablemente el continente latinoamericano está viviendo su mejor momento en muchos años aunque ciertamente todavía les queda mucho por hacer. A diferencia, en Europa y concretamente en España continuamos padeciendo bajo el calvario de los recortes y el paro. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
De Hugo Chávez, a mi parecer personaje peculiar, excéntrico y singular, me quedo con su política social por la igualdad de derechos y oportunidades, a la vez que reconozco sus profundas convicciones en sus ideales y su preocupación real por el bienestar de las personas, algo de lo que muchos políticos de mi país mal acostumbrados a los vicios de la metodología lerrouxista deberían aprender. En paz descanse Comandante.
3 comentarios:
No puedo estar más en desacuerdo. Seré muy simplista, pero para mí un dictador es siempre un dictador, y no puede tener rasgos ni acciones que lo rediman. La manera de gobernar de este energúmeno ha sido la de un dictador totalitario, que no toleraba la oposición ni la crítica, y que se encargaba de manipular, robar (¿has visto el vídeo de Chávez expropiando todo negocio que se encuentra a su paso? ¡Por favor!) intimidar y ejercer la violencia a diestro y siniestro.
En cuanto a la supuesta erradicación de la pobreza, todos sabemos en qué consiste la igualdad social a la cubana: enriquecmiento sin límites del tirano y sus amigos, estrangulamiento de la clase media, y un bote gratis de leche en polvo a la semana para las clases más pobres. (Recordemos que un asesino como Pablo Escobar es considerado un auténtico héroe entre las clases desfavorecidas de Colombia; él también construía escuelas y regalaba dinero).
Y lo más importante, ¿desde cuándo unos supuestos (y más que discutibles) avances económicos justifican a un dictador? En ese caso, habría que reconsiderar a personajes como Franco o Pinochet, cuyos países experimentaron un avance muchísimo mayor durante sus respectivas dictaduras que la Venezuela con el Gorila.
Ya sé que este tipo ganó elecciones. También sé en qué condiciones, con un control casi total de los medios y una censura brutal (si no me equivoco, llegó a obligar a todos los canales a retransmitir su infame "aló, presidente"). Pero el hecho indiscutible es que era un golpista. Y una vez golpista, siempre golpista. Ganar elecciones no lo convierten a uno en demócrata. Imagina que Tejero funda un partido y gana elecciones: ¿demócrata?
En fin, que este paternalismo que tienen algunos para con Venezuela me parece humillante, y esta visión del tirano como un tipo excéntrico pero de buen corazón, peligrosísima.
Un saludo, y perdón por la perorata, aunque sé que te gusta el debate.
totalmente de acuerdo con tu comentario. La libertad de expresion se la pasaba lor el forro. Solo con su monologo de 3o 4 horas de alo presidente ya les comia el coco a,las masas sociales y la oposicion era puramente simbolica. Solo hay que ver los amigos que tenia. Frikis de primer orden como el
Gracias por vuestros comentarios, que son completamente respetables. Es bueno que a veces no se esté de acuerdo y se aporten puntos de vista distintos. Ello siempre ayuda a reflexionar. Tratar sobre ciertos personajes políticos siempre genera controversia porque muy a menudo es un tema delicado. A través del Facebook se ha extendido dicha polémica entre partidarios y detractores de Chávez. Yo creo que el pensamiento y las opiniones evolucionan con el paso del tiempo, y a menudo lo que ahora se ve o se opina de una manera luego se percibe completamente distinto. Todos pasamos por distintas etapas de la vida en las que primero creemos en una cosa y luego creemos en lo contrario. Quien sabe si dentro de unos meses o de unos años, lo que ahora he publicado sobre Chávez termino por renegar y compartir vuestras opiniones. O tal vez no, puesto que no sé lo que el futuro me deparará ni cómo evolucionarán mis ideas. Eso el tiempo lo dirá. Saludos.
Publicar un comentario