El pasado martes día 4 recibí con sorpresa y tristeza la noticia de la repentina muerte del amigo Joan Termes i Roig, a los 83 años de edad. Tuve el placer de conocerlo en persona y de haber entablado una buena amistad con él. A finales de la década de los noventa lo descubrí gracias a una serie de reportajes documentales titulados “Passejant per Horta” que la entonces Televisió de Barcelona (actual Betevé) emitía. Concretamente el episodio dedicado a los transportes resultó muy interesante porque me ayudó en completar información del que fue mi segundo libro “De Casas a Authosa. Història d’uns autobuses d’Horta”.
Sin embargo no lo conocí en persona hasta el año 2013 cuando yo y los otros dos compañeros que redactamos el libro “L’abans de Nou Barris. Recull gràfic 1890-1984” lo propusimos como uno de los varios miembros supervisores de la obra. Descubrí un hombre inquieto, ambicioso, inquieto y singular con muchas ganas de explicar historias, anécdotas y curiosidades relativas a la historia local de los barrios de Barcelona, concretamente los pertenecientes a los distritos de Horta-Guinardó, Nou Barris y Sant Andreu, un vasto territorio con el cual mantuvo especiales vínculos personales y afectivos desde su infancia hasta su madurez por distintas razones.
A medida que nos fuimos conociendo ambos entablamos una relación muy cordial gracias a su talante afable y cercano. Tras hacerse socio del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris se interesó activamente en aportar de su parte en todo lo relativo a la historia local de los barrios del distrito, básicamente en su participación en la redacción de artículos para la revista semestral “L’Arxiu” así como en conferencias y rutas guiadas. Su particular forma de narrar al público de manera amena con pequeños toques de humor inevitablemente te arrancaba una sonrisa y enganchaba a todo el mundo. Generalmente en sus parlamentos mezclaba la narrativa histórica del lugar al cual correspondía explicar con anécdotas basadas especialmente en experiencias personales que no eran pocas.
Sin embargo no lo conocí en persona hasta el año 2013 cuando yo y los otros dos compañeros que redactamos el libro “L’abans de Nou Barris. Recull gràfic 1890-1984” lo propusimos como uno de los varios miembros supervisores de la obra. Descubrí un hombre inquieto, ambicioso, inquieto y singular con muchas ganas de explicar historias, anécdotas y curiosidades relativas a la historia local de los barrios de Barcelona, concretamente los pertenecientes a los distritos de Horta-Guinardó, Nou Barris y Sant Andreu, un vasto territorio con el cual mantuvo especiales vínculos personales y afectivos desde su infancia hasta su madurez por distintas razones.
A medida que nos fuimos conociendo ambos entablamos una relación muy cordial gracias a su talante afable y cercano. Tras hacerse socio del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris se interesó activamente en aportar de su parte en todo lo relativo a la historia local de los barrios del distrito, básicamente en su participación en la redacción de artículos para la revista semestral “L’Arxiu” así como en conferencias y rutas guiadas. Su particular forma de narrar al público de manera amena con pequeños toques de humor inevitablemente te arrancaba una sonrisa y enganchaba a todo el mundo. Generalmente en sus parlamentos mezclaba la narrativa histórica del lugar al cual correspondía explicar con anécdotas basadas especialmente en experiencias personales que no eran pocas.
Ambos mantuvimos a menudo algunas estrechas colaboraciones, pues siempre le gustó que yo contara con él. En la Vocalia de Memòria Històrica de la Associació de Veïns i Veïnes del Congrés-Indians participó ofreciendo algunas conferencias (Els dijous fem història) que yo mismo le propuse; gracias a él realicé una charla sobre la anexión del municipio de Sant Joan d’Horta a Barcelona y otra sobre el tranvía de Horta en su etapa de 1939 a 1971; participé en la presentación de su nuevo libro sobre los tranvías de Barcelona y él lo hizo en calidad de presentador y moderador cuando presenté mi nuevo libro “Històries dels transports de Barcelona”; incluso organicé una visita guiada a las instalaciones de la Casa de l’Aigua de la Trinitat Nova para un grupo de gente que él mismo llevó.
Nacido en el barrio de Sant Andreu de Palomar en 1941, después de estudiar en la Academia Cultura y en la Escola del Treball trabajó como autónomo en un pequeño taller de construcción y montaje de cuadros eléctricos. Una vez contrajo matrimonio estableció su residencia habitual en la calle del Tajo, en Horta, un barrio con el cual implicaría notablemente hasta convertirse en toda una institución y un referente. El hecho de haber tenido un par de hijos con discapacidad física le motivó a impulsar la creación de la Vocalia de Discapacitats de la Associació de Veïns i Veïnes d’Horta. Desde esta sección denunció la presencia de barreras arquitectónicas en los equipamientos, comercios y transporte público; reclamó la creación de residencias y pisos tutelados para estas personas; reivindicó la actualización del Código de Accesibilidad para mejorar la movilidad de las personas discapacitadas; y elaboró una serie de reportajes en formato DVD sobre las barreras arquitectónicas de los diferentes barrios de Barcelona para denunciar las dificultades que encuentran las personas con discapacidad.
También formó parte del Consell de Discapacitats d’Horta-Guinardó, de las comisiones de Participació Ciutadana, Urbanisme i Transports del Institut Municipal de Persones amb Discapacitat del Ayuntamiento de Barcelona y de la Junta Directiva de la Federació d’Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona (FAVB). Como resultado de toda esta intensa trayectoria el año 2005 recibió la Medalla d’Honor de Barcelona por su trabajo en fomento del asociacionismo y la participación ciudadana, especialmente por los derechos de las personas con discapacidad, algo de lo cual siempre presumió con mucho orgullo.
En su faceta como historiador organizó y participó en varias charlas en la Biblioteca de Horta-Can Mariner y organizó visitas guiadas por los distintos barrios y museos de Barcelona. Pero sin duda su otra gran pasión fueron los transportes públicos de la ciudad. Su legado nos ha dejado publicaciones como “Tramvies de Barcelona i rodalies, 1872-2021” (2021), “50 aniversari de l’arribada del metro a Horta” (2017) y “De Fabra i Puig a Torras i Bages. 50 anys de l’arribada del metro al centre de Sant Andreu” (2018). Una de sus reivindicaciones fue la rehabilitación y recuperación de la estación inferior del funicular al castillo de Montjuïc como espacio cultural y de memoria histórica. Pero la lucha más importante fue, sin duda, impulsar la conservación del patrimonio del transporte, hecho que le motivó a fundar y presidir el pasado mes de febrero la Associació Coordinadora Pro Museu del Transport de Barcelona para reivindicar la materialización de este museo, especialmente en uno de los antiguos pabellones de la Fira de Barcelona en Montjuïc aprovechando que el recinto ferial se va a reformar con motivo del centenario de la Exposición Internacional de 1929. Desde dicha coordinadora defendió un proyecto de museo entendido como espacio dinámico tomando como referencias los ejemplos de ciudades como Londres o Glasgow, entre otras, al tiempo que tendría un papel pedagógico especialmente para los alumnos de formación profesional que podrían aprender oficios y al mismo tiempo restaurar los vehículos históricos. Poco antes de su traspaso participó activamente como voluntario en el "Rally de autobuses clásicos" de Barcelona.
Desde aquí quisiera agradecer de todo corazón su más sincera amistad así como la confianza que hacia mí depositó, pues supo valorarme como persona y como historiador, a la vez que contó conmigo para todas aquellas ocasiones en las que ambos podíamos colaborar mutuamente. Hasta siempre, amigo Joan, que allá donde estés puedas seguir narrando historias con aquél estilo que tanto definió tu personalidad. Un abrazo desde la eternidad y ya nos volveremos a encontrar.
Fotos: AHRNB.