Recibo con profunda tristeza la noticia del traspaso el pasado día 15 del presente mes de septiembre de Rosa Maria Urue Lluis, el alma mater de la tienda de prensa antigua conocida como “A la Premsa d’Aquell Dia” (En la Prensa de Aquél Día) sita en la calle de Joaquín Costa, en el barrio del Raval de Barcelona. Desaparece a los 88 años de edad la presencia más carismática de este negocio familiar fundado en 1994 el cual ofrece principalmente ejemplares auténticos y originales recuperados de periódicos y revistas fechados entre los años 1900 y la actualidad, además de portadas originales de periódicos y otros artículos menores como calendarios, almanaques y suplementos temáticos.
Tuve el placer de trabajar en calidad de dependiente en este singular comercio único en toda España entre los años 2007 y 2011, si bien hasta la actualidad nunca he dejado de colaborar puntualmente ni de tener contacto con la familia Costantini Urúe. Su notable conocimiento de la historia de la prensa así como de la evolución de los formatos a lo largo del tiempo despertaron mi interés por este mundo más allá del propósito laboral y comercial.
La recuerdo y la recordaré como una mujer afectuosa tanto por su manera de ser como por su especial forma de trabajar. La conocí tranquila pero a la vez muy dinámica, cariñosa, atenta y receptiva y decidida, con las ideas muy claras. Desde el primer día mi relación con ella fue muy cordial, tratándome como a uno más de la familia. Siempre tuvo palabras amables hacia mí por lo que resultaba imposible negarle un favor. Solía venir a colaborar habitualmente por las tardes, si bien algunas mañanas se acercaba brevemente a saludar y a hacer pequeñas gestiones. Asiduamente se sentaba frente a la mesa escritorio para atender las llamadas telefónicas de la clientela que preguntaba por una fecha determinada o bien hacían un pedido para enviar por mensajería. También daba entrada a mano, a la vieja usanza como siempre se ha trabajado, en los cuadernos de consulta de disponibilidad de stock, los ejemplares de periódicos, revistas y portadas recién adquiridos. En el local de la calle del Tigre, muy auténtico por la antigüedad de sus paredes, de sus vigas de madera y de su gran portalón perfectamente conservado, a partir de las 5 de la tarde mientras yo ordenaba la prensa, renovaba una bolsa con ejemplares o atendía al público se escuchaba el sonido del agua hirviendo de la tetera eléctrica que allá tenía. Era su ritual tomarse una taza de té acompañada de unas galletas. Son detalles sencillos pero entrañables imposibles de olvidar. En el local de la calle de Joaquín Costa continuó desempeñando las mismas funciones hasta su retirada definitiva.
Como dependienta destacó por su extraordinaria capacidad de acercamiento a la clientela. Supo mejor que nadie hacer entender a los compradores la calidad del producto que se les vendía así como su importancia como algo exclusivo, original, único e irrepetible. Es decir, como seductora innata capaz de meterse a todo el mundo en el bolsillo no era solamente el qué te ofrecía sino también el cómo te lo ofrecía. Con todos nosotros su talante encarnó los valores que desde hace tres décadas caracterizan la manera de trabajar en equipo tanto en tienda como en el almacén, planteando problemas, ofreciendo soluciones, presentando nuevas ideas y escuchando las sugerencias personales, teniendo todo ello como resultado un ambiente de convivencia, confianza, complicidad, sintonía y compañerismo. Ello se debió a una razón muy sencilla: Rosa Maria fue una mujer con mayúsculas, un ejemplo de sencillez, inteligencia, humildad, compromiso, carácter y personalidad, capaz de hacerse respetar solo con sus palabras y su dulzura.
Más allá de haber sido fundadora del negocio familiar junto a su marido Roberto Costantini se convirtió en la principal portavoz de la tienda de prensa antigua, la cara amable, siendo prueba fehaciente de ello sus ocasionales apariciones en artículos publicados en periódicos, entrevistas de la radio y programas de televisión con el claro propósito de dar a conocer el singular comercio y atraer visitantes dispuestos a comprar.
Mucho más de ella podría explicar con todo lujo de detalles pero desde aquí a modo de homenaje y recuerdo dirigido al público en general he preferido ofrecer el mejor resumen posible para dar así una clara idea de la clase de persona que fue y la importancia que tuvo en una etapa de mi vida.
Rosa Maria, moltes gràcies per tot, ha estat un plaer i un honor conèixer-te. Sense tu no hauria estat possible de formar part d'aquest món ni hauria estat capaç de valorar la premsa antiga tal i com ho he fet. Gràcies també per la teva estimació, que ha estat mutua. Ja ens tornarem a trobar, saluda als meus pares que estaran molt contents de veure't. Una abraçada per a l'eternitat i per a tota la teva familia: Roberto, Dany, Àgata, Angy, Susana, Alberto, Joan, Andrea, Hugo i Anuc.
Amigos y amigas, esa fue y para siempre será Rosa Maria Urue Lluis, alma, dama y maestra de la prensa histórica.
Fotos: Familia Costantini Urue, Maite Cruz, Marta Becerra, Ricard Cugat.