La sala Bagdad en la fiesta de su 35 aniversario. Foto: 02B
"Con muchas mujeres, mucho misterio y todo lo que usted piensa y... quiere ver en directo". Así era como la sala Bagdad se anunciaba habitualmente en la prensa en sus inicios, en la sección de espectáculos. Camino este mismo año de cumplir los 40 años de vida, es uno de los últimos locales creados en el Barrio Chino barcelonés cuando todavía existía la llamada Barcelona canalla, y un referente internacional de primer orden dentro del mundo del espectáculo erótico.
Previamente a la existencia del Bagdad, en el mismo emplazamiento, justo al lado del Teatro Arnau, entre los números 103 y 105 de la calle del Conde del Asalto (actual Nou de la Rambla) y el número 52 de la calle del Marqués del Duero (actual avenida del Paral·lel) se erigió a finales del siglo XIX un edificio de barraca de dos plantas con cubierta a dos aguas. Estos tipos de construcciones eran muy habituales a lo largo del Paralelo y tenían usos varios como comercios, almacenes, restaurantes, salas de fiesta, cine o teatro, entre otros.
El Hollywood Bar Dancing. Foto: Josep Maria de Sagarra (AFB)
El 24 de diciembre de 1931 abrió allá el Hollywood Bar Dancing, un local de variedades y cabaret propiedad de Antoni Astell, propietario del Cabaret Pompeya. Se caracterizó por la exhibición de bailes eróticos, todo un precedente de lo que sería décadas después. Cerró en 1938 ante los problemas derivados de la Guerra Civil, reabriendo en la posguerra aunque sin su aliciente original, para cerrar definitivamente en 1948.
Dos años después, el 7 de octubre de 1950 por la noche fue inaugurado en el mismo espacio el Club Bagdad, con la actuación de Maty Mont, Antonio Amaya, Amalia Molina, el Cuarteto Veracruz y la Orquesta Mario Villar. Se trataba de un salón de fiestas en el cual se ofrecían espectáculos variados por parte de numerosos artistas, entre ellos la mítica cantante y bailarina María Yáñez García, más conocida como la Bella Dorita. Para los clientes se estableció un servicio gratuito de coches de lujo hasta el domicilio a partir de la 1:30h. de la madrugada. Había restaurante, escenario de actuaciones, pista de baile y atracciones, y durante los meses de verano se habilitaba una terraza descubierta.
Pareja en el Club Bagdad. Foto: autor desconocido
En 1956, la Bella Dorita junto a su pareja Narciso Alberti adquirieron el viejo edificio de barraca, el cual fue derribado para la construcción de un moderno bloque de pisos que ocupó el número 105 de la calle del Conde del Asalto y el número 52 de la calle del Marqués del Duero. Por ello solo dispusieron de la finca del número 103 de la calle del Conde del Asalto, donde erigieron un pequeño cubierto de planta baja y subterráneo que lo destinarían para una nueva sala de fiestas. Así, el 30 de julio de 1959 inauguraron la Bodega del Toro, un tablao flamenco que se anunciaba como "uno de los primeros locales de España de verdadero arte español". El día de su inauguración actuó el bailaor Manolo "el Malagueño". Algunas fuentes de información apuntan a que el local permaneció abierto hasta 1975, pero sin embargo el 23 de junio de 1972 fue adquirido por Banca Catalana. La Bella Dorita se había retirado de los escenarios en 1965 cansada de que le censuraran sus espectáculos.
La Bodega del Toro, propiedad de la Bella Dorita. Foto: autor desconocido
En el mismo año 1972 de muy probable clausura del local una estudiante de peritaje mercantil llamada Juani Martín conoció a su futuro marido en una discoteca, el empresario Rafael Lucía, propietario de varias salas de fiestas en las Islas Canarias y de la sala "1001 Noches" de Barcelona. Fue ayudándole a él en la oficina como ella aprendió enseguida acerca del mundo de la noche y del espectáculo. Los dos, en un viaje que hicieron a las ciudades de Hamburgo y Ámsterdam observaron la existencia de clubs donde hacían espectáculos de sexo explícito en vivo sobre una pista. Entonces se plantearon la posibilidad de transportar la experiencia a Barcelona para ofrecer ese tipo de espectáculos. Además de aprender el funcionamiento de tales locales compraron también juguetes eróticos que trajeron de viaje escondidos en el interior de sus maletas.
Para disponer de un local en condiciones, se pensó en un ámbito a la vez turístico y popular como era el Raval barcelonés, cuando todavía mantenía su tradicional aroma de Barrio Chino. Así fue como Rafael Lucía decidió comprar la antigua Bodega del Toro a la Bella Dorita. El espacio era perfecto, justo al lado del teatro Arnau y de la plaza de Raquel Meller, frente al Paralelo y de otro teatro mítico, el Apolo.
Cartel promocional de 1976
Para ello fue necesario proceder a profundas reformas tanto del exterior como del interior con el fin de adecuarlo a su nuevo uso. El local se bautizó con el nombre de Bagdad, recuperando la denominación de la antigua sala de fiestas que funcionó entre 1950 y 1959, aunque esta vez enfocado con otras connotaciones más bien evocadoras de las artes eróticas orientales. La vieja fachada del cubierto del número 103 de la calle del Conde del Asalto fue completamente decorada con azulejos de estilo arabesco y un gran rótulo sobre la entrada principal que indicaría el acceso principal para el público. En su interior se halla el vestíbulo a nivel de calle, decorado completamente al estilo arabesco, habiendo dos paneles laterales con una muestra fotográfica de los artistas. Al fondo a la derecha se sitúan las escaleras de acceso al subterráneo y a la izquierda la taquilla para despachar las entradas. Se adquirieron también unos locales pertenecientes al bloque de pisos de la derecha, de acceso privado, destinado a la entrada y salida de los artistas que allá actúan. Exteriormente la planta baja consta de dos puertas metálicas y cuatro grandes carteles anuncio, mientras que la planta primera o principal está completamente recubierta con un gran rótulo luminoso.
Exterior y entrada principal. Foto: cafesbarcelona.com
El nivel subterráneo consta de vestíbulo y sala de actuaciones, ocupando una superficie de 257 metros cuadrados. El vestíbulo está decorado con un lienzo de unos 10 metros de largo, que gira, sortea una puerta y se prolonga otros cinco metros. Justo enfrente hay un pequeño sex-shop con un escaparate que exhibe decenas de penes de látex que funcionan a pilas. Espejos, una Venus de Milo y fotografías eróticas completan la decoración. A modo de curiosidad, en su interior se conserva parte de la muralla medieval cercana al baluarte y portal de Santa Madrona. Mide 15 metros de longitud y tiene 1,5 metros de espesor. Una placa colocada en el muro junto a una imagen del faraón Tutankamón lo anuncia a los visitantes. Fue en el año 2000 cuando unos técnicos municipales lo confirmaron, tras el descubrimiento de otro tramo de muralla bajo la calle de Pelai con motivo de unas obras en el vestíbulo de la estación de los FGC.
La sala de actuaciones, también decorada al estilo arabesco e iluminada con tonos profundamente rojizos, presenta una planta cuadrada y, por tanto, cuatro partes, tres de las cuales incluyen una zona privada destinada a striptease para grupos, la zona de butacas y un pequeño bar, mientras que en una se halla el escenario y la pista. El local dispone también de servicios wc y vestuario para los artistas.
Muralla medieval que se conserva en el subterráneo. Foto: Xavi Casinos
Tras conseguir las licencias pertinentes y habiendo renovado tanto el exterior como el interior, el 20 de diciembre de 1975 se inauguró. La nueva sala empezó con un show de variedades como cantantes, magos y bailarines que se desnudaban y algunas chicas que hacían striptease integral, algo todavía insólito en España y que reforzó la fama de ambiente de libertad y transgresión de la Barcelona de los años setenta. A los pocos meses, ya a principios del año 1976 decidieron importar un espectáculo procedente de Hamburgo en el que unos artistas alemanes formados por dos chicas y un chico fornicaban ante los espectadores en vivo y en directo. Tras este número llegaron otros, como el la artista María de la O que, completamente desnuda, jugaba con el auricular de un teléfono que se ponía en el pubis. Pero la actuación que causó más impacto fue la protagonizada por una travesti llamada Carla, la cual salía a escena guarecida con un abrigo de pieles y cantaba la canción Fumando espero. Al final de la canción se despojaba del abrigo y aparecía completamente desnuda, con los atributos masculinos a la vista de los presentes.
Sala de actuaciones. Foto: Lolita
La oferta extremadamente atrevida para la época propició repetidamente la intervención policial y otros problemas, aunque nunca se llegó a clausurar el local. Fueron años difíciles pero se logró superar la prueba. En sus inicios, en la prensa anunciaban que "la dirección del Bagdad ponen en conocimiento del público que el show que cada noche pueden ver en esta sala es el mejor, más fuerte y pornográfico no solo de Barcelona, sino de toda Europa y puede herir su sensibilidad". Cada noche hacían dos pases diarios a las 23:15h. y a las 1:15h. Posteriormente amplió la oferta con nuevos pases a las 19:00h. y a las 3:00h.
El éxito de la sala fue exponencialmente creciente. Así, de haber unos pocos clientes enseguida las colas para entrar daban entonces la vuelta a la manzana. Todo ello fue consecuencia de una reacción popular al fin de la censura y acudir a ver lo que había estado prohibido, tal como sucedió con las películas estrenadas en las salas de cine con la clasificación "S". La sala Bagdad era el único sitio donde se podía ver porno de toda España con la posibilidad de participación por parte del público. Actualmente, el cliente más veterano es Jaume Albó, habitual desde hace muchos años.
"El Torito" ejerciendo de barman en el bar del Bagdad. Foto: Javier Pardo (Primera Línea)
Un factor innegable que contribuyó (y todavía contribuye) al éxito del negocio fue (y sigue siendo) la gran labor de su propietaria, Juani Martín, siempre con una amorosa dedicación dirigiendo los espectáculos, realizando los castings y vestuarios, aconsejando, buscando soluciones y compartiendo tanto las alegrías como los problemas con todos sus artistas. En ese sentido, ella ha ejercido desde siempre como de "madre" de todas las personas que forman su equipo, consolidando así la "familia Bagdad". Igualmente, ella siempre ha tenido el don de ser una cazatalentos, descubriendo nuevos artistas que han lucido en coreografías hechas a medida para cada uno hasta el punto que muchos de ellos terminaron por ser artistas con reconocimiento nacional e internacional. Este ha sido el caso de Baby Pin-Up (contorsionista vaginal capaz de sacar de su vagina 150 metros de perlas, 200 metros de banderas, encender bombillas y expulsar agua), Claudia Roman (el primer transexual que actuó entre 1976 y 1978 y que se hizo famosos por sus desnudos integrales), Graciela Scott (de origen argentino, una de las primeras actrices que actuaron en la sala), Holly One (el malogrado actor porno más bajo del mundo, de 1,20 metros de altura, también llamado 3 piernas), Irene López (Miss Ourense), Joanna (streaper y coordinadora de actrices), Karmen Snake (que actuaba con una serpiente de 24 kilos, una pitón llamada Teire), Kumar (fakir que actuó durante casi 15 años y tenía la particularidad de ser capaz de colgarse en el pene una campana de 30 kilos), Nacho Vidal (premiado como el mejor actor porno del mundo), y Sonia Baby (contorsionista vaginal). Otros artistas son Anastasia Mayo, Carla Cruz, Christina Bella, Daniela Blume, los hermanos Dinio y Rafa García, Marco Bandera, Samantha la Checa, Sophie Evans y Toni Rivas. Estrellas de fama internacional que han pasado a actuar en el Bagdad han sido, entre otros, Rocco Siffredi, Claudia Catre, Belladonna, Illona Staller Cicciolina y Sabrina Sabrok (con los mayores pechos del mundo).
Las artistas en el camerino. Foto: Miquel Benítez (Interviú)
En 1995 celebró una fiesta de 20 aniversario, pasando a contratar a los mejores actores y actrices de la industria del porno. En 1998 la dirección puso en marcha su página web. Con motivo del Mobile World Congress celebrado estos últimos años, la sala Bagdad llegó a tener gran demanda de clientes, llegando a ofrecer 9 sesiones non-stop para los congresistas que buscaban diversión y algo diferente.
Con el paso de los años el público ha ido variando, pasando de ser inicialmente masculino a incorporar progresivamente la presencia de mujeres y parejas de diferentes edades. Además de las clásicas actuaciones, se ofrecen servicios especiales para despedidas de solteros/as que incluyen cena+stripper privado+show+consumición, e incluso un tour nocturno por Barcelona en limousine para 8 personas más el chofer.
Actualmente, el cabaret Bagdad es uno de los más descarnados de Europa, llegando a actuar durante estas cuatro décadas de vida más de 1.000 artistas. El perfil del público, de más tímido a más implicado, ha cambiado. Los espectáculos, adaptados a los nuevos tiempos, siguen siendo un referente único en Europa tanto por su variedad como por el carácter participativo que hace que ningún pase del show sea igual a otro. Siendo un negocio rentable, prevé expandirse con la apertura de una nueva sala en Madrid y la puesta en marcha de un gran portal interactivo en Internet.
Los fundadores del Bagdad: el matrimonio formado por Rafael Lucía (empresario)
y Juani Martín (la verdadera alma mater del local). Foto: Mariana Cantero