domingo, 28 de abril de 2024

Las instalaciones de abastecimiento de agua de la Trinitat (IV). La Central del Besòs (actual ETAP)


Continuando de los anteriores artículos ya publicados y tras haberse explicado la historia de la Casa de l’Aigua de la Trinitat Vella y la Casa de l’Aigua de la Trinitat Nova, ambos actualmente conjuntos patrimoniales, merece la pena conocer unas instalaciones más antiguas que las citadas y que sin embargo, todavía continúan en activo: la Central del Besòs, actualmente Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP). Los orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, con la constitución en Lieja (Bélgica) el 19 de junio de 1867 de la Compagnie des Eaux de Barcelone, formada con las aportaciones de Crédit Général Liégeois, Compagnie Générale des Conduites d'Eau y otros capitales belgas y franceses. Su objetivo era dotar al nuevo barrio del Eixample de la infraestructura de abastecimiento de la que carecía Barcelona hasta entonces. El 14 de mayo y el 15 de octubre de 1881, las sociedades Crédit Général Liégeois y Lyonnaise des Eaux (ahora integrada en Suez Environnement) concluyeron con la Compagnie des Eaux de Barcelone unos acuerdos en virtud de los cuales esta última empresa aportaría todos los sus activos en una nueva sociedad que se fundaría en París. Efectivamente, la Compagnie des Eaux de Barcelone fue adquirida por capital francés y así se constituyó en París (con sede en Rue Grammont, 17-19) el 20 de enero de 1882 la Société Générale des Eaux de Barcelone (SGAB), con un capital social de 4.500.000 francos franceses repartido en 9.000 acciones de 5.000 francos franceses cada una. El 3 de marzo siguiente se aprobaron los estatutos. Poco a poco mediante la progresiva adquisición de distintas sociedades explotadoras y distribuidoras de agua se convirtió en la empresa más capacitada para atender al conjunto de abastecimiento de toda la ciudad. De este modo acabó dominando la totalidad de las empresas privadas y pudo establecer su propia estrategia sin miedo a la competencia.


El conjunto de las captaciones pasó de 15.000 metros cúbicos en 1890 a 81.000 en 1910, completándose el sistema de elevaciones que en 1905 culminaría en la Torre de las Aguas del Tibidabo que garantizaba el agua a cualquier punto del municipio de Barcelona, con independencia de su altura. En 1909 inauguraron la central de Cornellà de Llobregat para impulsar el agua de los acuíferos del río Llobregat, así como la conexión y depósitos de Esplugues de Llobregat y Sant Pere Màrtir en la sierra de Collserola. Esta infraestructura tuvo como resultado la apertura de la carretera de las Aigües.
La Société Générale des Eaux de Barcelone, con el propósito de procurar un aumento en la cantidad de agua disponible, en terrenos del marqués de Santa María de Barberà a caballo de la carretera de Ribes y las vías ferroviarias de la compañía MZA, limitado por el río Besòs, construyó la Central del Besòs. Una Real Orden de 13 de junio de 1879 permitió la extracción de aguas freáticas del río Besòs. Entre 1890 y 1897 se erigió el conjunto, de 2.569 metros cuadrados de superficie que constaba de 13 edificaciones de obra vista, de las cuales 2 eran para viviendas del guarda y empleados (talleres y habitaciones), 4 servían para almacén (carbonera) y las 7 restantes para usos industriales relacionados con la elevación del agua. Además de impulsar las aguas del acueducto de Dos Rius, posteriormente se realizó una conexión con el acueducto del Baix Vallès para aumentar también la impulsión de las aguas de esta otra infraestructura.


Había dos grandes pozos filtrantes y otro reserva con capacidad para aflorar hasta 30.000 metros cúbicos diarios. Actuaba como instalación de extracción y elevación. Un elevador impulsaba de 18.000 a 22.000 metros cúbicos diarios de agua captada del acueducto de Dos Rius y otro más potente de 22.000 a 26.000 metros cúbicos diarios. Un edificio contenía tres grupos elevadores de vapor y una batería de ocho calderas y otro acogía a otro grupo elevatorio de menor potencia para extraer en caso de necesidad una cantidad supletoria de 6.000 a 9.000 metros cúbicos diarios. El carbón que consumían dichas calderas fue inicialmente asturiano e inglés (1901) y posteriormente alemán (1903). La elevación de las aguas se hacía mediante un sifón. En la montaña de Torre Baró había, además, una pequeña estación elevadora destinada a abastecer a los barrios situados geográficamente a mayor altitud, capaz de bombear hasta 2.700 metros cúbicos al día. La nueva Central del Besòs disponía de un apartadero de vías de la compañía ferroviaria MZA para facilitar el transporte de material y combustible por ferrocarril.


El 24 de junio de 1920 la Société Générale des Eaux de Barcelone pasó a manos de capital español tras la adquisición de la totalidad de las acciones de la sociedad francesa. La operación fue gestionada por la Sociedad Anónima Arnús Garí y supervisada por Josep Garí y Gimeno. Contó con el apoyo del antiguo concejal de la Lliga Regionalista y abogado Josep Rogent i Pedrosa y del abogado y consejero de la empresa Amadeu Hurtado. Hubo además el apoyo financiero del Banco Hispano Colonial con un 13% del capital aportado, el Banco de Barcelona con un 18%, el Banco de Bilbao con un 15%, la Sociedad Anónima Arnús Garí con un 29%, la Banca Arnús con un 12% y el Sindicato de Banqueros de Barcelona, S.A. con un 12%. El valor de la compraventa alcanzó los 45 millones de pesetas y la nueva sede se situó en el número 39 del paseo de Sant Joan, iniciando además su cotización en bolsa. Desde entonces cambió su denominación por Sociedad General de Aguas de Barcelona (SGAB). Inicialmente, su gestión se basó en fortalecer la estructura empresarial con el acuerdo de unificación con la concesionaria del Llobregat, la diversificación del ámbito de negocio hacia otros servicios públicos aparte del abastecimiento de agua y la búsqueda de recursos financieros para hacer frente a inversiones y a la modernización de infraestructuras e instalaciones.


A partir de 1914 entraron en funcionamiento los primeros equipos eléctricos dotados de una potencia de 1.700 CV mientras que se mantuvieron en reserva los de vapor. Para ello se habilitó una gran nave que albergaría los nuevos transformadores. A pesar de la modernización de las infraestructuras y el aumento del consumo no se incrementó el suministro ni se planteó la municipalización de la SGAB, la cual vio a partir de 1933 un notable incremento de la demanda de agua debido al aumento del número de abonados.
Al estallar la Guerra Civil la SGAB se colectivizó pasando al control obrero y cambiando la denominación por Sindicato Obrero de las Aguas de Barcelona. Con la nueva gestión se intentó garantizar el abastecimiento en la medida de lo posible, incluso ofreciéndola de forma gratuita para las personas más desfavorecidas. Sin embargo los bombardeos sobre la ciudad dañaron algunas infraestructuras, hecho que dificultó cada vez más el suministro a la ciudad.
Ya en la posguerra el sistema de abastecimiento volvió a ponerse en funcionamiento aunque con problemas técnicos. Después de haber recibido una nueva concesión para captar el agua superficial del río Llobregat, en 1955 la SGAB inauguró la estación de tratamiento de agua potable de Sant Joan Despí y en 1961 fundó el Centro de Estudios e Investigación y Aplicaciones del Agua para contribuir al conocimiento, investigación y divulgación de aspectos relacionados con el ciclo integral del agua. Los acueductos de Dos Rius y del Baix Vallès por su obsolescencia dejaron de funcionar en el momento en que entró en funcionamiento la moderna red de abastecimiento de aguas del río Ter.


La Central del Besòs, debido a la elevada contaminación del río Besòs, fue clausurando progresivamente sus instalaciones a partir de 1980. Las aguas que captaban sus pozos presentaban niveles de sustancias tóxicas y microorganismos nocivos muy por encima de los establecidos por la legislación de la época. En 1995 dejó de funcionar el acuífero del Besòs y dos años después se puso en marcha un proyecto de reutilización de las aguas subterráneas del río que culminó en 2002 con la inauguración de la nueva estación de tratamiento del acuífero del Besòs ubicada en la misma Central del Besòs. Se aplicó tecnología de ultrafiltración con capacidad para tratar hasta 45.000 metros cúbicos al día. En 2008 llegaron a potabilizarse hasta 28.000 metros cúbicos diarios. Su puesta en servicio permitió controlar el nivel freático del acuífero y ahorrar muchas extracciones necesarias para evitar inundaciones en el metro y en los aparcamientos. Actualmente lo que ha sobrevivido del Rec Comtal preserva el nivel ecológico del río Besòs, mantiene el Parc Fluvial del Besòs gracias a un sistema de reconducción de aguas de la acequia al río y sus aguas pueden ser potabilizadas gracias a los modernos sistemas de ósmosis inversa y nanofiltración de la Central del Besòs.


La última acción ha sido la ampliación de las instalaciones y que una vez las obras estén finalizadas en verano del presente año, con vistas a hacer frente a la actual sequía será posible triplicar la capacidad de regeneración actual produciendo de 300 litros de agua regenerada por segundo a un total de 900.

Fotos: Archivo RTVE, Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, Associació del Museu de la Ciència i de la Tècnica i d’Arqueologia Industrial de Catalunya, Ricard Fernández Valentí.

martes, 23 de abril de 2024

Feliz Diada de Sant Jordi 2024


Amigos y amigas:

A caballo entre la primavera y el verano volvemos a disfrutar de uno de los días más entrañables del año: Sant Jordi, Diada del Libro y de la Rosa, un acontecimiento que pese a no ser oficialmente festivo contiene todos los ingredientes propios de una festividad.

El 23 de abril es una de las pocas jornadas que se pueden vivir en un sentido más amplio de forma más comunitaria. Y es que a pesar de los intentos de politización y la presencia de elementos políticos, no ha generado división y enfrentamiento social, de modo que todo durante esta diada todo el mundo forma parte de un mismo equipo humano sin distinciones ni exclusiones. Recomiendo por ello a todo el mundo que disfrute del Sant Jordi, que compre y obsequie con una rosa a las personas que más ama como un gesto de amor, de fe, de confianza, de compromiso y de lealtad. Rara vez una tradición tan clásica ha sido capaz de sobrevivir a los tiempos modernos y adaptarse a las convenciones del siglo XXI. Igualmente, invito a visitar los expositores de libros de las ferias y paradas instaladas a pie de calle y que tanto llenan de vida. Recordemos que los libros son el arma más inofensiva y a su vez la más poderosa para combatir la ignorancia y la incultura por otorgar capacidad de criterio, estimular la inteligencia y no dejarse engañar por aquellos que nos quieren tener sometidos a la su voluntad.

En tiempos presentes en los cuales las letras parecen estar desprestigiadas en favor de un mundo tecnificado donde la ciencia quiere acapararlo todo, es necesario fomentar el hábito de la lectura para volver a colocar a las humanidades y las ciencias sociales donde merecen estar y reconocer sus aportaciones a un mundo cada vez más globalizado y artificial, donde se libra una guerra entre quienes defienden la uniformidad y quienes abogan por la diversidad. No necesariamente debemos dejarnos llevar por las modas y las novedades literarias, sino que también es importante poder leer lo que nos gusta, nos motiva y nos estimula, sean libros nuevos o viejos. Cada obra leída constituye un tiempo aprovechado de nuestra vida y un paso más hacia delante en nuestra evolución como personas. A mayor lectura más democracia porque la cultura adquirida de los libros democratiza a la sociedad y la hace más libre.

Desde aquí y a título personal quiero pedir a todas las instituciones que dejen de lado sus diferencias y continúen con la propuesta de convertir la diada de Sant Jordi en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, especialmente por los valores que representa y por los beneficios culturales que tendría socialmente a nivel mundial. Sería, en definitiva, fomentar el crisol de nuestra diversidad cultural y su conservación, una garantía de creatividad permanente y una fuerza motriz para las culturas vivas. No desperdiciemos esta oportunidad.

Aprovecho finalmente la ocasión para agradecer a aquellas personas que leen mis artículos en el blog y compran mis publicaciones y desear a todo el mundo un FELIZ SANT JORDI 2024.