miércoles, 28 de junio de 2023

A los 15 años del AVE Madrid-Barcelona


Tras haber cumplido 30 años la marca AVE en 2022 y consolidarse como un referente de la alta velocidad en el mundo, en el presente 2023 se cumplen 15 años de la puesta en servicio de la línea ferroviaria de alta velocidad entre Madrid y Barcelona, el corredor de transporte público de pasajeros más importante de España que no ha hecho sino reafirmar los vínculos políticos, sociales, culturales y económicos existentes entre las dos ciudades. Rapidez, calidad, frecuencia, flexibilidad, comodidad y seguridad son las principales ventajas que se han destacado de este sistema de transporte cada vez más extendido a nivel mundial.
Aunque pueda parecer extraño, no se trata de una idea moderna, pues en 1973, tomando el ejemplo de Japón con el Tōkaidō Shinkansen de 1964 y del proyecto francés del TGV (Train à Grande Vitesse) que se materializó en 1981, RENFE y el Gobierno español plantearon la posibilidad de construir una línea ferroviaria para trenes de alta velocidad entre Madrid y Barcelona. Sin embargo, la falta de fondos y de dirección, sumado al cambio de panorama político aparcó el proyecto que quedó temporalmente en el olvido.


Tras un paréntesis de casi una década marcado por el fin del franquismo, la Transición y la instauración de la democracia, en los años 80 se estudió cómo potenciar el corredor ferroviario entre Madrid y Barcelona, cuyo tiempo más reducido de viaje entre ambos puntos era de 6 horas y media en tren Talgo. A ello se padecía la fuerte competencia de las autovías y del puente aéreo. La aprobación del Plan de Transporte Ferroviario de 1987 planteó duplicar las vías y efectuar varias mejoras en todo el trazado. El 9 de diciembre de 1988 se tomó la determinación de que pasara al ancho internacional (1.435 mm) dentro del proyecto de convertir toda la red ferroviaria española al dicho ancho, algo que posteriormente se descartó por su complejidad y elevado coste. Un año después se recuperó la opción de implantar una línea de tren de alta velocidad entre ambas ciudades, idea que tuvo un empuje definitivo tras haberse inagurado el primer tren de alta velocidad del país, entre Madrid y Sevilla, bautizado en España como AVE (Alta Velocidad Española), el 14 de abril de 1992. Al siguiente año, bajo una crisis económica y una drástica reducción de las inversiones en materia ferroviaria, el Ministerio de Fomento reconoció que esta línea tendría un ritmo constructivo muy distinto al que tuvo la línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla. De hecho así fue, pues en total se tardarían 12 años en completarla debido a las numerosas dificultades técnicas que fueron apareciendo. El 23 de mayo de 1997, el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias recibió el encargo de la construcción de la línea completa y de continuar con los trabajos iniciados.


Entrados al nuevo siglo XXI se aceleraron las obras. El 10 de octubre de 2003 se inauguró el tramo de Madrid Puerta de Atocha a Lleida Pirineus que incluía las estaciones intermedias de Guadalajara Yebes, Calatayud y Zaragoza Delicias. Poco después, el 23 de diciembre siguiente entraron en servicio los trenes de alta velocidad entre Madrid Puerta de Atocha y Huesca. El 19 de diciembre de 2006 se inauguró hasta Camp de Tarragona. Inicialmente, por problemas técnicos, los trenes circulaban a 200 km/hora hasta que en 2007 por fin pudieron alcanzar los 300 km/hora.
Finalmente, el 20 de febrero de 2008 llegó hasta Barcelona Sants bajo una muy discreta inauguración oficial. El primer tren partió de la capital catalana a las 6:00h de la mañana. El servicio inicial ofrecía 17 trenes por sentido entre Madrid y Barcelona con un tiempo de viaje de 3:10 horas, de los cuales 8 trenes en sentido Barcelona y 7 en sentido Madrid eran directos y hacían el trayecto en 2:38 horas. Durante el primer año se llegaron a los 5,7 millones de pasajeros. Tras una inversión de 9.000 millones de euros, es decir, un sobrecoste del 31%, el resultado fue una línea de ancho internacional de 620,9 kilómetros de longitud que permitía velocidades de 300 km/hora entre Madrid Puerta de Atocha y Barcelona Sants y cuya rentabilidad queda reflejada en una oferta actual de 54 circulaciones diarias y más de 12 millones de pasajeros anuales.


Más allá de la capital catalana, el 19 de diciembre de 2010 entró en servicio el tramo entre Figueres Vilafant y Perpignan (Francia), conectando así y por primera vez la red de alta velocidad española con la francesa y, por consiguiente, con el resto de Europa. Tres años después, el 8 de enero de 2013 se inauguró el tramo hasta Girona y Figueres Vilafant, completando así el corredor de 752,4 kilómetros de longitud. Para ello se construyó un túnel de casi 5,1 kilómetros de longitud que atraviesa toda la ciudad bajo la calle de Mallorca y que no quedó exento de polémica por el hecho de transcurrir muy cerca de la basílica de la Sagrada Família, cuyos cimientos fueron protegidos mediante severas y exhaustivas medidas especiales. Un trazado más allá de nuestras fronteras posibilitó reforzar las conexiones europeas facilitando nuevas relaciones entre ciudades y países.
A finales de 2020 se liberalizó la alta velocidad en España, de modo que durante el año 2021 empezaron a prestar servicio trenes de la firma francesa Ouigo y un mes después los trenes AVLO de Renfe cuya principal característica es la oferta de billetes a bajo precio (low cost). En noviembre de 2022 se sumó al mercado la italiana Iryo. Dicha liberalización se ha visto como una ventaja, pues ahora los usuarios pueden elegir en qué compañía viajar, lo cual es un factor de atracción de mayor demanda.


Otro efecto positivo especialmente desde una perspectiva medioambiental ha sido la progresiva disminución de la oferta de aviones entre Barcelona y Madrid, lo cual ha obligado a reformular el puente aéreo, pues el 75% de usuarios opta por el tren mientras que sólo el 25% sigue prefiriendo el avión. Actualmente constituye el corredor ferroviario de alta velocidad más rentable de España. La oferta de trenes cubre las relaciones entre Madrid Puerta de Atocha y Zaragoza, Madrid Puerta de Atocha y Huesca, Madrid Puerta de Atocha y Barcelona Sants y Madrid Puerta de Atocha y Figueres Vilafant. Existen además trenes entre Barcelona Sants y Sevilla Santa Justa, Málaga María Zambrano y Granada que no efectúan parada en Madrid. A todo ello, hay trenes de media distancia de alta velocidad, los Avant, que conectan Barcelona Sants y Lleida Pirineus, Barcelona Sants y Figueres Vilafant y Zaragoza Delícias y Calatayud. Otros trenes que aprovechan parte de esta infraestructura son los Alvia que circulan como líneas de velocidad alta (250 km/hora), reducen tiempo de viaje y se adaptan tanto al ancho internacional como al ibérico gracias a su sistema de rodadura variable. En cuanto a las relaciones internacionales, la oferta disponible consta de líneas de AVE y TGV (de la SNCF) entre Barcelona Sants y Paris Gare de Lyon, Lyon Part Dieu y Toulouse Matabiau, y entre Madrid Puerta de Atocha y Marseille Saint Charles.


Salvo una línea de Regional Exprés, los trenes convencionales entre Madrid y Barcelona por vía de ancho ibérico han sido suprimidos al carecer de la calidad y la competitividad de la alta velocidad. Sin embargo, resulta fundamental mantener, modernizar y potenciar la red convencional por su contribución a la movilidad sostenible. Si bien la alta velocidad es útil para la conexión de capitales de provincia y para efectuar trayectos de larga distancia en poco tiempo, el tren convencional garantiza la comunicación en transporte públcio de pasajeros entre aquellos municipios comprendidos entre dos capitales de provincia, luchando así contra la desertificación territorial y el transporte por carretera, cada vez más insostenible. En Barcelona queda pendiente de finalización la estación central de la Sagrera que supondrá una reordenación de la actual red ferroviaria tanto convencional como de alta velocidad, descongestionará la actual estación de Sants y pasará a ser la principal y más importante de la ciudad. Ello comportará una gran transformación urbanística (hoteles, oficinas, viviendas, comercios, servicios y zonas verdes) y la configuración de una área de nueva centralidad entendida como motor de desarrollo económico. Se prevé que esté completamente operativa para el año 2025.

Fotos: Barcelona Sagrera Alta Velocitat, El País, Falcou Michel (http://www.rail4402.fr/), J.Alonso (RENFE), Llibert Teixidó, RENFE.

sábado, 24 de junio de 2023

Albert Einstein en Barcelona


Se cumplen cien años de la visita del físico alemán Albert Einstein a Barcelona, un acontecimiento muy destacado que se aprovechó, entre otras cosas, para impulsar una comunidad científica renovada en Cataluña que permitiera una homologación europea y publicitar la obra de gobierno de la Mancomunitat de Catalunya, entidad política catalana constituida el 6 de abril de 1914 por la unión de las cuatro diputaciones provinciales catalanas. El origen de su visita se remonta a 1920 cuando el matemático Julio Rey Pastor le escribió una carta donde hablaba en nombre del Institut d’Estudis Catalans y de la Junta para la Ampliación de Estudios con una propuesta firme. Einstein, aunque aceptó de buen grato, finalmente declinó la oferta alegando tener muchos compromisos. Poco después, en  1921 (año en el que Einstein fue galardonado con el premio Nobel de Física), el ingeniero, matemático y catedrático de Acústica y Óptica de la Universidad de Barcelona, miembro de la Academia de Ciencias y Artes del Institut d’Estudis Catalans, Esteve Terradas, que sabía alemán, le escribió en nombre de la Mancomunitat de Catalunya para recordarle la invitación a los Cursos Monogràfics d'Alts Estudis i d'Intercanvi. A ello Einstein respondió que podría hacer una estancia en España para el curso 1922-1923. Un año después, ambos se reunieron en Berlín para concretar los detalles de las conferencias. Se dice que parte de su decisión de venir a España se debió tanto a la neutralidad del país durante la Primera Guerra Mundial como a sus buenas relaciones personales con diversos ingenieros y científicos españoles.


Él venía de realizar una gira de conferencias por Japón y de una estancia en Palestina. En Barcelona ya le esperaban desde hacía varios días porque desde Singapur envió un telegrama anunciando que venía. El jueves 22 de febrero de 1923 él y su esposa Elsa llegaron a Barcelona en tren hasta la Estación de Francia procedente de la ciudad francesa de Tolón. Nadie los recibió, pues habían tenido problemas con las aduanas francesas y no pudieron avisar a tiempo del día y la hora de su llegada. Acerca de su primer hospedaje existen ciertas confusiones al respecto. Se dijo que el matrimonio, tras no haber sido recibido por nadie, había ido a parar de manera provisional al hotel Cuatro Naciones, en la Rambla, hasta que sus anfitriones los localizaron y mandaron trasladarlos al Hotel Colon, en la plaza de Catalunya, en una suite que la Mancomunitat de Catalunya les había reservado.


El sábado 24 por la mañana fue invitado por el arquitecto y presidente de la Mancomunitat de Catalunya, Josep Puig i Cadafalch, a visitar el monasterio de Sant Cugat del Vallès y luego el conjunto precristiano y el conjunto románico de Sant Pere, en Terrassa. Por la tarde y de regreso a Barcelona, a las 19:00h realizó la primera conferencia en el Salón Sant Jordi del Institut d’Estudis Catalans, entonces ubicado en el actual Palau de la Generalitat. Habló sobre la teoría de la relatividad restringida. Al curso se inscribieron un centenar de personas, tanto expertos en física como especializados en otras disciplinas que acudieron curiosos, cada una de las cuales abonó la (para aquél entonces) elevada suma de 25 pesetas.
El domingo 25 visitó el monasterio de Poblet (donde firmó en el Libro de Honor) y el municipio de l’Espluga de Francolí. El lunes 26, acompañado de Terradas, visitó la Universidad de Barcelona siendo recibido por el párroco, Valentí Carulla, marqués de Carulla. Allí también estuvieron presentes el secretario de la Universidad Carles Calleja y Borja-Tarrius, el decano de la Facultad de Ciencias Simó Vila Vendrell y el catedrático de Física Eduard Alcobé Arenas, entonces presidente la Real Academia de Ciencias y Artes y antirelativista declarado. Luego realizó la segunda conferencia en el Saló Sant Jordi del Institut d’Estudis Catalans, donde habló sobre la relatividad general. Llegada la noche asistió a una cena en su honor en el restaurante del hotel Ritz (actual Palace), organizada por Puig i Cadafalch.


El martes 27 fue visto tomando un café con leche en el restaurante Refectorium, en la Rambla dels Caputxins. Por la mañana visitó dos escuelas de renovación pedagógica: la Escuela del Mar y el Grupo Escolar Baixeras. Al mediodía el Ayuntamiento de Barcelona le ofreció una solemne recepción en el salón del Consell de Cent, siendo recibido por el alcalde accidental Enric Maynés. Por la tarde hizo una conferencia en la Real Academia de Ciencias y Arte de Barcelona, en la Rambla de Canaletes, sobre las implicaciones filosóficas de la teoría de la relatividad. Poco después accedió a la Sede del Sindicato de Distribución de la CNT, en la calle de Sant Pere més Baix, para a ser entrevistado por el dirigente Ángel Pestaña. De esta experiencia tuvo que desmentir haber dicho que él también era un revolucionario como los anarquistas de la CNT pero en el campo científico. La jornada terminó con una cena organizada por el ingeniero, físico, político, profesor de la Escuela Industrial y secretario de la Instrucció Pública del Consell de Pedagogia de la Mancomunitat Rafael Campalans, quien lo invitó en su propia residencia de la calle del Rosselló. En la velada actuaron el guitarrista Regino Sáenz de la Maza, la soprano Andreua Fornells y el trío Barcelona. Se cuenta también que los platos, cocinados por la madre de Campalans, se inspiraron en conceptos de la teoría de la relatividad.


El miércoles 28 por la mañana, a petición suya, Einstein hizo una visita en canoa al puerto de Barcelona acompañado del ingeniero jefe de las obras que en ese momento se estaban realizando. Luego realizó la tercera conferencia en el Saló Sant Jordi del Institut d’Estudis Catalans, donde habló de los problemas de la relatividad. Finalmente visitó la Escuela Industrial de Barcelona, donde presenció un recital de canciones populares catalanas y la actuación de la cobla sardanista Barcelona y la Penya de la Dansa de l’Associació d’Estudiants de la Universitat Nova. Fue obsequiado con dos discos de música tradicional catalana (que siempre aseguró admirar y escuchar) y con un álbum de la ciudad por parte de la Sociedad de Atracción de Forasteros.
Tras su visita a Barcelona cobró 3.500 pesetas a modo de honorarios. Anotó en su cuaderno sus breves impresiones acerca de su paso por la capital catalana: “22-28 febrero. Estancia en Barcelona. Mucha fatiga, pero gente amable (Terradas, Campalans, Lana, la hija de Tirpitz), canciones populares, bailes, Refectorium, ¡Ha sido agradable!”. El miércoles 1 de marzo Einstein y su esposa se dirigieron a la Estación de Francia para tomar el tren con destino a Madrid. A diferencia de su llegada, tuvo una generosa despedida con la presencia, entre otros, del cónsul alemán Ulrich von Hassell y del alcalde accidental de Barcelona Enric Maynés.


Tras la excelente experiencia de la visita de Albert Einstein a Barcelona se intentó que el físico regresara nuevamente a la capital catalana. Por este motivo en 1934 la Generalitat de Catalunya lo nombró ciudadano honorario de Cataluña y fue invitado por el entonces presidente Lluís Companys. Sin embargo, no pudo acudir a la cita pero aún así respondió que gozaba "a menudo y feliz de las maravillosas canciones populares catalanas" que había recibido "de los amigos de allí" en su "anterior visita a Barcelona".

Fotos: Familia Terradas, Generalitat de Catalunya, Josep Maria Sagarra, La Vanguardia, Universitat Politècnica de Catalunya.