viernes, 22 de septiembre de 2023

El Círculo Social Metropolitano (1943-1985)


Bajo un contexto gris de la posguerra barcelonesa, en 1943 un grupo de empleados de la sociedad Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, S.A. (Transversal) presididos por su director Jaume Fanés concibieron en el monasterio de Montserrat la idea de organizar un Departamento Social que proporcionara a los trabajadores de la empresa, textualmente, "horas de alegría y sana convivencia". Así fue como el 13 de noviembre de 1943 se constituyó dicho Departamento Social que empezó a funcionar en junio de 1944. Su primer presidente, además de fundador, fue Josep Maria Vicens Corominas, el cual ostentaba el cargo administrativo del metro Transversal. En líneas generales, desarrolló una obra social paternalista basada en el control social, de carácter patriótico, hecho que quedó reflejado en las exaltaciones de los valores del Movimiento Nacional, regido bajo la doctrina católica y destinado a los trabajadores de la empresa y  sus familias. Su finalidad era, tal y como se mencionó en aquella época, "proporcionar distracción, un recreo sano y una enseñanza positiva a través de actos deportivos, culturales y educativos".


La sede del departamento se ubicó en la calle de los Jocs Florals nº40-42, en un edificio de 1879 que el propio metropolitano Transversal había adquirido en 1925 para poder hacer pasar el túnel del metro bajo el caserón y transformarlo en un almacén de material y despachos durante la construcción de esta línea. Años después albergó la sede de los trabajadores del metro, fue colectivizado por el sindicato CNT durante la Guerra Civil y, finalmente, pasó en 1940 a acoger la sede de la Sección Sindical del metro perteneciente al Sindicato Vertical. Fue alrededor de 1943 cuando se añadió un anexo donde se situaría una capilla dedicada a la Virgen de Montserrat, adoptada como patrona de la entidad y de la cual se le compuso la canción “Goigs a llaor de la Mare de Déu de Montserrat que es venera en la capella del “Círculo Social Metropolitano” de “F.C.M.B”, con letra (poema) de Josep Maria Gibert y música compuesta por el maestro Pere Jordà. En el interior del edificio había una sala para asambleas, una sala de juntas, una sala de ensayos y un laboratorio fotográfico.


En total llegaron a crearse hasta siete departamentos o secciones cada uno de los cuales desarrolló numerosas actividades: Actividades Recreativas, Cultural, Deportiva, Excursionista, Musical, Social y Teatral. En 1944 se fundó la Sección Cultural, encargada de organizar conferencias, visitas culturales, concursos literarios, obras de teatro (cuyos ensayos se hacían en la capilla), sesiones dominicales de cine y exposiciones de trabajos manuales, dibujo, pintura y fotografía. El teatro tuvo especial importancia, representándose obras dramáticas, comedias, zarzuelas y musicales. Además, durante la Semana Santa se representaba la obra "Redención", popularmente conocida como "La Pasión del Metro". Ello se dio desde 1956 hasta 1969. En los años 1947 y 1954 organizó unos Juegos Florales equivalentes a los Jocs Florals creados en 1859 pero adaptado a los nuevos valores del momento. Se otorgaba un premio a la mejor poesía amorosa, a la mejor poesía de exaltación patriótica y a la mejor poesía religiosa. También se elegía una Dama de Honor a cargo de una mesa electoral formada por empleados del metro. La propuesta de candidata se hacía al jefe de Servicio de Personal. Los requisitos necesarios que debían reunirse era ser empleada del metro y tener al menos un año de antigüedad, ser soltera y mayor de 18 años.


En el mismo 1944 se creó la Sección Excursionista que organizaba romerías y excursiones. Desde 1947 organizaba viajes anuales a Andorra y a Mallorca que los sorteaba entre los socios, en 1953 la romería a Montserrat y en 1954 la romería a Roma. La Sección Deportiva fue la responsable de fundar el Club de Fútbol Metropolitano. Dos años después, en 1946, la Sección Musical fundó el Orfeón Social Metropolitano, iniciándose de la mano del maestro Pere Jordà y 86 cantores. Participaba en las caramellas y organizaba recitales en lugares tan prestigiosos como el Palau de la Música Catalana y el Teatre del Liceu. Durante el mismo año se creó la Sección Social para dedicarse a actividades religiosas y humanitarias. Por un lado, hacía el mantenimiento de la capilla y organizaba cultos religiosos y por otro se efectuaban visitas a empleados del metro enfermos y se repartían lotes como obsequio a los trabajadores por Navidad. El 13 de noviembre de 1948 el Departamento Social pasó a denominarse Círculo Social Metropolitano. Desde aquél momento la Sección Cultural empezó a publicar el boletín “Pax”, de difusión exclusiva para los socios del Círculo. En ese mismo año la Sección Deportiva fundó el Club de Baloncesto Metropolitano (con categorías alevín, infantil y juvenil) y la Sección de Actividades Recreativas trasladó el teatro en las instalaciones del nuevo edificio de la calle de Badal nº113 perteneciente a las Escuelas Comerciales Montserrat (actual Escola Cavall Bernat). A este centro educativo fundado en 1945 a petición de la Sección Educativa se le dedicará un artículo aparte debido a su especial importancia. En el nuevo edificio, además de la escuela y el teatro, también contenía otra sala de juntas, una sala de audición, el bar, una sala de deportes y una pista de baloncesto.


Con la municipalización del metro mediante la absorción, el 28 de junio de 1961, de la sociedad Gran Metropolitano de Barcelona, S.A. por parte del Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, S.A., el Círculo Social Metropolitano vio aumentar notablemente el número de socios por la incorporación de personal procedente de la citada compañía ya disuelta. En 1962 se creó la Sección de Actividades Recreativas, especialmente pensada para niños y jóvenes hijos de los empleados del metro. Durante la década de los sesenta la Sección Excursionista organizó romerías a Monserrat los años 1961, 1963 y 1968; a Núria en 1966 y a Roma en 1969.
En 1968 se celebraron las Bodas de Plata del Círculo Social Metropolitano. Para ello se desarrollaron a lo largo de un año numerosas actividades, como misas, romerías a Montserrat, homenajes a los socios fundadores, festivales de música, elección de la Pubilla y sus Damas de Honor, viajes a Lourdes y Andorra, concursos, exposiciones, torneos deportivos, sardanas, teatro, actividades infantiles, conciertos del Orfeón Social Metropolitano, una peregrinación a Roma, verbenas, unos Juegos Florales, bailes y la elección de nuevos cargos de l Junta del Círculo. A todo ello se compuso un himno con motivo de la efeméride llamado "Bandera Triomfant":

Amunt germans, preguem per guia
la nostra ensenya triomfant!
Signe d'afecte i d'alegria
signe de pau i amistat.

Al seu entorn no es pot anar-hi
sense respirar sinceritat;
Al seu voltant no es pot estar-hi
sense enteresa i voluntat.

Ben confiats amb Tu fem via
dolça bandera de l'amor!
I treballant amb valentia
de tots plegats farem un cor!

Per xó et cantem gaia senyera
estel puríssim, rutilant!
i caminem amb fé i fermesa
bo i estrenyent-nos tots les mans.


A finales de dicha década, en 1969 el Orfeón Social Metropolitano creó una biblioteca con la modalidad de préstamo de libros y revistas. Precisamente el 12 de octubre de ese mismo año la Sección Cultural organizó los últimos Juegos Florales. En 1970 se creó el Grupo Juvenil, un centro de esparcimiento creado para los hijos de los empleados del metro en edades comprendidas entre los 12 y los 16 años, los cuales a partir de los 17 años podían ejercer de monitores. Se ofrecían actividades varias como encuentros los sábados por la tarde, excursiones, campamentos, fiestas y talleres, entre otras cosas. Fue en ese mismo año que el fundador del Círculo Josep Maria Vicens Corominas falleció, siendo sustituido en el cargo por José María Marzo Marco.
Con la conversión en 1979 de la S.P.M. Transportes de Barcelona, S.A. en la S.P.M. Transports Municipals de Barcelona, S.A. que gestionaría autobuses (S.P.M. Transports de Barcelona, S.A.) y metro (S.P.M. Ferrocarril Metropolità de Barcelona, S.A.) bajo un mismo mando, la antigua estructura paternalista fue desmantelada. Como consecuencia, en 1985 se disolvió el Círculo Social Metropolitano, al tiempo que se decidió abandonar el antiguo edificio de la calle de los Jocs Florals, el cual acabó albergando una sede sindical y poco después terminó okupado desde el año 1997 y convertido en el Centre Social Autogestionat Can Vies. Posteriormente las políticas socioculturales evolucionaron en la sección TMB Cultura y en la creación en 2010 de la Fundació TMB.

Fotos: Fundació TMB, Jaume Peris Xancó, Manel Dídac Castaño, Montserrat Bueno.

domingo, 6 de agosto de 2023

Cuando la estación fantasma de "Sant Antoni" de la L2 de metro se convirtió en el Teatre Metropolità de Barcelona


Pocos se pueden imaginar que la actual estación “Sant Antoni” de la L2 de metro fue usada temporalmente como escenario teatral cuando todavía estaba pendiente de entrar en servicio. Fue una experiencia única e irrepetible, aseguran algunos que incluso pionera a nivel mundial, más bien producto de una época y en un contexto enmarcado bajo la llamada Transición que lo hizo posible en un momento históricamente oportuno.
El responsable de convertir esas instalaciones fantasmas en un equipamiento cultural efímero fue obra y gracia del pintor, grabador y escenógrafo Santiago “Iago” Pericot i Canaleta (El Masnou 1929-2018). Licenciado en Magisterio y Psicología por la Universidad de Barcelona, graduado en Arte por la Slade School of Fine Arts de Londres y graduado en Arte Dramático por la Escuela de Arte Dramático Adrià Gual (EADAG), además de profesor d'Espai Escènic del Institut del Teatre, decidió en 1975 fundar junto al actor Sergi Mateu i Vives (Sabadell 1955) la compañía Teatre Experimental de Barcelona con la intención de abrir un espacio artístico alternativo de reflexión e investigación propio. Defendían un teatro experimental gregario y al abasto del público en general cuyo objetivo era poner de manifiesto los problemas sociales del momento. Todos los miembros de la compañía participaban activamente en los diversos trabajos creativos que comportaban los montajes teatrales. Planteaban, en definitiva, un teatro donde todo el mundo asumiría distintos cargos y podría aportar de su colaboración.



En 1977 Iago Pericot y Sergi Mateu montaron la obra teatral “Rebel Delirium”, interpretada por el mismo Sergi Mateu, además de Manel Muntaner, Joan Matas, Anna Balsach, Santi Arisa, Rosa Raich y Josep Ballester. En los aspectos técnicos la voz fue a cargo de Josep Muntanyès; la música la compuso Santi Arisa y la interpretaron Josep Maria Aloy, Santi Arisa, Quim Casas y Jordi Ulivarri; el vestuario corrió a cargo de Elisa Ruiz; la iluminación la diseñó Joan Escrich y Agustín Lahuerta; las diapositivas Carles Ametller y Josep Maria Peñalver; la coordinación técnica Miquel Bonastre; el sonido Salvador Palència; el espacio teatral Cristóbal Ramírez y Carles Roig; el diseño gráfico Carles Ameller; la dramaturgia Vicent Bernat y la dirección y escenografía Iago Pericot.
La obra, cuyo lenguaje teatral no buscaba valor literario sino que servía de pretexto de lo que sería el espectáculo a ofrecer, quería llegar al escenario ofreciendo un discurso abierto, un juicio teatral de la homosexualidad donde se pusieran de manifiesto aspectos como la marginación, la represión, la opresión, la depresión, el aislamiento, la agresividad, el encierro y la rebeldía, entre otros. Para la puesta en escena no buscaba precisamente un teatro sino una ubicación alternativa singular cuyas características permitieran la acogida de éste espectáculo. Al considerar que el teatro convencional no aportaría nada nuevo optaron por posibilitar la libertad de elección de un nuevo contexto, es decir, que el montaje no debía de subordinarse al espacio teatral sino que éste debía de subordinarse al montaje.



Finalmente, tras la búsqueda de un ambiente idóneo se planteó la posibilidad de representar en la estación fantasma de “Sant Antoni” de la futura L2 de metro. La acústica permitía diferentes niveles de resonancia incluso de cara a interpretar las piezas musicales, mientras que la iluminación aprovecharía la estructura circular del túnel pudiendo ofrecer distintas posibilidades a pesar de quedar determinado por las limitaciones del montaje. Dicho montaje usaría el túnel como escenario, el cual obligó por sus características a modificar algunas de las escenas previstas. Las paredes, adecuadamente iluminadas, se aprovecharían para reflejar momentos de dramatismo. La carencia de decorados quedaría suplida por la iluminación, la fuerza interpretativa de los actores y actrices así como por la división del escenario en el túnel.
La estación “Sant Antoni” constaba de un andén central de 110 metros de longitud, túneles laterales y dos vestíbulos en ambos extremos con accesos a la ronda de Sant Antoni con Villarroel y con Comte d’Urgell. Su materialización fue gracias a la modificación que el Plan de Metros de 1966 hizo de la Línea II, la cual inicialmente se preveía desde la Vall d’Hebron hasta Sants pero luego se decidió que finalizaría en el Paralelo. El 22 de diciembre de 1968 el Ministerio de Obras Públicas adjudicó las obras de construcción. Sin embargo, los diversos problemas hallados en el subsuelo de las rondas de Sant Pau y de Sant Antoni por la presencia de restos de la antigua muralla medieval obligaron a paralizar los trabajos repetidamente, encareciendo el presupuesto y retrasando su entrada en servicio. En noviembre de 1974 el hallazgo de aguas torrenteras que interrumpían el paso de las tuneladoras a la altura de la plaza de toros Monumental y la construcción al mismo nivel por un error de cálculo del trazado a la altura de la Sagrada Familia de las Líneas II y V llevó a suspender las obras a mediados de 1975. No sería hasta el 25 de septiembre de 1995 que entraría en servicio como L2.



Tras algunas negociaciones la S.P.M. Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, S.A., la Delegación de Servicios de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona y el Institut del Teatre de Barcelona colaboraron en hacer realidad la pieza teatral. Iago Pericot llegó a afirmar que “tras lograr el acuerdo no todo fue tan fácil. Romper unos moldes de estas características, como hacer teatro en el túnel de una línea de Metro, es una odisea que de ningún modo hubiéramos podido protagonizar sin el total apoyo y ayuda que desde el primer momento encontramos en los responsables del F.C. Metropolitano”. Hubo además la colaboración de varias personas, entidades e instituciones como por ejemplo la Comisión de Barrios de los Distritos VI-V-IV, la editorial Vicens-Vives, el Colegio Oficial de Aparejadores de Cataluña y Baleares, Estructuras “Ultra” y la fábrica de géneros de punto Farré i Sentís.
Entre el 6 de octubre de 1977 y hasta el 8 de enero de 1978 se representó a diario en función única “Rebel Delirium” en la estación “Sant Antoni”, que para la ocasión se rebautizó como Teatre Metropolità de Barcelona. En el andén central se habilitaron los asientos para unas 200 personas. La obra tenía una duración de 1 hora y 36 minutos y en general tuvo buena acogida de público (más de 11.000 espectadores) y notable eco internacional especialmente por el lugar donde se representaba. El acceso a la estación se efectuaba por la boca ubicada en la calle de Villarroel esquina con la ronda de Sant Antoni. Cada jueves, al terminar la función se organizaba un coloquio abierto al público donde participaron alumnos del Institut del Teatre y de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Los pases eran de martes a sábado a las 22:30h y los domingos a las 20:00h. Los lunes había descanso.

 
La representación de la citada obra teatral fue acompañada de una serie de actividades culturales que se desarrollaron en algunas instalaciones del metro de Barcelona. Así, por ejemplo, en el vestíbulo de la estación “Universitat” de la L1 se instaló una exposición de murales pintados por conocidos artistas del momento y se celebraron once conciertos de jazz. Bajo el lema “Nadal al soterrani” se organizaron una serie de espectáculos gratuitos como mimo, teatro, conciertos de música clásica y contemporánea, ballet, cercavilas, corales dirigidas por Oriol Martorell e incluso sardanas. Otro espacio aprovechado fue el vestíbulo de la estación “Diagonal” de la L3 y L5 donde se expuso una muestra fotográfica.
Finalizado el periodo navideño terminó una experiencia atrevida, única e irrepetible, la cual tuvo tres objetivos básicos: la búsqueda de nuevos espacios, el aprovechamiento por primera vez de un túnel de un ferrocarril metropolitano y hacer representaciones teatrales con mensaje pedagógico. En definitiva, “Rebel Delirium” fue una obra teatral vanguardista desarrollada durante la Transición (una de las muchas que entonces se representaron) que, además de contribuir a la modernización y renovación del teatro catalán, fue claro reflejo de la existencia de una crisis de las viejas estructuras teatrales, a su vez punto de partida de un cambio radical en las formas de producción y de entender el teatro imperantes hasta el momento para dar paso a unos años de evolución que desembocarían a la situación actual.


Fotos: Arxiu Fundació TMB, Institut del Teatre, Pilar Aymerich.