martes, 18 de julio de 2023

Francisco Ibáñez, maestro del cómic y del humor


Recibo la triste noticia del reciente traspaso del dibujante historietista Francisco Ibáñez Talavera a la edad de 87 años el pasado día 15. Más allá de haber sido un artista y un maestro del cómic humorístico, fue un icono de una época de nuestra historia contemporánea de estos últimos 70 años. Genio y figura, artista único e irrepetible, su obra lo convirtió en un referente ineludible en la evolución de los cómics no sólo a nivel nacional sino también internacional, marcando un estilo humorístico de fuerte personalidad. Nada tenía que envidiar la calidad de su trabajo con los artistas extranjeros europeos más prestigiosos del momento. Tanto por la forma como por el contenido, con el paso de los años terminó creando escuela, llegando incluso a ser imitado. Nacido en Barcelona en 1936, su vocación artística le vino de muy pequeño. Con tan solo once años de edad, en octubre de 1947 se publicó su primer dibujo en la revista “Chicos” por lo que cobró 5 pesetas. Sin embargo, inicialmente su ámbito profesional nada tuvo que ver con el cómic. Tras estudiar contabilidad, banca y peritaje mercantil empezó trabajando de botones en el Banco Español de Crédito y luego como ayudante de cartera y riesgos en la banca. Paralelamente a su profesión como principal medio para ganarse la vida se dedicó al dibujo de historietas, donde se fue dando a conocer progresivamente a medida que fue tomando más encargos.


Su estilo artístico evolucionó desde los trazos más simples a las viñetas más elaboradas, desde las historietas cortas de una sola página a las tramas largas, del estilo clásico más similar al mítico TBO a la influencia de los cómics franco-belgas. En sus prematuros inicios con tan solo 16 años sus trabajos se asemejaban más bien a lo que se estilaba en los años veinte, treinta y cuarenta. Ello se puede apreciar en su etapa en las editoriales Marco (de 1952 a 1955 con “Kokolo”, “Melenas”, “Don Usura” y “Haciendo el Indio”; de 1956 a 1957 con “La Familia Repollino”, “Curiosidades y rarezas de todo el mundo”, “Furgensio” y “Pie sucio”), Nueva (1995 con “Dreson”) y Ediciones Generales (en 1957 con “Pepe Roña”, “El Caballero Buscabollos”, “El tío Tranca” y “Loony”). Sin duda la etapa que lo catapultó a la fama fue la que tuvo al servicio de la editorial Bruguera, convirtiéndose en el personaje más famoso y representativo de la empresa.


De hecho fue a partir de 1957, con 21 años de edad, que se dedicó profesionalmente al cómic de manera plena, ganándose la vida en lo que realmente le gustaba. Entre 1958 y 1983 creó “Don Adelfo”, “Ellas y…”, “Mortadelo y Filemón” (hasta el presente año 2023), “La Familia Trapisonda, un grupito que es la monda”, “Felisa y Colás”, “La historia esa, vista por Hollywood”, “Increíble, pero mentira”, “Claro que…”, “Ríase…”, “El Escudero Bartolo o ¡qué calor hace, Manolo!”, “Ande, ríase usté con el Arca de Noé”, “13 Rue del Percebe” (hasta el año 2002), “Godofredo y Pascualino viven del deporte fino”, “Polito, tipo duro”, “Cabeza de Ajo, el penúltimo navajo”, “Kitín, el amigo de los niños”, “Balín y balón”, “El botones Sacarino” (hasta el año 1982), “Yo”, “Rompetechos” (hasta el año 2009), “Uhu y el niño Prudencio”, “Don Pedrito, que está como nunca”, “El doctor Esparadrapo y su ayudante Gazapo”, “El Sheriff de Porra City”, “Policarpo”, “Pepe Gotera y Otilio”, “Pepsi-Cola presenta a Pepsiman”, “Doña Pura y Doña Pera, vecinas de la escalera”, “Kina San Clemente presenta a Kinito” y “Tete Cohete”. En su última etapa, de 1986 a 1990, con las editoriales Grijalbo y Ediciones B creó “Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo” y “Rebolling Street”.


De todos sus personajes, sin duda los más míticos y carismáticos fueron “Mortadelo y Filemón”, una parodia de los agentes secretos que empezaron en pequeño formato de historietas breves hasta terminar a partir de los años setenta en la elaboración de extensas aventuras de acción, siempre con ese humor inteligente y avispado acompañado de alusiones indirectas y sutiles a temas de actualidad. El éxito de la serie la convirtió en la más popular de la historia del cómic español. Incluso en los últimos años, tras haber adquirido Ediciones B los derechos, se continúan publicando nuevas historias con guiones y dibujos de otros autores que han seguido el estilo de Ibáñez. De Mortadelo y Filemón se creó merchandising, películas y series de dibujos animados e incluso dos películas con actores de carne y hueso.


Cada personaje creado por Ibáñez representaba una visión humorística y satírica pero nunca mordaz de niños y niñas, hombres y mujeres, ancianos, gordos y flacos, gentes de otras razas y países e incluso de animales. Incluso el mismísimo Ibáñez se autocaricaturizó en algunos cómics haciendo pequeños cameos. Jamás buscó el realismo en personas, animales o cosas, lo cual no excluía a la vez cierto perfeccionismo global capaz de atraer a primera vista las masas de lectores. Los guiones de las historias eran sencillos, carentes de cualquier complejidad y al alcance comprensivo de (casi) cualquier edad. La irracionalidad, el absurdo y lo imposible eran ideas siempre presentes cuyo objetivo principal era no engañar a nadie, pues desde el principio los lectores ya sabían lo que había y a qué se atenían. Obviamente, a pesar de tratar aspectos de nuestra realidad, los personajes de Ibáñez se hallan en un mundo paralelo donde lo imposible es posible. Su humor trataba en clave humorística aspectos de la vida cotidiana, tópicos sociales e incluso temas de actualidad, algunos de ellos complejos pero presentados bajo la máxima sencillez para todos los públicos. A menudo ciertos puristas han querido ver en personajes e historietas incorrecciones políticas o incluso ofensas hacia determinados colectivos, pero en realidad solo existen en la imaginación de las generaciones de cristal y en el pensamiento victimista de la (in)cultura woke o de la cancelación.


La popularidad de sus personajes fue tan fuerte que, en cierto modo, acabó por arrinconar lentamente al resto de dibujantes y personajes de Bruguera, casi hasta el punto de asociar la citada editorial con las creaciones de Ibáñez. Ello en parte se debió al hecho de que mientras éste supo evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos, renovándose aun manteniendo su inconfundible estilo, los demás dibujantes, sin pretender desmerecerlos o desvalorarlos ni muchísimo menos, terminaron obsoletos a pesar de la calidad de sus historietas. Actualmente cuenta con más de 100 millones de álbumes vendidos, convirtiéndose así en el humorista gráfico más prolífico y comercial de nuestra historia.
No solo los niños sino también los adultos disfrutamos de su obra, abarcando a millones de personas de distintas generaciones. En ese sentido, ayudó sobre todo a sobrellevar mejor los tiempos difíciles de nuestro país con una sonrisa e incluso con una carcajada, desde el franquismo hasta la democracia. España necesitaba ocio para los niños y la historieta era un producto barato y fácil de serializar.


Su trayectoria artística se reconoció con numerosos premios: Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona (1994); Premio Haxtur al Autor que Amamos (2000; compartido con Quino); Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de 2001 (2002); Premio Notario del Humor de la Universidad de Alicante (2008); Premio “El Chupete” al Mejor Comunicador con el Público Infantil (2013); Creu de Sant Jordi (2021); Premio Entrañables de APEI-Cataluña (2014) y Ramblista d’Honor 2016. Fue una auténtica lástima que no se le otorgara el premio Princesa de Asturias a pesar del apoyo logrado y las numerosas reivindicaciones incluso de prestigiosas personalidades de distintas disciplinas. En la ciudad de Barcelona, como catalán y barcelonés ilustre sería un detalle que al menos le dedicaran una calle, unos jardines o una plaza, pues no siempre tienen que ser para políticos o activistas tal y como sucede últimamente, porque él también se lo merece y eso también es memoria histórica.

Fotos: Bruguera / PRH, El Periódico, https://mortadelo-filemon.es, Ricard Cugat, Twitter.

sábado, 8 de julio de 2023

Ada Colau Ballano: luces y sombras de una alcaldesa


El mandato de Ada Colau Ballano en la alcaldía de Barcelona llegó definitivamente a su fin. Tras las elecciones municipales celebradas el pasado 28 de mayo la ciudadanía ha decidido apostar en su mayoría por una nueva opción política. Si bien por votos y regidores fue vencedor Xavier Trias (del PDeCat), los pactos postelectorales han permitido a Jaume Collboni coronarse como nuevo alcalde de la ciudad, lo cual supone para el PSC la recuperación de su antigua hegemonía tras haber gobernado durante 32 años salvo en el paréntesis de los últimos 12 años. Sucedió finalmente lo que algunos vaticinamos desde hacía tiempo, algo bastante previsible, pues no interesa dar paso a un alcalde con perfil independentista. La capital catalana, igual que buena parte de su región metropolitana, continúa siendo un bastión de resistencia frente a la alternativa secesionista.
Tras un mandato sin pena ni gloria de Xavier Trias como alcalde entre 2011 y 2015, los últimos ocho años han dado mucho de qué hablar y no han dejado a nadie indiferente. El ascenso de una plataforma política de izquierdas alternativa (Guanyem Barcelona) liderada por Ada Colau, la cual, aprovechando oportunamente el contexto de inestabilidad social marcado por la crisis económica y financiera, ofreciendo un discurso contra las injusticias y las desigualdades, defendiendo además un modelo más social, acabó por calar en muchos barceloneses desencantados. Por ello, en las elecciones municipales celebradas el 24 de mayo de 2015 ganó por la mínima el nuevo partido Barcelona en Comú. A pesar de algunos intentos de que Trias repitiera como alcalde, el 13 de junio siguiente Colau fue elegida como nueva alcaldesa de la ciudad, convirtiéndose así en la primera mujer alcalde de la historia de Barcelona.


En líneas generales, su gestión se basó en el rechazo a la ejecución de grandes proyectos de ciudad a cambio de acatar numerosas actuaciones localistas o de pequeña escala. La única excepción es la estación ferroviaria de La Sagrera y la urbanización del corredor ferroviario entre el Nus de la Trinitat y el Clot.
El apartado de la vivienda fue uno de sus grandes retos planteados con el propósito de facilitar el acceso al mercado inmobiliario a las personas más desfavorecidas y de menor poder adquisitivo. La construcción de nuevas promociones de vivienda social, adquirir fincas a propietarios privados, obligar a reservar un 30% de las nuevas promociones a vivienda de protección pública, limitar el precio de los alquileres y regular los pisos turísticos fue la estrategia para llevar a cabo su objetivo. Sin embargo, el resultado fue más bien contrario al esperado, pues aparte de no haber cumplido con el número de viviendas sociales previstas, se redujeron las de alquiler que había disponibles, aumentaron las rentas convirtiendo Barcelona en una de las ciudades más caras de España, se produjeron más desahucios y bajaron los visados de pisos de obra nueva.


Otro gran caballo de batalla de Colau y el que probablemente más polémica y controversia generó fue el urbanismo. El principal objetivo de las reformas era reducir al máximo la presencia del coche y, por consiguiente, la contaminación, algo que generó una gran división de opiniones. Sí fueron acertadas las reformas de arterias como la avenida Meridiana, la Via Laietana, la Rambla (cuyas obras se iniciaron con un gran retraso) y la calle Gran de Sant Andreu. En cambio, el proyecto de peatonalización parcial de la ronda de Sant Antoni es un error si tenemos en cuenta que se pactó una solución intermedia que optaba por reabrir todo el paseo al tráfico a cambio de reducir carriles de circulación e implantar un carril bici. En lo referente a las no menos polémicas "superilles" del Eixample, probablemente hubiese sido más eficaz la pacificación del tráfico en algunas calles siguiendo el modelo aplicado inicialmente en las calles de Enric Granados y Comte Borrell (aparcamiento+carril bici+carril de circulación) así como la recuperación de los interiores de las manzanas para crear jardines públicos. Si bien las peatonalizaciones han dado lugar a espacios estéticamente agraciados y agradables, la eliminación del coche ha tenido como contraprestación el aumento de los alquileres de las viviendas y de los locales comerciales, la desaparición de algunos negocios y el aumento del tráfico automovilístico en las calles adyacentes. En definitiva no se trataba de demonizar al coche sino de fomentar un uso más racional y coherente combinado con un refuerzo eficiente del transporte público.


En lo relativo al transporte sí que se percibió una gestión más acertada. El tranvía de la Diagonal prevé conectar las redes del Trambaix y del Trambesòs a través de dicha arteria. Una vez esté completamente operativo se observará como un sistema rápido, cómodo, eficaz, ecológico y de gran capacidad que permitirá cruzar la ciudad de un extremo al otro, a la vez que contribuirá a articular la red de transporte público en general rompiendo la estructura radial. Probablemente los tópicos anti-tranvía caerán por sí solos con el paso del tiempo. Entre los años 2016 al 2021 entraron en servicio la L9Sud y la L10Sud y la estación de Ernest Lluch de la L5. Desde entonces el suburbano llega a la Zona Franca, al Prat de Llobregat y al aeropuerto. A todo ello se terminó de implantar la nueva red ortogonal de autobuses, prosiguió la modernización de la flota de autobuses y de trenes del metro y se evitó la subida abusiva del precio de las tarifas de transporte. Queda sin embargo pendiente un mayor refuerzo de la red de autobuses, especialmente los domingos y festivos y durante los meses de verano, lo cual ayudaría a reducir el uso del coche. Y a pesar de las críticas recibidas, fue muy positivo el incremento de carriles bici, pues el uso de la bicicleta, los patinetes y otros sistemas similares ha aumentado notablemente en los últimos años, lo cual motiva forzosamente a imponer una infraestructura para esta clase de vehículos. El problema no radica tanto en los carriles bici sino en el incivismo de algunos usuarios.


Un aspecto bastante negativo de su gestión municipal fue que, a pesar de las reformas ejecutadas que tanto iban a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, Barcelona se siguió percibiendo como una ciudad degradada: la suciedad, el vandalismo, el aumento del incivismo, la multiplicación de la pobreza, los narcopisos, el turismo de borrachera y de baja calidad, el fenómeno de las okupaciones y la sensación de inseguridad debida a robos, acosos sexuales y episodios de violencia fueron una constante durante el mandato de Colau.
Paralelamente, su negativa a proyectos como la candidatura a los Juegos Olímpicos de Invierno, el museo del Hermitage, la sede de la Agencia Europea del Medicamento, la ampliación del puerto, la extensión del parque empresarial en el Distrito 22@ de Poblenou y la ampliación del aeropuerto, sumado a la moratoria hotelera, a la persecución de pisos turísticos y a posturas contrarias al fomento del turismo tuvieron como resultado que la alcaldesa se ganara el apelativo de provinciana y turismofóbica. Sus posturas bastante ambiguas con respecto al Mobile World Congress, al Salón del Automóvil, a la celebración de eventos internacionales en general, al sector de la restauración, al sector del comercio y al sector empresarial fueron motivo de discusiones, siendo a menudo acusada de querer frenar y desacelerar el crecimiento económico de la ciudad.


Durante sus ocho años de mandato protagonizó numerosas polémicas, como favorecer a entidades afines a sus ideas, sus desplantes al Rey, su rechazo a las fuerzas armadas en el Saló de l'Ensenyament, su laicismo con toques cristianófobos e islamofílicos, la apertura del Centro de Nuevas Masculinidades, cambios de nomenclatura de determinadas calles de la ciudad, los Belenes vanguardistas de la plaza de Sant Jaume y su postura favorable a romper el hermanamiento entre Barcelona y Tel Aviv (Israel), entre otras cosas.
En definitiva, ocho años de mandato municipal lleno de luces y sombras en desigual proporción que intentaron cambiar el modelo territorial vigente y transformar la ciudad hacia nuevos rumbos. Tras finalizar, en lo bueno y en lo malo habido en su legado, dejará inevitablemente escrita una nueva página en los libros de historia de Barcelona.

Fotos: Efe, Europa Press, Francesc Melcion, Gianluca Battista, Vilaweb.