domingo, 27 de octubre de 2013

Una valoración personal de la GUÍA SECRETA DE BARCELONA, de Josep Maria Carandell


Si en la literatura catalana contemporánea de Barcelona se tuviese que destacar una obra de referencia sin duda habría que hacer una parada obligatoria en la Guía Secreta de Barcelona. Escrita por el periodista y escritor Josep Maria Carandell (1934-2003) no se puede considerar una guía convencional sino que se caracteriza por su singularidad en tanto que se escapa del estereotipo clásico del manual turístico para conocer la ciudad. Se trata de un excelente trabajo de investigación que muestra la historia y los anécdotas más desconocidos de las calles, plazas y rincones de la capital catalana, lo que confiere una visión distinta y nueva capaz de sorprender incluso a los más eruditos investigadores.
Publicada en 1974, todavía bajo el régimen franquista, es a la vez coyuntural y moderna porque es respectivamente una perfecta imagen de la Barcelona de los años 70 y también un reflejo personal y sentimental expresado mediante el estilo literario moderno tan propio del autor. Su lectura es un viaje a un pasado relativamente reciente de una ciudad llena de historia y de infinitas escenas urbanas de la vida cotidiana que rompen con el absurdo tópico de que Barcelona antes de los Juegos Olímpicos de 1992 era una ciudad gris y aburrida, tal y como nos han querido vender. Incluso los rincones más oscuros de la urbe, los míticos bajos fondos que tanto han inspirado en nuestra literatura, son descritos de tal modo que llegan a ser interesantes y atractivos.


Si una guía convencional para turistas se detiene ante los principales puntos de interés que todos conocemos y que tan repetidamente se ofrecen, aquí se exhibe una cara oculta pero presente de lo que ha sido y es Barcelona en el momento de su edición, si bien una parte importante de este trabajo todavía sería vigente en el siglo XXI. La Rambla, la ciudad romana y medieval, el Raval y el Paralelo, la zona de Santa María del Mar y la zona marítima acaparan la mayoría de los capítulos, aunque numerosas referencias a los barrios de la llamada Gran Barcelona no quedan eludidas por su importancia creciente. El producto final es un punto de vista personal y subjetivo de la ciudad, si se quiere también discutible pero muy bien descrito, que viene a recordar en su forma y contenido al excelente y elegante estilo descriptivo de Josep Pla, maestro y referente de cronistas y periodistas posteriores. En este sentido, se destacaría un equilibrio entre la descripción física del paisaje urbano y los acontecimientos protagonizados por personajes pasados y presentes como mendigos, espiritistas, masones, curanderos, ladrones, travestis, mozas de partido, drogadictos, santos, alcohólicos, brujas, judíos, herboristeros, gitanos, vendedores ambulantes y toda clase de gentes que también han escrito una página muy importante, fundamental y decisiva de la formación histórica de Barcelona. Es decir, el autor se centra en aquello que jamás contarán los libros de texto ni las guías turísticas y mucho menos los mediocres libros "fast-food" de fotografías. Igualmente, merece destacar en esta guía la especial afición que tenía Carandell hacia el ocultismo, la brujería, la astrología, la parapsicología, la magia, la religión y la masonería, con numerosas referencias de todo este mundo hoy día tan presente y en aquellos años relativamente difundido por su carácter a menudo pagano y opuesto al sistema catolicista vigente.


En el aspecto gráfico, el inicio de cada capítulo viene acompañado de un plano del sector de la ciudad a tratar, y algunas fotografías que retratan rincones desconocidos y personajes singulares, alejándose así de la clásica estampa de postal a la que estamos acostumbrados. En definitiva, la Guía Secreta de Barcelona nos ofrece un punto de vista distinto, atractivo y fascinante de conocer la ciudad, siendo una obra de referencia muy recomendable para quienes deseen conocer una perspectiva singular y a su vez de extraordinario interés de todo aquello que no se acostumbra a explicar sobre la capital catalana pero que responde al por qué una calle, una plaza o un barrio se ha desarrollado de una determinada manera. En el aspecto cronológico, meritoria es la labor de selección de curiosidades locales, algunas de ellas atrevidas y desafiantes a la censura vigente teniendo en cuenta el contexto político vivido.
En 1982 se editó la Nueva Guía Secreta de Barcelona, también de gran calidad pero más coyuntural al nuevo periodo democrático, puesta al día y que recoge la casi totalidad de historias de la edición de 1974, con algunas novedades de sumo interés para quienes se consideren amantes de la historia local de la ciudad.
En la actualidad ambos libros no se publican, por lo que es recomendable a las personas interesadas en el tema acudir a alguna librería de viejo de Barcelona para adquirir a un precio bastante razonable las ediciones de 1974 y 1982.

sábado, 19 de octubre de 2013

40 años del MUSEO DE CERA de Barcelona (1973-2013)


"Oiga, del cuello para abajo, cera; pero de aquí para arriba, es de verdad, ya me entiende; se lo digo yo que de anatomía se algo. ¡Un verdadero horror!", dijo el limpiabotas de la plaza de Tetuán llamado Jaumet, muy impresionado, según contaba Josep Maria Carandell en su magnífica obra Guía secreta de Barcelona (1974), en relación al Museo de Cera de Barcelona, que cumple cuarenta años de su inauguración.
Sin embargo, antes de establecerse el actual como definitivo, pocos saben que muchos años atrás hubo exposiciones de figuras de cera en la ciudad que asombraron e impactaron por su extraordinario realismo a la sociedad barcelonesa de entonces. Según cuenta Enric H. March en su recomendable blog Bereshit: la reconstrucció de Barcelona i altres mons (http://enarchenhologos.blogspot.com.es/) el empresario Francesc Roca, propietario de una tienda de antigüedades y aficionado al arte y a la magia, disponía de un teatro ambulante. Hacía espectáculos con autómatas y poseía una colección de figuras de cera con sede fija en el número 25 de la calle del Conde del Asalto (actual Nou de la Rambla), probablemente abierto en el año 1900. El nombre de Museo Anatómico Roca exhibía figuras que representaban el cuerpo humano, sus partes, su fisiología, y especialmente enfermedades venéreas y malformaciones. Igualmente, a principios de siglo XX, Nicomedes Méndez, verdugo de Barcelona, tuvo la idea de montar un barracón en el Paral·lel bajo el título de "Palacio de las ejecuciones" donde él explicaría al público asistente sus experiencias como verdugo al lado de las figuras de cera que recrearían las penas capitales. Sin embargo, no tuvo la autorización municipal para llevarlo a cabo. La existencia de otras exhibiciones temporales o permanentes de figuras de cera debería ser objeto de un estudio más exhaustivo.


Transcurrido más de medio siglo, la iniciativa de crear un museo de cera definitivo en Barcelona fue obra de Enrique Alarcón Sánchez-Manjavacas (1917-1955), decorador del cine español que trabajó en más de 260 películas con directores como Luis Buñuel, Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem, Carlos Saura, Nicholas Ray y Anthony Mann. En una estancia en Barcelona en el año 1968 participando como decorador en la película "Tuset Street", al pasear por la Rambla se percató de la existencia del majestuoso edificio del año 1867 cuya entrada se efectuaba por el pasaje de la Banca. Obra del arquitecto Elíes Rogent Amat, este palacete neoclásico albergó en sus inicios la Compañía General de Crédito «El comercio» (fundada por Ignasi Girona Agrafel en 1873), luego la sede del Banco de Barcelona (1915) y finalmente la sede de la Banca Crédito y Docks (1916). Fue entonces cuando Alarcón, maravillado, dijo que aquél edificio, abandonado desde hacía algunos años, era un espacio idóneo para acoger un museo de cera. Según dicen, el lugar le recordaba las películas inglesas en que los crímenes sucedían dentro de los museos de cera, en referencia al film "House of Wax" (1953). Afirmó, además, que la ubicación al lado de la Rambla y el hecho de quedar escondido en el interior de un callejón con dos entradas le otorgaba un aire misterioso y muy cinematográfico parecido al de las calles del Londres victoriano donde Jack el destripador solía realizar sus crímenes. Así, entre él y otros interesados en el proyecto procedieron a la compra del edificio, fundando a su vez la empresa Museo de Cera de Barcelona Sociedad Anónima el 26 de mayo de 1972 para su explotación.


En el proceso de habilitación del antiguo edificio, conservando y respetando lo máximo posible sus elementos originales desde el punto de vista patrimonial, escogió materiales como el mármol, la madera, el acero, la seda y el cristal, entre otros. La idea era crear mediante personajes de cera diferentes ambientaciones al modo de película, como si a su vez se tratara de hacer un museo de la escenografía.
La inauguración oficial tuvo lugar el 23 de febrero de 1973. En aquél entonces se reunía una colección de unas doscientas figuras de cera, todas ellas obra del mismo Enrique Alarcón, realizadas en el plazo de un año. Al acto asistieron, entre otros invitados, el arquitecto e ingeniero Carles Buïgas (el cual pudo contemplarse a sí mismo en su réplica de cera); el gobernador civil de Barcelona, Tomás Pelayo Ros; el gobernador militar de la provincia de Barcelona, Antonio Ruiz Ramón; el fiscal de la Audiencia, Joaquín Ruiz de Luna Díez; y el alcalde accidental, Félix Gallardo Carreras.


El interior del museo consta de varias secciones, algunas de las cuales se han ido incorporando con el paso de los años, llegando a un total de treinta y cuatro ambientes distintos. De todas ellos, merece destacar algunos por encima de otros por su especial interés y por ser el principal centro de atención de los visitantes. Tras pasar la entrada al museo preside la escalera de honor, hecha de mármol y muy majestuosa, cubierta con una alfombra roja y que da acceso al interior. En el salón del recital se conserva el mobiliario, e incluye figuras destacadas del mundo de la música y la literatura, acompañadas de figuras de políticos y monarcas. El patio de cristal está cubierto con un ejemplar de bóveda de vidrio y presidido por una pintura de Vilumara i Junyent (1908) donde se representan grandes personajes de la historia. Antaño fue el despacho del director del banco y mantiene buena parte de la decoración original. El salón gótico, de estilo neogótico catalán, está inspirado en el Saló del Tinell de Barcelona. Los arcos de piedra soportan una cubierta de madera y se proyecta como una ilusión con un espejo que refleja la otra mitad del arco. La cámara acorazada es original de la entidad bancaria que tenía su sede en el edificio y tuvo que abrirse en una pared con un soplete para permitir la visita. Aquí se recrea un atraco con los famosos ladrones Bonnie & Clyde. También hay un libro de dedicatorias. En el pasaje del terror se pueden desde los asesinos en serie más importantes de la historia hasta monstruos. Como curiosidad, remarcar que las escaleras que conducen al laboratorio del doctor Frankenstein originariamente conducían a la red de alcantarillado de Barcelona. Otras secciones son el Cuento de Hadas, un pasillo lleno de personajes de los cuentos populares para niños en un ambiente sencillo y alegre; la enfermería de la plaza de Toros, que contiene reproducciones del drama de la fiesta nacional; el batiscafo de Julio Verne, donde se puede contemplar el mundo subacuático; y la cueva gitana, terrosa y blanqueada, donde se reproduce un escenario del canto y del baile flamencos. A la salida del museo hay una tienda de recuerdos.


Con el paso de los años el número de figuras de cera se amplió hasta llegar a las trescientas. Los artesanos encargados de fabricarlas nunca han sido empleados del museo sino trabajadores externos, disponiendo de almacenes en Barcelona e Igualada donde se conservan las figuras retiradas del museo y piezas de recambio en caso de reparaciones y desperfectos. El sistema de construcción de las figuras de cera ha sido siempre laborioso, tradicional y artesano, a diferencia de los expuestos en los museos Madamme Tussauds, donde se emplean técnicas basadas en esculturas tridimensionales. Las piezas del museo de cera barcelonés se basan en fotografías e imágenes que sirven para hacer el molde de la cabeza y el cuerpo con arcilla. Posteriormente los modelos se juntan para acoplarlos y obtener tanto la postura como la expresión deseada. Luego se procede a trocear la figura para que otro equipo haga los moldes desmontables y por separado de la cabeza y del cuerpo, los cuales se llenan con cera fundida a una temperatura determinada y con el tono adecuado para cada figura. Una vez hecha la forma, se colocan la dentadura y los ojos y luego pasan al departamento de maquillaje y peluquería. La implantación del cabello es muy laboriosa, generalmente pelo a pelo mediante una aguja, no solo para el cuero cabelludo sino también para las cejas, pestañas, bigotes, barbas e incluso los pelos de las manos si es necesario. Ello dura alrededor de dos semanas de trabajo. También se da color a los labios, las mejillas y en todo lo que sea necesario en función del tipo de personaje. Acabados la cabeza y el cuerpo, se monta nuevamente la figura y, una vez supervisada, ya se puede vestir. Después sólo falta añadir a la figura los complementos ornamentales, previamente diseñados y fabricados. Las figuras vestidas solo son de cera la cabeza y las extremidades que enseña, mientras que el resto es un maniquí. Únicamente las figuras semidesnudas o que transparentan ropa son completamente de cera.


En cuanto al famoso quiosco verde de la Rambla situado enfrente del pasaje de la Banca, justo al lado de una fuente Wallace y que funciona como taquilla del museo, se ubicó pocos años después para hacer más visible su presencia. Fue estrenado el 10 de octubre de 1979 por iniciativa de la Asociación de Vecinos de las Ramblas como punto de información para los turistas. Años atrás se ubicó en el Pla de l'Os hasta que se proyectó el mosaico de Joan Miró. Aunque es de estilo ochocentista, es temporalmente moderno y no se trata de un antiguo quiosco centenario restaurado como algunos creen.
La empresa que gestiona el museo es privada, y pertenece a los descendientes de Enrique Alarcón, y económicamente se mantiene con las recaudaciones obtenidas de taquilla, cuyo número de visitantes asciende a unos 200.000 anuales. Mayormente estos suelen ser turistas, aunque el público local ha ido experimentando un progresivo ascenso. Desde el año 1989 ostenta la dirección la señora Carmina Vall. En abril de 1993 se amplió el negocio con la apertura del Bosc de les Fades. Diseñado por Víctor Alarcón, hijo de Enrique Alarcón, es un bar de copas cuya ambientación es un bosque fantástico donde se recrean entre las sillas y mesas de los clientes y la barra de bar, árboles con cara, castillos encantados, cascadas de agua y figuras de cera de hadas. Incluye una sala onírica llamada La Habitación de los Prodigios. Y en el año 2009 abrió el Passatge del Temps, una tienda situada justo al lado del Bosc de les Fades donde se venden productos varios de decoración pero diferentes a los habituales, todo ello bajo una escenografía del local con rincones imaginarios. Otros servicios disponibles en la actualidad son la organización de actos privados, la posibilidad de cesión de espacios, visitas comentadas y el espectáculo nocturno del Cuidador, que se celebra cada sábado a las 20:00h.


El museo no ha quedado exento de anécdotas singulares. En octubre de 2012 el director cinematográfico Víctor Matellano aprovechó las instalaciones para el rodaje de “Wax”, una película de terror en cuya grabación se dice que través de los auriculares del equipo técnico se oían voces cuando no hablaba nadie. En otra ocasión un ladrón que huía de la policía se coló en el museo y se hizo pasar por figura de cera, aunque después la policía lo atrapó fuera del edificio. Los incidentes más desagradables sucedieron cuando una persona con las facultades perturbadas se escondió en el museo y, por la noche, sacó una espada y decapitó varias figuras de la sala gótica; y en febrero de 1982 cuando dos ultraderechistas prendieron fuego a la figura de cera del rey Juan Carlos I, después de haber pagado previamente la entrada al museo.
El museo de cera abre de lunes a viernes de 10:00h. a 13:30h. y de 16:00h. a 19:30h. Los sábados, domingos y festivos funciona de 16:00h. A 19:30h., y en los meses de verado su horario es continuo de 10:00h. a 22:00h.



domingo, 13 de octubre de 2013

60 años del barrio del Congrés (II). Un itinerario urbano

Foto: Zerkowitz

Para visitar el barrio del Congrés, la mejor manera de llegar en transporte público es mediante el metro, bajando en la estación "Congrés" de la L5 (con accesos en la calle de Garcilaso), o bien en autobús, tomando las líneas 20 (Estació Marítima-Plaça del Congrés) o 71 (Passeig Marítim-Canyelles) las cuales circulan por la calle de Felip II y la plaza del Congrés Eucarístic. En automóvil, los accesos más directos son desde las calles de Felip II y d'Escòcia, los paseos de Maragall y de Fabra i Puig y la avenida Meridiana.
La plaza del Congrés Eucarístic es el centro neurálgico y punto principal de encuentro vecinal y de celebraciones festivas como conciertos, ferias y comidas populares. Los edificios que rodean la plaza son los más altos del barrio y corresponden a la primera promoción, del año 1953. El nombre de la plaza recuerda que este polígono fue creado con motivo de la celebración en Barcelona del XXXV Congreso Eucarístico Internacional sumado a la necesidad de resolver el problema de la vivienda.

Foto: Arxiu Diocesà de Barcelona

La plaza está presidida por la parroquia de Sant Pius X, el templo religioso del barrio. Situada en la calle del Cardenal Tedeschini, fue bautizada con el nombre de Pío X en homenaje al Papa Giuseppe Melchiore Sarto (1835-1914). La primera piedra fue colocada el 20 de octubre de 1960 e inaugurada en 1963. Obra del arquitecto Josep Soteras Mauri, estaba presupuestada en poco más de 8 millones de pesetas. Ocupa una superficie de 1.750 m2. El interior tiene capacidad para 800 personas. Su aspecto parece el de un pabellón deportivo, pues no debemos olvidar que su arquitecto también diseño el Palau dels Esports (actual Barcelona Teatre Musical). Su estructura consiste en una gran nave principal que forma una bóveda de cañón soportada por medio de unos arcos parabólicos de hormigón armado que se entrecruzan. La cubierta y la base se separan por medio de una franja de vidrieras que otorgan iluminación interior. La planta baja es de obra vista para dar calidez. El interior se completa con una pequeña capilla del Santísimo de forma ovalada situada en un lateral junto a la entrada de la parroquia. Incluye una torre de 45 metros de altitud destinada a campanario coronada por una cruz.

Foto: Arxiu Fotogràfic de Barcelona

A la derecha de la parroquia hay La Salle Congrés, una escuela nacida como Sección Filial nº. 1 del instituto Menéndez Pelayo de Barcelona e inaugurada el 20 de septiembre de 1959 por los Hermanos de la Salle. Inicialmente había dos escuelas: la sección de niñas de la Institución Teresiana, y la sección de niños de las Escuelas Cristianas. Posteriormente se incorporó la oferta de bachillerato superior nocturno y diurno y la oficialidad y maestría en las especialidades de Mecánica y Electrónica. La Ley de Educación de 1970 obligó a replantear el enfoque académico, creándose un nivel de EGB y BUP con tres clases por nivel. Optó por el régimen de conciertos llenos debido a su carácter de "Antigua Sección Filial". Así, los alumnos podían beneficiarse de la gratuidad o semigratuidad desde los 6 hasta los 17 años. A partir de 1981, cuando la Escola Arrels se especializó en educación infantil y primaria, La Salle Congrés pasó a especializarse en educación secundaria. Fue entonces cuando niños y niñas pasaron a compartir las mismas aulas. Desde 1994 imparte la ESO y el bachillerato en todas sus especialidades.

Foto: AFOCA

A la izquierda de la parroquia hay la antigua Residencia de Señoritas Santa Teresa y la Escola Arrels. La primera es de 1960 y estaba vinculada a la Institución Teresiana. Actualmente acoge la Fundació Privada Viarany-Centre Convivim, destinado a la acogida, orientación y acompañamiento de inmigrantes extranjeros. La Escola Arrels fue fundada el 20 de septiembre de 1960. Iniciativa del Patronato Escolar, fue creado en 1956 por vecinos del barrio vinculados a la Asociación de Familias de San Pío X. De carácter religioso, la escuela era conocida como Institución Teresiana para niñas, asociación de laicos fundada por San Pedro Poveda en 1917 que contribuyó al desarrollo de la renovación educativa dirigida a la formación de las clases populares, a la asociación profesional de los maestros y la actualización pedagógica del profesorado. A partir del 8 de enero de 1981 se legalizó la cesión de la titularidad a la Societat Limitada "Arrels", por lo que el colegio pasó a llamarse Escola Arrels. Desde aquel momento se especializó en educación preescolar y EGB, poniendo al mismo tiempo punto y final a la segregación de niños y niñas. Actualmente imparte educación infantil y primaria.

Foto: Toni Molina (Facebook)

En la misma calle del Cardenal Tedeschini y enfrente de la Escola Arrels existe una aula de cultura que perteneció a la Caja de Ahorros Sagrada Familia y que se utiliza esporádicamente para conciertos y exposiciones, así como para actividades culturales varias.
La calle del Cep tiene representada en unos esgrafiados una parra de uvas en dos paredes de unos bloques de viviendas en cuya parte central existe una plazoleta ocupada por un pequeño edificio que una vez fue guardería. En esta calle fue donde nació en 1959 la Cooperativa Escolar Pompeu Fabra, resultado de los intereses de padres y maestros. Este centro se basó en las propuestas de la escuela activa catalana. Su primer local se ubicó en esta calle para enseñanza primaria y en la calle de Felip II para guardería. En 1968, en conmemoración del centenario del nacimiento del filólogo Pompeu Fabra Poch, la escuela adoptó este nombre. En 1970 se inscribió en el registro de escuelas como Cooperativa Cultural Pompeu Fabra. Formó parte activa del Col·lectiu d'Escoles Privades per l'Escola Pública Catalana (CEPEPC) desde los inicios de este movimiento. En 1987 se integró en la red de escuelas públicas. Desde el curso 2003-2004, tras largas reivindicaciones para tener unos espacios en condiciones, estrenaron un nuevo edificio en el barrio de los Indians, entre las calles de Concepción Arenal y Olesa.

Foto: autor desconocido

En la calle del Cardenal Tedeschini encontramos la masía de Can Ros o de Can Armera. La primera noticia que se tiene de ella es de 1671 cuando Antoni de Paguera Puissa pidió un permiso de obras por unos arreglos. Desde inicios del siglo XVII era propiedad de la familia Paguera. A mediados del siglo XVIII pasó a manos de la familia Ros, aunque las propiedades agrícolas permanecieron en manos de los Paguera. Entre los propietarios destacó Maria Micaela de Borras de Casanovas. En 1829 se casó con Joan Antoni de Paguera Bayllet. En 1837 enviudó y se convirtió en propietaria de las tierras. Contrajo matrimonio con Matias Ramon de Casanovas, muriendo en 1867. Su primo Joan Baptista de Ros i Molins heredó las propiedades y continuó la política de cesiones, también seguida por su hijo Joaquim de Ros i de Càrcer. En 1942 la masía fue restaurada y acondicionada como vivienda habitual, bajo la dirección del hijo de Ignasi de Ros i de Puig (hijo de Joan Baptista), Joaquim de Ros i de Ramis y Francesc d'Asís i Viladevall. En junio de 1947 murió Ignasi, dejando en herencia la propiedad dividida a sus ocho hijos y la casa al más grande, Joan de Ros i de Ramis. Finalmente, las 16,5 hectáreas de terreno fueron vendidas al Patronato de las Viviendas del Congreso Eucarístico en diferentes etapas. Y otros terrenos fueron empleados en régimen de alquiler para la empresa que gestionó el Canódromo Meridiana.

Foto: familia Fernández Valentí

La masía presenta tres cuerpos y una cubierta a cuatro vertientes. La fachada principal conserva restos de la decoración esgrafiada. El cuerpo lateral derecho tiene una galería a la altura del primer piso, el otro cuerpo presenta una continuidad de estancias propias y la vivienda de los caseros. Casi a tocar la fachada principal hay adosada la capilla. Detrás de la casa se conserva una balsa de agua en la que se vertían las aguas de una mina procedente de Horta, con carácter medicinal, por los que los vecinos de la zona venían a tomarla. Interiormente, hay una clara diferencia entre la vivienda señorial (en el primer piso) y la de los masoveros (en la planta baja). El primer piso tiene unos gabinetes decorados con pinturas al fresco en las paredes y decoración pintada en las vigas de madera del siglo XVII. Estas habitaciones se articulan alrededor de un recibidor octogonal, decorado con mármol y con una especie de claraboya en el techo.

Foto: autor desconocido (colección Carme Martín)

La masía era conocida por su huerto, y a menudo iba la gente a comprar verduras. Las viñas eran destacadas y la familia recogía las rentas de la producción. También hubo una plantación de moreras como alimento para los gusanos de seda que criaban, producto que vendían en alguna fábrica cercana. Los terrenos fueron arrendados y trabajados por Miquel Cortés. Un acueducto subterráneo transportaba las aguas en las tierras de un propietario de Sant Martí de Provençals. El agua era administrada según sus usos, por lo que aún se mantiene una torre de agua que la bombeaba. Igualmente, todavía se conserva una habitación subterránea en la que se accede por un pasillo en zigzag y que se utilizaba para conservar alimentos. En los anexos de la masía, donde se situaban las bodegas y los almacenes, a mediados de los años 1990 han sido transformados en el restaurante Tasca i Vins, una cadena de restauración especializada en cocina típica a base de carnes a la brasa y "torradas".

Foto: autor desconocido (colección Carme Martín)

En esa misma manzana también se ubica el Club de Petanca Can Ros, fundado en 1980 y que tras haber cambiado cinco veces de ubicación ahora dispone de este espacio que antaño ocuparon las pistas de tenis del Club de Tenis Meridiana Match Ball. Esta entidad deportiva, de iniciativa privada, ocupa parte de los antiguos terrenos de la masía de Can Ros. Su acceso principal es a través de la calle de Can Ros, frente al canódromo. Adosado hay un gimnasio con una pequeña piscina cubierta cuyo acceso se efectúa por la calle de Concepción Arenal, bajo un moderno bloque de viviendas. Parte de estas pistas también las ocupan actualmente l'Associació Esportiva de Futbol Sala Arrels, vinculada a l'Escola Arrels. Tanto esta asociación como la de petanca usan estos terrenos mediante convenio con dicho club de tenis. En la esquina de las calles del Cardenal Tedeschini con Concepción Arenal se encuentran los barracones provisionales del nuevo CEIP Congrés-Indians, escuela pública creada el año 2010 cuya pedagogía se basa en el libre aprendizaje.

Foto: Boletín A.VV. VCE-Can Ros

Enfrente de la masía en el número 39 de la calle del Cardenal Tedeschini hubo la Peña Blanquiazul Congreso Club Sport. Ocupaba un local de unos bloques de viviendas tras los cuales se ubica la plaza del Cardenal Cicognani, muy tranquila y acogedora y que prácticamente conserva todo su aspecto original. Al lado de la plaza hay la escuela Sants Innocents para discapacitados psíquicos. Fue fundada en octubre de 1964 por iniciativa de unos padres y madres económicamente mal y con hijos discapacitados psíquicos que decidieron impulsar una cooperativa para educar tanto a sus hijos como a otros con la misma problemática. Inicialmente la escuela estuvo en la calle del Cardenal Tedeschini, pero desde 1973 ocupa el centro actual. En 1977 propiciaron la constitución del Patronato de la Obra Social de Ayuda al Subnormal (OSAS).

Foto: Boletín A.VV. VCE-Can Ros

En la calle de Pardo se encuentra la Penya Barcelonista Congrés y el Canódromo Meridiana. La primera es una entidad fundada en 1984, cuyo primer local fue en la calle de la Riera d'Horta. Luego se trasladó a su actual ubicación. Desde allí se emiten todos los partidos del Futbol Club Barcelona, organiza excursiones y participa en la Trobada de Penyes Barcelonistes que se celebra cada año. Dispone de un buen número de socios, mayormente gente jubilada que encuentran en este espacio un lugar de ocio y relaciones sociales.

Foto: autor desconocido

El Canódromo Meridiana fue construido entre 1961 y 1964 y era popularmente conocido como "el casino de los pobres". Obra de los arquitectos Antoni Bonet Castellana y Josep Puig Torné, recibió el Premio FAD de Arquitectura 1964. Este recinto ocupa una manzana rectangular de 10.000 m2. Se compone de un edificio de estructura parabólica de 107 metros de longitud para las apuestas (situado en el lado más largo de la manzana) y una pista de carreras. El edificio consta de dos plantas: la baja, planteada como una prolongación del terreno, y la superior como un objeto completamente separado del suelo que sirve de mirador. Durante sus años activos se celebraron carreras de galgos de carácter nacional e internacional. Habitualmente se hacían apuestas de parejas de perros. Fue el último canódromo de España en ofrecer carreras de galgos y cerró en el año 2006. Actualmente hay un propuesta para destinarlo a usos culturales, si bien la crisis han paralizado los proyectos de reutilización pesar de las fuertes reivindicaciones vecinales para emplearlo como espacio para el barrio.

Foto: Pedro Laita (Facebook)

Al lado del canódromo hay una manzana de viviendas comprendida entre las calles de Vèlia, Can Ros, Pardo y Riera d'Horta formada por un conjunto de viviendas fruto de una promoción particular del Instituto Nacional de la Vivienda (INE) y que posteriormente se integró en el barrio. En esa misma manzana, en su interior albergó las instalaciones deportivas del Club Deportivo Congreso, nacido en marzo de 1959. Integraba el Club Patín Congreso, el hockey patines y la sección de baloncesto Mare Nostrum. Enseguida se formó una junta para potenciar las secciones deportivas. El interior disponía de un bar, una pista grande, unos vestuarios y una pista pequeña. Posteriormente se añadió un minigolf. Concretamente el equipo de baloncesto recibió el apoyo de la empresa textil Cotolene. La sección de hockey desapareció entre 1967 y 1978, reapareciendo de la mano del ex-jugador del F.C. Barcelona Luis Zuriaga. La sección de patinaje artístico ha sido una de las más premiadas con la presencia de numerosas campeonas de Cataluña, España y Europa. Pese a que el recinto era exclusivamente para socios, igualmente accedía cualquier persona a pasear o a ver las actuaciones deportivas. En los años 1980, debido a las protestas vecinales de los habitantes de las viviendas de la manzana, el Club se trasladó en 1987 a las pistas de la escuela Pegaso, en la Sagrera. Tras años de cierre y abandono, actualmente hay unos jardines.

Foto: AFOCA (Diario de Barcelona)

La calle de la Riera d'Horta es la frontera virtual entre el distrito Nou Barris y el distrito de Sant Andreu. Subiendo por esta calle se encuentra el Espai el Drop, una ludoteca infantil fundada en 1977 dependiente de la Escola Arrels. Pertenece al Moviment de Centres d’Esplai Cristians Catalans (MCECC) y organiza numerosas actividades lúdicas y culturales. Continuando por la misma calle y girando a mano izquierda tras un bloque de once plantas se llega a una placita donde se halla la Associació de Veïns del Congrés-Indians. Constituida el 27 de abril de 1969 como Asociación de Vecinos VCE-Can Ros, ocupa un local que se preveía como sala de cine de barrio, pero con la apertura del cine Diamante a pocos metros de este, en el año 1964, se descartó esta opción. El principal objetivo de la asociación ha sido plantear y solucionar los problemas del barrio. En 1971 comenzó a editar un boletín para los socios.

Foto: Toni Molina (Facebook)

Antaño, en la misma manzana hubo unas pequeñas galerías comerciales con accesos en las calles de la Riera d'Horta y Felip II que terminaron cerrando a finales de la década de 1980 debido a su obsolescencia y, sobre todo, a la falta de una buena política de promoción del comercio de barrio que ha terminado con muchos establecimientos.
En el espacio comprendido por las calles d'Arnau d'Oms, Riera d'Horta, Cep y Felip II hay varios ejemplos de edificaciones construidas sobre pilotes, es decir, aguantadas sobre un conjunto de columnas que permiten la desaparición de las plantas bajas, la liberación de espacio y la circulación de peatones por debajo del edificio para poder cruzar de un lado a otro. Ello refuerza el concepto de manzanas abiertas planteado por el arquitecto Josep Soteras Mauri.

Foto: Toni Molina (Facebook)

La manzana comprendida por las calles de Sant Pasqual Bailón, Cardenal Tedeschini, la Espiga y Felip II contiene las viviendas más antiguas del barrio, de 1953. Este conjunto estructurado en forma de cruz por la distribución de los edificios y de sus plazas es conocido como el grupo Massana.  Su nombre se debe a la existencia de una bóvila (horno donde se fabricaban y se cocían los materiales de construcción) llamada Can Massana. El acceso a su interior se efectúa mediante unos pasillos (Espiga y Sant Pasqual Bailón) y mediante unos pasos bajo los pilotes de algunas casas (Cardenal Tedeschini y Felip II). Donde actualmente están los jardines, hubo el campo de fútbol del Club Deportivo Viviendas del Congreso, fundado en 1957 y gestionado por el mismo vecindario del barrio y constituido al año siguiente en el Comité del campo de Deportes de VCE. El equipo participó en el Trofeo Arzobispo-Obispo de Barcelona Doctor Modrego. Siempre dentro del fútbol base, el equipo jugó en diferentes categorías. La temporada 1972-73 consiguió el subcampeonato de la Copa Barcelona y el subcampeonato de España en categoría de alevines. A partir de 1976 se inició un conflicto entre el club de fútbol y los propietarios del patio interior. Finalmente, el 29 de julio de 1983 el club se trasladó a pesar de las luchas vecinales que terminaron en carga policial contra quienes se opusieron al desmantelamiento del campo. Tras varios años de abandono, desde 1999 existen unos jardines.

Foto: Boletín A.VV. VCE-Can Ros

En el número 67 de la calle del Cardenal Tedeschini se encuentra la asociación de iniciativas de economía solidaria AFOCA, fundada en 1982 y destinada a la promoción de creación de ocupación de forma autogestionada. Informa, asesora y apoya las iniciativas de economía solidaria; agrupa un vivero de empresas y entidades, dispone de biblioteca especializada y organiza un mercado de intercambio. En la calle de la Espiga fue donde se instaló la parroquia provisional de San Pío X, inaugurada por el arzobispo de Barcelona Gregorio Modrego Casaus en 1953. Las viviendas son promoción de ese mismo año. En dos de sus paredes tienen unos esgrafiados de una espiga de trigo. Hay una plazoleta central acondicionada desde hace poco y con juegos infantiles. También se halla un almacén de la editorial Biblaria y un casal de jubilados de "La Caixa" (antes de la Caja de Ahorros Sagrada Familia) que organiza actividades culturales.

Foto: Arxiu Diocesà de Barcelona

La calle de Felip II es la arteria principal del barrio, la "calle mayor" que concentra buena parte del comercio del barrio. En el lado paralelo a la calle de Alexandre Galí se encuentra el singular paso de Sant Tarsici, dedicado al niño mártir y patrón de las manifestaciones eucarísticas infantiles. Es curioso el "hueco" situado en la pared de la escalera y el ascensor de acceso a la calle de Alexandre Galí, en el cual se preveía colocar una fuente o bien una estatua del santo. Las viviendas de este pasaje, al igual que las comprendidas en este lado de la calle de Felipe II entre Felip Bertran i Güell y Ramon Albó, forman una estructura de tres manzanas con un jardín central en cada una. Son una promoción del año 1956 y de renta limitada.

Foto: Boletín A.VV. VCE-Can Ros

La calle de Alexandre Galí (antes Federico Mayo) es la frontera virtual entre los barrios del Congrés y de los Indians. En el número 46 hay la Escuela Diocesana de Formación Intensiva Profesional. Haciendo casi esquina con la plaza del Doctor Modrego hay la sede de la Agrupació Congrés, la primera entidad del barrio. Nacida en 1956 como Asociación de Padres de Familia de San Pío X, en 1960 cambió su nombre por el actual. Primero fue sala de cine y punto de encuentros sociales, de los cuales se formaron las secciones de teatro (Taller de Teatro San Jorge), esbart, coral, ajedrez (embrión del Club de Ajedrez Congreso) y tenis de mesa. También se hacía cine cada semana, charlas, cursos y foros. En el año 2007 fue galardonada con el Premi Sant Andreu por su dedicación al barrio y al fomento del asociacionismo. Actualmente existen las secciones del grupo de teatro La Trapa, el Esbart Joventut Nostra y la sección de tenis de mesa.

Foto: Boletín Patronato Viviendas del Congreso (1960)

El itinerario termina en la plaza del Doctor Modrego, situada justo al lado de la plaza del Congrés Eucarístic. Presidida también por altos edificios, es destacable la entrada a la calle de la Manigua donde existe un edificio "puente" que se une con los bloques de viviendas laterales. Este espacio lo ocupa en parte una policlínica privada (Consultorio Médico y Especialidades).

sábado, 5 de octubre de 2013

60 años del barrio del Congrés (I). Breve historia de su formación


Con motivo del 60 aniversario de la fundación del barrio del Congrés, merece la pena efectuar un repaso histórico de este núcleo de viviendas delimitado por las calles de Ramon Albó, Riera d'Horta, Concepción Arenal, Cienfuegos, Puerto Príncipe y Alexandre Galí, que ocupa unas 16,5 hectáreas de terreno y cuenta en la actualidad con poco más de 13.000 habitantes.
El barrio del Congrés nació por iniciativa conjunta de un grupo de burgueses industriales y financieros de inspiración católica representados por la Asociación Católica de Dirigentes (creada en 1951) y la misma Iglesia, entonces representada por el arzobispo de Barcelona Gregorio Modrego Casaus. Su creación vino motivada tras el impacto del XXXV Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Barcelona, sumado a un intento de resolver el problema de la vivienda en la ciudad. Así, obispos y burgueses se asociaron para encontrar la financiación necesaria para hacer realidad el nuevo barrio. El 8 de enero de 1952 se constituyó el Patronato de las Viviendas del Congreso Eucarístico, entidad que estructuró las bases jurídicas, económicas y sociales para la construcción del nuevo barrio. Formaron parte numerosas autoridades e instituciones que aportaron el dinero necesario. El 18 de marzo siguiente firmaron un manifiesto para dar a conocer el proyecto a la ciudadanía con el propósito de que quien quisiera aportara una o varias cuotas fundacionales a la causa, que eran de 100.000 pesetas. El 21 de mayo dicha entidad formalizó sus estatutos, el 31 de julio siguiente pidió al Instituto Nacional de la Vivienda ser cualificada como Entidad Benéfico-Constructora de Viviendas Protegidas, y el 22 de septiembre siguiente el mismo Instituto Nacional de la Vivienda le aprobó definitivamente sus estatutos.


Fue a partir de entonces cuando se empezaron a construir los primeros bloques viviendas del entonces denominado VCE-Can Ros sobre terrenos propiedad de la masía de Can Ros (llamada también de Can Armera), adquiridos en diferentes etapas. La primera piedra fue colocada el 30 de mayo de 1953. el presupuesto total ascendió a 391 millones de pesetas, de los cuales 30 millones fueron aportados directamente por los socios fundadores. Inicialmente, el barrio se preveía con una estructura urbana de calles perpendiculares que formarían islas cuadriculadas que permitiesen la conexión del antiguo ensanche de Sant Andreu con el de los Indians, tal y como promovió antaño el alcalde del entonces municipio de Sant Andreu de Palomar, Josep Maria de Nadal i Vilardaga. Pero finalmente la idea original fue desvirtuada, aprobándose la configuración que dio el actual aspecto, con un total de 16 manzanas. El resultado fue una estructura basada en una plaza central con una torre de 14 plantas en cada esquina que preside y ordena el barrio, más un conjunto de bloques de viviendas mayormente de 5 plantas complementados con patios interiores y espacios verdes. El nuevo trazado de las calles, siendo el eje vertebrador la calle de Felip II, se pensó para la integración con los barrios circundantes a la vez que tanto la distribución urbanística y la homogeneidad constructiva otorgaron desde un principio una fisonomía única e inhabitual en los barrios periféricos de aquellos años. El proceso de construcción finalizó definitivamente en 1967, con un total de 2.772 viviendas, 315 locales comerciales y 229 edificios.


Los arquitectos responsables fueron Josep Soteras Mauri, Carles Marquès y Antoni Pineda, basándose en una experiencia piloto del corriente arquitectónico llamado "Ciudad Abierta" y en el lema "Sol, aire y vegetación", ambas cosas expuestas en el Día Mundial del Urbanismo celebrado en Barcelona en el año 1950. La idea consistía en la configuración de manzanas con edificaciones abiertas al sol, al aire y a la vegetación donde tuviesen cabida, además de las viviendas, jardines, zonas de juegos infantiles y equipamientos varios. Prácticamente todas las calles se caracterizan por su amplitud tanto de las aceras para peatones como de las calzadas para la circulación de vehículos. Una particularidad que otorga singularidad con respecto a otros barrios periféricos es la presencia en la gran mayoría de calles de parterres de césped y abundante arbolado que otorgan mayor calidad de vida.


Las viviendas, pensadas para garantizar una buena insolación y ventilación, se construyeron de 60 a 120 metros cuadrados de superficie, con un mínimo de tres habitaciones y un máximo de ocho para familias numerosas. La adjudicación se efectuó mediante un reglamento aprobado en 1954 donde se indicaban los requisitos básicos e imprescindibles, como tener necesidad real de adquirir una vivienda, haber vivido como mínimo durante dos años en Barcelona y disponer de ingresos suficientes como para poder pagar la vivienda, además de requisitos varios de carácter moral o ideológico. El pago de entrada era de 8.000 pesetas. Igualmente, el Estado concedió hipotecas por valor de un 40% a devolver en cincuenta años y una donación de 30.000 pesetas por vivienda a fondo perdido. Las Cajas de Ahorro, por otro lado, ofrecieron hipotecas por un valor del 40%.


Otro criterio de adjudicación fue de tipo sociológico, mezclando a personas de diferente categoría sociolaboral, origen geográfico y actividad sociocultural para facilitar así la integración de la nueva población tanto en el barrio como en la ciudad de Barcelona. De este modo, el 20% lo formaban obreros no cualificados, el 30% obreros cualificados, el 30% empleados administrativos, el 5% subalternos, el 4% funcionarios y el 11% profesionales liberales e independientes. Las primeras viviendas fueron ocupadas a partir de 1954.
En relación al comercio, a través de los vínculos comerciales se pretendió forjar una vida de barrio. Los locales se adjudicaron bajo arrendamiento mediante concursos públicos, de modo que Patronato consiguió recaudar dinero de los comercios para la construcción de equipamientos para el barrio, el cual funcionaba de modo autosuficiente. Sin embargo, la penetración de cadenas de tiendas y supermercados y la posibilidad de adquirir el local comercial como propiedad terminó con este sistema.


En febrero de 1953 se aprobó la nueva toponimia de las calles del barrio, bautizadas mayormente con motivos relacionados con la Eucaristía y el Congreso Eucarístico Internacional. Así, encontramos las calles del Cep y de la Espiga como símbolos religiosos que en el cristianismo representan la permanencia y la abundancia, respectivamente. Nombres de cardenales que participaron en el Congreso Eucarístico Internacional los encontraríamos en la calle del Cardenal Tedeschini y la plaza del Cardenal Cicognani: La plaza del Doctor Modrego está dedicada a Gregorio Modrego Casaus (1890-1972), arzobispo de Barcelona, fue el principal impulsor del XXV Congreso Eucarístico Internacional y de la construcción del barrio. Nombres relacionados con santos relacionados con el Congreso Eucarístico los hallaríamos en la calle de Sant Pasqual Bailón (patrón de los congresos eucarísticos) y en el paso de Sant Tarsici (patrón de las eucaristías infantiles). En cuanto a nombres de propietarios de terrenos donde se erigió el barrio existe el caso de la calle de Pardo (dedicada probablemente al propietario Valentín Pardo y Lanuza), y de promotores del barrio, como la calle de Felip Bertran i Güell (industrial que participó en la construcción del barrio). El nombre de la plaza del Congrés Eucarístic recuerda que el barrio fue creado con motivo de la celebración en Barcelona del XXXV Congreso Eucarístico Internacional. Desde un principio ha sido el centro neurálgico del barrio y el punto principal de encuentro vecinal y de celebraciones festivas.


Algunas calles cambiaron de nombre, como Federico Mayo e Ignasi de Ros. La primera estaba dedicada a Federico Mayo Gayarre, ingeniero civil y director del Instituto Nacional de la Vivienda. El 28 de octubre de 1983 cambió su nombre por el del pedagogo e historiador Alexandre Galí. La segunda estaba dedicada a Ignasi de Ros i de Puig, cuyos hijos fueron los responsables de vender los terrenos de la masía para la construcción del barrio. Desde el 2 de febrero de 2007 pasó a llamarse de Can Ros.
Otros nombres son las calles de Cienfuegos (ciudad de Cuba), de Concepción Arenal (escritora gallega vinculada al movimiento feminista del siglo XIX), de Felip II (dedicada al rey de España desde el año 1945, antes denominada Comerç y después Bac de Roda porque es una prolongación de esta calle de Sant Martí), de Puerto Príncipe (ciudad de Cuba), de la Riera d'Horta (porque en superficie transcurría la riera de Horta) y de Vèlia (dedicada a la Velia hispánica situada entre Oviedo y Vitoria, o bien a una antigua colonia griega en Italia, antes llamada calle "D" de la urbanización de Can Garrigó).


En relación a los equipamientos educativos, sanitarios, deportivos, culturales y comerciales del barrio del Congrés, hablaremos en la próxima entrada, que a su vez invitará a efectuar un itinerario urbano y, de paso, un paseo por sus 60 años de historia.

Procedencia de las fotografías: Arxiu Diocesà Parròquia de Sant Pius X, grupo de Facebook "Jo vaig viure a les Vivendes del Congrés".