domingo, 27 de octubre de 2013

Una valoración personal de la GUÍA SECRETA DE BARCELONA, de Josep Maria Carandell


Si en la literatura catalana contemporánea de Barcelona se tuviese que destacar una obra de referencia sin duda habría que hacer una parada obligatoria en la Guía Secreta de Barcelona. Escrita por el periodista y escritor Josep Maria Carandell (1934-2003) no se puede considerar una guía convencional sino que se caracteriza por su singularidad en tanto que se escapa del estereotipo clásico del manual turístico para conocer la ciudad. Se trata de un excelente trabajo de investigación que muestra la historia y los anécdotas más desconocidos de las calles, plazas y rincones de la capital catalana, lo que confiere una visión distinta y nueva capaz de sorprender incluso a los más eruditos investigadores.
Publicada en 1974, todavía bajo el régimen franquista, es a la vez coyuntural y moderna porque es respectivamente una perfecta imagen de la Barcelona de los años 70 y también un reflejo personal y sentimental expresado mediante el estilo literario moderno tan propio del autor. Su lectura es un viaje a un pasado relativamente reciente de una ciudad llena de historia y de infinitas escenas urbanas de la vida cotidiana que rompen con el absurdo tópico de que Barcelona antes de los Juegos Olímpicos de 1992 era una ciudad gris y aburrida, tal y como nos han querido vender. Incluso los rincones más oscuros de la urbe, los míticos bajos fondos que tanto han inspirado en nuestra literatura, son descritos de tal modo que llegan a ser interesantes y atractivos.


Si una guía convencional para turistas se detiene ante los principales puntos de interés que todos conocemos y que tan repetidamente se ofrecen, aquí se exhibe una cara oculta pero presente de lo que ha sido y es Barcelona en el momento de su edición, si bien una parte importante de este trabajo todavía sería vigente en el siglo XXI. La Rambla, la ciudad romana y medieval, el Raval y el Paralelo, la zona de Santa María del Mar y la zona marítima acaparan la mayoría de los capítulos, aunque numerosas referencias a los barrios de la llamada Gran Barcelona no quedan eludidas por su importancia creciente. El producto final es un punto de vista personal y subjetivo de la ciudad, si se quiere también discutible pero muy bien descrito, que viene a recordar en su forma y contenido al excelente y elegante estilo descriptivo de Josep Pla, maestro y referente de cronistas y periodistas posteriores. En este sentido, se destacaría un equilibrio entre la descripción física del paisaje urbano y los acontecimientos protagonizados por personajes pasados y presentes como mendigos, espiritistas, masones, curanderos, ladrones, travestis, mozas de partido, drogadictos, santos, alcohólicos, brujas, judíos, herboristeros, gitanos, vendedores ambulantes y toda clase de gentes que también han escrito una página muy importante, fundamental y decisiva de la formación histórica de Barcelona. Es decir, el autor se centra en aquello que jamás contarán los libros de texto ni las guías turísticas y mucho menos los mediocres libros "fast-food" de fotografías. Igualmente, merece destacar en esta guía la especial afición que tenía Carandell hacia el ocultismo, la brujería, la astrología, la parapsicología, la magia, la religión y la masonería, con numerosas referencias de todo este mundo hoy día tan presente y en aquellos años relativamente difundido por su carácter a menudo pagano y opuesto al sistema catolicista vigente.


En el aspecto gráfico, el inicio de cada capítulo viene acompañado de un plano del sector de la ciudad a tratar, y algunas fotografías que retratan rincones desconocidos y personajes singulares, alejándose así de la clásica estampa de postal a la que estamos acostumbrados. En definitiva, la Guía Secreta de Barcelona nos ofrece un punto de vista distinto, atractivo y fascinante de conocer la ciudad, siendo una obra de referencia muy recomendable para quienes deseen conocer una perspectiva singular y a su vez de extraordinario interés de todo aquello que no se acostumbra a explicar sobre la capital catalana pero que responde al por qué una calle, una plaza o un barrio se ha desarrollado de una determinada manera. En el aspecto cronológico, meritoria es la labor de selección de curiosidades locales, algunas de ellas atrevidas y desafiantes a la censura vigente teniendo en cuenta el contexto político vivido.
En 1982 se editó la Nueva Guía Secreta de Barcelona, también de gran calidad pero más coyuntural al nuevo periodo democrático, puesta al día y que recoge la casi totalidad de historias de la edición de 1974, con algunas novedades de sumo interés para quienes se consideren amantes de la historia local de la ciudad.
En la actualidad ambos libros no se publican, por lo que es recomendable a las personas interesadas en el tema acudir a alguna librería de viejo de Barcelona para adquirir a un precio bastante razonable las ediciones de 1974 y 1982.

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