lunes, 26 de abril de 2010

Criminalizando al bando republicano y al conseller Tarradellas

Recientemente, el investigador e historiador Miquel Mir y el marista Mariano Santamaría, han escrito un libro titulado “El precio de la traición” donde se cuenta que durante el año 1936, dirigentes de la CNT-FAI con cargos de responsabilidad en la Conselleria d’Interior de la Generalitat se encargaron de la persecución, chantaje, traición y asesinato de 172 hermanos maristas. Entre los responsables de tales crímenes se dan los nombres de Manuel Escorza (del Comité de Investigación de la FAI), Dionís Eroles (cabeza de Servicios de la Comissaria General de l’Ordre Públic), Josep Asens (cabeza de las Patrulles de Control), Aurelio Fernández (secretario general de la Junta de Seguretat i Interior de la Generaltiat), y Silví Torrentes (cabeza del cuartel de Sant Elies). Según cuentan los autores, aseguran que “las pruebas reunidas son lo suficiente elocuentes por afirmar que algunos gobernantes de la Generalitat de Catalunya estaban al cabo de la calle de la persecución y el chantaje de doscientos mil francos que los dirigentes de la CNT-FAI -con cargos de responsabilidad a la Conselleria de Interior de la Generalitat de Catalunya- hacían a la Institución Marista, y que este dinero cobrado por Aurelio Fernández fue entregados a Josep Tarradellas, que a su turno los entregó a Josep Asens para ser trasladados y depositados en Suiza".

Con respecto a esta documentación que acredita la veracidad de lo explicado, no hay objeción alguna porque la verdad histórica es la que es y no se puede contradecir a lo evidente. Es cierto que el bando republicano cometió grandes atrocidades, como la matanza de personas inocentes cuyo delito fue encontrarse en un bando equivocado, el encarcelamiento de rehenes en las temibles y tortuosas checas de Barcelona, asesinatos de clérigos, violaciones (e incluso descuartizamiento) de monjas, quema de iglesias y conventos, profanación de cuerpos de religiosos… y la imperdonable y cruel decisión de enviar a niños y adolescentes a la guerra (la famosa “Quinta del Biberón”). A todo ello hay que rendirse a la evidencia, y es algo que debe ser objeto de condena, y cualquier republicano demócrata y contrario a las guerras y a la violencia será capaz de admitir que se trató de algo que estuvo muy mal. El problema reside en que muchos de estos republicanos han enterrado estos sucesos y se han centrado únicamente en las atrocidades cometidas por el bando franquista, que ciertamente no fueron pocas, en vez de hacer condena y autocrítica. Resultado de ese silencio, han terminado siendo, entre otros, especialmente los católicos más radicales, los franquistas y los nacionalistas españoles quienes se han encargado de sacar a flote la porquería del bando rojo, como respuesta a los ataques recibidos por el bando republicano. Y cuando lo cuentan es algo que no se puede negar y hay que admitir desgraciadamente que tienen razón, nos guste o no, porque es memoria histórica. ¿Por qué la mayoría de republicanos han callado y escondido los trapos sucios en vez de hacer condena y autocrítica de sus atrocidades dando así una lección ejemplar al bando enemigo? Nada más hay que pensar como los nacionales o franquistas nunca o muy raras veces han hecho autocrítica y han condenado sus barbaridades, técnicamente igual de malas que las republicanas pero moralmente peores por haberlas cometido en nombre de Dios, o sea, de un ser supremo que presuntamente profesa el bien, la paz y el amor.

En cuanto a las críticas hacia Josep Tarradellas, entonces Conseller de Serveis Públics, Economia i Finances de la Generalitat, todavía queda mucho por descubrir acerca de este no menos controvertido personaje. Hasta dentro de unos años no se podrán consultar públicamente los documentos del archivo Montserrat Tarradellas i Macià, que desvelarán muchos secretos. Nunca he escondido mi gran admiración hacia la figura de este hombre, de quien leyéndolo he aprendido muchas cosas sobre política. Sin embargo, ello no significa una entronización y una idolatría, pues no voy a negar que cometiera errores, especialmente durante la Guerra Civil. El episodio antes explicado de los hermanos maristas, así como el haber firmado algunas sentencias de muerte por su parte es cruel porque siempre lo resulta cuando decides quitarle la vida a otra persona. Por lo que he leído en sus biografías y autobiografías, Tarradellas desarrolló durante el conflicto bélico su papel de forma brillante. Mientras dirigió y controló la industria de guerra, las cosas funcionaron bien en cuanto a organización, trabajo y producción armamentística se refiere, y Cataluña se convirtió en el principal proveedor de la España republicana. Pero en el momento que anarquistas y comunistas no se entendieron y decidieron ir cada uno por su lado como “jefecillos”, sumado a los estúpidos recelos anticatalanistas (posiblemente el tópico de que los catalanes pedían mucho y se lo quedaban todo) que comportaron el “cierre del grifo” por parte del Banco de España a financiar la industria de guerra que tan bien gestionó Tarradellas fue entonces cuando las tropas nacionales tuvieron pista libre para avanzar y conquistar España como finalmente hicieron. Así, los recelos entre grupos, el hambre de imponer en España su propio sistema y los prejuicios anticatalanistas contribuyeron en buena medida a perder la guerra y a poner el país en bandeja e plata a los nacionales, algo que tal vez no habría sucedido si se hubiese dejado trabajar a la industria catalana de guerra como debía bajo la supervisión de Tarradellas. Y eso también es memoria histórica, aunque claro, no se puede decir en voz muy alta y resulta mucho más fácil decir que Tarradellas fue un pésimo gobernante.

E insisto en el error de permitir muertes y mucho más firmarlas, pero también criticar a simple vista es muy fácil y superficial. En una guerra no hay bandos buenos ni bandos malos, y no hay nobleza ni honor como cuentan las novelas de caballerías o algunas películas sobre grandes hazañas bélicas, sino mucha crueldad y de la más repugnante y vil que uno pueda imaginar.
El señor Tarradellas tenía un cargo a desempeñar y una familia a quien proteger. Yo no he tenido el placer de tener hijos, y deseo algún día llegarlos a tener. Así que, bajo esa ignorancia personal, estoy seguro de que un hombre en su misma situación, en medio de una guerra y bajo una gran tensión, viendo como sus seres más queridos pueden peligrar su vida, es capaz de firmar sentencias de muerte u ordenar cualquier barbaridad en un momento dado si eso sirve para salvarlos. Y si todos estuviésemos expuestos, seguro que la mayoría haríamos lo mismo. Y con ello no pretendo disculpar ni proteger a Tarradellas de estos errores como si se pudiesen justificar, porque ninguna muerte ordenada o consentida es justificable. Al contrario, firmar sentencias de muerte y hacer la vista gorda a persecuciones y asesinatos como los de los hermanos maristas fue algo malo y un grave error por su parte, pero simplemente las cosas hay que matizarlas y analizarlas desde diferentes puntos de vista. Si hoy mismo estallara en España una segunda guerra civil ¿acaso los políticos de hoy serían blandos y demócratas con el enemigo y no firmarían sentencia de muerte alguna si ello les sirviera para defender a su bando y a su familia?

viernes, 23 de abril de 2010

SANT JORDI, DIA DEL LLIBRE I DE LA ROSA

EL TRAMVIA 48 us convida a què hi pugeu i passegeu per arreu de Barcelona (o per allà on visqueu) a gaudir d’un dia tant emblemàtic com és el Sant Jordi, també conegut com a “Dia del llibre” o “Dia de la Rosa”. Tant se val si fa massa sol o bé si plou, cal aprofitar el dia d’avui perquè només es dona una vegada a l’any, i malgrat que encara es considera un dia feiner, cal que el sentim com un dia festiu, com una segona festa nacional de Catalunya.



No us oblideu de comprar i regalar llibres i roses, tantes com pugueu. Adquiriu el llibre que més us agradi i agafeu la rosa que us assembli més bonica.


VISCA EL SANT JORDI I VISCA CATALUNYA!!!


miércoles, 21 de abril de 2010

Hay que acostumbrarse a perder

El pasado martes, el F.C. Barcelona perdió por 3 goles a 1 ante el Inter de Milán, el partido de ida de semifinales de la Champions League. Mala suerte para el conjunto blaugrana, que sufrió por el mal arbitraje y pecó de confianza.
Esta temporada no parece que se presente muy buena a nivel de títulos. Los campeonatos están abiertos. Se puede ganar la Liga y la Champions como ganar un solo título de ambos campeonatos, y en el peor de los casos, no ganar absolutamente nada. Sin embargo, en el peor de los casos, que se puede dar, no hay que caer en el síndrome del pesimismo que tanto caracteriza a los culés. El Barça no es en absoluto peor equipo que el año pasado. Al contrario, mantiene esa excelente calidad que lo reafirma como el mejor equipo del mundo. Simplemente, los jugadores también son humanos y pueden fallar. No son dioses ni máquinas aunque muchos piensen lo contrario. Un año o incluso dos en blanco es algo muy normal en los mejores equipos del mundo, y no es ni mucho menos un síntoma de decadencia o de final de un ciclo. A este equipo y a este entrenador les quedan muchísima cuerda para muchos años y nos pueden deleitar con buen fútbol e incluso con muchos títulos. Son muchos los equipos que son grandes a nivel europeo, pero al final de cada campeonato, tanto nacional como europeo, solo puede quedar uno. Eso es algo que estos clubes tienen asumido, y no por ello renuncian a nada y persisten año tras año en luchar por alcanzar las metas deseadas. Equipos de gran calidad como el Bayern de Munich, el Milan, el Inter., el Chelsea, el Liverpool, el Manchester, el Ajax... todos ellos tienen un brillante palmarés, pero nunca gana todo cada año. Es más, a menudo se quedan sin nada y no solamente una temporada, sino dos o hasta tres. Sin embargo, nadie cuestiona su calidad y son respetados y temidos por los rivales.
Desde la llegada de Johan Kruyff como entrenador del Barça y su histórico Dream Team, el culé se ha malacostumbrado a exigir que cada año el conjunto blaugrana gane títulos porque en caso contrario no vale nada, sus jugadores son meros peseteros apoltronados y el entrenador un blando que ha perdido el rumbo. Y eso es un error. En ese sentido, el llamado kruyfismo ha hecho daño al club y ha convertido a los pobres aficionados barcelonistas en unos adictos a los títulos. El equipo puede ser perfecto, pero si falla un año o pierde dos o tres partidos consecutivos, ya es mediocre y se piden cabezas.
En la presente temporada, el Barça puede ganar o incluso puede terminar este año sin ningún título, como a menudo les pasa a los mejores equipos del mundo. Eso es algo normal y a lo que nos tendremos que acostumbrar porque hay mucha competencia y los jugadores son también humanos y vulnerables como cualquiera de nosotros. Este año, tanto si se ganan títulos como si no se gana ninguno, hay que dejar trabajar al entrenador Pep Guardiola y a sus jugadores y mirar con un sentido positivo y constructivo hacia delante porque a este Barça le queda mucha cuerda, y este magnífico proyecto solo acaba de empezar. Força Barça!!!

domingo, 18 de abril de 2010

La cochera de los fantasmas

Érase una vez en una creciente ciudad de Barcelona una discreta parroquia llamada de la Sagrada Familia, construida a principios del siglo XX en lo que una vez fue el antiguo municipio de Sant Martí de Provençals, en la confluencia de las calles de Pere IV (antigua carretera de Mataró), con las calles del Marroc y de Provençals. Se trataba de un modesto conjunto religioso formado por un pequeño templo y un cementerio parroquial adjunto, en un espacio que entonces era un remanso de paz. Solo el ruido esporádico de algunas tartanas y camiones y del tranvía de Badalona se dejaba oír a lo largo de todo el día. Vivía poca gente y en los alrededores había muchas fábricas emergentes, motores de la economía catalana.
Con la Semana Trágica acaecida en el año 1909, el conjunto parroquial fue completamente destruido. Transcurrieron unos cuantos años para proceder a su reconstrucción, y finalmente el 10 de junio de 1926 se reinauguró bajo el nombre de Sagrat Cor de Jesús, sobre los terrenos de la Fundació Sebastià Puig i Puig, canónigo e historiador. Sin embargo, con la llegada de la Guerra Civil, en 1936, fue nuevamente destruida quedando solamente en pie las paredes maestras y el campanario. En la reciente posguerra, en 1940, el rector de la parroquia, Mossèn Jaume Segarra, promovió los trabajos de su reconstrucción, y se reinauguró por segunda vez el 15 de mayo de 1943. Durante los años posteriores, esta parroquia se caracterizó por sus obras sociales, tales como la construcción de viviendas sociales, la creación de cooperativas de consumo e industriales, un patronato escolar y un centro social. En el año 1999 se rehabilitó la fachada.
En el solar tapiado de la izquierda del templo, allá donde justamente hubo una vez un pequeño cementerio parroquial, nunca se edificó. Solamente se construyó una pequeña cubierta industrial adyacente a dicho solar y esos terrenos fueron adquiridos bajo arriendo a la empresa TMB para guardar provisionalmente las nuevas unidades de autobuses recién adquiridas por la compañía y todavía pendientes de matriculación. Hay un acceso de entrada por la calle de Provençals y uno de salida por la calle de Pere IV.

Cuenta la historia que los muertos enterrados en el antiguo cementerio parroquial todavía descansan bajo tierra, y algunas veces tienen el capricho de pasearse por lo que había sido su camposanto. Tal vez quieren hacernos saber de alguna forma al mundo que ellos existieron y que la memoria histórica los tiene que recuperar. Tal vez son espíritus resentidos por las profanaciones de la Semana Trágica y de la Guerra Civil porque se les interrumpió su sueño eterno. La presencia de fantasmas la aseguran algunos testigos, empleados que tuvieron que marchar por su propio pie de la cochera de autobuses.
Pocos vigilantes son quienes se atreven a trabajar solos por la noche. Escasas son las personas que se tengan la valentía de hacer un turno de noche.
Cuenta un vigilante nocturno que, en una tranquila noche de verano, se oyeron los llantos de un bebé que helaban la sangre, y que cada vez fueron más y más fuertes, hasta que tuvo que marchar del miedo.
Cuenta otro empleado, que mientras hacía la ronda nocturna por la noche entre autobuses, en la planta superior de la cubierta, una oficina con fachada acristalada, apareció un rostro humano blanco y brillante sin ojos. Al día siguiente dejó el trabajo.
Y cuenta una empleada que ya sabía acerca de la existencia de esos espíritus traviesos, que cuando fue a trabajar en esa cochera, hizo un pacto con los fantasmas prometiéndoles que ella no se metería con ellos y los respetaría a cambio de que estos la dejaran en paz y no la asustaran mediante ruidos y apariciones. El caso es que funcionó, ya que nunca espíritu alguno la intimidó.
Y como ellos, otros empleados nocturnos han asegurado ver cosas extrañas entre los autobuses y oír ruidos de rara procedencia.
Y la cochera de los fantasmas todavía sigue ahí, activa, hasta que algún día desaparezca para siempre, pero esos espíritus allí seguirán para recordarnos lo que aquel espacio sagrado llegó a ser una vez. ¿Realidad o fantasía? Que cada uno juzgue por sí mismo.


domingo, 11 de abril de 2010

…i FRANCESC FRANCO, somrient, espera el vot del poble

El título del presente artículo es la frase final con la que termina el texto de una postal que pedía el voto favorable a la nueva Ley Orgánica del Estado. El escrito, todo y pertenecer al período franquista, se permitió su redactado en catalán, incluso catalanizar el nombre del Caudillo, algo que francamente me ha provocado la risa.
El hecho de que esta postal se escribiese en lengua catalana en tiempos de una normalización lingüística inexistente respondió a la mera conveniencia de ganarse al pueblo catalán. Sin embargo, este singular documento serviría como una prueba material para quienes afirman (y no digo que tengan la convicción) como la escritora Mercedes Salisachs, que durante el régimen franquista la lengua catalana no estuvo prohibida sino que simplemente no era oficial.El tema ha levantado bastante controversia. Leyendo algunos foros de debate por Internet, es fácil descubrir hasta que punto llega la ignorancia de muchas personas, especialmente de quienes más quieren dárselas de intelectuales y alardear de ofrecer una versión auténtica de la memoria histórica. Un ejemplo ilustrativo sería acudir al siguiente enlace donde un grupo de presuntos “expertos” en la materia intentan dar lecciones de historia y de cultura a los demás y desenmascarar esas presuntas “verdades históricas” que aseguran son hábilmente encubiertas y tergiversadas por los movimientos nacionalistas y su victimismo antiespañolista: http://lacomunidad.elpais.com/zpmiente/2007/8/31/la-lengua-catalana-durante-franquismo-verdades-y-mentiras

El resumen del artículo, similar a muchos otros, pretende, en síntesis, demostrar que durante el régimen franquista, a pesar de no ser oficial, la lengua catalana no estaba en tan mala situación. El problema no es tanto lo que se cuenta, sino que la intención de querer “contribuir a la verdad histórica” se queda coja porque solo se enfocan las cosas desde un solo punto de vista. Es verdad que se permitió la edición de libros en catalán, la creación de premios literarios en lengua catalana, que los escritores catalanes (como Josep Pla) podían escribir y publicar sus obras en catalán, que grupos y cantautores (como Joan Manuel Serrat) podían grabar y comercializar sus discos en catalán, que se autorizaba representar obras teatrales en catalán (mi madre y mi padrino lo hicieron), que algunas misas se oficiaban en catalán, que el alcalde Josep Maria de Porcioles hacía a menudo discursos en catalán… e incluso que existía la enseñanza voluntaria del catalán (no en catalán) en algunas escuelas gracias a la firma del gobierno franquista de un decreto de la UNESCO por la defensa de las lenguas minoritarias que convirtió a la lengua catalana como una “singularidad regional”. Y se podrían citar muchos otros hechos verídicos, como la aparición de editoriales en catalán (Enciclopèdia Catalana y Edicions 62, entre otras), de publicaciones periódicas (como Tele/Estel y Serra d’Or), de homenajes a ilustres catalanes (como Mossèn Cinto Verdaguer y Joan Maragall)… y hasta la existencia de escuelas privadas donde la enseñanza se hacía en catalán (salvo los exámenes y cuando venían altos inspectores).

Hasta aquí, nada que objetar a esa realidad, salvo algunos errores e imprecisiones. Ahora bien, tanto los autores como los comentaristas defensores del artículo lo cuentan como si tratara sobre un tema completamente desconocido por la sociedad catalana. ¿Acaso el pueblo catalán es tan estúpido que no conoce su realidad histórica? ¿Qué lecciones pueden enseñar a quienes han vivido duramente bajo el régimen franquista? ¿Qué saben acerca de la represión o las prohibiciones que se cometieron durante 38 años? ¿Qué edad tienen los “expertos” autores de estos artículos?
Pues bien, señoras y señores maestros de la verdad histórica. A pesar de vuestras pretensiones y objetivos, en estos artículos en realidad no enseñáis absolutamente nada que no sepamos, al menos yo. ¿Afirmáis que bajo gobiernos nacionalistas se ha tergiversado y censurado esa realidad que queréis contar? Yo, en el año 1990, cuando estudiaba lengua catalana de COU en el instituto, es decir, bajo la plena mayoría absoluta de CIU con Jordi Pujol en cabeza, todo lo explicado en este artículo fue estudiado en historia de la lengua, incluso más. Y como yo, todas las generaciones que han estudiado lengua e historia de la lengua catalana en COU y en bachillerato lo han bebido. ¿Dónde está la novedad que habéis aportado? ¿Dónde está esa historia secreta que oculta el nacionalismo? ¿Dónde está la censura? Enhorabuena, pues, vosotros, que de pronto habéis despertado del ostracismo y os habéis enterado de que bajo el régimen franquista la gente hablaba en catalán por la calle y se forjó una producción cultural en nuestra lengua local. ¿Eso es todo lo que sois capaces de hacer? ¿Ese es todo vuestro poder intelectual y pedagógico? ¿Así que habéis creído que todo lo que explicado en ese artículo destinado a decir verdades históricas estaba ignorado por buena parte del pueblo catalán?

¿Es esa toda la verdad? Pues creo que falta algo, y es que las monedas tienen dos caras e incluso un canto. ¿Sabíais que toda esa producción en catalán bajo el régimen franquista representaba en términos globales un porcentaje insignificante que reducía a la lengua como algo puramente folclórico? ¿Sabías que la enseñanza del catalán representaba solo un 5% de los alumnos? ¿Sabíais que la producción de libros y discos en catalán era de un 4,5% del total? ¿Sabíais que la rotulación pública en catalán se limitaba solo a cuatro monumentos, placas conmemorativas y a folletos eclesiásticos y de campaña pro-franquista? ¿Y acerca de todos los decretos de prohibición del catalán, de la depuración lingüística de las administraciones y de las multas por hablar o rotular en catalán? ¿Esa es la buena salud de la que gozaba la lengua catalana? Tal vez es el modelo lingüístico que desearíais imponer. Y a ello si sumamos la difusión de la cultura popular catalana y del crecimiento de la economía durante el llamado “Desarrollismo”, ahora resultará que Franco era un catalanista no confeso.
Afirman esos maestros de la verdad que no les importan las ideas de las personas. En ese caso, no entiendo esa furia hacia quienes son nacionalistas, como tampoco entiendo qué clase de demócratas son los que, en esos foros, atacan los argumentos de quienes discrepan de ellos o son catalanistas y, sin embargo, de quienes hacen proclamas franquistas e insultan a los catalanes, no les dicen absolutamente nada, ni una sola protesta. ¿Dónde está ese antifascismo y ese respeto? Incluso el PP reconoce que el catalán estuvo prohibido y perseguido durante el franquismo, y el hasta el no menos polémico “Manifiesto por una lengua común” impulsado por Rosa Díez afirma literalmente que “todas las lenguas oficiales en el Estado son igualmente españolas y merecedoras de protección institucional como patrimonio compartido”, y que “nada cabe objetar a esta disposición tan generosa como justa, proclamada para acabar con las prohibiciones y restricciones que padecían esas lenguas”.

Amigos míos, queréis vender que todos los males de Cataluña derivan del nacionalismo, como si terminando con esto nuestra tierra pasara a ser idílica, o sea, más próspera, más pacífica y más equilibrada. Queréis venderme el cielo en la tierra y enseñarme que los políticos actuales mienten, manipulan y censuran. Bueno, pues es exactamente lo mismo que haríais vosotros si tuvieseis el privilegio de alcanzar el poder y lo que sin lugar a duda harían los partidos antinacionalistas que viniesen “a salvarnos y explicar verdades”.
Se puede criticar o no la política lingüística actual, y las opiniones de cada uno las respeto. Ahora bien, no existen lenguas de primera y lenguas de segunda. Vosotros, defensores del bilingüismo y del castellano, no sois tales defensores porque lo hacéis en base a criterios cuantitativos (es decir, por el número de hablantes en el mundo) y legislativos (porque la Constitución simplemente lo dice), y no culturales (por su riqueza, por la cultura que ha forjado, por su arte literario). Vivimos en un mundo en que lo minoritario vale poco o nada. No os paráis a cuestionar la Constitución, como si se tratara de la Bíblia, es decir, como si cada artículo fuese infalible e incuestionable igual que los verbos de las enseñanzas de Jesús. En resumen, es lo que la Ley dice y punto, no hay nada más que pensar. Si lo mayoritario es lo que vale, entonces podríamos exterminar a los aborígenes australianos en campos de concentración, ya que es una raza minoritaria y sin futuro, son gente que sus vidas y su cultura no vale nada. También deberíamos comer todos hamburguesas todos los días y renunciar a la dieta mediterránea, claro, ya que 200 millones de norteamericanos y muchos toros millones de obesos de todo el mundo asiduos al MacDonalds no pueden estar equivocados.
Lo siento, pero rebatiros es fácil, mucho más de lo que parece. Las estrategias del anticatalanismo me las sé todas, absolutamente todas, porque aunque soy bastante joven (cuento con 38 años de edad) soy también un perro viejo y las he vivido de todos los colores. Engañaréis a los grupos de jóvenes adolescentes con acné que van de juerga con la bandera estelada y la Xibeca Damm, pero no a mí ni a quienes han vivido el régimen franquista.
…i FRANCESC FRANCO, somrient, espera el vot del poble.

viernes, 2 de abril de 2010

Acerca de La Odalisca de Fortuny

El pasado domingo día 28 de marzo fui a La Pedrera del paseo de Gràcia con unas amistades a visitar una exposición pictórica, fotográfica y de diseños sobre Marià Fortuny i Madrazo, hijo del pintor catalán Marià Fortuny i Marsal, de quien también había expuesta algunas pocas de sus obras, entre ellas La Odalisca. De niño ya conocía la existencia de ese cuadro, gracias a un libro de láminas sobre Fortuny que mi madre me mostró en varias ocasiones y que todavía conservo. Aparte de tratarse de un artista fascinante de cuyos cuadros siempre descubres algo nuevo cada vez que los observas y te vas dando cuenta de la gran dificultad técnica que tienen y del gran trabajo invertido que han supuesto pintarlos, hay una obra de la que siempre he estado enamorado, y esa es La Odalisca.
Este óleo sobre cartón, pintado en el año 1861, se conserva actualmente en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, pero aquella tarde estaba allí, colgado en una blanca pared de pladur, esperándome a que yo fuese a verlo con mis propios ojos por primera vez, a que lo conociera en persona. Sorprende su tamaño porque es pequeño, pues mide solo 56,9 x 81 centímetros, pero sin embargo irradia una magia visual que lo hace inmenso, incluso infinito. Invitaba a una atenta y minuciosa observación durante muchas horas, pero el tiempo pasaba y no me podía entretener, así que tarde o temprano me tuve que marchar de allí para continuar viendo la exposición sobre el hijo de Fortuny.
Los orígenes históricos de esta obra se remontan cuando Fortuny, residiendo entonces en Roma, la Diputación Provincial de Barcelona le obligó a que se marchara a Marruecos para encontrar allí la inspiración suficiente de los que serían sus próximos trabajos acerca de los éxitos militares del general Joan Prim y de los soldados catalanes en la Guerra de África. Sin embargo, el joven artista, al quedar entusiasmado con el mundo árabe nada más llegar, el primer cuadro que pintó y entregó a la Diputación fue La Odalisca.

Una odalisca es una esclava dedicada al servicio del harén del Gran Turco, y en la obra de Fortuny aparece sensualmente tumbada y desnuda sobre un paño de seda labrada e iluminada por un potente foco de luz, disfrutando de los placeres de la vida mientras escucha la música del laúd que toca un eunuco retirado en una zona ensombrecida de la sala pero situado junto a ella. El fondo lo completan diversos objetos arabescos como el arcón de madera labrada con decoración geométrica, la bandeja de plata o la pipa de agua situada junto a una pequeña taza de té. Los efectos de luz que hacen destacar en primer plano el cuerpo de aquella mujer siendo el resto secundario aunque no por ello vulgar es el magnífico resultado conseguido desde un punto de vista técnico. Es típico de él ofrecer sensación de realismo de aquello que quiere destacar a primera vista y de borrosidad de los elementos que considera secundarios.
Tal y como dijo mi madre una vez, nadie ha pintado a la odalisca tan bonita como Fortuny y probablemente las auténticas no era tan hermosas, y yo comparto dicha opinión. La Odalisca es una obra única por su extraordinaria belleza artística y de contenido. Sorprendente es a menudo el alma de algunos seres humanos, pues ignoro qué explicación racional puede tener que alguien, con tan solo 23 años de edad, plasmara algo así con tan solo combinar unas pinturas trazadas con un pincel sobre un pedazo de cartón. ¿Y quienes hemos sido nosotros y dónde estábamos a los 23 años? Si bien han existido muchas odaliscas en el mundo árabe, la del cuadro, tan hermosa, tan perfecta y tan bien proporcionada en todas sus partes es producto de la fantasía del pintor, y eso es algo que cuesta de creer. Lo que allí se plasma demuestra el sentido del gusto y de la belleza femenina que tenía aquel joven genio del pincel, aunque él no lo creyera puesto que su reacción a su trabajo se tradujo en una actitud modesta. Al terminar La Odalisca es de Fortuny su comentario “Como una pobre muestra de los trabajos que me propongo hacer sobre la guerra de África, tengo el honor de ofrecer a vuestra excelencia el cuadro que adjunto, una escena costumbrista en un interior marroquí.”
Sinceramente, yo amo a ese cuadro, y si mis posibilidades económicas fuesen superiores a las actuales y pudiese permitirme el lujo de ser coleccionista de arte, La Odalisca de Fortuny estaría ahora mismo ocupando el centro de la sala de estar de mi casa acompañado de los óleos de mi madre.
Hay quienes aseguran que el alma no solo es algo propio de los seres vivos sino también de aquellas cosas y objetos que se han amado porque tienen un valor y un sentimiento muy especial. De ser eso cierto, y así lo espero, tendremos que tener la convicción de que La Odalisca de Fortuny ocupará para toda la eternidad un lugar especial en ese más allá el día que todos, incluida la Tierra, desaparezcamos para siempre.