viernes, 31 de diciembre de 2010

Año nuevo: aires nuevos y vida nueva

Dejamos atrás el año viejo 2010 y entramos en el año nuevo 2011. Abandonamos 365 días difíciles de nuestra vida debidos a muchas circunstancias, especialmente por culpa de la crisis económica, una pérdida de valores que han llevado a la radicalización de la sociedad y la desconfianza hacia la clase política causada por la corrupción. Sin embargo, espero y deseo que entre tantas desgracias que mellan poco a poco nuestro espíritu, al menos una parte se haya visto compensada por las cosas buenas que tanto nos han deleitado y gratificado. Del año viejo recordar siempre y solo lo más positivo, quedarse con esa bocanada de luz por poca que sea.
El año 2011 tiene que ser especialmente de renovación personal interior y exterior. Nunca hay que plantearse deseos que jamás se van a cumplir, como el tradicional perder peso o apuntarse a un gimnasio que tanta gente pregona, objetivos que siempre se empiezan con empuje pero que van perdiendo gas y nunca se terminan. Me refiero a que deben de abandonarse las monotonías y las rutinas que nos estancan y nos envejecen prematuramente y optar por nuevos caminos que nos lleven a un nuevo equilibrio personal. Quien tenga conciencia de ello debe de intentar ponerle remedio, pues en caso contrario existe el riesgo de caer en un profundo pesimismo y en una constante desvalorización personal. Especialmente perjudicadas se verán aquellas personas que inmersas en este estancamiento y monotonía, no sean conscientes de su pobre vida, no se planteen nuevos retos y prefieran engañase a sí mismos con una falsa sensación de felicidad.
Aparte de desear salud, amor y trabajo, porque son tres cosas fundamentales, hay otros tres deseos que deberían de cumplirse a lo largo de los próximos 365 días de nuestra vida: esperanza, renovación y evolución.

La esperanza es que los deseos que uno anhela se hagan realidad. Espero de todo corazón que mejore la economía y la situación general de nuestro país para poder gozar de un buen nivel de renta y una mejor calidad de vida, y que esa persona tan especial de la que me une por el momento tan buena amistad, un día sienta esta chispa del amor y podamos llegar a algo más. De momento, ahorrar dinero para el futuro y disfrutar de una bonita amistad con esta persona en el presente es una constante a trabajar que me satisface y que un día dará sus frutos. No me obsesiona ni me preocupa la situación presente económica y sentimental, porque tengo la convicción de que mejorará y va a ser el paso del tiempo el árbitro que decantará la balanza hacia un lado u otro. Ahora hay que vivir y disfrutar intensamente este presente tan nuestro y dejar que el futuro se forje solo.
La renovación servirá para rejuvenecer espiritualmente, ser más alegre, más positivo, más optimista y más dinámico. No hay nada mejor que sufrir una buena experiencia, como por ejemplo conocer a una persona muy especial, para darse cuenta de que existe vida más allá de lo que hacemos por costumbre. Trabajarse los deseos para que se hagan realidad formará parte de esa renovación que tanto contribuirá a la madurez y a la satisfacción personal. Nuevos retos y nuevos proyectos ayudarán también a ese cambio en la vida personal. En el año 2011 cumpliré 40 años. Y como ya dije en una ocasión, cambiar el 3 por el 4 será para mí un reto, una fortaleza y una oportunidad para esa deseada renovación, para ese cambio de vida personal y para esa mayor madurez. No permitiré que esa “crisis de los 40” se acerque a mí, ni siquiera me va a hacer cosquillas, sino que pasará de largo y muy lejos. Por dentro me siento muy joven y cuando llegue el 31 de mayo de 2011, prometo que me sentiré todavía más joven y mucho mejor que ahora.

Y como consecuencia de hacer realidad mis esperanzas y haber conseguido esa renovación personal y espiritual, ello me conllevará a una evolución de mi persona, hecho que se verá reflejado en las relaciones sociales, en la vida laboral e intelectual y en la propia autoestima. Todos aquellos episodios del pasado que tanto miedo y vergüenza produjeron jamás volverán porque ya formarán parte de la vida de una persona diferente a la que será próximamente. Cuando evolucionas y luego echas una mirada hacia tu propio pasado, te parece mentira como llegaste a sufrir por cosas que ahora carecen de importancia, e incluso llegas a reírte de ellas. En realidad no se trata de renunciar a todo de ti mismo porque eso es imposible, sino a conservar y potenciar lo bueno de uno y purgar lo malo. Hay cosas de uno mismo que jamás cambian porque forman parte del carácter, el talante y la personalidad, pero se les puede dar un nuevo aire en función de las circunstancias que se viven para una mejor calidad de vida, destinada siempre para uno mismo, a la vez que repercute en positivo para los demás.
Dicen que la vida es un regalo y que por e motivo hay que frutarla. Sin embargo, doy gracias a la existencia de ciertas cosas y de ciertas personas que contribuyen a que esta vida sea todavía mejor, la existencia humana tenga mayor sentido y se pueda disfrutar el doble. ¿Qué sería la vida si esas cosas o esas personas tan especiales no existieran?
En definitiva, con esos deseos de esperanza, renovación y evolución, quiero también desear un Feliz y Próspero Año Nuevo 2011 a todas aquellas personas, amistades, familiares y demás seres queridos que han formado, forman y formarán siempre parte de mi vida. Una abrazo muy fuerte y agradecer vuestra fidelidad hacia este blog. Este tranvía será testigo a través de sus artículos de un nuevo rumbo, de un nuevo recorrido que va a cambiar la historia de mi vida.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Mensaje de Navidad 2010

Amigos y amigas del alma, familiares y demás seres queridos. Una vez más nos congregamos para celebrar la entrañable Navidad, fechas en las cuales recordamos muchos momentos tanto buenos como malos del presente año y de años anteriores. Estas fiestas suelen ser un equilibrio entre sonrisas y lágrimas, entre alegrías y tristezas. Sin embargo, espero que este equilibrio se rompa a favor de las sonrisas y las alegrías. Y como es tradición, resulta imprescindible hacer un balance de lo que ha sido el 2010 y de los deseos para el próximo 2011.
En el terreno laboral, a pesar de los estragos de la crisis económica, continúa la estabilidad que me ofrece poder trabajar en la tienda de periódicos y revistas antiguos. Todo y la ligera bajada en las ventas debida a estas circunstancias, la exclusividad de este negocio tan singular nos ha ayudado a salir hacia delante y a hacer rentable la venta de publicaciones históricas. Allí estaremos por muchos años al pie del cañón, para serviros. Agradezco un año más la confianza y estimación que la familia Costantini Urúe ha depositado en mí, y me siento satisfecho de poder dedicarme a esta profesión tan singular. Estoy seguro de que la remisión de la crisis no tardará en llegar. Aunque la vida a menudo hay que tomársela y aceptarla tal y como viene, sin hacer planes de futuro y viviendo el presente porque es el único tiempo que existe, es importante ahorrar y no despilfarrar para poder disponer de una buena base económica para el día de mañana, lo que no significa poder disfrutar de las ganancias y permitirse algún capricho personal.
L’Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris se encuentra en fase de renovación. Por fin disponemos de un nuevo local mucho más grande que nos permitirá expandirnos y desarrollarnos como centro histórico y de documentación popular para los próximos años. Del Ateneu Popular de Nou Barris pasaremos al nuevo Espai Via Favència, que dispondrá de esas necesidades para una mejor conservación de la documentación, una gestión más optimizada y una atención al público de calidad. Nuestra entidad es, sin lugar a dudas, un espacio de referencia en el distrito de Nou Barris y un importante punto de congregación social al servicio de la ciudadanía y de los barrios. A partir del 2011 empezará una nueva etapa con nuevos proyectos, nuevos propósitos y nuevas generaciones sensibilizadas por la memoria histórica y el patrimonio del distrito. Formamos un equipo muy cualificado en nuestra especialidad, y sobre todo, de una humanidad infinita.

Una experiencia muy gratificante y divertida ha sido poder participar en la exposición fotográfica “Memòria històrica del Congrés-Indians”, donde he podido conocer a personas muy agradables y entregadas a este interesante trabajo. Pocas veces había visto reunida a tanta gente mayor con un espíritu tan juvenil, lo que demuestra como es de importante poner vida a los años y mantenerse joven por dentro aunque el tiempo pase. Esta exposición ha significado para mí la posibilidad de saldar una deuda histórica con mi propio barrio, pues siempre le había dedicado muy poco tiempo. Para el próximo año repetiré la experiencia con una nueva exposición. Agradezco a la Associació de Veïns Congrés-Indians i al Casal de Barri Congrés-Indians la confianza que han depositado en mí para este proyecto.
En mi faceta de autor, este año al fin he publicado mi libro “Destinació: Nou Barris. Un viatge per la història dels transports a Nou Barris”, que ha sido muy bien acogido y valorado por la gente y las entidades de este distrito, que ahora disponen de una obra más que trata sobre la historia de sus barrios. Este trabajo además, ratifica nuevamente la existencia de una historia en una periferia popular como es Nou Barris incluso mucho más antigua de lo que todavía mucha gente cree. La recuperación de la memoria histórica es fundamental para no perder la identidad, entender el presente y no cometer los mismos errores del pasado en el futuro. Deseo para el próximo año poder publicar el libro sobre la historia de los funiculares y teleféricos de la montaña de Montjuïc, que estará dedicado a la memoria de mi madre. También tengo otro proyecto en cartera para desarrollar de manera conjunta, que tratará de la historia de los autobuses suburbanos de Barcelona conocidos entre los aficionados a los transportes como los “URBAS”.
En el terreno amoroso voy a ser muy cauto y reservado. Solo puedo decir que he conocido a alguien muy especial a la que he expresado claramente mis sentimientos. Esa persona me ha abierto una puerta y me ha enseñado el camino que lleva a esa meta que deseo alcanzar, que es conquistar su corazón, y dispongo ahora de una oportunidad para conseguirlo que no pienso desaprovechar por nada del mundo. Por ahora solo será una relación de amistad, pero tengo la convicción de que un día va a surgir algo más. Merece la pena intentarlo porque esa persona vale la pena, pues jamás en toda mi vida he conocido a alguien tan especial ni he sentido en mi corazón lo que estoy sintiendo. Gracias a ella, de quien estoy muy enamorado, he recuperado una ilusión por la vida, un optimismo, una energía positiva y una alegría que hacía muchísimo tiempo que no sentía al menos con la intensidad que ahora siento. Incluso creo estar espiritualmente más rejuvenecido.

Y en relación a este último punto, deciros que para el próximo año necesito una buena renovación en muchos aspectos. Estoy de acuerdo que mi vida no ha sido tampoco tan mala a pesar del dolor producido por el fallecimiento de mi madre y que muchas cosas de hecho ya han cambiado, pero sé que una parte de mí todavía cojea y necesito llenarla para sentirme plenamente como una persona renovada tanto por fuera como por dentro. Disponiendo por fortuna una mayor madurez, cada vez tengo más claro qué quiero, espero y deseo en esta vida, y por supuesto, lo que no quiero, porque también eso es importante saberlo. Me gustaría romper con tanta monotonía que no hace más que envejecerte espiritualmente porque gracias a esta persona tan especial he descubierto que existe vida más allá de la rutina. En el próximo 2011 cumpliré 40 años, por lo que cambiaré el número 3 por el 4. Yo seguiré siendo la misma persona, aunque renovada, eso espero. Sabré encajar ese cambio sin padecer la llamada “crisis de los 40” porque me lo tomaré como una nueva oportunidad y fortaleza para mi vida en vez de como una desgracia personal.
Así, el 2011 estoy seguro de que va a ser muy positivo y que los frutos de mis esfuerzos se verán recompensados. Merece la pena luchar duro e incluso sufrir un poco para alcanzar esas gratificaciones que van a hacer de mí una mejor persona en todos los aspectos.
Con ese anhelado deseo de renovación y prosperidad, deciros a todas las personas a las que quiero, que son muchas, y para quienes han sido y siguen siendo fieles a este blog, que paséis unas Felices Fiestas y tengáis un próspero año nuevo 2011. Saludos cordiales diviértanse tanto como puedan y reciban de mi parte un fuerte abrazo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

El RCD Espanyol también es un club catalán

Resulta estúpida la rivalidad existente entre dos clubs tan catalanes como el FC Barcelona i el RCD Espanyol. Desde muy niño que soy culé y siempre lo seré de todo corazón. Para mí el Barça es un equipo del que tengo un sentimiento muy especial. Cuando mi padre entró a trabajar de control en el Camp Nou el año 1982 con motivo de la celebración de los Mundiales de Fútbol de 1982, me hizo socio del club azulgrana y durante muchos años le he acompañado al estadio para ver los partidos. Son muchas anécdotas las que podría explicar como barcelonista, y tal vez esto sea motivo de una nueva entrada en este blog, pues no es poco lo narrable porque abarca más de veinticinco años. De niño y de adolescente también caí en la trampa de despreciar al RCD Espanyol, y a menudo solía hacer los clásicos comentarios despectivos hacia los aficionados pericos. Sin embargo, el paso de los años te hace madurar y tarde o temprano es necesario reflexionar sobre el por qué de ese odio hacia el club blanquiazul, y te das cuenta del absurdo de esa rivalidad tan feroz entre culés y pericos.
La razón es la de siempre: la politización y mercantilización del fútbol que termina manipulando a las personas y dejando al margen la auténtica deportividad. El deporte es cultura, es una invención humana y un hecho social característico de cualquier civilización. Su historia, su profesionalidad, su arte físico, la técnica, la equipación y la competitividad son elementos fundamentales para su desarrollo. En el deporte, cuando se forman deportistas desde las canteras, a menudo en estas escuelas también se forman personas, de ahí su componente pedagógico que mucho debería de fomentarse. El deporte, desde esta perspectiva, es la contemplación del arte del juego y la táctica para el deleite de quien es espectador, y más todavía para quien entiende en la materia.
Y todo esto ha sido pervertido y substituido por la política. Dos clubs catalanes, Barça i Espanyol, son dos clubs opuestos. El Barça se ha tomado como símbolo de Cataluña y como el club del catalanismo, y el Espanyol como símbolo del españolismo en Cataluña y como el club del anticatalanismo. Francamente, algo absurdo y ridículo aunque existan casos particulares que cumplen con el tópico y contribuyen a tomarlo como algo generalizado.

Poca gente sabe que la denominación del club blanquiazul, inicialmente Sociedad Española de Football fundada por unos universitarios, se debió a que sus jugadores eran mayormente catalanes y unos pocos del resto de España, en contraposición a otros clubs cuya plantilla estaba formada por jugadores extranjeros, entre ellos el Football Club Barcelona de Hans Gamper. La denominación, posteriormente Real Club Deportivo Español y hoy día Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona, a la que algunos dicen que es “una provocación”, no se debió a un ataque a Cataluña o al Barça sino al hecho de que otras denominaciones, como por ejemplo Català Football Club y Football Club Barcelona ya estaban utilizadas. Y menos aún es el que sabe que inicialmente el color de la camiseta era amarillo, y que poco después cambió al actual azul y blanco por un motivo puramente de catalanidad, para evocar los colores del blasón del mítico almirante Roger de Llúria.
Desgraciadamente, la politización no tardó en cebarse del pobre club perico, especialmente durante el régimen franquista, por su denominación de “Español”, por la colocación de un monolito al lado del estadio de Sarrià dedicado a los “Caídos por Dios y por la Patria”, y años después con la formación de grupos radicales de tendencia españolista como los Brigadas Blanquiazules y minorías empeñadas a dar la imagen del RCD Espanyol de un “club de charnegos” o de los que no se sienten catalanes. Se llegó a hablar del campo de Sarrià como del “segundo Santiago Bernabéu”. Afortunadamente, la excelente labor como presidente del club por parte de Francesc Perelló modernizó la imagen de la entidad y dio al equipo buenos resultados deportivos gracias al duro trabajo desarrollado por el carismático entrenador José Antonio Camacho. Recordaré el incidente con Ramón Mendoza, cuando en unas declaraciones por televisión dijo, entre otras anticatalanadas, que “muy mal les habrá sabido a los catalanes que el día que celebran su Diada Nacional el Español haya ganado en Sarrià”. Ante eso, Perelló, muy enojado, respondió al presidente del Real Madrid que “haga usted el favor de no dudar de la catalanidad del equipo”.

Desde entonces, el club ha experimentado un notable giro y se ha demostrado claramente que buena parte de su afición es catalana, incluso en proporción más que la del FC Barcelona si de este contamos a los aficionados de todo el planeta. Es, pues, una verdadera lástima que exista esta rivalidad entre ambos equipos, y que mutuamente se lancen injurias y practiquen el victimismo. Amigos culés y amigos pericos, que solo es fútbol, un deporte para divertirse, nada más, no para matarse o para engendrar clasismo social. Ambos sois dos clubs catalanes y ambos representáis a la ciudad de Barcelona y a su realidad. Para Cataluña, que tanto reivindica a nivel estatal el reconocimiento de la diversidad como motivo de orgullo, debería darse el mismo ejemplo para nosotros y reconocer la presencia de diversos clubs catalanes de futbol en las mejores categorías como una virtud, una potencialidad, una oportunidad para el deporte catalán y un enriquecimiento, y no cerrarse a un sol club. Como culé hasta el alma, club del que jamás renunciaré y que llevo en mi corazón, por supuesto que siempre desearé que el Barça gane todos los títulos y siga con esta magnífica racha de ser el mejor equipo del mundo, pero no por ello a costa de anular las posibilidades de obtener triunfos al resto de clubs deportivos catalanes que, como el RCD Espanyol, seguro que más de una vez merecería ganar más títulos y mejores de los hasta ahora conseguidos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Independencia o autogobierno? Yo sigo el ejemplo de Jean Valjean

Algunas personas tienen la mala costumbre de creerse mejores que las demás solo por mero hecho de posicionarse en unas ideas determinadas. Con ello me vengo a referir a aquellos que se creen en posesión de la fórmula única, exclusiva, verdadera e infalible de sentirse pertenecientes a la nación, rechazando y negando cualquier otro camino que no sea el suyo. Es decir, sostienen que para ser buen español, un verdadero español, y sentirse español de corazón y ser leal al país solo existe un único camino basado en el acatamiento forzoso de un concepto de estado determinado, el que ellos digan.
Esa postura extremadamente inflexible es lo que ha llevado traído a una parte de la población de algunas comunidades autónomas a forjar un sentimiento de rechazo a lo español y al crecimiento del independentismo, pues no hay que olvidar a quienes se declaran partidarios del secesionismo no siempre se debe a que sean antiespañoles sino porque se sienten impedidos de sentirse españoles a su propia manera. En Cataluña, por ejemplo, los gobiernos nacionalistas catalanes a menudo son acusados de repartir carnets de catalanidad, en tanto que quienes se declaran no nacionalistas o castellanohablantes sean tachados de “malos catalanes”. Como catalán afirmaré que esa no es la norma imperante ni mucho menos porque la convivencia entre ambas comunidades es lo más predominante (siempre salvo pequeñas excepciones), pero las minorías radicales que sí establecen el tópico hacen que me avergüence de mi propia tierra porque creo que todo el mundo tiene derecho a definir sus sentimientos territoriales y de pertenencia tal y como le salga del corazón, y no como dictamine un partido político. Sin embargo, ese mismo problema se viene dando a nivel estatal y resulta poco percibido o bien ignorado, pues no cabe la menor duda que también se reparten carnets de españolidad como si eso fuese algo normal. En definitiva, la españolidad tiene dos enemigos: quienes son separatistas y no quieren saber nada de España, y quienes imponen de qué modo debes de sentirte español y profesan amor patrio a la piel de toro estirada más que nadie en este mundo.

Definir qué es lo mejor para Cataluña es un dilema muy difícil y delicado. Como tarradellista no apoyaré la independencia, pero defenderé un mayor autogobierno y que el pueblo catalán pueda decir libremente de qué manera quiere pertenecer a España y sentirse española. Es decir, ni separatismo ni asimilación, o sea, ni independencia ni disolución. Abogo por un catalanismo posibilista que aspire a aquello que realmente es posible lograr y deje al margen cualquier utopía o lucha estéril que solo comportará un gran gasto económico para un resultado cuyo camino conducirá inexorablemente a un callejón sin salida y a una derrota asegurada. No merece la pena entrar en guerras perdidas.
En absoluto, las hostilidades recibidas por parte de la clase política, los medios de comunicación y de una parte de la sociedad española no son razones para clamar por la independencia. Al contrario, si por cada ataque hacia Cataluña reaccionamos con un sentimiento separatista, entonces ellos ganan y se llenan de razones, se reafirman y se fortalecen a costa de nuestra repudia hacia España. Todo ello no hace más que reforzar la falsa idea de que para ser y sentirse español hay que ser centralista, uniformista, anticatalanista y españolista como único camino para alcanzar el amor patrio de verdad. Sin embargo, queda claramente demostrado que no existe una única manera de ser y sentirse español, pues eso es lo que se ha infundado y que lamentablemente ha cuajado en determinados sectores sociales y políticos del país. Un claro ejemplo fue uno de los grandes políticos catalanes del siglo XX, Francesc Cambó, capaz de combinar elevados niveles de catalanidad y nacionalismo catalán con la posibilidad de ser leal al Estado español. No olvidemos que él fue uno de los primeros estadistas en reclamar el derecho del pueblo catalán a definir su propia españolidad sin que ésta fuese impuesta por Madrid. Su proyecto nacionalista de entendimiento con España tuvo enorme consideración hasta el punto que Cambó consiguió elevadas cotas de prestigio como político por todo el país, siendo bien recibido en todas y cada unas de las tierras de la Península. Su modelo se tomó como un ejemplo de referencia a imitar por parte de otras regiones. Era el llamado “fer pais” bien entendido. Solo tuvo en contra a los sectores anticatalanistas, especialmente concentrados en Madrid, en colectivos obreristas y en el Partido Radical de Alejandro Lerroux, padre de la mala y corrupta política moderna. Y a pesar de las hostilidades que tanto cita en sus memorias, Cambó se mostró firme y duro, claramente catalanista hasta el punto de plantear el derecho a la autodeterminación de Cataluña (aunque no era separatista) y participar activamente en la política española incluso ostentando el cargo de ministro de Fomento.

En conclusión, la mejor manera de combatir el anticatalanismo no sería a través del independentismo (con respeto a quienes así se declaran) sino todo lo contrario, mostrando simpatía y lealtad hacia España como la mejor manera de derruirlos. Se puede ser catalanista y a la vez ser y sentirse español, porque existen muchas maneras de definirse español o de ser leal al país. No hay cosa más dolorosa para un españolista anticatalanista que tener que admitir que alguien que es catalanista e incluso define Cataluña como una nación es capaz de ser y sentirse tan español como él, pudiendo combinar las dos cosas a la vez y hacerlas compatibles, como mucha gente lo ha hecho a lo largo de nuestra historia e incluso hoy día es capaz buena parte de la población catalana. Es su punto débil, allá donde realmente les hace daño. El mejor “gancho de boxeo” es, pues, demostrar que sí existen diferentes maneras de ser y sentirse español, y de participar y aportar en la vida española, tanto o mejor de lo que un españolista de la médula se cree. Y a la vez, no renunciar a la catalanidad y a un proyecto nacional de Cataluña que garantice autogobierno y un futuro basado en la cohesión, el hermanamiento, la conciliación y la concordia de toda su ciudadanía, formando parte de este gran equipo que somos esta compleja y heterogénea sociedad.
Es el ejemplo de Jean Valjean, el personaje de la novela romántica de Víctor Hugo “Les Misérables”, que a pesar de haber estado encarcelado diecinueve años por haber robado una simple barra de pan, finalmente sus nobles y sólidas convicciones morales le motivan a salvar a Javert, responsable de su cautiverio, de una muerte segura. Sin embargo, tal es el remordimiento y el dolor de Javert, incapaz de soportar la idea de haber sido salvado por la persona a la que él humilló y maltrató durante diecinueve años de su vida, decide suicidarse. Y yo, como catalán, sigo el ejemplo de Jean Valjean (y de Cambó), con la intención de ser fiel y sólido en mis convicciones, levantándome del suelo cada vez que reciba un puñetazo en forma de anticatalanada para seguir dando un paso hacia delante en mi largo y eterno camino de mi vida, e intentando mantenerme invulnerable contra todo Javert que me quiera criminalizar e imponer su carnet de españolidad.

lunes, 6 de diciembre de 2010

32 años de la Constitución Española

El día 6 de diciembre se cumplen 32 años de la redacción y aprobación de la Constitución Española, la llamada Carta Magna bajo la cual a través de una larga declaración de principios se rigen nuestros derechos y deberes como ciudadanos españoles.
Aunque no he tenido la ocasión de leerme todo el texto porque es muy largo y cansino como lo resultan la mayoría de leyes, sí que me he permitido dedicarme un tiempo de mi vida a leerme los diferentes resúmenes acerca de su concepto, su estructura y su contenido para poder tener una idea global y permitirme una valoración en base a un conocimiento de causa. En términos generales, se trata de una Constitución que nos ha permitido el establecimiento de un buen sistema democrático, el desarrollo global del país y de su bienestar, mayores índices de competitividad a nivel internacional y notables cotas de autogobierno como nunca antes se habían tenido. Ello no significa que todo ello se haya hecho correctamente o como se debiera, o que partes de esta Constitución, por diferentes razones, no se hayan desarrollado. Hay que distinguir entre una buena norma suprema y la aplicación que de ella se hace, que son dos cosas muy distintas. Por poner un ejemplo, las enseñanzas de Jesucristo y la aplicación e interpretación que de ellas ha hecho la Iglesia Católica a lo largo de los siglos hasta nuestros días. Sin embargo, como toda obra humana de este mundo, es imperfecta y puede chocar ante determinadas circunstancias debidas al inevitable cambio de los tiempos. Insisto que por el hecho de no haberme leído la versión íntegra del texto y estar faltado de suficientes conocimientos del ámbito de las ciencias jurídicas, no soy capaz de juzgar qué parte de la Carta Magna debería de ser modificada. Hay que distinguir, pues entre un artículo que limite una libertad o el desarrollo de una cierta acción porque se ha quedado obsoleto, y un artículo que provoque las mismas limitaciones debido a una mala interpretación o aplicación o porque no se ha desplegado como se debía.

En efecto, la Constitución Española, como obra humana, es decir, imperfecta y cuestionable, es posible su modificación para adaptarla a los nuevos tiempos que vivimos, porque la realidad social siempre está por encima de la realidad legislativa, que nunca llega a ser real porque es solo una interpretación del momento, una “fotografía” de aquel instante y de aquella situación. Es decir, una ley coyuntural siempre quedará anticuada porque el mundo cambia más deprisa que todo aquello que se formula. No se debe de caer en el equívoco de que ser partidario de su reforma signifique ir en contra de la Constitución o ser antiespañol como algunos quieren hacernos creer. Ello sin embargo no implica la existencia de partidarios y contrarios a la reforma movidos mucho más por sus intereses personales y no porque realmente quieran velar por el bien común de la sociedad española.
Por ello, la modificación de las Leyes constitucionales resulta un tema extremadamente controvertido. Ninguna Constitución es como una sagrada escritura, como la Biblia, es decir, perfecta, infalible e incuestionable. Y porque algo sea declarado inconstitucional tampoco significa que sea necesariamente malo, solo quiere decir que está fuera de esa Ley, nada más, porque hay vida y sentido común más allá de lo que dicen todos y cada uno de los artículos. Cada párrafo no equivale a una parábola de las enseñanzas de Jesucristo, las cuales nadie va a criticar o reformar. Los autores del texto, los llamados “Padres de la Constitución” eran humanos y no enviados de Dios, lo que demuestra la posibilidad y viabilidad de una reforma si es que resulta necesaria. Así, cuando alguien defiende un artículo de la Constitución debería de hacer el ejercicio de plantearse si lo hace porque moralmente cree que tiene razón en lo que dice o solo lo defiende porque simplemente lo dice, es decir, que si dijese lo contrario también lo defendería. Y el mismo mensaje vaya para quienes son contrarios.

En definitiva, tan legítimo es estar de acuerdo con el contenido de la Constitución como quienes discrepan, siempre y cuando se haga con conocimiento de su contenido. No deberíamos de juzgar si no conocemos qué se dice y limitarnos a creer lo que aquel partido político del cual somos afines nos explica como si de un credo religioso se tratara.
Es necesaria una constitución para que un país progrese, y debería extenderse más que nunca el conocimiento de su contenido para saber a qué nos atenemos, empezando por las escuelas. Muy poca gente conoce lo que dice nuestra Constitución, y tanto su defensa como su rechazo se formulan a menudo desde la ignorancia. El preámbulo afirma que “La nación Española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de 1) Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo, 2) Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular, 3) Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones, 4) Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida, 5) Establecer una sociedad democrática avanzada, y 6) Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.”
La defensa y aplicación de este preámbulo bienintencionado, objetivo fundamental de la Constitución y punto de partida del desarrollo de las partes dogmática y orgánica, es de donde nacen todos los conflictos y discusiones tanto políticas como sociales porque no existe una sola manera de entenderlos y aplicarlos, y es precisamente aquí donde debería de formularse el mayor consenso posible que garantice una buena estabilidad estatal. Esta Constitución fue una decisión únicamente de expertos en la materia porque se redactó bajo unas circunstancias históricas que así lo obligaron. Sin embargo, hoy día, después de más de tres décadas de democracia, ello debería de hacerse extensible a la sociedad española, la cual tiene derecho a dar voz y voto para opinar y sugerir qué debería de contener o no la carta Magna para hacer del nuestro un país mejor. La participación ciudadana en la elaboración y materialización de nuestros deberes y derechos democráticos es hoy día fundamental para contribuir al progreso y al desarrollo que queremos, más allá de un criterio político y judicial.