miércoles, 26 de mayo de 2010

Breve historia de Nou Barris III: la Segunda República (1931-1936)

El año 1930 Barcelona cerraba una década llena de acontecimientos. El mes de enero, el régimen de Primo de Rivera llegó a su fin, arrastrando una fuerte crisis económica y unos elevados índices de paro. El alud inmigratorio resultaba difícil de absorber, hecho que obligó a una urgente y ambiciosa política de vivienda. El 15 de julio, en el recinto ferial de Montjuïc, se celebraron los actos de clausura de la Exposición Internacional, con un balance que demostró la potencialidad de la ciudad y su capacidad de aportar ideas e innovaciones en todos los ámbitos. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República. Se instauró la democracia y fue redactada una nueva Constitución. La lengua, l’Estatut, la Generalitat, el Parlament y otras instituciones catalanas recuperaron nuevamente su posición. La ciudad de Barcelona, según el censo de 1932, tenía 1.005.563 habitantes.
Llegados a los años treinta, el territorio del actual Nou Barris se encontraba integrado dentro de la dinámica de crecimiento demográfico y urbanístico de la ciudad de Barcelona. Se podía establecer una división en dos grandes sectores ya con síntomas de consolidación urbanística: Santa Eulàlia de Vilapicina y Roquetes, separados a cada lado por el paseo de Valldaura. El primero de ellos agrupaba las barriadas de Vilapicina, Can Peguera y Porta, y tenía mayor tradición urbanística, económica y social así como un mayor crecimiento en cifras absolutas, aunque más lento. La población en el año 1931 era de 10.812 habitantes y la densidad de 51,09 hab/ha. Más allá del Instituto Mental de la Santa Cruz había la Guineueta, todavía sin consolidar y con presencia de casas dispersas.

Les Roquetes agrupaba las barriadas de Verdum, Charlot y La Prosperitat. A diferencia de Santa Eulàlia de Vilapicina, el crecimiento demográfico y urbanístico fue más acelerado y desordenado. La población en el año 1931 era de 6.109 habitantes y la densidad de 11,63 hab/ha. Hacia el norte, un núcleo de casas diseminadas fue la semilla de la futura barriada de la Trinitat Nova, que todavía no era considerado un barrio. Nuevas vías de comunicación se fueron abriendo, como las calles de Portallada y de Quaranta Metres (ambas Via Júlia), y la calle de Seixanta Metres (Via Favència). En el sector conocido como “Els Quinze” había los tranvías de la líneas 4 (Mercat de Sant Antoni-Av.Verge de Montserrat) y 46 (Pl.Universitat-Pl.Eivissa) y los autobuses de las compañías ANB (Pl.Lesseps-Horta) y Roca (Pelai-Horta).
El mundo rural se encontraba en claro retroceso y ya no era capaz de abastecer a toda la población o de crear puestos de trabajo. En cambio, el sector industrial era importante no sólo por los talleres ferroviarios de la compañía del Norte y de algunas bobilas y canteras, sino también por la presencia de varios talleres industriales especialmente en el sector de Santa Eulàlia de Vilapicina, como la fábrica de tinte de Can Santaló y la peletería de Can Sabadell. Pese a toda esta evolución, el territorio del actual Nou Barris todavía era un núcleo mal comunicado con el resto de Barcelona y especialmente faltado de servicios básicos fundamentales, como los escolares, los comerciales y los sanitarios. Esto implicaba que la mayoría de la población debía desplazarse forzosamente a los barrios vecinos para satisfacer sus necesidades. Una parte importante del ocio se encontraba en Sant Andreu o Horta, como por ejemplo los cines (Unión, Huerta, Odeón y Recreo). Otros espacios de reunión eran la Unió Esportiva Sant Andreu y l’Ateneu Obrer de Sant Andreu.

El 28 de febrero de 1932, el Ayuntamiento republicano inauguró el Grupo Escolar Hermenegildo Giner de los Ríos, junto al grupo de casas baratas de Can Peguera. En Verdum, el año 1933 se fundó la Peña Drácula, la cual organizaba los carnavales del barrio y se instalaron unos pabellones de beneficencia en Roquetes y Verdum.
En aquella época, con motivo de los nuevos tiempos que corrían y del carácter obrero del norte de Sant Andreu, se establecieron varios locales de signo político: l’Ateneu Català Republicà d’Horta i Santa Eulàlia (adscrito a ERC); el Centre Català d’Horta i Santa Eulàlia (adscrito a la Lliga Regionalista); la Sociedad Recreativa Familiar (después Círculo Republicano Democrático y adscrito a la Lliga Catalana); el Centre Republicà Familiar de Sant Andreu (adscrito al Partit Democràtic Federal Català); el Centro Republicano Radical de las Afueras de San Andrés (adscrito al Partido Radical Socialista); el Centre Català Republicà de les Roquetes (adscrito a ERC); el Centro Republicano de las Afueras de San Andrés (adscrito al Partido Radical Socialista); y el Centre Republicà Federal de la Prosperitat (adscrito a ERC). A nivel electoral, los partidos de izquierdas siempre fueron quienes obtuvieron mayoría de votos, tanto en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 como en las autonómicas de 1933 y las generales de febrero de 1936.

El barrio de casas baratas de Can Peguera aglutinaba un notable porcentaje de habitantes que militaban en la CNT hasta el punto de ser considerado el núcleo de mayor implantación de obreros afines a la ideología anarcosindicalista de Barcelona. Era conocido Miguel Molina “Juanele”, secretario de la FAI y director de la revista “Tierra y Libertad”. En el número 37 de la calle de Espinauga había la Bodega Munich, punto de encuentro de activistas. Además, el barrio era también lugar de residencia de buena parte de los redactores del periódico “Solidaridad Obrera”. Con motivo de los hechos del 6 de octubre de 1934, se vivieron tensos episodios de detenciones. Otro núcleo de fuerte carácter sindicalista fueron los talleres ferroviarios de la compañía del Norte y las cocheras del tranvía de Horta de la avenida del Mariscal Joffre (Borbó).
Un acontecimiento conocido se dio lugar en la Bodega Montferry, situada en la calle de Eduard Tubau (en Porta, entonces Can Borràs), el 9 de febrero de 1935, cuando allí mismo se asesinó a disparos al verdugo de Barcelona por parte de unos individuos como venganza por la ejecución de un atracador presuntamente anarquista. El hecho de que aquel lugar fuera algo solitario permitió a los ejecutores darse a la fuga sin levantar sospechas. Coincidiendo con el cercano inicio de la Guerra Civil, el año 1936 fue inaugurado el parque del Turó de la Peira.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

fantàstic el teu bloc, està molt ben documentat. felicitats

carme martín

Núria dijo...

No havia tingut referència abans del teu bloc, però em sembla fantàstic, a partir d'ara seré una seguidora fervent.

Núria dijo...

Jo vaig néixer al carrer Portellada ara Via Júlia, i m'ha fet molta il-lusió que el nomenessis
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