A principios de los años 80 el Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha el llamado Bus Cultural, un vehículo destinado a promover y difundir desde Serveis de Cultura (actual ICUB) las actividades culturales, la historia y los aspectos más esenciales de la ciudad, así como informar a los barrios de las actividades promovidas desde el Consell Municipal.
Los orígenes de este servicio se remontan en 1979 cuando bajo el mandato del alcalde Narcís Serra, habiéndose contabilizado 24 museos municipales, el cronista de Barcelona Andreu Avel·lí Artís Tomàs "Sempronio" sugirió la creación de un autobús cultural con un recorrido que enlazara los principales museos y expidiera un billete combinado que permitiera subir y bajar de la línea y poder entrar en estas instituciones municipales a un precio relativamente asequible.
La anterior propuesta no prosperó y en 1980 se optó por poner en circulación un autobús cultural cuya misión sería recorrer todos los barrios de Barcelona llevando en su interior exposiciones itinerantes. Este servicio se planteó como una herramienta de difusión de la nueva política cultural municipal, basada en la descentralización como estrategia de democracia ciudadana. Fueron años de transformación en los cuales a partir de las iniciativas vecinales se intentó ayudar y vertebrar decisiones más allá de la producción comercial u oficial, recogiendo el trabajo elaborado desde el asociacionismo el cual quedaría expresado en forma de muestras, ciclos, exposiciones y fiestas populares, entre otras cosas. El cambio de gestión se situó en la recuperación del espacio público, la estructuración de la dimensión sociocultural y la traducción en programas culturales de la importancia de las tradiciones.
Para el Bus Cultural el Ayuntamiento de Barcelona adquirió de Transports de Barcelona un autobús Pegaso 6035, concretamente el coche 2366 del año 1968 que había sido recientemente retirado del servicio. Los arquitectos Andreu Bosch, Josep Maria Botey y Lluís Cuspinera diseñaron la reforma del vehículo para adaptarlo a su nueva función informativa y cultural. Exteriormente fue pintado completamente de color azul oscuro. En el frontal se procedió a la supresión de la calandra y de las ventanillas longitudinales y en la zaga la doble ventana se transformó en una sola. En ambos laterales las ventanas practicables pasaron a ser fijas y en el lado derecho las puertas delantera y trasera de acceso se sustituyeron por dos puertas abatibles de apertura vertical con escalón móvil, mientras que la puerta central se sustituyó por dos grandes ventanas panorámicas fijas. El interior se transformó completamente, rebajando el piso hasta eliminar escalones y se instaló aire acondicionado. La mitad delantera equipaba una pantalla móvil de televisión, un equipo de audio y de megafonía, una pantalla de proyección enrollable y 16 asientos. La mitad trasera contenía una pantalla de proyección, un proyector para audiovisuales, 4 mesas para exponer información y 20 asientos.
El 3 de noviembre de 1982 el responsable del Àrea de CuItura del Ayuntamiento de Barcelona, Rafael Pradas, en una rueda de prensa, explicó las remodelaciones que se estaban llevando a cabo en diversos museos de la ciudad y la edición de diversas publicaciones relacionadas con las actividades museísticas de Barcelona. A todo ello anunció la puesta en marcha del Bus Cultural, cuya misión sería divulgar la historia, las características identitarias de los barrios y distritos, e informar al vecindario de las actividades organizadas por el consejo de distrito, entidades, asociaciones y grupos. También se facilitarían informaciones sobre actividades culturales, museos, música y teatro, entre otras cosas. El vehículo efectuaría estancias de unos quince días en diferentes lugares.
La primera parada la efectuó en la plaza de la Mare Nazària Ignàcia March, en el barrio del Besòs, permaneciendo del 18 al 31 de enero de 1983. En marzo de ese mismo año se trasladó frente al mercado del Born, aprovechando que el recinto se habilitó para acoger la exposición "Qui és Barcelona". Tras haber visitado los diferentes barrios de la ciudad, la última vez que efectuó su aparición en público fue entre el 8 y el 18 de octubre de 1985 en la plaza de Catalunya para exhibir videos de fragmentos de las obras estrenadas en el teatro Regina con motivo de su quinto aniversario.
Tras este breve tiempo al servicio de la difusión cultural en Barcelona, el vehículo fue retirado definitivamente del servicio, retornado a Transports Metropolitans de Barcelona y permaneciendo inactivo en la cochera de Ponent. Con motivo de la puesta en servicio de la cochera de Triangle, en 2003 el autobús fue trasladado a un subterráneo que actualmente almacena material histórico preservado que se prevé forme parte del futuro Museu del Transport. Allí espera pacientemente una restauración y recuperación.
Fotos: Ajuntament de Barcelona, colección Joan Antoni Solsona, Pere París y Xavier Maraña.
2 comentarios:
Esta claro lo que le importa al ay untamiento la cultura, le interesa la foto para luego pasar de puntillas y dejar el autobús en abandono total.
Por desgracia así es, mucha imagen para luego acabar así.
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