A mediados de la década de los años sesenta se forjaron los primeros síntomas de un cambio social y cultural no solo en España sino también mundial, una eclosión que se desencadenaría a lo largo de la década siguiente. Para la juventud de aquel momento que no disfrutaba de tantas libertades debido a las circunstancias políticas, la visita de los Beatles significó un importante estímulo para toda una serie de generaciones que posteriormente aportarían nuevas ideas en todos los ámbitos. En Barcelona, movimientos vecinales que reivindicaban mejoras, fenómenos sociales como la llamada Gauche Divine barcelonesa, nuevos espacios de ocio como el célebre Tuset Street y una mayor permisividad de las manifestaciones culturales en lengua catalana reflejaban un cambio de rumbo en la historia. No se trata de afirmar que los dos conciertos que hicieron los Beatles en Madrid y Barcelona fueran el desencadenante de este cambio, sino el espejo de una nueva situación y el icono de aquella transformación inevitable hacia nuevos tiempos.
Para los dos conciertos previstos en Madrid y Barcelona dentro de la gira llamada The Beatles 1965 European Tour, el 5 de febrero de 1965 el promotor Paco Bermúdez (representante también del cantante Raphael y responsable de visitas como la de la actriz Marlene Dietrich) firmó con News Enterprises y el representante de los músicos, Brian Epstein, un contrato de siete millones y medio de pesetas, equivalente a 5000 libras de la época libres de impuestos por una doble actuación que duraría un máximo de 30 minutos. Este encuentro se produjo en Sevilla, e inicialmente Epstein recelaba argumentando que mientras en el Reino Unido se vendían 900000 copias de sus discos, en España tan sólo llegaban a las 3500, por lo que no iban a ser rentables. Sin embargo, gracias a la intervención del periodista musical José Luis Álvarez (fundador de la revista musical Fonorama) que le explicó que en España sólo había registrados 1500 tocadiscos pero 2000 personas habían comprado el disco sin poder escucharlo, Epstein quedó entonces convencido de las posibilidades.
Paralelamente, el régimen franquista intentó boicotear la visita de los Beatles hasta el último momento. Paco Bermúdez lo tenía todo preparado, pero el permiso del ministro de Gobernación no llegaba. Se concedió con sólo siete días de antelación y tanto las entradas como los carteles estuvieron embargados hasta entonces. Finalmente, las autoridades cedieron por pura conveniencia para evitar un conflicto diplomático con la Gran Bretaña porque recientemente la reina Isabel II había propuesto al Cuarteto de Liverpool como Caballeros de la Orden del Imperio Británico, condecoración que recibieron el 26 de octubre siguiente.
Después de su concierto en la plaza de toros de La Ventas de Madrid, el 3 de junio de 1965 aterrizaron en Barcelona. De hecho, el único miembro de los Beatles que ya conocía la capital catalana era John Lennon, aprovechando un periodo vacacional con sus compañeros de grupo en Santa Cruz de Tenerife para acercarse a conocerla por invitación de Brian Epstein. Ello sucedió entre el 28 de abril y el 7 de mayo de 1963. Dentro de la rumorología, se cuenta que ambos simularon una corrida de toros en una calle alrededor de la catedral de Barcelona y tuvieron una aventura gay a la que John accedió pese a su heterosexualidad afirmando que estaba dispuesto “a probar de todo, al menos una vez en la vida”.
A las cuatro y media de la tarde el avión hizo su aterrizaje en el aeropuerto de El Prat de Llobregat. El aparato se había detenido en una pista alejada a la que sólo tuvieron acceso periodistas y fotógrafos. La bajada del avión fue folclóricamente memorable, pues la cantante Franciska les había regalado unas muñecas típicas y unas monteras de torero con las que posaron ante las cámaras fotográficas. Igualmente, la presidenta del Club de Fans en España Elisa Estrada les obsequió con unos llaveritos. Para inmortalizar el momento, escenificaron varias veces el descenso del avión. Los admiradores allí congregados, aunque alejados por razones de seguridad y controlados por la policía, dedicaron fuertes aplausos. El primer periodista radiofónico en acercarse a ellos fue Joan Armengol, siendo George Harrison quien se ofreció a responderle, aunque fue bastante escueto y enseguida se dirigió hacia el coche que les esperaba. Un momento antes de subir al vehículo, el mismo George respondió a dicho periodista en un castellano bastante aceptable “hace bastante calor, siempre es mejor que el frío”.
Una limusina situada en la pista de aterrizaje se encargó de trasladar al grupo del aeropuerto directamente hasta el hotel Avenida Palace, hospedándose en la habitación 111. En la puerta les esperaba Joan Gaspart, hijo del empresario de la cadena hotelera HUSA. El botones, Joan Tejedor, acompañó al Cuarteto de Liverpool a sus habitaciones. Estaban fatigados y hablaron muy poco. Las informaciones y testimonios de la época hablan de que se ubicaron a los Beatles por parejas en las habitaciones 109 y 110, las cuales se comunicaban con la 111, que hacía a veces de salón. Una vez aposentados, recibieron la inesperada visita de Joana Biarnés, periodista fotográfica del diario Pueblo, que una horas antes los había retratado sentados en las butacas de la cola del avión. Abrió la puerta Ringo Star, que le preguntó con tono bastante simpático “¿You again?” (¿Otra vez tú?). Y ella con su inglés les pidió que la dejaran terminar su reportaje a cambio no molestarlos porque había empezado una historia y retratar cómo pasaban las horas antes del concierto. Afortunadamente los cuatro accedieron favorablemente a ello.
A las siete de la tarde, después de un pequeño descanso, ofrecieron una rueda de prensa ante una veintena de periodistas, con la ayuda de un intérprete contratado por el mismo Paco Bermúdez.
Los Beatles tuvieron que salir por las dos pequeñas puertas de la cocina del hotel que daban a la rambla de Cataluña para esquivar la multitud de fans que se agolparon ante las puertas de la Gran Vía. Se cuenta que los pantalones de John Lennon acabaron tan arrugados que el mismísimo Joan Gaspart tuvo que cambiárselos por los suyos antes de empezar el concierto.
En su actuación en la plaza de toros Monumental, que empezó a las 22:45h de la noche asistieron 18000 personas. En aquel concierto también acudieron como público personajes famosos como el actor Luis Cuenca, el torero Antonio Borrero “Chamaco” y la esposa de Pere Balañá. El sistema de sonido no fue muy bueno aunque lo compensó el calor del público.
A diferencia de Madrid, se vendieron todas las entradas (de 75 pesetas la más barata y 400 pesetas la más cara) y todo el mundo pudo entrar. El espectáculo, presentado por el showman televisivo Rocco “Walter” Torrebruno, contó con una primera parte en la que actuaron Beat Chics, Freddie Davis, Shakers, Sírex, MicheThe Modern 4, Trinidad Steel Band y la orquesta Florida.
Ya en la segunda parte tras diez minutos de descanso hicieron su entrada los Beatles por la puerta de Toriles. Eran las 23:45h de la noche. El repertorio musical duró 40 minutos, ofreciendo un total de 12 canciones:
1. "Twist and Shout" (John Lennon)
2. "She's a Woman" (Paul McCartney)
3. "I'm A Loser" (John Lennon)
4. "Can't Buy Me Love" (Paul McCartney)
5. "Baby's in Black" (John Lennon y Paul McCartney)
6. "I Wanna Be Your Man" (Ringo Starr)
7. "A Hard Day's Night" (John Lennon y Paul McCartney)
8. "Everybody's Trying to Be My Baby" (George Harrison)
9. "Rock and Roll Music" (John Lennon)
10. "I Feel Fine" (John Lennon)
11. "Ticket to Ride" (John Lennon y Paul McCartney)
12. "Long Tall Sally" (Paul McCartney)
En el diario La Vanguardia del 4 de julio de 1965 la crónica del concierto fue relatada así: “Ante un público tan numeroso (abrumadoramente numeroso) como heterogéneo se efectuó anoche en la Monumental la anunciada representación de los «Beatles» que constituyó un clamoroso éxito. El entusiasmo del público y, por lo tanto, su reconocimiento de las innegables cualidades artísticas que adornan al famoso cuarteto, fue no sólo ruidoso, sino que en algunos casos alcanzó expresiones delirantes. Los cuatro melenudos ídolos nos ofrecieron lo más caracterizado de su repertorio con esta mezcla de habilidad y audacia que distinguen su nada desdeñable espectáculo. Lástima que los aullidos de sus «fans» hicieron perder a la representación muchos matices. Como quiera que los intérpretes fueron globalmente estimados por sus especialísimas características musicales no cabe duda de que la mayor parte de los espectadores pasaron un rato excelente, sólo enturbiado por el temor constante de que se produjera un ataque de histerismo colectivo en alguno de los numerosos grupos que demostraron, durante toda la función, una tensión nerviosa alarmante. Afortunadamente nada grave ocurrió y a las amenas características de la velada hay que añadir la nota pintoresca de los entusiastas en las más variadas y singulares reacciones”.
Y en un artículo del 6 de julio del mismo periódico se decía que “El sábado les vimos actuar en persona ante el público de Barcelona y nos confirmaron de manera diáfana nuestras apreciaciones. Su repertorio es muy bueno y lo ejecutan muy bien; tienen un ritmo endiablado y saben elevar rápidamente el grado térmico de la atmósfera en el auditorio y mantenerlo en ebullición sea al aire libre y en un espacio abierto y despejado como la Plaza Monumental”.
Terminado el concierto y de regreso al hotel, los Beatles coincidieron casualmente con la cantante Beryl Bryden. El escándalo que montaron en las habitaciones fue tal que incluso algunos clientes se quejaron, pues escuchaban música a todo volumen e incluso sacaron la cabeza por una de las ventanas que daban en la Gran Vía para saludar a sus fans allá congregados. La dirección del hotel avisó a Bermúdez y éste a Epstein, el cual pese a tardar bastante en salir de su habitación, lo hizo y avisó a John, Paul, Ringo y George que la fiesta se había acabado. A modo de curiosidad, para proceder a ello previamente se afeitó y se quitó el pijama para vestirse de traje para imponer mayor respeto. Finalmente, el domingo por la mañana el Cuarteto de Liverpool tomó el avión con destino a Londres y se esfumaron para siempre.
Buena parte de la prensa española, en un tono más allá de los límites de la estupidez y la ignorancia, tachó de fracaso ambos conciertos. Igualmente, los directivos del NO-DO prohibieron a Pedro Costa y a Francesc Betriu montar el documental. Con las imágenes rodadas, se procedió a hacer un montaje de dos minutos que se exhibió junto a otros reportajes en el noticiario cinematográfico (el 1175B) y exhibido en las grandes pantallas el 12 de julio siguiente. Jamás hubo tal fracaso, solo para un régimen que llegaba a su fin porque el desencadenamiento hacia los nuevos cambios sociales, culturales y políticos que se avecinaban en España en los próximos años había empezado y era imparable.
Fotos: Arxiu Fotogràfic de Barcelona, beatleshelp.net, EFE, Hotel Avenida Palace, Pérez de Rozas.
9 comentarios:
Querido Ricard, yo estuve con mi hermano PACO...Inolvidable he visto tu post y se me han saltado las lágrimas, cuantos recuerdos , para mí imborrables, muchas gracias por compartirlo, tienes una sensibilidad espectacular, estos post tuyos , se merecen un premio es nuestra historia, bueno de gente mayor como yo, que tú eres muy joven, pero muy maduro.
Un abrazo y gracias, me ha encantado, me he puesto a los Beatles, ja,jaja.
Muchas gracias. Me alegro y me enorgullece de que te haya gustado y emocionado, pues eso significa que te dejó un rastro muy bueno. La historia local de Barcelona constituye grandes y memorables recuerdos de muchas generaciones. Afortunadamente, a nosotros nos gusta recuperar esa memoria histórica que siempre debe de permanecer. Lo importante es pasarlo bien, disfrutar con estos artículos y poder difundir lo máximo posible. Un abrazo y a continuar.
Una huella fantástica, es más me he animado con música de Los Beatles, y estoy con un borrador del blog, y se me ha pasado la tarde volando.
Muchas gracias Ricard.
Me ha gustado mucho tu escrito; felicidades y además me gustaría compartirlo en mi muro; si se puede me lo haces llegar...
Un saludo y gracias por hacerme recordar momentos inolvidables...
Me ha gustado mucho tu escrito; felicidades y además me gustaría compartirlo en mi muro; si se puede me lo haces llegar...
Un saludo y gracias por hacerme recordar momentos inolvidables...,
Carme Figueras Puigventos
Muchísimas felicidades por este trabajazo de post. Mi padre me acaba de soltar que los vio en Barcelona y quería buscarle información para que rememorara el momento. Yo, que tengo 26 años, me emociono (literalmente) al pensar que hace MEDIO SIGLO mi padre fue al concierto de los Beatles en Barcelona. ¡De nuevo, gracias por esta crónica! Seguro que con ella has hecho emocionarse a un montón de padres como el mío (o hijos como yo :-)
Jo també hi vaig estar. Les ingleses cantaven i no podiem escoltar les veus originals.
Lluís Roig
Va ser una nit inoblidable per tots aquells que Varem tenir la sort d'assistir-Hi. MOLT BE Els BEATLES
Muchas gracias a todos y a todas por vuestros comentarios y por vuestro testigo personal de aquella noche tan inolvidable y tan mítica en la historia de Barcelona. Pocas veces un suceso tan corto ha dado para tanta literatura, pero claro, se trataba de los Beatles. Os mando un cordial saludo.
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