lunes, 6 de septiembre de 2010

Breve historia de Nou Barris X: de la penúltima Barcelona a la nueva Barcelona (1992-2000)

Durante la década de 1990, y sobre todo después de la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, continuaron las reivindicaciones vecinales reclamando mejoras para los barrios del distrito, especialmente para la petición de equipamientos en general, que todavía eran insuficientes en relación con la población existente. Básicamente hablaríamos de equipamientos culturales (bibliotecas, casales de jóvenes y ancianos y centros culturales), educativos (guarderías y escuelas públicas), deportivos (polideportivos), y sanitarios (ambulatorios y otros centros de salud). También se intensificaron las luchas para la mejora del transporte público (más líneas de autobús y metro), para la construcción de nuevas viviendas sociales y la rehabilitación de otras existentes, y para ejecutar reformas urbanísticas encaminadas a mejorar la calidad de vida de sus habitantes (islas peatonales, ampliaciones de aceras, zonas verdes y reducción de la densificación), entre otras cosas. La transformación de Nou Barris llevó a definir el distrito como "la nueva Barcelona" en contraposición a "la penúltima Barcelona", término acuñado por los periodistas Josep Maria Huertas y Jaume Fabre.
El año 1996 Joan Clos sustituyó a Pasqual Maragall como alcalde de Barcelona, continuando durando los años siguientes con la misma política de renovación del distrito iniciada años atrás. Desde el consistorio municipal, el Ayuntamiento de Barcelona y en especial el nuevo regidor del distrito de Nou Barris, Antonio Santiburcio, apostó por la extensión de la "ciudad del diseño" hasta la periferia con el propósito de regenerar los barrios del norte de Barcelona e integrarlos al resto de la ciudad. Este hecho quedó urbanísticamente reflejado en el tipo de mobiliario urbano (bancos y farolas), en los monumentos (esculturas) y el pavimento (baldosas rojas). Si bien su obra ha dejado huella en actuaciones como la construcción de parques, centros de ocio y bulevares, también es cierto que no quedó exento de polémica y controversia.

Por lo referente a actuaciones, estas se centraron en la mejora del paisaje y de la calidad de vida. En el año 1992 se urbanizó un tramo de la calle de Pablo Iglesias, en el barrio de la Prosperitat. En 1993 finalizaron las obras de construcción del Parc Esportiu de Can Dragó, sobre los antiguos terrenos de RENFE-Meridiana. En el mismo año se inauguró el nuevo parque de la Trinitat Nova; en el barrio de Verdum, la empresa de la Generalitat ADIGSA empezó a derribar los degradados bloques de las Viviendas del Gobernador para sustituirlos por nuevas edificaciones, y se iniciaron las obras de rehabilitación de los bloques construidos antaño por la Obra Sindical del Hogar, actuación que asimismo se extendió en los situados en las barriadas de la Guineueta, Roquetes y la Trinitat Nova. Además, dicha rehabilitación conllevaría la urbanización de los espacios interiores y su ajardinamiento. En 1994 se inauguró el nuevo Centre Cívic Porta-Sóller y el nuevo edificio del Ateneo Popular de Nou Barris construido sobre el existente y que acogería, entre otras entidades, la Escola de Circ Rogelio Rivel, los Diables de Nou Barris y el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris. En 1995, al lado de lo que quedó sin derribar del antiguo edificio del Mental, se inauguró el edificio del Fòrum Nord de la Tecnología con el objetivo de atraer empresas y nuevas tecnologías. El el sector Turó-Vilapicina, destacar que la masía de Can Basté reabrió completamente rehabilitada para acoger un centro cívico, y que se procedió a la construcción de los primeros nuevos bloques de pisos en el Turó de la Peira en sustitución de los afectados por aluminosis. En el paseo de Fabra i Puig se entregaron los nuevos pisos para realojar a los vecinos afectados por los desalojos de bloques en mal estado condenados al derribo. Los talleres de reparación de autobuses de Vilapicina fueron desmantelados.

En 1997 se constituyó la sociedad privada municipal PRONOBA, encaminada a la regeneración urbana de Nou Barris, centrando sus actuaciones en la configuración de bulevares, la potenciación de ejes comerciales y del sector terciario, la creación de nuevas plazas y zonas verdes, la urbanización y peatonalización de calles e interiores de isla, la construcción de aparcamientos subterráneos, la mejora de la conectividad entre barrios y la ejecución de los Planes Especiales de Reforma Interior. En ese mismo año abrió sus puertas en el antiguo edificio del Mental la Biblioteca de Nou Barris.
En 1998 se inauguró el nuevo parque de Josep Maria Serra i Martí, en el barrio de Canyelles, la remodelación de las plazas de la Zona Verde y de Harry Walker, en la Prosperitat, y la finalización de la iglesia nueva de Santa Eulàlia de Vilapicina con una nueva fachada, pues desde siempre careció de esta. En ese mismo año, por petición vecinal los habitantes de las casas baratas de Ramón Albó decidieron que el barrio recuperara la denominación de Can Peguera.
En 1999 se procedió la conversión en bulevares de los paseos de Fabra y Puig, Verdum y Valldaura (tramo superior) y del Doctor Pi i Molist mediante la ampliación de aceras. La plaza del Virrey Amat duplicó su superficie y en los alrededores de la Sede del Distrito se inauguró la primera fase del nuevo Parc Central de Nou Barris. El paseo de Fabra i Puig se abrió completamente hasta el paseo de Valldaura y se abrió la nueva Ronda del Mig, formada por las calles de Ramón Albó, Arnau d'Oms, Piferrer y la avenida de Río de Janeiro.


En el ámbito de los transportes, la Plataforma Pro-metro a Nou Barris llevó a cabo numerosas actuaciones populares para presionar a las administraciones con el propósito de hacer llegar la red de metro a Nou Barris. Progresivamente se fueron incorporando diferentes barrios, siendo especialmente Canyelles, Roquetes, la Trinitat Nova, Torre Baró, Ciutat Meridiana y Vallbona quienes deseaban la llegada del suburbano. La reivindicación más simbólica de estas barriadas fue la construcción de falsas entradas de metro hechas con ladrillos y un poste coronado con un banderín que llevaba dibujado el logotipo del metro y el nombre de la estación correspondiente al barrio peticionario. Diversas negociaciones entre los representantes vecinales y las administraciones terminaron con el compromiso por parte de estas para hacer llegar el metro a Nou Barris durante la próxima década, de acuerdo con el cumplimiento del PDI 2001-2010. En 1999 la L4 de metro llegó hasta la Trinitat Nova y la estación “Roquetes” cambió su denominación por la de “Via Júlia”. La red de autobuses prolongó notablemente algunos recorridos por el interior del distrito, llegando a conseguir una óptima cobertura territorial. También mejoraron las conexiones con otros barrios de Barcelona mediante la prolongación de algunas líneas.

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