Uno de los cines de estreno al que esporádicamente he asistido ha sido el cine Rex. De sala única, es el típico local de un diseño, una ambientación y un aroma muy propios de los pertenecientes a la cadena Balañà de antaño. Abrió sus puertas en plena posguerra, el 24 de diciembre de 1940, en el número 463 de la Gran Vía de les Corts Catalanes, a la altura de la estación de metro “Rocafort”. A diferencia de otros que ocupan los bajos de un bloque de viviendas, este tiene un edificio propio. Muy brevemente empezó ofreciendo programas dobles, pero enseguida pasó a exhibir películas de estreno y así se mantuvo hasta el año 1969, en que el cine fue adquirido por la cadena Balañà. A partir de entonces, la sala se sometió a una reforma y modernización, reduciendo su capacidad de 851 a 580 localidades. El 17 de junio del citado año reabrió sus puertas con la nueva decoración tan conocida de las salas de Balañà, obra del arquitecto Antoni Bonamusa. Desde entonces cambió su oferta cinematográfica pasando a exhibir películas de arte y ensayo, aunque en estos últimos decenios las cintas comerciales son lo que más ha predominado debido al descenso de público. Sin embargo, en el año 2002 acogió el festival internacional de cine documental musical de Barcelona In-Edit-Beefeater, y anualmente acoge el BAFF (Barcelona Asian Filam Festival), de manera conjunta con los cines Aribau Club (antaño cine Dorado y luego Club Doré) y el CCCB.
El cine Rex es de los pocos locales de sala única que existen en Barcelona, si bien su vida activa tiene los días contados y cesará tan pronto a finales del presente año abran las 12 salas de cine, también de la cadena Balañà, en el centro comercial y de ocio que se está construyendo en el interior de la plaza de toros de Las Arenas. Se echará de menos, sin duda, pues al tratarse de sala única ofrece la ventaja de que siempre encuentras asiento, a diferencia de las multisalas con sesiones numeradas.
El cine Rex es de los pocos locales de sala única que existen en Barcelona, si bien su vida activa tiene los días contados y cesará tan pronto a finales del presente año abran las 12 salas de cine, también de la cadena Balañà, en el centro comercial y de ocio que se está construyendo en el interior de la plaza de toros de Las Arenas. Se echará de menos, sin duda, pues al tratarse de sala única ofrece la ventaja de que siempre encuentras asiento, a diferencia de las multisalas con sesiones numeradas.
El vestíbulo contiene la taquilla y la escalera de acceso al anfiteatro a la izquierda y una pequeña parada de palomitas en bolsas y frutos secos y una máquina expendedora de bebidas en lata y botellas de agua a la derecha, que nada tiene que ver con los complejos servicios de bar de las modernas multisalas. Las entradas todavía son de rollo de cinta y agujero central expedidas por una máquina a pedal. La platea tiene 354 butacas, mientras que el anfiteatro tiene capacidad para 226 personas. Las puertas rojas de madera de acceso al vestíbulo, el entapizado de las butacas y la moqueta del suelo rojas y las paredes decoradas con moqueta roja y un juego de lámparas esféricas y un conjunto de aros ovoides agrupados otorgan al cine Rex un diseño típicamente de años setenta el cual, una vez tomas asiento, te permite recordar las entrañables salas de barrio en las que de niño habías ido tantas veces. La última mejora de estos últimos años ha sido en el sistema de sonido, que ahora es Dolby Stereo Digital con cuatro canales de audición en pantalla más tres independientes de sonido ambiental, de una calidad comparable a las modernas multisalas.
Algunas de las películas que recuerdo haber visto son, por ejemplo, “El nombre de la rosa” (con mi hermano Tomás y mi amigo Alfredo y en el anfiteatro debido a la cantidad de gente que había), “La chaqueta metálica”, “Hotel Ruanda” y más recientemente “Australia”, “El imaginario del doctor Parnassus” y “Gran Torino”. Hasta no hace muchos años, se exhibían películas comerciales de estreno en versión original subtitulada, aunque esto ha ido cada vez más a la baja.
En definitiva, un cine recomendado para las personas añoradas de las salas únicas de antaño que quieran recordar sus cines de la infancia, comer palomitas industriales de bolsa y disfrutar de una película dentro de una gran sala con platea y anfiteatro mientras se respira el aroma de moqueta rancia mezclada con ambientador de limón. En absoluto recomendado para jóvenes acostumbrados a las grandes multisalas con asientos VIP y butacas con reposacabezas y servicio de bar que ofrece menús familiares a base de cubos de palomitas y Coca Colas de medio litro.
1 comentario:
¿Sabías que hoy es el último día del cine Rex? Espero que seamos muchos hoy los que vayamos a despedirnos... qué lastimita.
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