Durante la década de los años setenta el barrio de Can Tunis se encontraba en un proceso de decadencia y en progresiva desaparición. Buena parte del sector estaba formado por barracas salvo un pequeño núcleo de edificios situados al final del paseo de la Mare de Déu del Port, así como los pisos llamados de Pujol y de la calle de Fèlix Macià. La mayoría de sus vecinos eran de etnia gitana y en dificultades de integración. Es por ello que el Ayuntamiento de Barcelona planteó la construcción en la misma zona de una nueva barriada provisional destinada a integrar las numerosas familias gitanas de la zona, las cuales vivirían allí por un plazo de diez años, el tiempo suficiente para que (teóricamente) se integraran en la estructura social y urbana de la ciudad y estuviesen en condiciones de adquirir por su cuenta una nueva vivienda en otro barrio. Los precedentes se remontan a julio de 1970 cuando el último núcleo numeroso de población de Can Tunis es obligado a ser desalojado por la ampliación del puerto de Barcelona. Tras varias asambleas vecinales con el apoyo de la parroquia del Port se llegó a un acuerdo con las empresas constructoras para que a cada familia se la indemnizara con 150.000 pesetas. Como resultado en 1973 los vecinos realojados obtuvieron vivienda nueva en el barrio de la Mina, previo pago de 30.000 pesetas.
Las viviendas constaban de dúplex y se construyeron entre medianeras con una superficie útil de 100 metros cuadrados para familias de hasta ocho miembros, organizándose en una tipología de baja densidad que evitara la aparición de espacios de circulaciones comunes y de una máxima independencia para impedir posibles situaciones de conflicto. El diseño de las casas, en concordancia con la mentalidad de sus residentes, obedeció más bien a parámetros rurales que no urbanos. La nueva barriada se conoció como Poblado Experimental de Can Tunis, Can Tunis Nou e incluso Avilla Chavorrós por la escuela. La gestión fue a cargo del Patronato Municipal de la Vivienda. Las obras de construcción empezaron en marzo de 1978 y tuvieron una duración de once meses. El 22 de mayo de 1979 fueron a vivir los últimos barraquistas de Can Tunis y al año siguiente recibió uno de los premios de Opinión del Fomento de las Artes Decorativas (FAD) por su contribución a la erradicación del chabolismo.
A partir de 1980 el Patronato Municipal de la Vivienda dejó de cobrar los alquileres a los inquilinos y se desentendió del mantenimiento de las casas. El número de habitantes creció hasta llegar al centenar de familias, y para continuar viviendo allí procedieron a reconvertir los garajes y los locales comerciales en viviendas para los hijos a medida que éstos se iban emancipando, incluso se llegaron a hacer construcciones ilegales. La nueva barriada, que parecía haber sido ya olvidado por completo por su localización casi oculta y desligada de la ciudad, no logró la esperada integración social de la comunidad gitana, razón por la que pronto se convirtió en un gueto y en un foco de actividad marginales. Algunas voces culparon al mismo Ayuntamiento de Barcelona de haberlos abandonado y de asumir responsabilidades sociales. Pronto se asentó como fuente de ingresos mucho más garantizada que otras posibles alternativas el menudeo y la venta de droga, principalmente heroína. Diariamente se acercaban cientos de toxicómanos para comprar las dosis que necesitaban e inyectarse.
En 1992 el Ayuntamiento de Barcelona anunció su intención de derribar la barriada. La empresa municipal Regesa intentó negociar de forma individualizada con cada familia, pero ello sólo ocasionó más división y enfrentamiento entre las diferentes familias gitanas que tuvieron que aceptar indemnizaciones muy bajas para empezar una nueva vida lejos de Can Tunis, en un proceso traumático y lleno de incertidumbre por los afectados. En 2001 se inició el traslado de los vecinos y el derribo de las primeras viviendas. En algunos casos se produjeron incidentes por la negativa de algunos vecinos a negarse a abandonar las casas, lo cual obligó a un desalojo violento y forzoso. En diciembre de 2003 aún quedaban una veintena de familias que se resistían a abandonar sus hogares. Finalmente, en agosto de 2004 se marchó la última familia que todavía ocupaba una casa y un garaje tras aceptar la indemnización municipal. Hubo un pacto entre los clanes gitanos y el Ayuntamiento de Barcelona por el cual aquellos dejarían definitivamente la venta de drogas y éstos ofrecerían muchas más facilidades de otorgarles una nueva vivienda digna para todos. Una vez derribada toda la barriada los terrenos volvieron a formar parte del Puerto de Barcelona, el cual pagó al Ayuntamiento de Barcelona 6 millones de euros para poder hacer efectiva la ampliación del área de contenedores de mercancías y del aparcamiento de camiones.
Fotos: Guillem Valle, Maria Teresa Codina, Tocho 8 (tochoocho.blogspot.com).
18 comentarios:
Interesantísima entrada de un lugar remoto y completamente desconocido en Barcelona. Si a alguien le preguntas por estas viviendas, nadie sabrá contestar.
Muy buenas fotos, no las había visto antes y excelente documentación.
Guardaré la entrada porque los datos son suculentos.
Salut ¡¡
Hola Tot Barcelona. Gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado la entrada. La verdad es que esta barriada dentro de Can Tunis fue desconocida para muchos. En realidad fue el último polígono de viviendas de Barcelona y no Canyelles. Fue un proyecto fallido, además el nombre de poblado experimental sonaba raro, como si esa gente fuesen conejillos de indias de un experimento social. Investigué porque en muchas guías urbanas salía y me intrigó saber qué era eso. Muy poca difusión hicieron los medios de comunicación como si se tratara de algo vergonzoso. Cosas de la vida. Un saludo.
Muy interesante, Ricard.
Recuerdo que se hizo una película hace unos años, titulada simplemente Can Tunis, que estaba muy bien.
Yo tuve una relación tangencial con Can Tunis: consistía en ir al trabajo en el 38. Toda una experiencia.
Saludos.
Muchas gracias. Me alegro de que te haya buscado. Era un tema muy poco tratado y por ello merecía una entrada. Yo algunas veces para ir al Consorcio de la Zona Franca había cogido el autobús 38. Siempre me sentaba delante de todo, al lado del conductor, por si las moscas. El personal era un espectáculo. Nadie pagaba el billete, y claro, quién se atrevía a decirles nada.Efectivamente fue toda una experiencia. Un abrazo.
Als anys 80, l'escola va tnscriure equips de futbol sala, amb el seu nom, Avillar chavorros, a les competicions que organitzaba el Consell de l'esport escolar.
Tambe recordo que, al enderrocar l'escola, aquell dia es van emportar els alumnes d'excursio per que no veiesin tan trist espectacle.
Josep Maria, molt interessant. Segur que deus tenir molts d'anècdotes. Ja tindrem ocasió de parlar. Una abraçada.
Hola buenas yo era de ese barrio podría pasarme fotos de ese barrio y vidios o lo que tenga muchas gracias y un saludo
Hola yo era d cantunis...podías pasarme fotos o vidios porfaz..
Hola. No sé si estás en Facebook. Lo digo porque allí hay un grupo que yo mismo creé llamado "Can Tunis (Casa Antúnez). La memòria històrica d'un barri. Si pides solicitud yo te puedo agregar y allá podrás visualizar un montón de fotos inéditas y muy interesantes aportadas por la gente. Un saludo.
Hola, bon dia,
Felicitats pel teu blog, és molt interessant. Les fotos que has publicat, d'on són?
Hola Cristina, les fotos emprades per aquest article pertànyen a Guillem Valle, Maria Teresa Codina i a Tocho 8 del blog tochoocho.blogspot.com.
Salutacions.
Si algú te fotos fotos de l'institut del can tunis m'encantaria que les passéssiu. Vaig estudiar en aquest centre entre el 80-82. Salutacions 😉
Podías pasar fotos de este tiempo de cantunis o vidios porfaz
Hola yo también estuve trabajando..no tiene fotos de ese tiempo
Hola josep no tendréis fotos de cantunis o de la escuelas o de fútbol
Un artículo muy interesante. Es una pena como un proyecto urbanístico con tanta intención integradora se viese obligado a desaparecer por el abandono de las instituciones.
La barriada se veía desde la ronda litoral, solo había que mirar, en poco tiempo los edificios ya no tenían ventanas, supongo que las usarían para hacer hogueras, en fin una inversión inútil intentar que estas familias vivieran con acorde a los tiempos y en situación de legalidad, algo imposible.
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