En la década de los años 20 del siglo pasado proliferaron en Barcelona diversas líneas de autobús explotadas por pequeñas compañías independientes que prestaban servicio a los barrios populares, convirtiéndose así en precedentes de las actuales líneas de proximidad. Uno de los núcleos que solicitó dotación de más transporte público fue Can Tunis, una barriada humilde de clase trabajadora que solo disponía del tranvía de la línea 48. Ante la negativa de Tranvías de Barcelona de reforzar el servicio tranviario y de la Compañía General de Autobuses de Barcelona de establecer una nueva línea de autobús alegando falta de rentabilidad, el empresario Domènec Estañol Coca, interesado por la petición vecinal, presentó el 14 de febrero y posteriormente el 23 de abril del año 1925 al Ayuntamiento de Barcelona una solicitud para la concesión de una línea de autobuses entre la plaza de España y la barriada de Can Tunis. Pocos días después, el empresario Artur Béquer Rancamp presentó otra propuesta prácticamente idéntica pero que le fue denegada en favor del primer peticionario. Después del informe favorable de los Servicios Técnicos Municipales, el 18 de agosto siguiente la Comisión Municipal Permanente acordó aprobar el proyecto. No obstante, la nueva línea ya se había puesto en servicio el 30 de julio anterior porque ya se disponía del material móvil, de acuerdo con un permiso concedido el 22 de junio anterior.
El recorrido era completamente diferente al de la línea 48 de tranvías porque la legislación vigente no permitía superposiciones y, por tanto, hacerle la competencia. Tenía el origen y final en la plaza de España, seguía por la Gran Vía, Riera de Magòria y carretera de Nuestra Señora del Port hasta el paseo de la Agrícola de la barriada de Can Tunis. Para el servicio se emplearon dos autobuses de la firma Ford con capacidad para 24 plazas y otro de la firma De Dion Bouton. La tarifa máxima se estableció en 30 céntimos.
Debido a que la línea no fue rentable, se traspasó la concesión el 6 de octubre del mismo 1925 a un tal José Cao Pérez, el cual, probablemente por el impago del canon municipal obligatorio para la explotación, provocó la suspensión del servicio el 6 de agosto de 1926.
Poco después, el día 13 del mismo mes y año, Manuel Vicens Gou solicitó esta línea que le fue concedida el 14 de octubre siguiente, restableciéndose nuevamente el servicio el 1 de diciembre siguiente. Circulaba entre las 6:30h y las 20:30h con un intervalo de paso de una hora servido por dos autobuses de la firma Hispano-Suiza de 25HP de potencia y 24 y 36 plazas sentadas, de los cuales sólo uno circulaba y otro permanecía en reserva en caso de averías. Se trataba de dos vehículos muy antiguos, con carrocería cerrada y entrada por el lateral, que se hallaban en malas condiciones de conservación. El precio del billete valía 30 céntimos.
Parece que el servicio fue irregular, con poco pasaje salvo en las horas punta. Dichas irregularidades como consecuencia de las dificultades del trazado por unas carreteras mal urbanizadas, propiciaron que el 12 de septiembre de 1928 el Ayuntamiento decidiese sacarla a concurso público bajo las condiciones impuestas por las Bases para la Concesión de Líneas de Autobuses de 1926, pero dado que sólo se presentó el mismo titular, Manuel Vicens, la línea continuó en sus manos. El 30 de abril de 1929 la Comisión Municipal Permanente acordó la concesión definitiva.
Durante los años de la Segunda República, el servicio no registró novedades o incidencias destacables. En enero de 1934 murió el concesionario, con lo cual la línea fue traspasada a su hijo, subrogación aceptada por el Ayuntamiento en enero de 1936. La oferta mejoró con la incorporación de cuatro autobuses, dos de los cuales permanecían en reserva. El garaje estaba situado en el número 5 de la calle de la Encarnación, en el barrio de Gràcia.
Con el estallido de la Guerra Civil, el 18 de septiembre de 1936 la empresa fue incautada por el sindicato de la CNT que absorbió el material móvil y sus 13 empleados. El servicio se reanudó bajo el distintivo “CA” y fue controlada por "Autobuses G", denominación que recibió la Compañía General de Autobuses de Barcelona colectivizada. El material móvil fue sustituido por dos autobuses de esta compañía, un Tilling Stevens número 14 (B-8313) y un imperial "CGA España" número 283 (B-48168).
El 2 de noviembre siguiente modificó el recorrido en sentido Can Tunis por la carretera Nova del Port. Durante 1937 consta que la línea obtuvo un total de 1.402.353 pasajeros, beneficiado en parte por las constantes suspensiones de la línea 48 de tranvía debidas a desprendimientos de la montaña de Montjuïc y a la destrucción del cable aéreo. El 4 de mayo del mismo año suspendió el servicio reanudándose nuevamente el día 7. Finalmente, con el avance del conflicto bélico y la falta real de repuestos y combustibles, el 8 de junio de 1938 el servicio fue suspendido.
Transcurridos unos pocos años y en plena posguerra, la concesión de la línea pasó a manos de Tranvías de Barcelona con el distintivo "H", restableciéndose el 15 de febrero de 1947 después de 9 años de suspensión gracias a la llegada de una partida de neumáticos que aseguraba la disposición de recambios, sumado también a una menor restricción de los carburantes, lo que permitió evitar la transformación de los motores al engorroso sistema de gasógeno. Sin embargo, la autorización de la Comisión Municipal Permanente no fue concedida tras un mes. El material móvil utilizado fueron autobuses de la firma Somua procedentes de la desaparecida Autobuses Roca y el coche 262 "CGA España" reformado a un solo piso. Desde entonces, los días 1,2 y 3 de noviembre de cada año, el servicio se reforzaba para las personas que se desplazaban al Cementerio del Sudoeste con motivo de la festividad de Todos los Santos y la conmemoración de los Fieles Difuntos.
Durante los años posteriores se mantuvo bastante discreta. A partir de 1957 la línea cambió los viejos autobuses Somua por nuevos modelos franceses Chausson, y a partir de 1961 incorporó vehículos Pegaso-Seida. Debido a las consecuencias ocasionadas por la gran nevada de 1962, la línea quedó suspendida de servicio entre los días 25 y 28 de diciembre porque el gran volumen de nieve impidió la circulación de los autobuses. El 7 de abril de 1963, con motivo de la supresión definitiva de la línea 48 de tranvía, la línea "H" prolongó su recorrido por la zona portuaria hasta las Reales Atarazanas, cubriendo buena parte del trazado dejado por el tranvía para evitar descompensaciones. Desde la plaza de España pasó a circular por la avenida de José Antonio, paseo de la Zona Franca, carretera del Prat Vermell, Nuestra Señora del Port, paseo de Casa Antúnez y paseo de Colón. Finalmente, el 23 de febrero de 1964 cambió su denominación de letra por el número 8, momento en que se iniciaría una nueva etapa en la historia de los transportes de Can Tunis.
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