viernes, 16 de septiembre de 2011

Una conmemoración ignorada: 50 años de la muerte de Josep Maria de Sagarra


La politización de absolutamente todas las cosas no tiene límites, y no es de sorprender que cada día descubramos algo nuevo. Esta vez le corresponde a la gran figura de la lengua catalana Josep Maria de Sagarra i de Castellarnau, que el próximo día 27 de septiembre hará cincuenta años de su fallecimiento y no se prevé hacer ningún tipo de conmemoración.
No hay duda de que forzosamente alguna cosa debe de haber por la que determinados sectores de la clase política no le han perdonado y le han arrinconado como a muchos otros. Así, pues, para algunas personas, todo lo que hizo y aportó en el transcurso de su vida por el fomento de la lengua catalana y de la literatura en catalán no ha sido suficiente, ni siquiera haberse convertido en uno de los mejores traductores del mundo de obras de William Shakespeare del inglés a otra lengua y de haber escrito en lengua catalana bajo las severas restricciones del régimen franquista. A efectos prácticos, otras cosas pesan más y se valoran por encima del genio y el artista.
Si analizamos la etapa de su labor literaria correspondiente al período franquista, Sagarra regresó a Barcelona en el año 1940 después de haber permanecido dos años de exilio en París. Se incorporó a la vida literaria clandestina como miembro de la sección filológica del Institut d’Estudis Catalans, que era clandestina puesto que la oficial se había convertido en el Instituto de Estudios Hispánicos. A partir de 1945 negoció la posibilidad de recuperar el teatro en catalán, y conseguido esto con éxito se animó a escribir dramas en prosa y existencialistas que no tuvieron la suficiente aceptación del público, por lo que volvió nuevamente al poema dramático. Por aquellos años procedió a traducir obras escritas en otras lenguas al catalán con gran brillantez. A partir de la década de 1950 se desanimó en la resistencia antifranquista y poco a poco fue abandonando estos círculos para dirigir su camino hacia la escritura, el teatro y el periodismo. No se debió a motivos ideológicos sino a razones literarias y económicas porque eran tiempos difíciles. Como periodista, colaboró hasta el año 1957 en el Diario de Barcelona, entre 1951 y 1961 en la revista Destino y entre 1957 y 1961 en La Vanguardia Española. Fueron los únicos ámbitos en los que escribió en castellano. Aceptó también formar parte de la Sociedad General de Autores de Madrid como consejero. En 1960 recibió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

 
 

 
Es muy probable que esta nueva faceta literaria periodística en castellano, sumada al nuevo cargo que le habían designado y a la condecoración recibida un año antes de su muerte por parte del gobierno español ocasionara la irritación de ciertos sectores catalanistas que no lo vieron con buenos ojos, por lo que optaron por desprestigiarle y apartarle de sus círculos culturales al considerar que había cedido ante el régimen franquista. Efectivamente, Sagarra, como muchos hicieron en aquella época, se decantó por vivir en paz y evitar arriesgar su vida por unos ideales, y así siguió trabajando por la cultura, la literatura y la lengua catalana, logrando estrenar obras de teatro en catalán y publicar poemas en catalán gracias a sus gestiones, cosa que muchos quienes lo criticaron de débil y condescendiente y presumían de ser los grandes defensores de Cataluña no lo consiguieron ni una sola vez durante los treinta y ocho años que duró el régimen franquista. Entre 1940 y 1961 escribió las siguientes obras en lengua catalana:
Poesía
Entre l'equador i els tròpics, 1947
El poema de Montserrat, 1956
Teatro
1946. El prestigi dels morts. Comedia dramática en 3 actos y 6 cuadros, estrenada en el teatro Romea de Barcelona, el 17 de octubre de 1946
1947. La fortuna de Sílvia. Comedia en 3 actos. Estrenada en el teatro Romea de Barcelona, el 5 de abril de 1947
1948. Galatea. Farsa en 3 actos y 6 cuadros, estrenada al Teatro Victoria de Barcelona, el 15 de diciembre de 1948
1948. Ocells i llops. Drama en 3 actos, estrenada en el teatro Apolo de Barcelona, el 15 de noviembre de 1948
1949. L'hereu i la forastera. Poema en 3 actos, estrenado en el teatro Romea de Barcelona, el 17 de noviembre de 1949
1950. Els comediants. Poema en 3 actos, estrenado en el teatro Romea de Barcelona, el 18 de abril de 1950
1950. Les vinyes del Priorat. Poema en 3 actos, estrenado en el teatro Romea de Barcelona, el 9 de noviembre de 1950
1952. L'alcova vermella. Comedia dramática en 3 actos y en verso, estrenada en el teatro Romea de Barcelona, el 15 de febrer de 1952
1952. L'amor viu a dispesa. Comedia en 3 actos, estrenada en el teatro Romea de Barcelona, el 26 de noviembre de 1952
1954. La ferida lluminosa. Estrenada en el teatro Romea de Barcelona, el 18 de noviembre de 1954
1955. La paraula de foc. Drama dividido en 4 cuadros, estrenado el 28 de octubre de 1955, en el Teatro Romea de Barcelona
1958. El pobre d'esperit i els altres. Comedia en 2 actos, el primero dividido en dos partes, estrenada en el teatro Guimerà de Barcelona, el 16 de abril de 1958
1959. Soparem a casa. Comedia en 2 actos y 5 cuadros. Estrenada en el teatro Romea de Barcelona, el 29 de diciembre de 1959
El senyor Perramon. Adaptación lliure de "L'avare" de Molière, en 2 partes y 6 cuadros. Estrenada en el teatro Candilejas de Barcelona.
El fiscal Requesens. Comedia en 1 prólogo y 2 partes, adaptación libre de "El casament" de Nikolai Gógol
El senyor Pupurull. Farsa en tres actos, adaptación libre de "Georges Dandin" de Molière.
Obras diversas
La ruta blava, traducida al catalán en 1964
Memòries, 1954
La bruixa dels panellets, 1960
Montserrat, 1960 (guía turistica)
Verdaguer, poeta de Catalunya, 1968 (póstuma)
Traducciones al catalán
La Divina Comèdia, traducida de Dante Alighieri, 1950 (considerada por expertos italianos como la mejor traducción del mundo de esta obra a cualquier lengua)
El senyor Perramon, versión de L'avar de Molière, 1960
El fiscal Requesens, versión de El casament de Gógol, 1961
Casi todas las obras de William Shakespeare (consideradas por expertos como unas de las mejores traducciones de estas obras del inglés a otra lengua)

Todo este prolífico trabajo no habría sido una realidad si Sagarra hubiese optado por la resistencia antifranquista, lo que no significa criticar o desprestigiar a quienes combatieron el franquismo como si hubiesen perdido el tiempo o fuese algo menos importante. No es esa la pretensión, pero todas las personas no somos iguales ni nos encontramos bajo idénticas circunstancias personales, y eso es lo que no supieron entender. Tal vez hubiese ido a la cárcel o incluso lo habrían fusilado, convirtiéndose en un mártir por la libertad, pero viendo que ese no era su camino, dedicó sus años de vida hasta su muerte a mantener viva la lengua catalana en período de prohibiciones. Y como resultado de su labor, muchos catalanes pudieron ver teatro hablado en catalán e incluso leer obras literarias de autores extranjeros en lengua catalana, algo que otra persona en su lugar nunca hubiese hecho de no haber sido por la voluntad de Sagarra, que jamás dejó de amar a su tierra.
Otro catalán olvidado, como si nada hubiese sido su sacrificio, que merecería recibir un grato homenaje y reconocimiento por ser uno de los mejores literatos en catalán del siglo XX. En la ciudad de Barcelona, muy discreta, tiene dedicada una pequeña calle en el barrio de Pedralbes, que desemboca en la avenida del mismo nombre, detrás de la plaza de Pius XII.

2 comentarios:

Júlia dijo...

Sagarra ja fa anys que pateix un injustíssim menyspreu de moltes mediocritats intel·lectuals, lamentablement.

Júlia dijo...

Més aviat penso que va ser enveja del seu èxit popular, d'altres com Pla en van fer de més grosses i no els hi han tingut tant en compte.