Tarde o temprano la gente se delata y se pone en evidencia. El último ejemplo ha sido la polémica que ha generado la otorgación a Leo Messi del Balón de Oro por segunda vez. Se refuerza la teoría de que todos somos nacionalistas de algo o de alguien aunque solo sea un poco, como una vez expliqué en un artículo anterior. Basta con ver la reacción de los periodistas a través de los medios de comunicación y sus ganas de dividir a la sociedad, incluso dentro de la propia afición del F.C. Barcelona.
Cuando se otorga un Balón de Oro se premia toda una temporada, la calidad de un jugador, el tiempo que ha permanecido sobre el césped de cada estadio, su estrategia decisiva combinada con otros jugadores del equipo para conseguir una victoria en cada partido, su táctica de juego, su contribución a ganar títulos y también su número de goles marcados, entre muchas otras cosas. Y no nos deberíamos engañar, porque en el mundo por ahora no hay ningún otro jugador igual o mejor que Leo Messi, capaz de jugar del mismo modo y de lograr tantos goles en una temporada. Esa es la realidad. Aquí no se valora la nacionalidad o la raza del deportista porque esto es irrelevante, carece de importancia.
Por ello ya han surgido esos patriotismos del subconsciente que han llenado de rabia a muchas personas porque Xavi e Iniesta no han sido galardonados. Por supuesto que de corazón hubiese gustado más que cualquiera de los dos hubiese recibido el Balón de Oro, porque nunca lo han ganado y resultará difícil disponer de una nueva oportunidad para conseguirlo. Hubiese sido muy bonito decir que un jugador español o uno catalán tiene el premio, pero una temporada no se valora por unos cuantos goles o por un solo partido, aunque sea una finalísima como la del Mundial. Sin embargo, aunque son excelentes jugadores y mucho han contribuido a los triunfos tanto en el F.C. Barcelona como en la Selección Española, el resultado global dice que no se pueden equiparar a la calidad de Leo Messi. Si este hubiese sido español o bien los otros dos argentinos o de otra nacionalidad, esta polémica jamás se hubiese producido. Ha sido una actitud hipócrita de mucha gente que por un lado reniega de nacionalismos y patriotismos y alardea de que no importa de donde venga nadie porque somos todos iguales, y luego se estira de los cabellos y hace pataletas cuando el Balón de Oro acaba pasando de largo. ¿En qué quedamos, entonces? ¿Premiamos a un deportista o a un país? ¿Así que ahora no premiar a un español es ser antiespañol?
¿Qué jugador juega actualmente como Leo Messi o mejor y es capaz de marcar tantos goles en una sola temporada? Seamos realistas, aparquemos los patriotismos irracionales que tanto daño nos hace y tanto nos dividen y por una sola vez reconozcamos qué es lo más justo. Y a los periodistas, por favor, más objetividad y menos banderas y acusaciones de una antiespañolidad que no existe más que en vuestra imaginación.
Cuando se otorga un Balón de Oro se premia toda una temporada, la calidad de un jugador, el tiempo que ha permanecido sobre el césped de cada estadio, su estrategia decisiva combinada con otros jugadores del equipo para conseguir una victoria en cada partido, su táctica de juego, su contribución a ganar títulos y también su número de goles marcados, entre muchas otras cosas. Y no nos deberíamos engañar, porque en el mundo por ahora no hay ningún otro jugador igual o mejor que Leo Messi, capaz de jugar del mismo modo y de lograr tantos goles en una temporada. Esa es la realidad. Aquí no se valora la nacionalidad o la raza del deportista porque esto es irrelevante, carece de importancia.
Por ello ya han surgido esos patriotismos del subconsciente que han llenado de rabia a muchas personas porque Xavi e Iniesta no han sido galardonados. Por supuesto que de corazón hubiese gustado más que cualquiera de los dos hubiese recibido el Balón de Oro, porque nunca lo han ganado y resultará difícil disponer de una nueva oportunidad para conseguirlo. Hubiese sido muy bonito decir que un jugador español o uno catalán tiene el premio, pero una temporada no se valora por unos cuantos goles o por un solo partido, aunque sea una finalísima como la del Mundial. Sin embargo, aunque son excelentes jugadores y mucho han contribuido a los triunfos tanto en el F.C. Barcelona como en la Selección Española, el resultado global dice que no se pueden equiparar a la calidad de Leo Messi. Si este hubiese sido español o bien los otros dos argentinos o de otra nacionalidad, esta polémica jamás se hubiese producido. Ha sido una actitud hipócrita de mucha gente que por un lado reniega de nacionalismos y patriotismos y alardea de que no importa de donde venga nadie porque somos todos iguales, y luego se estira de los cabellos y hace pataletas cuando el Balón de Oro acaba pasando de largo. ¿En qué quedamos, entonces? ¿Premiamos a un deportista o a un país? ¿Así que ahora no premiar a un español es ser antiespañol?
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1 comentario:
Hola
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Pau
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