Leo últimamente en los periódicos la polémica por la intención de cambiar las denominaciones de las fiestas de Semana Santa y de San Juan por las de Primavera y Solsticio de Verano, respectivamente. No es la primera vez que me manifiesto como un creyente no religioso y laico, pero creyente a fin de cuentas. Es por ello que tengo un concepto acerca del laicismo que parece ser bastante diferente al que determinadas personas suelen aplicar. Que yo sepa, el laicismo consiste en que las religiones no tengan absolutamente ninguna influencia o capacidad de decisión o influencia en la aplicación de leyes y políticas sociales y económicas de un país, con lo cual las creencias quedan limitadas al ámbito personal o familiar. Así pues, observo extrañado como algunos ateos y laicos que repudian completamente las religiones (y digo algunos, no todos) se manifiestan a favor de que la religión católica no se imparta en las escuelas, y sin embargo dan el visto bueno para que los musulmanes reciban clases de islamismo; echan pestes de quienes se congregan el Domingo de Ramos ante la parroquia de su barrio, pero luego van a celebrar con sus colegas la fiesta del fin del Ramadán; detestan las escuelas católicas, pero después piden que se creen guarderías y escuelas musulmanas; no tienen ningún crucifijo en su casa, pero luego compran una estatuilla de Buda para el comedor o el recibidor de su casa; dicen que los sacerdotes no deberían ir con su uniforme por la calle, pero luego defienden que los monjes budistas, los imanes y las mujeres musulmanas vayan vestidos como les dé la gana; y odian los rituales cristianos, pero luego ellos hacen ejercicios de espiritualidad y de budismo o hinduismo en su casa. Estos y muchos otros ejemplos son los que se podrían citar, que me resultan sorprendentes y contradictorios de personas que aseguran ser laicas y contrarias a hacer cualquier clase de uso de las religiones.
¿Es esto realmente laicismo? Más bien parece anticristianismo o anticlericalismo, como si las confesiones cristianas fuesen malas y las restantes buenas. No entiendo estos ateos o laicos que obran de este modo tan hipócrita y demagogo qué es exactamente lo que pretenden o lo que están buscando. Hasta el momento no he hallado respuesta razonable alguna.
¿Es esto realmente laicismo? Más bien parece anticristianismo o anticlericalismo, como si las confesiones cristianas fuesen malas y las restantes buenas. No entiendo estos ateos o laicos que obran de este modo tan hipócrita y demagogo qué es exactamente lo que pretenden o lo que están buscando. Hasta el momento no he hallado respuesta razonable alguna.
2 comentarios:
Me vas a permitir, Ricard, un par de matizaciones: los monjes budistas no visten como les da la gana; dos de los pilares de dicha religión son el más firme rechazo a toda forma de odio y el pleno respeto a las demás confesiones: el Dalai Lama siempre ha manifestado su admiración hacia la figura y las enseñanzas de Jesús de Nazaret.
Por otra parte, ten presente que, a lo largo de los siglos, la Iglesia Católica ha contribuido, con su flagrante y vergonzoso alejamiento de la doctrina de Jesucristo, a cosechar el rechazo (cuando no el odio) que ahora está recogiendo. Me postro de rodillas ante Teresa de Calcuta, Sor Ángeles de la Cruz, Santa Teresa de Jesús o los numerosos misioneros y sacerdotes que han entregado su vida en pos de los más desvalidos. Pero la Iglesia Católica, como institución, no me merece idéntica consideración.
Recibe mi abrazo cristiano, reiterando mi agradecimiento por tus excelentes escritos.
Estoy de acuerdo con tus comentarios. Sin embargo, como decía el periódico el otro día, el laicismo no debe de consistir en eliminar iconos y tradiciones culturales, y mucho menos reemplazarlas por las de otras religiones creyendo que así le hacemos un favor a la inmigración, la cual respeto sus creencias.
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