El pasado 30 de noviembre de 2021 falleció Oriol Bohigas Guardiola a los 95 años de edad y poco tiempo después lo hizo Ricardo Bofill Levi el 14 de enero del presente 2022 a los 82 años de edad. Ambos fueron arquitectos, prácticamente el único aspecto que tenían en común, pues sus puntos de vista sobre arquitectura y urbanismo diferían sensiblemente. Ambos se respetaron mutuamente pese a su rivalidad profesional, a la vez que tuvieron admiradores y detractores de diferentes ámbitos, algo muy habitual en este tipo de profesiones. Sin embargo, fueron indudablemente dos referentes ineludibles y fundamentales para explicar la historia de la arquitectura y el urbanismo contemporáneos de Barcelona, por lo que merecen una valoración personal de la que podrán compartir o bien discrepar.
Oriol Bohigas (Barcelona 1925-2021), además de arquitecto, fue también urbanista, profesor e incluso político. En el ámbito cultural merece destacar que durante los años del Desarrollismo formó parte del grupo de intelectuales elitistas de izquierda, la llamada Gauche Divine barcelonesa. Entre 1975 y 1999 presidió Edicions 62, entre 1981 y 1988 la Fundació Joan Miró y entre 2003 y 2011 el Ateneu Barcelonès. A todo ello, fue académico de honor de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts Sant Jordi i de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y socio de honor del Cercle Artístic Sant Lluc.
Es digno de reconocer sus excelentes conocimientos de historia de la arquitectura y del urbanismo tanto en general como de Barcelona en particular, ciudad de la cual tuvo siempre especial preocupación. Ello queda reflejado en sus numerosas obras escritas.
Como delegado de Urbanismo en el primer Ayuntamiento democrático se centró en su afán por recuperar el mar, monumentalizar la periferia e higienizar el barrio antiguo. Barcelona vivía de espaldas al Mediterráneo y ello era inadmisible, razón por la cual apostó por modernizar el puerto, haciéndolo más competitivo y acercándolo a la ciudadanía incorporando usos culturales y comerciales, así como ampliar la playa desde la Barceloneta hasta Sant Adrià de Besòs. En cuanto a la periferia, la rehabilitación de los barrios y la introducción de monumentos, equipamientos, infraestructuras, parques y otros elementos singulares de calidad debían ayudar a integrar los barrios más humildes a la ciudad con el propósito de que los llamados suburbios se convirtieran en espacios dignificados. En el barrio antiguo, el distrito de Ciutat Vella, urgía efectuar un proceso de esponjamiento y dignificar la calidad de vida de sus habitantes, compatibilizando edificios históricos con nuevos usos ciudadanos.
Su estilo arquitectónico era racionalista y casi siempre tuvo como referente a las corrientes vanguardistas del GATPAC de los años 30. Muy crítico con la arquitectura barcelonesa de los años 40 y 50 salvo honradas excepciones, vio la necesidad de que Barcelona dotara de modernas construcciones acordes a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades. Es por ese motivo que en 1951 fundó, junto a otros arquitectos, el Grupo R y se asoció junto a su amigo el arquitecto Josep Maria Martorell. En 1962 ambos profesionales se unieron con David Mackay y fundaron el estudio arquitectónico MBM Arquitectes. La denominación Bohigas-Martorell-Mackay ha estado presente en numerosas obras arquitectónicas de la ciudad.
Comparto sus polémicas declaraciones en las cuales afirmó la conveniencia de agregar las ciudades limítrofes al término municipal de Barcelona. A ello comparto su crítica con el diseño del sector Diagonal Mar, que desvirtuó completamente el PERI de 1985 a cambio de una fuerte especulación urbanística con viviendas de lujo. Sin embargo, expreso desacuerdo con sus críticas a los edificios singulares del distrito 22@BCN, a la continuidad de las obras de construcción del templo de la Sagrada Familia y a la reimplantación del tranvía en la ciudad.
Aunque nunca ha sido un arquitecto de mi devoción ni jamás me pareció un genio a la altura de otros grandes arquitectos, no pretendo en absoluto desmerecer o desprestigiar su labor y mucho menos, su legado, el cual es digno de conservar, estudiar y reconocer. De Bohigas destacaría especialmente como obras singulares, al margen de mis preferencias personales, el edificio Meridiana, las viviendas sociales de la calle de Pallars, el colegio Timbaler del Bruc, la Vila Olímpica, la reforma de la estación "Liceu" de la L3 de metro, la reforma del centro comercial El Corte Inglés de la plaza de Catalunya, la comisaría de los Mossos d'Esquadra de la plaza de Espanya, el Palau Nou de la Rambla y el Museu del Disseny de Barcelona.
Ricardo Bofill (Barcelona, 1939-2022), además de arquitecto, fue también urbanista e incluso, en menor medida, director de cine y escritor. A diferencia de Bohigas, tuvo una proyección internacional mayor al haber diseñado edificios y reformas urbanísticas en numerosas ciudades del mundo de países como Francia, Suecia, Polonia, República Checa, Líbano, Estados Unidos, Rusia, Holanda, Luxemburgo, Marruecos, Argelia, Japón, China y la India.
Ensayó tipologías de vivienda adecuadas a formas de vida comunitaria, en las que se potenciaban unos esquemas de relaciones abiertas, más allá del modelo familiar tradicional. Destacó su estilo posmoderno, abogando por la recuperación de la ornamentación de las fachadas frente al simplismo del racionalismo, a la vez que combinaba tradición y modernidad en sus obras. En ese sentido, siempre fue contrario al racionalismo y optó por el llamado organicismo, un estilo más preocupado por integrar el hábitat en el medio natural y por adecuar el espacio interior tanto de la ciudad como de los edificios.
Destacó por su constante reinvención como arquitecto, ensayando nuevas técnicas y estilos. Su talante arquitectónico evolucionó al mismo tiempo que lo hacían las tendencias y los movimientos sociales contemporáneos. Consideraba que la arquitectura no nacía únicamente del arquitecto, sino de la suma del trabajo de profesionales de otras disciplinas como por ejemplo ingenieros, urbanistas, sociólogos, escritores, músicos, fotógrafos, poetas y filósofos, entre otros. En base a esta idea fue cuando en 1963 creó su Taller de Arquitectura con un equipo profesional pensado para la ejecución de grandes proyectos arquitectónicos. En 1973 el taller y su vivienda particular se trasladó a una antigua fábrica de cemento de Sant Just Desvern que el mismo Bofill rehabilitó y convirtió en el llamado Ricardo Bofill Taller de Arquitectura, también conocido como La Fábrica.
Junto a profesionales como Arata Isozaki, Norman Foster, Frank Gehry y Santiago Calatrava ha sido, sin duda, uno de mis arquitectos predilectos de la arquitectura contemporánea. De él comparto sus críticas hacia la arquitectura racionalista y hacia artistas como Le Corbusier, el gran referente de este estilo arquitectónico tan criticado pero en realidad no superado. También suscribo sus críticas al modelo urbanístico de bloques aislados y grandes espacios abiertos a cambio de abogar por el modelo mediterráneo con espacios bien definidos y acceso más equitativo a los servicios básicos. Sus edificios singulares son referentes internacionales y han contribuido al prestigio de Barcelona más allá de nuestras fronteras. De su legado en la capital catalana destacaría, sin duda, el edificio de viviendas Walden-7 en Sant Just Desvern, los apartamentos de la calle de Nicaragua y la calle de Johann Sebastian Bach, las terminales T1 y T2 del aeropuerto del Prat, el Parc Logístic de la Zona Franca, el Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya (INEFC), el Teatre Nacional de Catalunya, el Hotel Vela (W Barcelona) y las viviendas de la Vila Olímpica y del frente marítimo de Poblenou. La mezcla de tradición y modernidad, de clasicismo y funcionalismo perfectamente equilibrados, más allá de lo coyuntural, hará que sus obras no envejezcan con el paso del tiempo.
Oriol Bohigas versus Ricardo Bofill, dos arquitectos barceloneses contrapuestos, dos manera de entender Barcelona. ¿Y ustedes, cuál prefieren?
Fotos: ABC, Album/Alamy, Iñigo Bujedo Aguirre (Plataforma Arquitectura), Jordi Ferrer, Josep Garcia, Oriol Valls, www.arquitecturaviva.com, www.ciudadfcc.com, www.ricardobofill.com.
1 comentario:
Sin duda, tanto Oriol Bohigas como Ricardo Bofill dejaron una huella imborrable en la arquitectura de Barcelona, reflejando dos visiones radicalmente diferentes de la ciudad. Mientras Bohigas se centró en la modernización y cohesión urbana, Bofill exploró la integración de la arquitectura con el entorno natural y la ornamentación. Esta dualidad ha enriquecido el paisaje urbano, ofreciendo un interesante contraste que define el carácter único de Barcelona. Es fascinante ver cómo sus legados siguen influyendo en el desarrollo arquitectónico contemporáneo de la ciudad.
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