martes, 8 de febrero de 2022

El Palacio del Cinema: otra oportunidad perdida


Recientemente se ha anunciado el próximo derribo del edificio que antaño acogió el cine Palacio del Cinema, en Via Laietana 53. Es una triste noticia, pues se prevé la completa desaparición del edificio, incluida su histórica fachada a la cual no se le ha otorgado ningún valor patrimonial. Aparte de ello, lo más decepcionante es que, en su lugar, se prevé la construcción de un moderno edificio de oficinas. Barcelona pierde una vez más la oportunidad de aprovechar un gran espacio de estas características para dotar a la ciudad de un equipamiento cultural destacado como sería un gran teatro musical. La llamada "catedral de la cinematografía" no merecía este final.
Si efectuamos un breve repaso a su historia, el local fue inaugurado como Pathé Palace el 31 de marzo de 1923 por la empresa Vilaseca y Ledesma, Cinematógrafos y Películas, S.A. en un solar adquirido a Elena Jordi, una prestigiosa actriz de vodeviles de aquella época que previó construir allí un teatro con su nombre. Obra del arquitecto Eusebi Bona, tenía capacidad para 1.778 localidades. El nombre de Pathé se debió a que las proyecciones se efectuaban con aparatos adquiridos de la empresa francesa Pathé Frères. Al cabo de un año de su inauguración, se trasladaron en la ultima planta las oficinas y en un subterráneo el laboratorio fotográfico. En sus inicios combinó tanto películas de estreno como reposiciones.



En 1928 estrenó la película "Napoleón" de Abel Ganz, con la cual se usaron tres cámaras y tres proyectores para su exhibición, algo muy innovador para la época. Ello fue un claro precedente del posterior cinerama y tuvo un gran éxito de público. La sala pasó posteriormente a manos de la empresa Cinematografía Nacional de España, S.A. (CINAES) que procedió en 1929 a una reforma de la fechada.
Durante la Guerra Civil fue incautado por el sindicato CNT y al inicio de la postguerra, en fecha 9 de septiembre de 1939 reabrió nuevamente sus puertas bautizado como Palacio Pathé, bajo la dirección de la empresa Comercial Verdaguer, S.A. Poco después, el 13 de junio de 1940 el cine se rebautizó como Palacio del Cinema debido a un proceso de castellanización de los nombres de los locales, una convención muy propia de esa época que afectó a otros cines y teatros de la ciudad. Durante las décadas de los años cuarenta y cincuenta el local funcionó como sala de reestreno, es decir, con programas dobles. No fue hasta los años sesenta que experimentó un cambio, en realidad forzado debido a un aparatoso incendio producido el 31 de marzo de 1961 que obligó necesariamente a su reconstrucción.



El 20 de octubre de 1962 reabrió reformado y modernizado con la instalación de una pantalla de mayores dimensiones y la reducción del aforo a 1.539 personas. Aunque se exhibieron películas de estreno, la oferta de reestreno continuó vigente hasta el año 1977, cuando pasó a ser definitivamente sala de estreno bajo la mano del empresario Pere Balañà.
En el año 2001 acogió el Festival Internacional de Cinema Gai i Lèsbic. Un año después, el 15 de noviembre de 2002 la sala cerró sus puertas previéndose su reforma para renacer como Laietana Multicines, con 9 salas de exhibición. Una vez clausurado, durante el 2013 el interior se aprovechó para la filmación de escenas de la película "Los últimos días", de David Pastor. En 2011 el cine fue okupado a raíz de las manifestaciones de protesta por la reforma de las pensiones, rebautizándose popularmente como la "Casa de la Vaga". En junio de 2013 el cine se okupó nuevamente para proyectar una película documental "Ciutat Morta" acerca de los sucesos del 4 de febrero de 2006, cuyo colectivo lo "rebautizó" como "Cine Patrícia Heras", en homenaje a la activista detenida en oscuras circunstancias y que terminó suicidándose en la cárcel.



Actualmente, habiéndose iniciado el derribo del interior de la sala, la Inmobiliaria Verpe prevé la construcción de oficinas y un espacio comercial en la planta baja. Una vez más, Barcelona deja escapar la gran oportunidad de dotarse de un moderno teatro musical adecuado para la exhibición de obras de gran formato, tanto locales como internacionales, tal y como sucede en Madrid, Londres, Nueva York y otras grandes ciudades cosmopolitas del mundo. ¿Es necesario un nuevo edificio de oficinas en la Via Laietana? Debido a la crisis económica y financiera del 2008 y a la actual crisis sanitaria, Barcelona sufre un excedente de oficinas desocupadas, una parte de las cuales se han reconvertido en viviendas y otras se han visto obligadas a bajar los alquileres. Por extrañas razones, los gobiernos municipales y autonómicos han tenido escaso interés en fomentar el teatro musical. Incluso el maestro Andrew Lloyd Weber, autor de clásicos como "Cats", "Jesucristo Superstar", "Evita" y "El fantasma de la ópera", intentó sin éxito llevar sus obras a la capital catalana. Aún así, se reconoce cierto empujón en la exhibición de teatro musical con la representación de piezas como "Hansel y Gretel", "Cantando bajo la lluvia", "Billy Elliot", "Fama" y "A chorus line".



Ante la situación actual se abre una oportunidad con la materialización del futuro Campus de les Arts que ocupará la antigua fábrica de Can Ricart, en Poblenou. Constituye un ambicioso proyecto que, entre otras disciplinas artísticas, prevé la formación de alumnos en arte dramático, danza y teatro, lo cual supondría que Barcelona se dotara de un centro de formación de actores y actrices con la suficiente preparación como para desarrollarse en el mundo del teatro musical nacional e internacional. Además de resolver una asignatura pendiente, los aspirantes evitarían tener que marchar a Madrid o a Londres para formarse, es decir, impedir una fuga de talentos. El desarrollo de dicho campus debería ir acompañado de la materialización de un teatro musical en condiciones porque ello supondría para los artistas emergentes el salto directo de la teórica a la práctica, del ensayo al escenario.
Fomentar el teatro musical en Barcelona no supone, en absoluto, convertir la ciudad en un parque temático para turistas, como afirman algunos, sino que se trata de una industria cultural destinada a todo el público en general de la cual tenemos derecho a disfrutar, como el cine, la pintura, la escultura o la literatura.



Otros hablan de "franquícias" en sentido despectivo o alegan que la cultura catalana no necesita exhibir estas obras internacionales, cuando muchas de ellas son de una calidad musical, interpretativa y escenográfica muy superior a nuestra producción local, mal que nos pese. Y quien no lo crea, sírvase acudir al teatro a disfrutar de una función cuando viaje a Londres o a Nueva York. Ello no pretende despreciar o desvalorar el teatro de pequeño o mediano formato que tanto apego tiene en la capital catalana, ni subestimar o cuestionar la calidad de nuestros propios actores y actrices. Barcelona tiene capacidad y potencial para ser referente cultural como lo fue antaño, no dejemos perder ese diamante en bruto y hagamos que brille nuevamente. El Palacio del Cinema pudo haber sido el Palau del Teatre, pero esa oportunidad nuevamente se escapó. Aun así, no perdamos la esperanza.

Fotos: Arxiu Fotogràfic de Barcelona (AFB), Francisco Huertas Hernández, Josep Badosa (AFB), Maite Cruz, Metrópoli Abierta, Mónica Solanas Gracia, Pérez de Rozas.

7 comentarios:

Júlia dijo...

Una triste historia.

miguel dijo...

Elena Jordi, altra dona que mereix un comentari apart, dona empoderada, guionista de vodevil, actriu, de Berga, i ama de l´estanc del c. Boqueria, a on feia tertulies culturals amb grans homes del teatre...., que va comprar un teatre per posar a la dona al lloc que li corresponia a l´època definitivament

Ricard dijo...

Sí, Júlia, és una trista noticia, sobretot quan no reaprofiten per fer una altra cosa culturalment d'interès.
Miguel, interessant la teva aportació sobre Elena Jordi, un personatge del qual caldria saber-ne més. Segur que té una història desconeguda i ben curiosa.

El Cine según TFV dijo...

Pésima noticia, tanto para quienes conocimos este local cuando operaba como cine, y disfrutamos en él del visionado de muchas buenas películas, como para quienes, por edad, ya no tuvieron ocasión de conocer una sala inmensa, de las que ya no existen. Una prueba más de que la actual alcaldía de la ciudad de Barcelona no hace sino fomentar, así, no ya la mala imagen actual de la Ciudad Condal, sino de Cataluña entera, presentándola como una comunidad inoperante, insensible y, en el peor de los casos, violenta. Se podría hablar largo y tendido de las implicaciones políticas de semejantes barbaridades anticulturales. Una lástima.

Canet Bernat dijo...

Amb el tancamnet de botigues históriques degut a l'augment de lloguers i la poca cura que té l'Ajuntament amb edificis "histórics" que podríen ser reaprofitats està quedant una Barcelona que fa fàstic. El que donaria per tornar 50 anys enrere i baixar al centre per passeijar...

Ricard dijo...

Completament d'acord amb els vostres comentaris, ElcinesegunTFV i Canet Bernat. Efectivament, Barcelona ara mateix no està passant pel seu millor moment. Tant de bo hi hagi un canvi més positiu, per bé que les expectatives no són gaire optimistes. Una abraçada.

Anónimo dijo...

Han enderrocat tot l’interior. Només han deixat la façana. Any 2023