jueves, 4 de mayo de 2023

Cotxeres Borbó: ¿una denominación incómoda?


Recibo con asombro y perplejidad la noticia relativa a la solicitud de la Associació de Veïns i Veïnes de Vilapicina i la Torre Llobeta con el apoyo de la Taula Unitària de Nou Barris per la República y la Associació de Veïns i Veïnes del Congrés-Indians para el cambio de denominación de los equipamientos municipales que actualmente ostentan el nombre de Cotxeres Borbó. Para ello se justifican con el hecho de que la avenida de Borbó (avenida del Mariscal Jofre durante la Segunda república y camino de Sant Iscle en sus inicios) pasó a ser avenida dels Quinze desde el año 2019 y que, por tal motivo, el término "Borbó" carece de sentido.
Ante la presente polémica, si analizamos objetivamente el caso resulta innegable que "Borbó" hace referencia al apellido de la dinastía real borbónica española. Sin embargo, "Cotxeres Borbó" no homenajea en absoluto a dicha realeza sino a un espacio histórico que en buena parte definió la identidad de unos barrios: las (para mí) entrañables cocheras de tranvía y autobuses que permanecieron activas entre los años 1901 y 2003.


Repasando brevemente la historia estas instalaciones, bajo el nombre inicial de "Cochera de Horta", empezaron a funcionar con motivo de la entrada en servicio del tranvía eléctrico entre Barcelona y el entonces pueblo de Sant Joan d'Horta el 21 de junio de 1901. Pertenecientes a la compañía Tranvías de Barcelona a San Andrés y Extensiones, se ubicaban en el camino de Sant Iscle (avenida dels Quinze) con la riera de Horta (Costa i Cuxart) sobre los terrenos de la antigua masía de Can Xiringoi, muy cercana al paseo de Maragall y al sector conocido popularmente como "Els Quinze", nombre debido a que entre 1901 y 1930 el precio del billete entre la plaza de Urquinaona y dicho lugar valía 15 céntimos de peseta. En 1911 las cocheras y la línea de tranvía pasaron a manos de Mariano de Foronda, Marqués de Foronda, director de Los Tranvías de Barcelona, el cual compró el 75% de las acciones de la empresa explotadora. Se cuenta que cuando los cobradores de los tranvías anunciaban con voz alta la parada correspondiente a "Els Quinze" a menudo decían "Fábrica", que en realidad no era otra cosa que los generadores de energía eléctrica de los tranvías ubicados en la cochera de Horta.


Tras la Guerra Civil las instalaciones se encontraban muy deterioradas y su reconstrucción implicaba su derribo para erigir unas nuevas dependencias más grandes y modernas. Durante los primeros años de la posguerra sirvieron como almacén de tranvías en mal estado a la espera de una reparación o reconstrucción. Además, la conversión de la mayoría de líneas de vía estrecha a vía ancha fue también otro motivo para adaptar la cochera a las nuevas características. En 1947 se iniciaron los trabajos con el derribo previo de la antigua subcentral y al año siguiente se iniciaron las obras del nuevo edificio. Enseguida entraron en funcionamiento y sirvieron para acoger el material móvil más moderno. La nueva subcentral tenía mucha más potencia que la anterior hasta el punto de que cuando la cochera de Sant Andreu se averiaba la de Horta le proporcionaba energía. El 13 de septiembre de 1952 unos fuertes aguaceros inundaron varias dependencias, especialmente los fosos de reparaciones. Esto inutilizó las instalaciones durante tres semanas y ocasionó algunos desperfectos en el material móvil estacionado o en reparación, pues el nivel del agua era de un metro y llegaba a los estribos de los vehículos. El hecho de que los tragaluces quedaran taponados con hojarascas dificultó las tareas de evacuación. Los destrozos obligaron a construir un nuevo desagüe para evitar futuras inundaciones.


En septiembre del año siguiente las inundaciones se repitieron y como solución se recurrió a la instalación de unas puertas blindadas para evitar la filtración del agua por la avenida de Borbón. El Ayuntamiento de Barcelona intervino con la canalización de la riera de Horta. Desde las últimas obras de reforma, la cochera subcentral de Horta cambió su denominación y pasó a ser conocida como "Cochera de Borbón".
Sus instalaciones, junto con las del depósito de Levante, pasaron a ser las más modernas de Barcelona. La supresión de los vehículos más antiguos permitió que fueran a descansar los tranvías más modernos. La calidad de las cocheras de Borbón llegó al punto de que en el XXXIII Congreso Internacional de la UITP de París de 1959 saliera fotografiada como ejemplo de modernización de instalaciones junto con otros depósitos de otros países. Con el cierre de la cochera de Sarriá en 1969, Borbón se convirtió en la única de toda Barcelona que disponía de medios técnicos y humanos para la reparación de tranvías, convirtiéndose en su taller central. El 18 de marzo de 1971 el espacio fue el escenario de salida y llegada de la rúa de material histórico que despidió a los últimos tranvías de Barcelona. Al día siguiente, pasaría a ser únicamente de autobuses.


Durante los años ochenta los movimientos contrarios a las cocheras de Borbón se intensificaron. En los años 1985 y 1987 el alcalde de Barcelona Pasqual Maragall y el concejal de distrito de Nou Barris llegaron a firmar un compromiso prometiendo que a corto y medio plazo se trasladarían fuera del barrio destinando el solar para equipamientos. Finalmente, el 15 de diciembre de 2003 se hizo el acto de despedida y cierre. A partir de enero de 2004 se procedió al desalojo y derribo parcial de las instalaciones y durante el mes de abril de 2005 el Ayuntamiento de Barcelona elaboró el "Plan Especial Urbanístico para la ordenación de los terrenos de las antiguas cocheras de Borbón", un documento consensuado entre entidades, vecinos y administraciones que incluía un programa de equipamientos que constituiría el proyecto definitivo. Como resultado, el 8 de septiembre de 2010 se inauguró el Centre Integral de Salut Cotxeres Borbó y el Casal d'Avis Torre Llobeta-Vilapicina, el 3 de septiembre de 2011 se inauguró el Centre Esportiu Municipal Cotxeres Borbó y el 9 de diciembre del mismo año abrió la nueva Biblioteca Municipal Torre Llobeta-Vilapicina. También consta del aparcamiento subterráneo de B:SM Illa Borbó.


Resulta obvio, en definitiva, que el término "Cotxeres Borbó" carece completamente del sentido político y monárquico que algunos le quieren dar o creen que contiene, pues en realidad no hace otra referencia que a las antiguas instalaciones tranviarias y de autobuses que tan buen servicio prestaron, incluso con reconocimiento internacional. Sí lo tuvo en cambio la avenida cuyo nombre "Borbón" ostentó entre los años 1942 y 2019. Ante la propuesta de alternativas factibles y con sentido común, permítanme que abogue por defender la memoria histórica del transporte público barcelonés. Por ello, entre mantener o suprimir la denominación "Cotxeres Borbó" podría proponerse a modo de solución intermedia el nombre de "Cotxeres Horta Borbó" en recuerdo a ambas denominaciones inequívocamente relativas al antiguo depósito de tranvías y autobuses. Los únicos reyes que en verdad allí conocí y por muchos años disfruté no fueron precisamente los borbones sino los magníficos autobuses monotrales Pegaso 6035 y Pegaso 6038 que tanto marcaron una época importante de mi vida y la de muchas generaciones, como también lo fueron los tranvías "500", los remolques "Zaragoza", los "Manoletes" y los "Washington" para quienes tuvieron la suerte de conocerlos.

Fotos: Ajuntament de Barcelona, Arxiu Betevé, Arxiu Fotogràfic de Barcelona, Arxiu TMB, Brangulí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene algo en contra del nombre de de la familia Real Española.

Ricard dijo...

Hola. Personalmente yo no, pero sí las entidades vecinales que quieren suprimir el nombre.