martes, 11 de mayo de 2021

La Feria de Sant Ponç de Barcelona


El 11 de mayo se celebra en Barcelona la tradicional Feria de Sant Ponç, patrón de los herbolarios y apicultores. Sin embargo, por segundo año consecutivo, debido a la situación excepcional provocada por la pandemia de Covid-19 ha sido nuevamente suspendida y habrá que esperar el próximo 2022 para poder disfrutarla de nuevo.
Los orígenes de la feria de Sant Ponç en Barcelona se remontan en la Edad Media, coincidiendo con un momento de auge de los remedios naturales, si bien la tradición podría tener su precedente en los rituales que se hacían en honor a la diosa Flora, divinidad romana de la vegetación, de ahí que su celebración se desarrollara al final de la primavera, justo en el momento de floración y máximo esplendor de la mayoría de las hierbas medicinales.
Desde el siglo XVI la feria se hizo coincidir con el día de San Pontius de Cimiez (Provenza, inicios del siglo III - Cemenelum, actualmente Cimiez (Niza) sobre el 258), el 11 de mayo. La leyenda cuenta que, en el siglo III, huyendo de sus perseguidores romanos, Sant Ponç llegó a Barcelona y al ver tanta miseria y enfermedades entre la población local, se puso a preparar las pócimas con hierbas medicinales que él tan bien conocía con el fin de aliviar y sanar. Ello le hizo ganar el respeto y la admiración de muchos barceloneses que a partir de ese momento comenzaron a celebrar una feria de hierbas en su honor. Como es sabido, algunas plantas tienen poderes repelentes de insectos parasitarios y otros tienen efectivas propiedades medicinales, razón por la cual las consideraban como hierbas sagradas.



El historiador Joan Amades nos explica que el primer emplazamiento que se conoce fue en la plaza de las Beates y se hacía la diada de Sant Pere Màrtir. A modo de curiosidad decir que la iglesia de las Beatas perteneció al beaterio de Sant Domènec, orden fundada en 1532 por Sor Joana Morell y que se caracterizó por ser pionera en la enseñanza gratuita de chicas, algo revolucionario en aquellos tiempos. Tras incendiarse el convento en 1815 la feria se instaló durante un tiempo en la calle dels Carders, cerca de la iglesia de Sant Cugat del Rec (en la cual se veneraba con mucha devoción la imagen de Sant Ponç), para luego trasladarse a la plaza de Sant Miquel y, finalmente, sobre el año 1817, a la calle del Hospital, entre la Rambla y más allá de la plaza del Pedró. Allí un sacerdote a las 7:00h de la mañana procedía a la bendición de todos los artículos expuestos en las paradas para vender al público, especialmente las hierbas consideradas curativas y que a menudo se vendían también en las entradas a las iglesias. En el transcurso de la feria se sacaba en procesión la imagen del santo, decorada con hierbas medicinales.
Se cuenta que aprovechando la celebración de la feria se desplazaban hasta allí las llamadas trementinaires, unas mujeres que conocían todos los poderes sanadores de las hierbas y que se pasaban el conocimiento de generación en generación. Se dedicaban a vender plantas medicinales, trementina(de ahí lo de trementinaires), setas secas, aceites y otros productos naturales con propiedades curativas que ellas mismas elaboraban a partir de lo que la naturaleza les ofrecía. Con ellos aplicaban ungüentos, pomadas y emplastos a personas y animales para sanar enfermedades varias. Muchas de ellas procedían especialmente de la Vall de la Vansa y Tuixent, en la comarca del Alt Urgell (Lleida), al pie de la Serra del Cadí.



Precisamente en la capilla del Hospital de la Santa Creu se veneraba la imagen de Sant Ponç, abogado contra las chinches y otros animales de esta clase. Según cuenta la tradición en esta feria la gente compraba el día de Sant Ponç una hierba bendecida cualquiera la cual se colocaba bajo la cama, pues había la creencia de que por efecto de la intervención del santo se libraban durante todo un año de parásitos y similares. Otra superstición era que cuando alguien deseaba la muerte de otra persona podía lograr el maléfico propósito si iba a la capilla del Hospital de la Santa Creu y rezaba durante trece días consecutivos al santo.
sobre 1913, con motivo del traslado de la antigua capilla del Hospital de la Santa Creu al (entonces) nuevo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau la bendición de las hierbas pasó a efectuarse en la iglesia de Sant Agustí.
Hasta 1930 básicamente las paradas constaban de herbolarios y plantas curativas, pero luego se diversificó. Fue precisamente en el citado año cuando los comerciantes intentaron hacer desaparecer la feria de la calle del Hospital, pero afortunadamente el Ayuntamiento de Barcelona desoyó la petición. La única vez en que la feria fue suspendida sucedió entre 1937 y 1938 debido a la Guerra Civil española. Ya en 1939 se restableció y se celebró ininterrumpidamente hasta el año 2020 cuando la pandemia de coronavirus que obligó a suspenderla. En 1946 se decidió cortar el tráfico en la calle del Hospital para facilitar la movilidad del público y evitar así incomodidades.



En 1982 llegó hasta Barcelona la última pareja de trementinaires (Sofia Montaner y su marido Miquel Borrell), desapareciendo este oficio y tradición para siempre. Como actos populares se celebra el Concurs de Mel organizado por la Associació d'Apicultors de Barcelona y la Associació Catalana d'Apicultors, un concurso fotográfico, la misa en honor a Sant Ponç, la proclamación de la publilla y la pubilleta, baile de sardanas y la Trobada de Puntaires en la rambla del Raval. Durante estos últimos años ha participado el capuchino Fra Valentí Serra de Manresa para compartir sus conocimientos sobre plantas y remedios naturales en una charla.
En la actualidad las paradas se han diversificado en cuanto a la variedad de productos naturales se refiere. Desde siempre ha sido tradición la venta de paneles de miel, mieles, arropes, quesos, moixernons (seta de primavera), hierbas aromáticas, mermeladas, caramelos y confituras de frutas. Las hierbas medicinales se venden en formatos muy diversos, como en semillero, frescas, secas y listo para hacer infusiones, entre otros. Además de paradas típicamente catalanas, también hay paradas de feriantes procedentes de otros puntos de España, especialmente Andalucía y Extremadura, e incluso de otros países como la China y el Pakistán. Todos ellos venden allí sus productos naturales y medicinales tradicionales. El éxito actual de la feria se explica porque se ofrecen productos naturales y alternativos. Es decir, que además de productos alimentarios, también se ofrece la llamada cosmética y medicina natural como ahora los jabones, aceites esenciales, cremas, bálsamos, exfoliantes, pomadas, ungüentos y bálsamos, entre otras cosas.



Aparte de la calle del Hospital, la Feria de Sant Ponç se celebra también en otros puntos de la ciudad como son el Putxet (plaza de Mañé i Flaquer), Sarrià (plaza de Sant Vicenç de Sarrià), Poble Sec (calle de Blai y plaza de la Bella Dorita) y en el distrito de Nou Barris (Via Júlia i plaça de la Torre Llobeta).

Fotos: Carlos Pérez de Rozas, Colita, Eugeni Forcano, Frederic Ballell, Josep Maria Sagarra, Manel Armengol, Ricard Fernández Valentí.

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