jueves, 30 de junio de 2016

BUD SPENCER: actor de cine... y nadador en Barcelona


Ha fallecido recientemente el mítico actor Bud Spencer a los 86 años de edad. De nombre real Carlo Pedersoli, debutó en las pantallas cinematográficas en 1950 con un papel de guardia del Imperio Romano en la película "Quo Vadis". Desde entonces apareció en 78 filmes, 17 de los cuales acompañado de su inseparable amigo Mario Girotti, más conocido como Terence Hill.
Se dice que en su etapa de actor decidió tomar su nuevo nombre, aparte de para poder venderse mejor en el mercado extranjero, porque su cerveza preferida era la Budweiser y su actor favorito Spencer Tracy. Fue un hombre muy polifacético, pues también escribió guiones, produjo películas, compuso canciones e incluso cantaba. En el año 2010 recibió un premio David de Donatello honorífico por toda su trayectoria, junto a su estimado amigo Terence Hill.

Bud Spencer con su inseparable compañero cinematográfico Terence Hill.

Consciente de sus dotes, él mismo llegó a admitir que jamás se consideró actor, hecho que reflejaba su extraordinaria modestia y humildad sin dejar de realizar jamás todo aquello que le gustaba. Independientemente de su calidad interpretativa, bajo su actitud siempre carente de pretensiones artísticas, creó un personaje con una personalidad y un estilo posteriormente imitado que lo catapultó a la fama mundial. Por ese motivo, dentro de la historia del cine, el perfil tan característico de Bud Spencer, tanto físico (de hombre "gigantón") como humano (de héroe bruto), hará que sea recordado en la posteridad. Fuera del séptimo arte, y para que quede claro por si hay alguna duda, inició estudios de química, se licenció en derecho y sociología, trabajó en las embajadas italianas de varios países del mundo, hablaba seis idiomas e incluso fundó su propia compañía aérea y tuvo una empresa de confección de ropa infantil. Una vida sin ínfulas de superioridad personales, pero intensísima y muy meritoria de alguien que, indudablemente, tuvo muchas virtudes infinitamente más allá de su fama como repartidor de manotazos. Todo ello merece ser reivindicado no como un cumplido con motivo de su fallecimiento sino por justicia.

Bud Spencer cuando todavía era conocido por su nombre auténtico, Carlo Pedersoli,
en una imagen como nadador en 1950.

Etapa artística aparte, solo algunos recuerdan que de joven fue un excelente nadador de 1,94 metros de estatura con un cuerpo atléticamente envidiable alejado del gordo y barbudo que todo el mundo conoció. Y muy pocos saben que participó como jugador de waterpolo en los II Juegos Mediterráneos celebrados en Barcelona el año 1955, llegándose a colgar la medalla de oro. Así es, que éste fue otro personaje famoso que pisó nuestra ciudad en una ocasión.
Su carrera deportiva en el mundo de la natación empezó desde su infancia, ganando premios infantiles en los clubes locales donde estaba inscrito. Entrenando en Argentina y Brasil, países donde vivió parte de su juventud, destacó sin apenas esforzarse, sobre todo en las pruebas de sprint, razón por la cual intensificó sus entrenamientos hasta convertirse en deportista de élite. En 1949, a los 20 años de edad, fichó para el club S.S. Lazio, donde logró proclamarse campeón de Italia de los 100 metros libres, un título que conquistó en siete ocasiones consecutivas hasta 1956. Además, fue el primer nadador italiano que logró rebajar el muro del minuto en la citada modalidad, con una marca de 59,5 segundos. Ello sucedió el 19 de septiembre de 1950 en Salsomaggiore. Ganó dos medallas de plata en los I Juegos Mediterráneos celebrados en Alejandría en 1951, y fue semifinalista olímpico en Helsinki en 1952.

Acto inaugural de los II Juegos Mediterráneos de 1955, celebrados en Barcelona.

Aparte de la natación, se dedicó también al waterpolo, fichando por el Settebello y luego representando a la selección italiana para los II Juegos Mediterráneos celebrados en Barcelona en 1955. El certamen se hizo la solemne inauguración el 16 de julio del citado año en el Estadio Municipal de Montjuïc. Lo más destacado del acto fue el cambio de la llama olímpica por el agua, de modo que el último relevista fue el encargado de llenar un ánfora de plata con agua del Mediterráneo procedente del puerto de Ampurias. La puesta en marcha del surtidor de los Juegos, el juramento olímpico, la izada de las banderas del C.I.O., de España y de los Juegos Mediterráneos, y el descubrimiento de una lápida dedicada Santiago Güell, barón de Güell, en el antepalco presidencial, completaron los actos. Igual que sucedió en los Juegos Olímpicos de 1992, los deportistas de las distintas modalidades desfilaron por la pista de atletismo tras el responsable de llevar en alto la bandera del país al que pertenecían. Quién podía creer que el futuro actor Bud Spencer desfiló orgulloso en el corazón de la montaña de Montjuïc con americana azul claro, pantalón gris y zapatos blancos y negros junto con un centenar de deportistas de su país y la ovación de miles de espectadores.

Cabecera de la sección dedicada a los II Juegos Mediterráneos que le dedicaba
"El Mundo Deportivo"

Las modalidades de natación y waterpolo se celebraron en la Piscina Municipal de Montjuïc, cuyas entradas numeradas oscilaban entre las 20 y las 35 pesetas, el palco 200 pesetas y la general sin numerar 10 pesetas. Para ello se reforzó la línea al Paralelo del funicular de Montjuïc y se habilitó un servicio especial de autobuses.
El jueves día 21 a las 17:00h. tuvo lugar las eliminatorias de natación correspondiente a los 100 metros libres. Formando parte de la segunda serie, Pedersoli (Bud Spencer) quedó en segundo lugar con 1 minuto y 7 décimas. En la final celebrada a las 22.30h. quedó en séptimo lugar con 1 minuto, 1 segundo y siete décimas, no pudiendo batir su anhelado récord. A las 22:30h. se celebró el primer torneo de waterpolo, en el que Francia ganó a España por 4 goles a 3.

Piscina Municipal de Montjuïc, en el partido de waterpolo España-Italia.

El viernes 22 de julio a las 22:30h. se dio lugar el primer partido para la selección italiana de waterpolo, que venció claramente a Egipto por 4 goles a 1. El equipo estaba formado por Pedersoli, Marcotulli, Dennerlein, Marciani, Rubini, Peretti y D'Altrui. Pedersoli llegó a ser expulsado en la primera y en la segunda parte aunque tras los goles italianos pudo reincorporarse al juego. Así lo relataba el periódico "El Mundo Deportivo" del 24 de julio de 1955: "En el encuentro de water-polo Egipto-Italia, los jugadores El Gamal y Pedersoli constituyeron la parte cómica del mismo. El primero realizando un marcaje tan absoluto del italiano que no lo dejaba ni a sol ni a sombra. Por dos veces, el árbitro Mateo Manguillot, que dicho sea de paso, tuvo una acertada actuación. Los expulsó, pero no hubo manera y ambos volvieron a las andadas. Al terminar el partido, Pedersoli miraba por todos los lados. Sin duda encontró a faltar al bigotudo defensa egipcio que fue su pesadilla durante todo el partido". A pesar de ello, el partido destacó por una gran exhibición del dominio absoluto del balón y un juego muy cerebral por parte de los italianos.

La selección italiana de waterpolo, con Carlo Pedersoli (Bud Spencer).

El sábado 23 de julio a las 17:00h. se dio un nuevo torneo de waterpolo para Italia, esta vez contra Francia. El resultado fue favorable al equipo italiano que venció por 4 goles a 1. Fue un partido duro. Pedersoli marcó el primer tanto en la primera parte y el cuarto en la segunda, éste de penalti tras haber recibido una falta. Luego fue expulsado tras endurecerse el torneo en los últimos minutos ante una actuación a la vez agresiva y agónica por parte del equipo francés.
El domingo 24 de julio fue el último día de competición de waterpolo. A las 17:00h. jugaron Francia y Egipto con el resultado final de empate a dos goles. A las 22:30h jugó Italia contra España, con la victoria italiana por 4 goles a 3. Por parte de Italia jugaron los mismos integrantes salvo Peretti que fue sustituido por Buonocore. Por parte de España, la Squadra Azurra se enfrentó contra Ribera, Llordachs, Castillo, Queralts, Munté, Subirana y Abellán. En el partido Pedersoli marcó cuatro goles, uno de los cuales quedó anulado por haber sido precedido de una falta. Esa noche hubo un récord de público, que llegó a los 9.000 espectadores, lo que constituyó un récord mundial de asistencia a una piscina según aseguró la federación internacional de natación F.I.N.A.

Instantánea del partido España-Italia de waterpolo.

El lunes día 25 se celebró el solemne acto de clausura. Finalizados los juegos, la Italia de Pedersoli, se llevó de Barcelona una merecida medalla de oro, siendo el total del medallero de 84 en las distintas modalidades (33 de oro, 27 de plata y 24 de bronce). Él se marchó satisfecho y con un buen recuerdo de la ciudad. En una entrevista que el periodista Iñigo Domínguez le hizo el año pasado con motivo de su 85 cumpleaños, afirmó textualmente que "Barcelona era increíble, bellísima, la prefiero a Madrid, más moderna, con el mar. Vi cambiar España primero con el deporte y luego con las películas, aunque estuve más en Almería, que era otro mundo".
En los próximos años fue semifinalista en los Juegos Olímpicos de Melbourne de 1956 y en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960. Una lesión sufrida en 1957 supuso el final de su carrera, aunque durante su estancia en Venezuela participó con el equipo nacional en el III Campeonato Grancolombiano de natación celebrado en Caracas en 1959. Finalizada su etapa como deportista retomó definitivamente su carrera cinematográfica.

Momento en que Carlo Pedersoli (Bud Spencer) marca un gol en la Piscina Municipal
de Montjuïc, el 24 de julio de 1955.

Y así fue como Carlo Pedersoli hizo su paso por Barcelona. Un homenaje diferente y merecido para el entrañable Bud Spencer.

Fotos: Archivo RTVE, Arxiu Fotogràfic de Barcelona, El Mundo Deportivo.

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