jueves, 3 de junio de 2010

Breve historia de Nou Barris IV: la Guerra Civil (1936-1939)

La madrugada del domingo del 19 de julio de 1936 hubo un levantamiento militar encabezado por el general Goded que tenía el propósito de apoderarse de la ciudad mediante el control de los centros de comunicación y de los edificios oficiales. Fue un primer alzamiento contra el régimen republicano, sofocado por las fuerzas del orden público de la Generalitat, activistas obreros y la Guardia Civil. Desde entonces se desencadenó un movimiento revolucionario. Los cuarteles militares fueran saqueados para tomar armas, y la clase obrera afiliada a los sindicatos puso en marcha un proceso de colectivización de las empresas bajo control obrero y destituyendo a los antiguos encargados. La empresa Tranvías de Barcelona Colectivizados que tenía en posesión la cochera de Horta intentó mantener el máximo de tiempo posible en servicio a toda la red. Los servicios que llegaban a “Els Quinze” se mantuvieron durante todo el conflicto bélico y más regularmente que la red de autobuses. El estallido de la Guerra Civil significó la paralización automática de cualquier proyecto de crecimiento del territorio de Nou Barris. Así, por ejemplo, el Segundo Plan de Conjunto que preveía la llegada de dos líneas de autobuses, así como los planes de dotación de servicios varios (escolares, comerciales, sanitarios y culturales) que tanto se necesitaban no se llegaron a materializar. Las parroquias de Santa Engràcia, de Santa Eulàlia de Vilapicina, de Sant Francesc Xavier y del Institut Mental de la Santa Creu fueron saqueadas e incluso aprovechadas para usos civiles diversos, sobre todo como almacén, y en el Institut Mental de la Santa Creu hubo expoliaciones, pero a pesar de ello funcionó como instalación sanitaria y por tal motivo se pintó una gran cruz para que fuese vista desde el cielo. Los talleres ferroviarios de la compañía del Norte fueron objeto de bombardeos militares por parte de los aviones enemigos que, desde el mar, penetraban perpendicularmente hacia el interior y atacaban desde la sierra de Collserola. Algunos testigos de la época aseguran que estos aviones durante la noche lanzaban bengalas para iluminar la zona destinada al bombardeo de la población civil.Para protegerse de los ataques aéreos, se construyeron numerosos refugios, tanto oficiales como subterráneos de las viviendas particulares. En la barriada de les Roquetes se construyó uno emplazado en la mina de la Ciutat, aprovechando la galería de agua. Según un estudio de la colección Finestrelles y recogido también en el libro de Francesc Pujol Relligant Nou Barris, entre los refugios oficiales había consignados los de Via Júlia (entre Batllori y Joaquim Valls), con una capacidad para 81 personas; en la calle de Flor de Neu (Nou Pins), para 28 personas; en la calle del Conveni (Vinyeda), para 24 personas; en la calle del Pou (Joaquim valls), para 39 personas; en la calle de Badosa (Argullós), para 66 personas; en la calle del Japón, para 49 personas; en la calle de Les Torres (Catasús), para 55 personas; y finalmente en la calle de Casas i Amigó, para 44 personas. En la actualidad, el refugio que nos ha llegado en mejores condiciones ha sido el de la calle de Cornudella, en el barrio de casas baratas de Can Peguera. El resto de refugios eran de particulares y su número superaba notablemente a los oficiales. En total se han llegado a contabilizar hasta 344, lo que suponía un promedio de 415 habitantes por refugio. En el sector de Porta de la barriada de Santa Eulàlia, algunos refugios estaban ubicados en las calles de Porta, de Piferrer, de Rialp. Del Estudiant, dels Garrofers, de La Selva y de Busquets, y en los paseos de Fabra i Puig i del Doctor Pi i Molist, así como en el túnel del ferrocarril de la compañía del Norte.
A nivel toponímico, algunas calles cambiaron de nombre. Así, por ejemplo, el distrito de Sant Andreu de Palomar pasó a ser Harmonia de Palomar. Por lo referente a vías públicas, el paseo de Verdum se convirtió en el paseo de Durruti, el paseo de Fabra i Puig en el paseo de Josep Garcia, y la calle del Japó (Santa Engràcia) en Anarquia.


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