Margarita López Grau, taxista desde 1966. Foto: Cifra (La Vanguardia)
Aprovechando la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no hay mejor ocasión para recordar aquellas mujeres con mayúsculas que rompieron con los protocolos masculinos y se atrevieron a marcar la diferencia de un largo camino hacia la igualdad. En base al contexto temático del presente blog, que es la historia de Barcelona y de sus transportes, este año merecía reivindicar las que fueron las primeras mujeres taxistas de la ciudad de Barcelona. Lamentablemente, la información acerca de esas personas es muy escasa y algo imprecisas, pero aun así merece la pena aprovechar lo poco que existe publicado para reivindicar a unas profesionales que estimularon a las nuevas generaciones a romper con los viejos estereotipos.
Como precedentes comentar que la primera mujer taxista de la historia de España fue Dolores Trabado López, la cual en 1923 obtuvo la licencia oficial de taxista y, desde entonces, se inició con su taxi a prestar servicios para la Casa de Socorro de Pontevedra, de ahí que la llamaran "Lola la de la Cruz Roja". Tras ella hubo Piedad Álvarez Rubio, conocida como "La Peñina", la cual obtuvo la licencia en 1932 y desde entonces ejerció en León, su ciudad natal. Ello tuvo tanto eco que incluso la revista de actualidades "Mundo Gráfico" del año 1935 le dedicó un reportaje. Tras 42 años al volante se jubiló en 1974. En 1959 en dicha ciudad hubo otra taxista, Alejandra Álvarez Rubio. En 1964 Victoria Vasilievna Judoleeva, natural de Crimea, se convirtió en la primera mujer taxista de Madrid. Y en 1975 le toó el turno a Zaragoza con Isabel Sánchez Espín.
Dolores Trabado López, la primera mujer taxista de España. Foto: Camilo Gómez
Piedad Álvarez Rubio, la segunda mujer taxista de España. Foto: revista Mundo Gráfico
En el blog osmonegros.com se asegura que la primera mujer taxista que tuvo Barcelona fue Mari Cruz Anoro Barrieras, conocida como "La Morena". Nacida en Sariñena (Aragón) en 1923, tras haber pasado los primeros años de su vida vendiendo pasteles, caramelos, castañas y helados, y recogiendo esparto y uva, finalmente se trasladó a Barcelona en busca de mejores condiciones de vida. Allí trabajó de portera en un piso de la calle de Provenza donde su familia residió. Dos de sus hermanos que eran camioneros tuvieron la oportunidad de comprar un taxi. Al poco tiempo cuando Mari Cruz cumplió con el servicio social obligatorio obtuvo el carnet de taxista y se dedicó a ejercer profesionalmente. De este modo se convirtió en la primera mujer taxista de Barcelona. Sus hermanos volvieron entonces a su anterior ocupación como camioneros mientras ella manejaba el taxi, si bien la licencia nunca perteneció a ella puesto que la reglamentación solo la permitía a hombres. Si consideramos esta historia como verdadera se trataría entonces de un hecho extraordinario si tenemos en cuenta el contexto histórico de la postguerra. Fueron años de profunda crisis con un duro control en la concesión de nuevas licencias. En 1956 enviudó de su marido Prudencio Sarrate Miguel (hombre de una importante dinastía de pasteleros) y contrajo nuevamente matrimonio con Julio Casabona Gracia, un veterinario que estuvo recluido en el campo de concentración de Mauthausen. Mari Cruz falleció en 1995 a los 72 años de edad.
Retrato de Mari Cruz Anoro Barrieras, la primera mujer taxista de Barcelona.
Foto: archivo familia Anoro Barrieras
Salvo nueva información por descubrir, no volvió a haber otra mujer taxista en Barcelona hasta Margarita López Grau. Natural de Barcelona, decidió dedicarse al mundo del taxi simplemente porque le atraía, por el ambiente que se respiraba trabajando en una profesión de esta clase. Una vez se hizo con el carnet de segunda, obtuvo el título de profesora de escuela de conductores donde ejercía. Para hacer prácticas con el automóvil había maniobrado ocasionalmente algún camión. A principios de 1962 entró a formar parte de la Mutua del Taxi. Al convivir con el ambiente del taxi los mismos hombres taxistas la animaron a obtener el carnet de primera para ejercer de taxista. En 1964 lo solicitó pero se lo denegaron porque las ordenanzas municipales prohibían ejercer a las mujeres. Finalmente lo volvió a solicitar y gracias a una modificación de dicha ordenanza por parte del alcalde de Barcelona José María de Porcioles, le permitieron presentarse al examen. El cambio normativo posibilitó a otras candidatas a poder presentarse y aspirar a ser taxistas. Margarita aprobó y se lo concedieron. Desde entonces se dedicó a conducir el taxi por las mañanas y a ejercer de profesora de autoescuela por las tardes. El primer taxi que llevó no era de ella porque todavía no había podido comprar una licencia. Fue un Seat 1400 con matrícula B-132513 del año 1957. Sus primeros clientes fueron dos hombres con mucha prisa que al principio ni se dieron cuenta de que quien conducía era una mujer. Al cabo de un rato, al observar, se quedaron sorprendidos. La carrera costó 17 pesetas y ellos pagaron 20. En un principio la mayoría de pasajeros callaban, probablemente cohibidos, pero las pasajeras eran las más abiertas y enseguida sacaban conversación sobre el tema. El 9 de julio de 1966 en la fiesta de San Cristóbal, patrón de los automovilistas, el Montepío de San Cristóbal "Chóferes de Barcelona" obsequió a Margarita con varios obsequios y un ramo de flores como reconocimiento al hecho de ser la primera mujer taxista de la ciudad, en el acto estuvieron presentes el presidente del Montepío Pedro Mulleras Palau y el presidente de la Cooperativa del taxi, José María Tormo.
Margarita López Grau recibiendo un reconocimiento como mujer taxista en la Fiesta de
San Cristóbal, el 9 de julio de 1966. Foto: Pérez de Rozas
Tras Margarita López Grau el número de mujeres taxistas en Barcelona en los años posteriores aumentó de forma testimonial e insignificante. Para hacernos una idea en 1974 eran un total de seis, de las cuales solo una, Emilia Descalzo Cervera de Gonzalo, podía votar en las elecciones de renovación de la Junta de la Cooperativa del Taxi al tener la titularidad de una licencia. Algunas hijas de taxistas aceptaron la licencia de sus familiares y así fue como comenzaron a haber más mujeres conductoras del taxi. En los años 80 solo el 1% de los taxistas eran mujeres, y en la actualidad constituyen un 6%, concretamente 741 de un total de 13.000. Durante el presente siglo XXI un promedio de entre 25 y 30 licencias de taxi otorgadas anualmente han sido a mujeres. Las estadísticas aseguran que tienen una edad media de 44 años, mayormente casadas y con hijos, un 16% con estudios universitarios y un 13% que domina el inglés. Entre las ventajas que ellas encuentran trabajando en el sector es la posibilidad de compaginar su vida laboral con la familiar así como la oportunidad de percibir un salario homólogo al de los hombres. Con el propósito de recortar diferencias en el año 2004 tomaron un grupo de mujeres en paro y les ofrecieron pagarles una parte de la formación (el carné específico de conductor profesional) para poder ser taxista o conductora de autobús. Aquello tuvo un resultado inmediato y en pocos años se dobló la presencia de mujeres en el sector. Pero tras un nuevo estancamiento el Instituto Metropolitano del Taxi de Barcelona ofreció las tasas de examen gratuitas para los ciclos de formación para incorporarse al sector. Además, a las mujeres con hijos pequeños y las parejas de las que tengan un horario incompatible para el cuidado de los niños se les exime de la obligación, impuesta a todos los nuevos conductores, que trabajen menos seis meses al año en el turno de noche, para cubrir la falta de oferta en estas horas.
Grupo de mujeres taxistas de Barcelona en la actualidad. Foto: Agencia 8M
Merece la pena destacar a modo de cierre que desde el 5 de agosto de 2015 el Institut Metropolità del Taxi pasó a estar dirigido por primera vez por tres mujeres: Mercedes Vidal Lago en la presidencia, Maria Teresa Carrillo como gerenta y Pilar Molina como directora de servicios. Tan pronto haya ocasión de hallar nueva información inédita acerca de las primeras mujeres taxistas de Barcelona se procederá a ampliar y mejorar el presente artículo.
6 comentarios:
Me encanta. Porque yo soy la hija de Margarita López Grau.
Encantado de saludarte. Me alegro de que hayas podido ver este artículo y que te haya gustado. Seguro que tendrías anécdotas por explicar. Éste era un tema que merecía reivindicar. Un cordial saludo.
Soy Ferran. ¿Margarita vivió en la Rambla Guipúzcoa de Barcelona?
Hola Ferran. Ignoro dónde vivía Margarita López Grau. Lo investigaré aunque sé que no resultará fácil de descubrir, pero aun así lo intentaré. Un saludo.
Yo conozco a mercedes y no la nombrais, hoy tiene 83 años. Y aún conduce su propio coche. Después de 5 años de operaciones y silla de ruedas. Hoy X su tesón anda con muleta y va a aquagim. SI SE PUEDE!
Contestando a Ferran le diré que Margarita López Grau vivió en Barcelona .Fue una mujer y madre excepcional que tuvo que criar sola a sus dos hijas Aún hoy, yo, su hija, la echo de menos.
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