viernes, 19 de septiembre de 2025

Robert Redford y Barcelona: dos hombres y un destino


Recibimos la triste noticia del traspaso el pasado martes día 16 del presente mes del actor y director estadounidense Charles Robert Redford Jr., más conocido artísticamente como Robert Reford. Mucho se podría decir de esta mítica estrella de Hollywood, referente fundamental e ineludible de la historia de la cinematografía. Sin embargo este no es el objetivo del presente artículo, pues acerca de su trayectoria en el séptimo arte ya existen más que numerosas referencias por parte de críticos expertos.
Para quienes lo desconozcan, el destino propició que visitara Barcelona en dos ocasiones. Sucedió en dos momentos de su vida muy diferentes y en dos épocas también distintas. La primera vez fue en 1957 cuando siendo todavía un rebelde desconocido afectado por la prematura muerte de su madre acaecida un año antes, decidió probar suerte como artista bohemio viajando por Europa, siendo España, Francia e Italia sus principales destinos. Llegó a la Ciudad Condal justo el año en que José María de Porcioles tomaba las riendas de la alcaldía, el año en que de la factoría de Seat de la Zona Franca salía el primer coche Seat 600, el año en que el C.F. Barcelona inauguraba el estadio Camp Nou y el año en que la Feria Oficial e Internacional de Muestras de Barcelona celebraba sus bodas de plata.


Desgraciadamente de su primera estancia se sabe muy poco, por lo que se desconoce información básica acerca de cuántos días permaneció, dónde se alojó y qué lugares visitó. Sin embargo en el breve tiempo en que pisó la capital catalana, Robert Redford explicaba en las entrevistas que quedó impresionado por el arte y la cultura que se respiraba así como por la singularidad de la sociedad barcelonesa del momento. Descubrió, además, una riqueza arquitectónica donde convivían tradición y modernidad, un contraste que le sirvió para ampliar su mirada artística y estética. Inevitablemente descubrió la obra del arquitecto Gaudí así como otras joyas arquitectónicas del modernismo, junto a la vitalidad de los barrios más populares. Para él Barcelona fue un escenario donde la arquitectura era arte vivo y un museo al aire libre, un lugar cuyo espacio urbano le terminaría inspirando tanto para sus obras pictóricas como para su futura vocación cinematográfica.


La segunda vez que visitó Barcelona fue en el año 2008 en el contexto de la celebración del congreso mundial de telefonía móvil, es decir, el Mobile World Congress (MWC). Robert Redford fue invitado por los organizadores como representante del Festival de Cine de Sundance, el cual él mismo había fundado en 1978. A su llegada el 11 de febrero del citado año a la capital catalana en avión privado y acompañado de su familia se alojó en el Hotel Arts y posteriormente se dio un paseo por el Gòtic, convirtiéndose en objeto de curiosidad de todos los transeúntes. El día 13 siguiente en la Sala Oval del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) asistió a la entrega de los premios de la Asociación del Sistema Global para las Comunicaciones Móviles (GSMA), presentando la categoría Mobile Entertainment de GSMA. Se dice que acudieron alrededor de 900 personas y que comieron un menú de 695€ por persona. Allá dio una conferencia titulada “La cuarta pantalla” donde reflexionó sobre la telefonía móvil como nueva ventana para creadores independientes, en especial para los directores de cortometrajes, en definitiva estimular la producción de cortometrajes pensados para el móvil. A modo de curiosidad, el actor y director estuvo acompañado de otra estrella del séptimo arte, en este caso de Isabella Rossellini, quien presentó su proyecto llamado “Green Porno”, consistente en una serie de cortometrajes concebidos para ser vistos y descargados en teléfonos móviles.


Finalmente, de su visita al MWC consiguió un acuerdo de colaboración entre la GSMA y el Festival de Sundance y además la creación de la plataforma Mofilm que integra trabajos procedentes de Sundance y de otros festivales como los de Shanghái y Locarno, además de contenidos de Bollywood. Al siguiente día voló hacia Alemania para asistir al Festival de Cine de Berlín (La Berlinale). Desde entonces no regresó a España hasta noviembre del año 2012, en una visita a Madrid para impulsar el Sundance Channel, el canal de televisión con el que extendía la filosofía del festival de cine independiente que fundó en Utah en 1985. Jamás volvió a pisar Barcelona, ciudad de la cual también, como Madrid, Mallorca y Mijas, guardó gratos recuerdos. Sin embargo en el año 2012, en el marco del 19º Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente (FICMA) agradeció a la Universidad de Barcelona su compromiso con el medio ambiente. Evocando el título con el que se estrenó en nuestro país “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (1969) con quien compartió protagonismo junto a su querido amigo, el también actor Paul Newman, fueron dos hombres (el artista bohemio en 1957 y la estrella de Hollywood en 2008) y un destino (Barcelona). Que la memoria histórica recuerde su paso por la ciudad que, en parte, le inspiró sus dotes artísticos.

Fotos: Albert Bertran (El Periódico), Ferran Nadeu (El Periódico).

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