viernes, 25 de abril de 2025

Franciscus: in te, Domine, speravi


En parte por sorpresa, en parte previsible, recibimos la noticia del traspaso de S.S. Papa Francisco el pasado lunes día 21 a los 88 años de edad tras sufrir una larga enfermedad. El mandato de Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires 1936 - Roma 2025) no ha dejado indiferente a nadie sino que ha generado variedad de opiniones, por lo que su marcha hacia la Casa del Padre, como dirían muchos católicos, me lleva a hacer una serie de reflexiones muy personales. Mi valoración, lógicamente subjetiva y, por tanto, criticable y discutible, se basará en mi creencia como deísta, es decir, como creyente no religioso, si bien admito estar inevitablemente influido por la tradición y la cultura cristiana que siempre he defendido como seña de identidad de la civilización occidental europea, así como también reconozco sentir gran respeto y admiración por las enseñanzas de Jesús y fascinación hacia Él.


Desde su llegada al Pontificado el 13 de marzo de 2013 Francisco adoptó una línea aperturista y digamos, entre comillas, “progresista” (término usado con cautela) como lo fueron Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I, en contraposición a su predecesor Benedicto XVI (conservador severo) y San Juan Pablo II (conservador moderado). Su mandato al frente de la Iglesia Católica se basó en el diálogo y el entendimiento e intentar abordar tanto los problemas que plantea la sociedad moderna como los retos del siglo XXI: luchar contra la pobreza, luchar contra las desigualdades sociales, el diálogo interreligioso, hacer compatible ser persona de ciencia y persona de fe, acabar con la pena de muerte, proteger el medio ambiente, combatir los casos de pedofilia y abusos sexuales en el clero, luchar contra la corrupción en el Vaticano, abogar por un trabajo de calidad y contra la precariedad y la esclavitud, promover un modelo educativo basado en la integración y la cultura del encuentro, mostrar respeto al colectivo LGTBIQ y fomentar la igualdad y equidad de la mujer. Sí que mostró en cambio actitudes contrarias al aborto, a la eutanasia y a ciertas posturas de la ideología de género.


Al igual que Juan XXIII  quiso renovar la Iglesia para hacerla capaz de transmitir el Evangelio en los nuevos tiempos, buscando los caminos de unidad de las Iglesias cristianas, tomando lo bueno de la época presente y estableciendo puentes de diálogo con el mundo moderno centrándose primero en aquello que une y no en lo que separa. Asimismo, consideró que el diálogo era la mejor forma para dar solución a un conflicto, invitando a observadores de las diferentes religiones así como a los miembros de todas las Iglesias cristianas. Al igual que Pablo VI exigió cambios significativos a favor de los pobres en el Tercer Mundo. Se propuso la búsqueda de la paz social y la justicia en el mundo, así como mejorar la comprensión de la Iglesia Católica. En sus visitas a países comunistas, participó en un diálogo con las respectivas para mejorar la situación de la Iglesia en dichos estados. Pidió como el llamado "Papa peregrino" amar no sólo a los católicos, sino también a cismáticos, protestantes, anglicanos, indiferentes, musulmanes, paganos y ateos. Y al igual que Juan Pablo I ofreció la imagen de hombre amable, cercano y bondadoso y quiso aplicar reformas en campos como la economía y las finanzas, la administración, los tribunales eclesiásticos, el derecho canónico, las comunicaciones sociales, la sanidad, el laicado y la familia.


El papado de Francisco ha tenido como consecuencia un aumento del número de católicos en el mundo, pasando de 1.254 millones de personas en 2013 (año en que tomó el Anillo del Pescador) a 1.406 millones en 2025, siendo los continentes africano y asiático donde más se ha experimentado dicho incremento. Igualmente también se ha experimentado un notable crecimiento del número de jóvenes convertidos al catolicismo debido a la pandemia, al auge de Internet y a la búsqueda de alternativas más profundas frente a enfoques religiosos más moderados. Solo el número de vocaciones a cargos clericales continúa a la baja probablemente por culpa del celibato forzoso, algo que no ocurre en otras confesiones cristianas donde los clérigos pueden acceder al matrimonio. Igualmente la prohibición a que la mujer acceda al sacerdocio podría ser un factor que jugara en contra de dicho aumento, salvo en la Iglesia Luterana donde sí se permite la presencia de sacerdotisas.


Tras la muerte de Francisco se debate quién debería de ser el nuevo Papa y qué línea debería adoptar. En la actualidad son presentes diferentes posiciones en el seno de la Iglesia Católica, desde la conservadora hasta la progresista, desde la línea dura hasta la línea moderada, y desde la tradicionalista hasta la aperturista. Siempre he creído absurdo la existencia de estas diferencias si tenemos en cuenta que el mensaje que nos ofrece la Biblia es claramente objetivo. Es falsa aquella afirmación de que los textos sagrados tienen muchas interpretaciones, pues no creo que quienes los escribieron jugaran a los dados. Así, cuando Jesús predicó sus enseñanzas jamás lo hizo con la intención de que cada uno lo entendiera a su libre razón. Por poner un ejemplo, que nos amáramos los unos a los otros significa exactamente lo mismo tanto si eres conservador como progresista, radical, moderado, tradicionalista o aperturista y no hay más que una sola interpretación. Punto. El problema lo tenemos en el momento en que la religión se politiza, se usa para hacer partidismo y lo más grave de todo: se modela, se tergiversa y se manipula a intereses e ideologías personales, es decir, se inventa un Dios a la medida de uno para ponérselo de su parte y así justificar ciertas acciones, decisiones e incluso barbaridades. Todo ello no hace sino alejarnos de la palabra de Dios y del verdadero mensaje que Jesús nos dejó.


De todos los candidatos se plantea cuál de ellos sería el más adecuado para convertirse en nuevo Papa. Supongamos que Jesús regresara a la Tierra en carne y hueso y se paseara por las calles de las ciudades ahora en pleno siglo XXI, veamos entonces los siguientes supuestos: 1) si se encontrara frente a un homosexual: ¿lo abrazaría como a un hijo suyo o bien lo repudiaría al grito de “fuera maricón de mierda”?; 2) si se encontrara frente a una mujer que aspirara a un alto cargo mayoritariamente ocupado por hombres: ¿la felicitaría y la alentaría a seguir adelante o la mandaría a la cocina a fregar platos?; 3) si se encontrara a un grupo de personas de otras razas, religiones y culturas: ¿los saludaría como a hermanos o los deportaría a su país?; 4) en una guerra entre dos países: ¿mediaría por la paz y porque ambos bandos se amaran los unos a los otros o bien bendeciría los tanques (como hizo el Papa Pío XII) y firmaría sentencias de muerte?; 5) ante la contaminación del medio ambiente: ¿pediría que se respetara los animales y las plantas como criaturas de su Padre o mostraría indiferencia ante la destrucción del sistema natural?; 6) frente a las personas de otras confesiones religiosas: ¿abogaría por un diálogo interreligioso, el entendimiento entre todos y la puesta en común de valores fundamentales o bien decretaría una guerra entre religiones?; 7) en los casos de abusos sexuales hacia menores por parte de clérigos: los condenaría o bien los encubriría?; y 8) ¿Estaría Jesús contento de ver una Iglesia multimillonaria y elitista llena de tesoros mientras hay hambre y pobreza en el mundo, de ver cómo cada uno interpreta sus enseñanzas a su libre albedrío y las adapta a sus intereses egoístas, y de cómo el mundo ha asesinado y oprimido (y lo sigue haciendo) en nombre de su Padre?. Parece ser que en todas las cuestiones expuestas las respuestas de cada caso son claras, pues he aquí cómo debería de actuar el nuevo Papa y, por consiguiente, hacia dónde debería orientar la Iglesia Católica. Sin duda, Jesús sería ineludiblemente el referente a seguir, ya que bastaría imaginar cómo reaccionaría ante los retos que plantea el mundo actual.

Fotos: ATLAS, Buena Voz Católica, EFE, Infobae, Observatore romano, Prensa del Vaticano, Tribuna de la Bahía, 

miércoles, 23 de abril de 2025

Feliz Diada de Sant Jordi 2025


Amigos y amigas:

A caballo entre la primavera y el verano volvemos a disfrutar de uno de los días más entrañables del año: Sant Jordi, la Diada del Libro y de la Rosa, un acontecimiento que pese a no ser oficialmente festivo contiene todos los ingredientes propios de una festividad.

El 23 de abril es una de las pocas jornadas que se pueden vivir en un sentido más amplio de forma comunitaria a pesar de los intentos de politización. Recomiendo por ello disfrutar del Sant Jordi obsequiando con una rosa a las personas amadas como un gesto de amor, fe, confianza, compromiso y lealtad. Rara vez una tradición tan clásica ha sido capaz de sobrevivir a los tiempos modernos y adaptarse a las convenciones del siglo XXI. Invito además a visitar los expositores de libros de las paradas instaladas a pie de calle que tanto llenan de vida. Recordemos que los libros son el arma más inofensiva y a su vez la más poderosa para combatir la ignorancia y la incultura por otorgar capacidad de criterio, estimular la inteligencia y no dejarse engañar por aquellos que nos quieren tener sometidos a la su voluntad.

En tiempos presentes en los cuales las letras parecen estar desprestigiadas en favor de un mundo tecnificado donde la ciencia quiere acapararlo todo, es necesario fomentar el hábito de la lectura para volver a colocar a las humanidades y las ciencias sociales donde merecen estar y reconocer sus aportaciones a un mundo cada vez más globalizado y artificial. No  debemos dejarnos llevar necesariamente por las modas y las novedades literarias, sino que también es importante poder leer lo que nos gusta, nos motiva y nos estimula, sean libros nuevos o viejos. Cada obra leída constituye un tiempo aprovechado de nuestra vida y un paso más hacia delante en nuestra evolución como personas. A mayor lectura más democracia porque la cultura adquirida de los libros democratiza a la sociedad y la hace más libre.

Desde aquí y a título personal quiero pedir a todas las instituciones que dejen de lado sus diferencias y continúen con la propuesta de convertir la diada de Sant Jordi en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, especialmente por los valores que representa y por los beneficios culturales que tendría socialmente a nivel mundial. Sería, en definitiva, fomentar el crisol de nuestra diversidad cultural y su conservación, una garantía de creatividad permanente y una fuerza motriz para las culturas vivas. No desperdiciemos esta oportunidad.

Aprovecho finalmente la ocasión para agradecer a aquellas personas que leen mis artículos en el blog y compran mis libros, a la vez que deseo de corazón a todo el mundo que pase un FELIZ SANT JORDI 2025.

miércoles, 16 de abril de 2025

Mario Vargas Llosa: la visión entrañable (e idealizada) de la Barcelona de los años 70


Recibimos la noticia del traspaso de Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa 1936 - Lima 2025) el pasado domingo día 13, a los 89 años de edad. Más allá de haber sido un escritor universal, personaje ineludible dentro de la literatura hispanoamericana del siglo XX y uno de los exponentes centrales del llamado boom latinoamericano, residió en Barcelona durante cuatro años. Al margen de su paso por la Ciudad Condal su vida personal estuvo claramente marcada por numerosas polémicas sentimentales e ideológicas que él protagonizó, si bien ello no debería mezclarse con su faceta artística y literaria. No es objetivo del presente artículo adentrarse en su biografía o bien en asuntos controvertidos, algo de lo que las redes sociales está harto repleto.
Para persuadirle de que residiera en la capital catalana hubo dos personajes clave, a la vez grandes referentes, a los cuales el literato peruano siempre estuvo tremendamente agradecido. El primero fue Carlos Barral, poeta y memorialista de la llamada Generación del 50 y editor responsable de la conocida editorial Seix Barral; el segundo fue Carmen Balcells, agente literaria (llamada Superagente Literaria 009 por Manuel Vázquez Montalbán), pionera en la profesionalización del mundo editorial e impulsora del ya citado boom latinoamericano.


Su primer contacto con Barcelona fue en 1958. Llegó en barco procedente de Lima. Habiendo pisado tierra firme, desde el monumento a Colón caminó por la Rambla y pasó la noche en la Pensión Fernando, sita en la calle de Ferran. Al siguiente día tomó un tren hacia Madrid donde cursaría el doctorado en la Universidad Complutense. Allá en la misma capital de España conoció al crítico literario y poeta Enrique Badosa y al estomatólogo Esteve Padrós, ambos miembros del jurado del premio Leopoldo Alas de Narrativa Breve, convocado por la barcelonesa Editorial Rocas, la cual le publicó su libro titulado “Los Jefes” (1959), su primer relato, siendo galardonado con dicho premio. Ello le animó a encauzarse en el mundo de la escritura. De Madrid viajó a París donde publicó su primera novela “La ciudad y los perros”, la cual antes de salir a la luz fue leída previamente por el hispanista francés Claude Couffon, profesor en La Sorbona, quien le recomendó que la presentara al Premio Biblioteca Breve, convocado por la barcelonesa Seix Barral. Tras un informe muy negativo de los asesores de la editorial Carlos Barral leyó un facsímil y le entusiasmó tanto que decidió viajar a París para conocer personalmente a Vargas Llosa y manifestarle su clara intención de publicar su novela. Tras ganar el Premio Biblioteca Breve en 1962 Seix Barral logró salirse con la suya y la publicó en 1963, no con pocas dificultades debido a la censura franquista. Al siguiente año ganó el Premio de la Crítica Española.


En 1966 se trasladó de París a Londres donde ejerció de profesor universitario en el Queen Mary College. En un vuelo de Londres a Barcelona conoció a Carmen Balcells, cuya amistad fue decisiva para el futuro del escritor. Ella misma lo convenció para que dejara la docencia a cambio de asentarse en Barcelona y dedicarse exclusivamente a escribir, recibiendo a cambio una buena compensación económica. Cedió a la oferta y aceptó el trato. Tras algunos viajes ocasionales a la capital catalana (a veces invitado por Carlos Barral en su casa de Calafell) en verano de 1970 decidió establecer su residencia fija, primero durante un año en la Via Augusta y poco después en el número 50 de la calle de Osi, en el barrio de Sarrià. Muy cerca tenía como vecino a otro grande de las letras hispanoamericanas, Gabriel García Márquez, que vivía en el número 6 de la calle de Caponata. Ambos ya se habían conocido en 1967 en el aeropuerto de Caracas (Venezuela) y emprendieron una estrecha amistad junto con Julio Cortázar y José Donoso, entonces máximos representantes del boom latinoamericano que convirtieron Barcelona en capital de la literatura latinaoamericana. A todo ello mantuvo contacto con los personajes de la llamada Gauche Divine Barcelonesa, con cuyos miembros entabló amistad si bien no acudía regularmente a los locales que ellos frecuentaban.


Dio clases en la Universidad Autónoma de Barcelona, no en el campus de Bellaterra (Cerdanyola del Vallès) sino en un edificio sito en el centro de Barcelona. En 1974 su mujer Patricia Llosa Urquidi dio luz a su hija Wanda Ximena Morgana, en la clínica Dexeus.
Vargas Llosa dedicó mucho tiempo a la escritura, llegando a trabajar incansablemente hasta 10 horas diarias frente a su máquina de escribir. En Barcelona se publicaron sus obras "Historia secreta de una novela" (1971), el ensayo "García Márquez: historia de un deicidio" (1971), casi íntegramente la novela "Pantaleón y las visitadoras" (1973), totalmente "La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary" (1974), parcialmente "La Tía Julia y el escribidor" (1977), además de unos prólogos para obras de Georges Bataille y otros textos breves.
A mediados de 1974 Vargas Llosa abandonó Barcelona con su mujer y sus tres hijos por lo que decidieron tomar un barco y marchar nuevamente a Lima. El escritor jamás concretó por qué razón dejó atrás la ciudad. En sus numerosas entrevistas calificó la Ciudad Condal de los años 70 como capital cultural de España, bella, culta y divertida; como punto de encuentro de jóvenes de Latinoamérica, escritores latinoamericanos y de Madrid; y como ciudad cosmopolita que congregaba gente de toda España que anhelaba sentirse europea. En síntesis, una visión que se ciñe a la realidad, si bien desde una perspectiva personal entrañable y, en ciertos aspectos, idealizada.


Posteriormente a 1974 regresó ocasionalmente a Barcelona, ciudad de la cual pasó del entusiasmo a la decepción desde una perspectiva política, ya que siempre se mantuvo firmemente y abiertamente crítico con el nacionalismo catalán y el independentismo: lo hizo en 1993 cuando ganó el Premio Planeta por su obra Lituma en los Andes; en 2004 en el Festival Internacional de Literatura Kosmopolis, celebrado en el CCCB; en 2012 tras haber ganado el Premio Nobel de literatura, por lo que el Cercle del Liceu le rindió un homenaje y le otorgó la Medalla d’Or; en 2016 en el homenaje a Carmen Balcells en el Palau de la Música Catalana; y en 2017 en la manifestación organizada por la entidad Societat Civil Catalana donde realizó un discurso muy aplaudido como reacción al referéndum ilegal por la independencia de Cataluña.
Tras su traspaso algunas formaciones políticas solicitan que Barcelona le dedique un espacio público (calle, plaza o jardines) por su vínculo con la ciudad que lo catapultó, así como por su contribución a la cultura y a la literatura. Otros lo rechazan por haber mostrado (según aseguran) actitudes reaccionarias y catalanófobas, un alegato del cual un servidor, humildemente y amablemente, discrepa por completo, puesto que nunca he estado de acuerdo con la idea (más bien un tópico) de que ser de derechas sea sinónimo de fascista o que tener diferencias tanto con el nacionalismo catalán como con los movimientos independentistas implique ser anticatalán.


Por poner algunos ejemplos, Vargas Llosa se opuso a las dictaduras de Fidel Castro en Cuba a partir de 1971, a la de Franco en España (participó en el encierro de intelectuales en Montserrat) y a la de Manuel Odria en Perú. Él mismo afirmó en una entrevista que "todas las dictaduras son inaceptables, sin excepción". A ello defendió la lengua y la cultura catalana durante los años 70, si bien posteriormente criticó la política lingüística aplicada por los gobiernos nacionalistas al considerar que se hacía de la lengua un uso politizado y partidista, pero nunca se opuso al derecho de usarla o enseñarla. No olvidemos, además, que él y Carlos Barral se habían llegado a cartear ocasionalmente en catalán y que su hija Wanda Ximena Morgana nació en Barcelona.
Hasta el momento presente ningún miembro del boom latinoamericano tiene dedicada una calle, una plaza o bien unos jardines, todo y su estrecha relación con la ciudad, ni siquiera la catalana Carmen Balcells a pesar de su labor intachable y de haber sido una mujer moderna y avanzada a su época. El tiempo dirá y que la memoria histórica (a menudo memoria selectiva) los ubique allá donde merezcan estar, entretanto que cada uno haga sus propias reflexiones.

Fotos: Agencia Balcells, Agencia EFE, César Malet, Colita, Quique García.

lunes, 7 de abril de 2025

Secuestros de autobuses en Barcelona (y IV): otros barrios y datos de interés


En este último artículo de la serie trataremos acerca de los secuestros acaecidos en el barrio de Pomar de Badalona y en el barrio de Sant Genís dels Agudells de Barcelona. Tras la inauguración del tramo “La Pau-Pep Ventura” de la L4 el 22 de abril de 1985 al siguiente día la línea BS “Barcelona (Rda.St.Pere)-Badalona (Pomar)” de Transports Municipals de Barcelona (TMB) recortó su recorrido hasta la calle de Prim. Ello suponía la desaparición de la conexión directa entre el barrio de Pomar y el centro de Barcelona, de modo que la única opción posible era tomar un autobús de la nueva línea B25 “Barcelona (Pl.Glòries)-Badalona (Pomar)” de la empresa TUBLSA (sustituta de la extinta TUSA) e intercambiar con el metro, lo cual suponía incrementar el tiempo de viaje y el pago de doble billete. Como reacción al cambio, al siguiente día un grupo de 500 personas retuvieron un autobús de la línea BS en el cruce de la avenida del President Companys con la calle de Germá Juli, cortando la carretera N-II. Posteriormente un grupo de vecinos se dirigió al Ayuntamiento de Badalona para exigir la llegada del autobús hasta el barrio de Pomar. Sin embargo el alcalde les argumentó que la combinación de autobús + metro era factible, razón por la cual continuaron las protestas. En la cochera de autobuses de la calle de Puigcerdà fueron retenidos varios autobuses e incluso un tren de la L4 de metro llegó a ser apedreado. Tras un desalojo policial de los manifestantes se suspendió el servicio de la línea BS de manera provisional. Las acciones de secuestrar autobuses continuaron durante 18 días consecutivos con un balance de 14 autobuses secuestrados hasta el barrio de Pomar, acompañados de pancartas con el lema "BS fins a Pomar".


El terreno donde se aparcaban los autobuses pasó a ser punto de encuentro vecinal, a la vez de vigilancia para que los vehículos no se los llevaran. Cerca de allí, la parroquia de Sant Sebastià de Pomar se convirtió en centro de coordinación vecinal con el apoyo del rectorado. Sin embargo, la noche más tensa fue la del 3 al 4 de mayo, cuando 400 policías rodearon dicho terreno para llevarse todos los autobuses secuestrados. Los vecinos intentaron evitarlo pero las autoridades habían logrado rodear el solar impidiendo el paso de la gente. El entonces alcalde de Badalona Joan Blanch, reconociendo el error cometido, se comprometió a poner solución al problema al señor Jacint Tobeña, entonces presidente de la Asociación de Vecinos de Pomar. Tras negociar con la Corporació Metropolitana de Barcelona (CMB) se aprobó la prolongación de la línea BS hasta el barrio de Pomar y la prolongación de la línea B25 hasta la ronda de Sant Pere con la plaza de Urquinaona, superponiendo completamente el recorrido. Finalmente el 1 de agosto del 1986 la línea BS fue suprimida ya que la B25 compensaba tanto en oferta como en recorrido. Ello coincidió con el traspaso de las líneas de TMB que operaban en las ciudades del llamado Barcelonès Nord a la empresa TUBLSA (posteriormente TUBSAL y actualmente TUSGSAL, integrada en el grupo Direxis).


El último gran secuestro popular sucedió en 1995 en el barrio de Sant Genís dels Agudells de Barcelona, un núcleo histórico situado en la falda de Collserola con insuficiencia de transporte público y carente de cualquier servicio de proximidad en la parte más montañosa. Ante la negativa de TMB de hacer subir los autobuses de la línea 19 alegando la presencia de un muro en unos terrenos junto a la Casa Groga, la negativa del distrito de Horta-Guinardó argumentando que no era viable debido a las características de las calles, e incluso a pesar de que un sector del vecindario no quería autobús porque las calles eran demasiado estrechas, el 1 de diciembre de 1995 numerosos vecinos se manifestaron por la tarde por los laterales de la ronda de Dalt a la altura de la avenida del Jordà para reivindicar que la línea 19 prolongara su recorrido por las calles de Judea, Sinaí y Natzeret. El portavoz vecinal Antonio Pérez afirmó que la manifestación era la única forma que tenían para presionar y así conseguir transporte público. Diez días después hubo una segunda manifestación que cortó la calzada lateral de la ronda de Dalt. Se creó una comisión llamada "Coordinadora Pro-transports de Sant Genís" (desvinculada de la Asociación de Vecinos de Sant Genís) que pretendía mantener las protestas cada lunes. El día 18 siguiente unos 600 vecinos del paseo de la Vall d'Hebron se manifestaron proponiendo que el 19 se prolongara hasta el centro del barrio donde ya llegaban autobuses escolares. En una de las paradas en el paseo Vall d'Hebron, unos 15 manifestantes subieron al vehículo obligando al conductor a realizar la ruta reivindicada. Sin embargo, TMB aducía en un estudio que parte de la calle de Natzeret estaba sin asfaltar y era muy estrecha, pero que la alternativa podía ser un servicio de microbús. Finalmente, el 5 de febrero de 1996 la línea 19 prolongó su recorrido por la avenida del Jordà y el camino de Sant Genís, detrás del Hospital de Vall d'Hebron. Tres meses después, junto a la línea 76, cambió su origen y final al lado montaña. Años después, con la llegada de la línea 212 (actual 112) de Bus del Barri se pudo establecer un servicio de autobuses por aquellas calles demandadas por los vecinos. El 14 de febrero de 1998 se inauguró un servicio provisional explotado por Ravigo que el 17 de agosto siguiente fue sustituido por la línea 212 de TMB, actual 112, que conecta con la plaça d’Eïvissa, en Horta, a través del barrio de La Clota.


Otros pequeños secuestros han existido, probablemente algunos de ellos ni siquiera se han documentado, por lo que han pasado desapercibidos o quedan en el recuerdo del testimonio de quienes participaron. Un ejemplo de ello serían las retenciones de los midibuses de la línea 80 que grupos de vecinos llegaron a hacer en la calle de Aiguablava con Via Favència para reclamar mejores frecuencias de paso. Generalmente ello terminaba con la presencia al lugar de los hechos del señor Jaume Valls, gerente de la ya extinta Transports Lydia.
En cuanto a memoria histórica, más allá de la información publicada en los periódicos de la etapa comprendida entre 1971 y 1996, de los testigos presenciales todavía vivos y de la documentación del Fons Grama (Museu Torre Valldovina) y del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, existen elementos más que interesantes. En Santa Coloma de Gramenet existe un mural artístico del año 2019, obra del artista Ru8con1, pintado en la medianera de un edificio del barrio de Les Oliveres, que homenajea el secuestro del autobús de la línea 203. Se creó con motivo de la celebración del Core festival STKO Creativitat Urbana, impulsado por el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet y la cooperativa La Bonita. Más reciente ha sido la recuperación de la historia del secuestro del autobús de la línea 47, con la película estrenada el año 2024 titulada “El 47” dirigida por Marcel Barrena e interpretada por Eduard Fernández en el papel de Manuel Vital. También se ha bautizado una parada de autobús con el nombre de Manolo Vital, una marquesina vinilada con imágenes, el nombre del citado personaje y un breve resumen histórico, situada en la rotonda donde finaliza la línea 182 de autobús, en el barrio de Torre Baró. Lo más reciente fue la inauguración, en febrero del presente año, de una obra mural del artista italiano Morcky, ubicado en el interior del centro comercial Som Multiespai, en Can Dragó, y que permanecerá al menos durante un año.


Y más allá del 47 y de Barcelona han existido otros secuestros vecinales de autobuses para reivindicar mejoras en el transporte público. Por citar algunos casos, el secuestro de la línea 27 en Rekaldeberri (Bilbao) el 16 de abril de 1978, el secuestro de un autobús de Masustegi (Bilbao) en 1984 y el secuestro de la línea 57 en el Campo de la Paloma (Madrid) el 17 de abril de 1991. Pero estas ya son otras historias.

Fotos: Alejandro García, Archivo de la FRAVM, El Noticiero Universal, El Periódico, Joan Pinyol.

miércoles, 2 de abril de 2025

Secuestros de autobuses en Barcelona (III): Nou Barris


Continuando la serie de artículos relativos a la historia de los secuestros de autobuses en Barcelona, tras resumir los acontecimientos sucedidos en Santa Coloma de Gramenet, ciudad pionera en esta clase de acciones sociales, corresponde ahora centrarse en el distrito de Nou Barris, incluso una década antes de que se administrativamente existiera oficialmente como tal, es decir, cuando formaba parte del distrito de Sant Andreu. La primera historia sucedió en el barrio de Les Roquetes, donde la falta de transporte público obligaba a su población a desplazarse a pie hasta la parada de autobús más cercana. De hecho en 1969 ya se hizo una petición formal para que la línea 13 “Meridiana-Roquetas” se prolongara hasta la calle de la Mina de la Ciudad, pero Transportes de Barcelona alegó que las calles de la Artesanía y Alcántara estaban sin asfaltar y, por tanto, los vehículos no podían subir hasta allá arriba. El 19 de agosto de 1969 se creó la línea 12 barrada “Buen Pastor-Vía Favencia” (posteriormente 112) y el 18 de octubre de 1972 la línea 11 “Barón de Viver-Vía Favencia”. El 14 de mayo de 1973 ambas trasladaron su origen y final a la calle de Almansa, en Verdum, lo cual intensificó las manifestaciones vecinales para prolongarlas hasta las calles de la Mina de la Ciudad y Briquets.


Una vez asfaltadas dichas calles el autobús continuó sin subir hasta la zona solicitada, por lo que los vecinos acordaron en asamblea realizar una primera acción. El 30 de abril de 1974 un grupo de personas en una parada de la calle de la Artesanía bajaron el pasaje de un autobús de la línea 11 reteniendo el vehículo hasta la llegada de la policía. Esto logró que Transportes de Barcelona aceptara una tímida prolongación de los recorridos hasta el número 84 de la calle de Las Torres, un resultado insuficiente que motivó una segunda acción de protesta. El 26 de mayo siguiente más de 2.000 personas detuvieron un autobús de la línea 11 en la calle de Alcántara, lo llenaron de gente, mayormente mujeres y niños, obligando al conductor a conducir hasta las calles de la Cantera y Briquets. Ello no dio resultado alguno, por lo que el 23 de junio siguiente 500 personas arrancaron el palo de una parada de autobús y obligaron a un vehículo de la línea 11 a circular hasta la calle de la Cantera. Transportes de Barcelona decidió entonces hacer una prueba técnica para comprobar la viabilidad de la prolongación de las líneas 11 y 112 el 6 de julio siguiente con la redacción de un informe desfavorable. Posteriormente, tras haber celebrado una asamblea, los vecinos hicieron una manifestación pacífica al grito de “¡queremos autobuses!”. En la calle de Las Torres se intentó hacer un cuarto secuestro, pero la policía se adelantó a los acontecimientos y lo impidió. Sin embargo el vecindario ya había triunfado, pues el 18 de julio de ese año  las líneas 11 y 112 prolongaron su recorrido hasta la calle de la Mina de la Ciudad con Pla de Fornells. Al cabo de unos meses, el 25 de septiembre, llegó al barrio la línea 31 barrada “Pza.Gala Placídia-Mina de la Ciudad” (posteriormente 32).


Tres años después el barrio de La Prosperitat secuestró un autobús, en este caso de la línea 12 “Buen Pastor-Roquetas”. Sucedió en 1977, pero a diferencia de lo que hasta ahora hemos visto el principal motivo no fue precisamente reivindicar mejoras en el transporte público sino que se realizó para reclamar viviendas dignas para los chabolistas ubicados en el terreno de la actual plaza de Àngel Pestaña. En 1964 un promotor llamado Llobet llevó a cabo una estafa consistente en vender varias veces unas viviendas inacabadas de forma que los compradores se quedaron sin casa y el estafador acabó cobrando todo el dinero. Aunque fue descubierto y detenido las personas afectadas se quedaron sin techo y como consecuencia algunos de ellos ocuparon los bloques vacíos mientras que otras montaron barracas en un solar de la calle de Santa Engracia. El autobús secuestrado se llenó de vecinos y fue obligado a dirigirse hasta la plaza de San Jaime. El resultado fue la detención de 54 personas, entre ellas la dirigente vecinal Maruja Ruiz, que pasaron un día en la comisaría de la Vía Layetana.


En 1978 se produjo el tercer secuestro, una historia que se ha hecho conocida gracias a su reciente adaptación cinematográfica a manos del director Marcel Barrena. A finales de los años sesenta los vecinos del barrio montañoso de Torre Baró solicitaban disponer de líneas de autobús que permitieran salir del barrio y enlazar con otros servicios de transporte. La respuesta tanto de Transportes de Barcelona como del Ayuntamiento de Barcelona era que el mal estado de aquellas calles estrechas, curvadas y empinadas no permitía el paso de autobuses. Ante la prolongada situación tomó protagonismo la figura de Manuel Vital Velo, nacido en Valencia de Alcántara (Cáceres) el 2 de octubre de 1923, emigrado a Barcelona en 1947 y desde 1949 conductor de autobuses y trolebuses. Su talante luchador lo llevó a formar parte de la clandestina CC.OO. Durante 5 años presidió la Asociación de Cabezas de Familia de Torre Baró únicamente para fastidiar a sus miembros franquistas. Fue uno de los fundadores y primer presidente de la Sección Vallbona-Torre Baró-Trinidad de la Asociación de Vecinos de 9 Barrios. Ocho años después ocupó el cargo de presidente de la Asociación de Vecinos de Torre Baró.
Tras hablar de sus intenciones con miembros del PSUC el 7 de mayo de 1978 fue a trabajar a la cochera de Levante como de costumbre en su turno correspondiente a la línea 47 “P.Cataluña-Guineueta”. Tras dos viajes, al final del paseo de Valldaura se dirigió hacia una cabina teléfono, llamó a su mujer y le dijo “allá voy”. Colgó y secuestró el autobús conduciéndolo por la carretera Alta de les Roquetes en dirección hacia Torre Baró. Iba detrás el cobrador en su habitáculo el cual no se opuso a tal acción.


El vehículo, todo y ser articulado, circuló por las estrechas y empinadas calles del barrio acompañado de un reguero de personas. Llegados a la avenida Meridiana prosiguió y en la calle de Valencia lo detuvo la policía. Tanto él como otras personas solidarizadas por la causa fueron trasladados a la comisaría de la calle de Malats, en el barrio de Sant Andreu. Tras ser juzgado, acusado de secuestro, la empresa le advirtió que si volvía a hacerlo le despedirían, pero finalmente quedó absuelto y pudo reintegrarse por amnistía laboral.
Como resultado de tal acción la línea 47 prolongó su recorrido hasta el barrio de Canyelles, el 11 de febrero de 1979 lo hizo la línea 31 y el 17 de mayo siguiente la línea nocturna NG. El 23 de mayo de 1980 se creó la línea 77 “Pl.Virrei Amat-Torre Baró (Castell)” y el 10 de febrero de 1981 la línea de microbús 93 “Ciutat Meridiana-Torre Baró”, popularmente conocida como “Naranjito” por el color de sus vehículos. Cuando Manuel Vital Velo se jubiló en 1983 recibió una condecoración por parte de Transports Municipals de Barcelona como reconocimiento por sus años trabajados en la empresa. En 1994 dejó la presidencia de la Asociación de Vecinos de Torre Baró y el 16 de enero de 1998 fue condecorado con la Medalla de Honor del Ayuntamiento de Barcelona. El 13 de septiembre de 2010 falleció a los 86 años de edad.


Casi una década después el mismo barrio de Torre Baró protagonizó una acción reivindicativa. El 21 de marzo de 1987 algunos vecinos decidieron retener a los autobuses de la línea 77 en las paradas de origen y final de la plaza del Virrei Amat y del castillo de Torre Baró como protesta porque los intervalos de paso eran demasiado largos (de 20 a 40 minutos) y el recorrido no llegaba al centro de la ciudad, por lo que el núcleo quedaba aislado del resto de Barcelona. Ante tal situación Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) transfirió el 1 de mayo de 1988 la explotación de las líneas 77 y 93 a la empresa metropolitana Transports Lydia. El problema de fondo de esta operación era que los elevados costes de explotación imposibilitaban atender a la ampliación de los servicios de dichas líneas mientras que Transports Lydia estaba dispuesta a asumirlos. Las luchas por el transporte público en Torre Baró han perdurado hasta la actualidad, logrando al fin una óptima cobertura territorial por los barrios de la llamada Zona Nord (Torre Baró, Ciutat Meridiana y Vallbona) mediante servicios de proximidad (Bus del Barri) y servicios a la demanda (El Meu Bus).


En la segunda mitad de los años noventa hubo un intento de secuestro que no se llegó a consumar. Tras la prolongación de la línea 50 hasta el barrio de la Trinitat Nova el 2 de mayo de 1995, a principios de marzo de 1996 un grupo de vecinos subió a un autobús de la citada línea y llegados al final de trayecto intentaron convencer al conductor para que llevara el vehículo hasta el final de la calle de Palamós. Ante su negativa retuvieron el autobús durante una hora hasta la llegada de la Guardia Urbana y la policía. Como resultado de tal acción la gerente del Consell del Districte de Nou Barris Pilar Figueres convocó a los técnicos de la Direcció General de Ports i Transports de la Generalitat de Catalunya a una reunión que ya tenía concertada con la Asociación de Vecinos de la Trinitat Nova, celebrada cuatro días después del incidente. Su representante, Diosdado Rebollo, entregó a los responsables de la Generalitat y a la gerente del Consell una carta conjunta de la asociación de vecinos junto a varios pliegos de firmas. Finalmente se llegó a un acuerdo satisfactorio previo arreglo de las aceras para mejorar el paso de los autobuses, por lo que el 4 de abril siguiente la línea 50 fue prolongada hasta el final de la calle de Palamós.


En el próximo artículo y último de la serie se recordarán los secuestros de autobuses sucedidos en el barrio de Pomar en Badalona (1985) y en Sant Genís dels Agudells en Barcelona (1995).

Fotos: Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, Familia Manuel Vital Velo, José Mora Martín, Kim Manresa, Manolo S. Urbano.