martes, 1 de junio de 2021

Y llegué a los 50 años


Nací en la madrugada de un 31 de mayo del año 1971 en el Hospital de la Maternidad, en el barrio de Les Corts, justo al lado del Camp Nou, ahora hace 50 años. Mi madre era catalana, del barrio de Can Tunis, hija de padre catalán con antepasados mallorquines y madre valenciana (de Ribesalbes, Castelló). Mi padre era andaluz, natural de Almería, hijo de padres andaluces parientes lejanos de Nicolás Salmerón, presidente de la Primera República española. El día de mi nacimiento fue un lunes, un día de la semana en el que por aquél entonces no salían en los quioscos la mayoría de diarios debido a un decreto del año 1924 que obligaba al descanso dominical de las editoriales de prensa. Había muy pocas excepciones, como ahora la Hoja del Lunes y El Noticiero Universal.
Llegué a este mundo justo al inicio de una década prodigiosa en la cual se produjeron grandes transformaciones políticas, sociales, económicas y culturales, entre otras cosas. Como sucesos destacados se vivía la crisis del petróleo y la guerra de Vietnam. Las grandes potencias mundiales estaban gobernadas por Richard Nixon (en los EE.UU.) y Leonid Brézhnev (en la U.R.S.S.), dos bloques enfrentados tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, lo que se conoció como Guerra Fría. 1971 fue declarado como el Año Internacional de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial. Se fundaron organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras y Greenpeace y se celebró por primera vez el Día Internacional del Pueblo Gitano. El compositor y violoncelista Pau Casals hizo su famoso discurso en la ONU.
Culturalmente fue considerado uno de los años más importantes de la historia de la música por su capacidad de influir en la transformación de la sociedad. Incluso un joven David Bowie afirmó entonces que en 1971 se estaba empezando a escribir el siglo XXI. Destacaron temas musicales como «Imagine» de John Lennon, «What’s Going On» de Marving Gaye, «Sticky Fingers» (Rolling Stones), «Blue» (Joni Mitchell), «Who’s Next» (The Who), «There’s a Riot Goin’ On» (Sly and the Family Stone), «Aqualung» (Jethro Tull), «IV» (Led Zeppelin), «Hunky Dory» (David Bowie) y «L.A. Woman», de The Doors, entre otros. A ello se fundaron grupos como Electric Light Orchestra, Eagles y Kraftwerk.
El cine dejó películas míticas con títulos como Bananas (de Woody Allen), French Connection (de William Friedkin), El Decamerón (de Pier Paolo Pasolini), Harry el sucio (de Don Siegel), La naranja mecánica (de Stanley Kubrick), La noche de Walpurgis (de León Klimovsky), Le llamaban Trinidad (de Enzo Barboni), Muerte en Venecia (de Luchino Visconti), Perros de paja (de Sam Peckinpah) y Solaris (de Andréi Tarkovski). A ello, un joven George Lucas creó su propia compañía llamada Lucasfilm.
El mundo de las letras reconoció la labor del poeta chileno Pablo Neruda con un merecido Premio Nóbel de Literatura, el 67º otorgado en esta categoría. Y en fútbol, la selección de Holanda ganó su primer Mundial y Johan Cruyff el Balón de Oro.
Personajes famosos de todos los ámbitos nos dijeron adiós, algunos veteranos y otros prematuramente como Jim Morrison, Louis Armstrong, Coco Chanel, Harold Lloyd, Max Steiner e Ígor Stravinski.
España estaba sometida al régimen franquista, si bien ya eran los últimos años y se avecinaban cambios. Económicamente fue muy positivo, especialmente en los sectores de la industria, la construcción y los servicios, gracias al llamado desarrollismo que trajo consigo transformaciones sociales aunque no políticas. Sin embargo, tuvo como consecuencia la despoblación de las zonas rurales en favor de los territorios de la costa y la capital, dando lugar a la "España vaciada". En ese año se creó el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario y se pusieron a circulación los billetes de 500 pesetas representados por la imagen de Jacinto Verdaguer. A nivel comercial Seat sacó al mercado automovilístico su nuevo modelo 124 Sport y se pusieron a la venta los mini short para la mujer. Y en el ámbito social se estrenó el primer Teléfono de la Esperanza. El ferrocarril vivía los últimos coletazos de la tracción a vapor y los coches de madera de 3ª clase en contraste con la modernidad de los nuevos trenes eléctricos de la serie 432, más conocidos como "electrotrenes", unidades estrenadas aquél año.
Barcelona, gobernada por el alcalde José María de Porcioles, se convirtió en la primera economía de España gracias especialmente al papel desarrollado por el sector de la construcción, así como su notable proyección como ciudad de ferias y congresos. Fue el año en que se creó la Universidad Politécnica de Barcelona, se suprimió la red de tranvías de Barcelona, se abrió al público el parque del Laberinto de Horta, se celebraron los primeros Jocs Florals después de la Guerra Civil, cerró el mercado del Born y abrió Mercabarna en la Zona Franca y se inauguraron el Palau Blaugrana y el Palau de Gel del Futbol Club Barcelona. También fue el año en que Narcís Jubany fue elegido como nuevo obispo de Barcelona en sustitución de Gregorio Modrego, se fundó la compañía teatral "Els Comediants", el Barça ganó otra Copa del Generalísimo, se fundó la Assemblea de Catalunya en la iglesia de Sant Agustí y sucedió la primera final femenina de fútbol de Cataluña jugada en el Camp Nou entre el RDC Español y la Peña Femenina Barcelonista, un precedente del actual Barça femenino. La Barcelona de 1971 también se caracterizó por el aumento e intensificación de las luchas vecinales y reivindicaciones sociales en buena parte de la ciudad exigiendo resolver los déficits en equipamientos y vivienda. Un suceso destacado fue la muerte por los disparos de la policía de Antonio Ruiz Villalba, empleado de la factoría Seat de la Zona Franca, tras una protesta sindical. Fue el despegue de la contracultura, de la liberación sexual, de Barcelona como capital de la literatura en lengua catalana y castellana, de la prensa de barrio clandestina, del mestizaje cultural y de la mirada cada vez más crítica hacia la VI Flota norteamericana. Y seguía siendo la ciudad de los cines de barrio, la de la llamada "Barcelona canalla" del Barrio Chino, la de la Gauche Divine barcelonesa, la que congregaba artistas e intelectuales de todos los lugares, la de los suburbios, la de las calles repletas de coches hasta la bandera, la de las barracas... una ciudad de contrastes muy auténtica y con una sólida personalidad muy especial.
¿Qué nos queda al cabo de cincuenta años del espíritu de 1971? Mientras doy las gracias a quienes me han felicitado, os invito a la reflexión.

2 comentarios:

Tot Barcelona dijo...

Felicidades ¡

Ricard dijo...

Muchas gracias, amigo. Un abrazo.