viernes, 20 de diciembre de 2019

La Cabalgata de Reyes de Barcelona


Se acerca la Navidad y, por ello, merece la pena hacer un breve repaso histórico del acontecimiento navideño más espectacular: las Cabalgata de Reyes Magos. Los precedentes los encontraríamos en las fiestas del Solsticio de Invierno en el mundo rural, que representaban el fin de un ciclo y el renacimiento de la tierra. Bajo el Imperio Romano se celebraban fiestas paganas entre finales de año y principios del siguiente, un claro precedente de la Navidad y Reyes. Había la Saturnalia o Fiesta de Inversión. También estaba el Natalis Invicta en honor al emperador, el cual estaba representado por el Sol; y la Brumalia o día más corto del año. Llegado el año nuevo los patrones solían repartir sus beneficios a los clientes y así se aseguraban su lealtad. Otra tradición de principios de año era la ofrenda de dulces y tartas a la diosa Luna para desear fertilidad y producción en las tierras.
Llegado el cristianismo las fiestas paganas romanas se transformaron en religiosas, es decir, no se destruyeron sino que se adaptaron. Básicamente conmemoran el nacimiento de Cristo. En el siglo IV la Natividad del 25 de diciembre sustituyó el Natalis Invicta. Alrededor de los Reyes Magos sólo se hacía referencia al Evangelio de San Mateo. Hablaba de magos, y en ningún momento decía ni sus nombres ni el número de personas.


En el siglo VI los Magos pasaron a denominarse Reyes o Reyes Magos. Y a partir del siglo VII, en base a los tres regalos ofrecidos al niño Jesús (oro, incienso y mirra) se decidió que serían tres personas y cada uno recibiría un nombre: Melchor, Gaspar y Baltasar.
A partir del siglo IX, el 6 de enero se empezaría a celebrar la Epifanía. Esta palabra de origen griego (επιφάνεια) significa "manifestación" y en este caso los Reyes Magos de Oriente simbolizarían la revelación de Jesucristo a los paganos.
A partir del siglo XV la Iglesia, con el fin de abrirse al mundo, determinó que cada Mago pasaría a representar un lugar del mundo. Así, Melchor, el rey blanco, representaría Occidente; Gaspar, el rey rubio, representaría el Próximo Oriente; y Baltasar, que lo convertirían en rey negro, representaría África. Incluso, en el siglo XVI se le representó ocasionalmente como indígena americano.
Durante la época medieval y hasta el siglo XVI el Día de Reyes Magos era popular. En Barcelona las primeras noches de Reyes los niños y niñas salían con antorchas a la calle y se dirigían hacia los portales de la muralla de la ciudad a recibir la llegada de Sus Majestades, pues decía la tradición que bajaban desde Vallvidrera hacia Barcelona. 


Cuando los niños tenían la sensación de que ya llegaban entonces se iban corriendo para evitar que fueran vistos. Entonces de vuelta a sus casas encendían unos farolillos que servían para guiar a los Reyes desde la muralla hasta sus hogares. Al día siguiente, el día 6, los niños y niñas que no habían recibido juguetes ni ningún regalo de Reyes se reunían en grupos y hacían peleas a pedradas. En Barcelona eran habituales las pandillas del Raval contra los de la Ribera, y los del Raval contra los de la villa de Gracia. A partir de la segunda mitad del siglo XVI la Iglesia, con el objetivo de eliminar cualquier fiesta pagana se las fue apropiando, e modo que la sociedad pasó paulatinamente de ser participante a ser espectadora. Y desde 1714 la Iglesia hizo control absoluto, pasando a organizar y escenificar sus propias cabalgatas, de contenido totalmente religioso.
A mediados del siglo XIX comenzaron a celebrarse las primeras cabalgatas de Reyes populares y al margen de la Iglesia, un modelo que se mantuvo vigente y casi inalterado hasta 1936. La primera que se encuentra documentada consta de 1855. Sin embargo se suele considerar como la más antigua de España la de Alcoy (Comunidad Valenciana), celebrada en 1866.


La diferencia es que ésta fue la primera celebrada de forma continuada e ininterrumpida, mientras que en Barcelona no sucedió así. En este día los niños y niñas salían a la calle a hacer alboroto. Desde el desfile se repartían caramelos y golosinas para los más pequeños. Una particularidad era la difusión de la caridad y los valores cristianos, donde los Reyes Magos visitaban centros de beneficencia, orfanatos y casas de caridad. Generalmente estas cabalgatas eran organizadas por entidades y asociaciones culturales y benéficas y solían estar en manos de las clases acomodadas, las cuales se fueron apropiando de la tradición. Desfilaban por la ciudad amurallada. Los antiguos pueblos agregados a Barcelona, después ya barrios, también pasaron a organizar ocasionalmente cabalgatas de Reyes debido al crecimiento de la población, siendo organizadas por centros católicos y partidos políticos.
En 1877 hubo el primer Buzón Real en Barcelona, situado en una tienda de juguetes del pasaje del Reloj. Después lo hicieron los almacenes El Siglo y, desde entonces, los comercios se encargaron de impulsar las cartas a los Reyes. Todo ello fue posible gracias al aumento de la alfabetización, a la aparición del juguete industrial y el desarrollo de comercios de juguetes.


Las cabalgatas no se organizaban todos los años sino que la periodicidad era irregular, es decir, que algunos años no se celebraban. Después de las de 1855 y 1856 no se tiene constancia hasta 1879, y entre este año y hasta 1895 no se celebraron. En 1898 se celebró una a cargo de la Sociedad Benéfica de los Santos Reyes, la última del siglo XIX. Ya entrados en el siglo XX no fue hasta 1913 que las cabalgatas pasarían a organizarse anualmente tanto en el casco antiguo de Barcelona como muchos de los barrios (ex-villas) de la ciudad.
La Guerra Civil supuso un paréntesis y el punto y final del modelo de cabalgata vigente desde 1855. Las rúas desaparecieron así como cualquier principio y elemento religioso, siendo sustituidas por la Semana de la Infancia, un precedente del Festival de la Infancia y la Juventud. Se empleó como herramienta revolucionaria de acceso a la educación y en la cultura. Los niños y niñas refugiados eran acogidos y se les entretenía con representaciones teatrales que vinieron a reemplazar las representaciones religiosas.


Bajo el régimen franquista se concibió el modelo de cabalgata que casi nos ha llegado hasta nuestros días. En 1942 se pudieron recuperar gracias a que el Ayuntamiento de Barcelona la institucionalizó el fin de asegurar su continuidad. Paralelamente las cabalgatas de barrio reaparecieron organizadas por asociaciones vecinales, comerciales y culturales. En cuanto al Rey Baltasar, a partir de 1943 pasaría a estar siempre interpretado por un hombre de raza negra en vez de un hombre blanco pintado. El primero que tuvo Barcelona fue un tal Watson, actor de teatro. Además se retomó con fuerza la figura del Cartero Real. El recorrido se iniciaba en la Feria de Montjuïc y terminaba en el parque de la Ciutadella.
La escenografía, en este caso el diseño de las carrozas, fue a cargo de los Estudios Bartolí, del señor Josep Bartolí, especializados en decoración teatral. Ellos fueron los encargados de ofrecer la gran espectacularidad que ostentaba la cabalgata y que ayudaba a distraer al público en general y a los más pequeños en particular de las posibles connotaciones políticas del momento. Las principales carrozas eran la del Rey Melchor, la del Rey Gaspar, la del Rey Baltasar, la Estrella y la del Paje Gregorio.


Posteriormente se incorporaron las carrozas del Cartero Real, la Caramelera y la Carbonera. Aquellas cabalgatas se caracterizaron por ser muy historicistas en tanto que escenificaban y evocaban cuentos y relatos. Las carrozas eran de estilo solemne, con grandes escenografías, destacando por encima de las otras las de los tres Reyes Magos, todo ello con el objetivo de estimular la fantasía. Inicialmente se construyeron junto al Estadio Municipal de Montjuïc o bien frente al mercado del Born, y después en algún palacio de la Feria de Montjuïc.
En 1959 llegó a Barcelona procedente de Rebola (Guinea Ecuatorial) Severino Baita Losoha, hombre de la etnia Fang. Hijo de agricultores, emigró para estudiar la carrera de medicina y construir un hospital en su país, pero a raíz de la independencia de 1969 tuvo que renunciar y ponerse a trabajar. Inicialmente comenzó en la cabalgata como Paje Real, pero el hombre que encarnaba al rey Baltasar, un tal Samuel, tuvo que irse a Madrid y a Severino le ofrecieron el relevo. Desde entonces y hasta el año 2018 pasó a interpretarlo ininterrumpidamente.


En 1962 el centro comercial El Corte Inglés instaló un Cartero Real. Lo hacía entre el 27 de diciembre y el 4 de enero. A principios de los años 60 se produjo un pequeño cambio de recorrido, pues la recepción del alcalde en el Ayuntamiento de Barcelona fue sustituida por la recepción en el puerto de Barcelona. Fue entonces cuando el itinerario cambió de recorrido, pasando a hacerse a la inversa, es decir, desde el parque de la Ciutadella hasta Montjuïc.
Terminada la dictadura franquista, cada año el Rey Melchor o bien el Rey Gaspar pasaría a estar encarnado por un personaje famoso del mundo de la política, del periodismo o de la cultura, entre otros, pero siempre alguien famoso, hombre o incluso mujer.
En 1990 fue el último año en que los Estudios Bartolí diseñaron las carrozas de la Cabalgata. A partir de 1991 y hasta 2001 lo hizo la empresa Focus, la cual se encargó de la conceptualización, dirección, producción, construcción y realización. En esta etapa convirtieron la Cabalgata en un espectáculo en torno a una temática especial.


En 1997 Jordi Fàbregas compuso una banda sonora de la Cabalgata y el recorrido de la Cabalgata cambió, abandonando definitivamente el trazado por la plaza de Sant Jaume y la Rambla para pasar a hacerlo por la Via Laietana. Aquel año la responsabilidad de la Cabalgata pasó a manos del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB). Además, se abandonó aquella decoración tan ostentosa y lujosa de las carrozas para hacerlas más sobrias, a cambio de que los tres Reyes Magos fueran más visibles y el desfile ofreciera una imagen más feminista y multicultural. En 1998 Rafael Vallbona compuso una banda sonora para cada Rey Mago. A partir de 1999 los Reyes Magos dejaron de ir con Golondrina para viajar con el pailebote Santa Eulàlia.
A partir del año 2000 las bases de las carrozas se pasaron a montar sobre los chasis de autobuses de TMB retirados del servicio y reformados para la ocasión. Desde el año 2002, el diario La Vanguardia convoca un concurso de cartas a los Reyes magos, con tres premios según la categoría y la edad. Entrados en el nuevo siglo XXI hubo un cambio de modelo con el contrato de diferentes compañías, lo que aportaría más creatividad.


Un hecho destacado fue la multiculturalidad de los participantes. Así, con el Rey Melchor irían participantes árabes; con el Rey Gaspar participantes procedentes de la India, China, Pakistán y Filipinas; y con el Rey Baltasar gente del África subsahariana. Además, pasaron a tener más coreografías (actores y actrices, músicos, gente de circo...). Como resultado año tras año ha habido un notable aumento del público asistente, llegando a cifras superiores a las 400.000 personas. En la actualidad en la Cabalgata participan unas 1.000 personas, tiene una longitud de casi 1 kilómetro y se lanzan hasta 15 toneladas de caramelos. Desde el 2014 y por razones de seguridad dicho lanzamiento se realiza con unas máquinas automáticas desde arriba de unos autobuses turísticos. En 2018 Severino Baita participó en su última cabalgata, y desde el año 2019 hay un nuevo actor, también de color, que ha asumido el papel de Rey Baltasar. Con mi cordial y humilde deseo de poder participar todos los años en lo que para mí es la mejor celebración del año, la noche más mágica y el día en que te sientes reconciliado con el mundo, espero que el Ayuntamiento de Barcelona declare la Cabalgata de Reyes Magos de Barcelona como patrimonio cultural inmaterial para garantizar así su futuro.


Fotos: Albert Casanovas, Arxiu Fotogràfic de Barcelona, Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, Arxiu ICUB, Diario de Barcelona, Frederic Juandó, Maria Elba Rodríguez, Pérez de Rozas, Ricard Fernández i Valentí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a saber como sera la cabalgata, porque el belén de este añoooooo.

Anónimo dijo...

Se sabe por que Severino ha dejado de ser Baltasar? Le ha pasado algo? :/

Ricard dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Afortunadamente la cabalgata fue espectacular y todavía conserva buena parte de su esencia. Severino Baita está retirado. En 2018 hizo su última cabalgata porque ya tenía 80 años de edad. Ha estado 59 años consecutivos e ininterrumpidos haciendo de Rey Baltasar. Me consta que sigue vivo y que está bien. Un saludo.

Maria dijo...