Tras 32 años de gobierno socialista, el 21 de julio de 2011 Xavier Trias i Vidal de Llobatera, del partido Convergència i Unió (CIU), tomó posesión de la alcaldía de Barcelona después de ganar por la mínima las elecciones municipales. La principal causa del cambio se debió al agotamiento del programa socialista y a una falta de renovación del "maragallismo" que tantos buenos resultados dio en su momento. Sin embargo, era necesario asumir nuevos retos y la fórmula creada por Pasqual Maragall no se supo actualizar por parte de sus sucesores Clos y Hereu y adaptarla a las nuevas necesidades emergentes y a los retos planteados por la sociedad barcelonesa.
El nuevo alcalde, de centro-derecha nacionalista e independentista, solamente gobernó durante una legislatura, por lo que no pudo completar ni iniciar muchos de los proyectos previstos. Centró su mandato en la reactivación económica, la creación de empleo, mejorar la atención hacia los colectivos más desfavorecidos y en dotar a la ciudad de servicios de calidad. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, todo ello pasó, en líneas generales, desapercibido, para muchos sin pena ni gloria, debiéndose ello a tres causas: a la falta de una mayoría representativa más fuerte para ejecutar más proyectos de ciudad; al peso de la crisis económica y financiera mundial que implicó varios recortes presupuestarios; y a la fuerte presión opositora por parte de quienes no aceptaban la presencia de un gobierno conservador en Barcelona ante el temor de que favoreciera a las clases acomodadas en detrimento de las populares así como el sector privado y empresarial con respecto al público y popular.
En lo referente a la reactivación económica estimuló la instalación de nuevas empresas en Barcelona, redefinió el Distrito 22@BCN del Poblenou, en el año 2014 creó la Oficina de Atención a la Empresa y logró prorrogar la celebración del Mobile World Congress hasta el año 2023. Potenció la ciudad para la celebración de ferias, congresos y eventos internacionales, y extendió el turismo a todos los distritos de Barcelona. Fueron años de construcción de numerosos hoteles y hostales. Este último punto fue motivo de polémica y división social. El excesivo aumento de visitantes generó una presión hasta el punto de que determinados barrios acusaron abusos como la subida de los alquileres, la presencia de zonas urbanas masificadas por visitantes y la proliferación incontrolada de pisos turísticos, agravando el fenómeno de la gentrificación. También hubo recortes en lo relativo a inversiones económicas, como fue el caso del sector Sant Andreu-La Sagrera, cuyo proyecto se tuvo que redefinir reduciendo el presupuesto y aprobando otro plan menos ambicioso que eliminaba superficie e hipotecaba la construcción del rascacielos diseñado por Frank Gehry en el Triangle Ferroviari (ya frenado por Hereu). Suspendió, además, la construcción del zoológico marino en la zona del Fòrum y la Torre Espiral diseñada por la arquitecta Zaha Hadid.
En lo relativo a la creación de empleo, logró disminuir ligeramente la tasa de paro, fomentó el empleo juvenil y los cursos de formación para personas con riesgo de exclusión social, y creó una red de inserción laboral para personas con discapacidad. Ahora bien, durante este periodo aumentó el fenómeno de las personas pobres empleadas debido a la precariedad de los contratos laborables en tanto que en muchos casos los salarios no ayudaban a llegar a final de mes.
En cuanto a la atención a las personas, se incrementaron levemente los presupuestos sociales si bien como consecuencia de la crisis resultaron insuficientes, ocasionando la protesta de muchas entidades sociales. La aplicación real de los dos últimos puntos (creación de empleo y atención a las personas) demostró que no tuvo los resultados esperados, pues entre los años 2011 y 2017 Barcelona experimentó una gran desigualdad social entre barrios que enriqueció a los más ricos y empobreció a los más pobres, desestabilizando y dañando a la clase media. Sarrià-Sant Gervasi fue el distrito más favorecido, mientras que Nou Barris pasó a ser el más perjudicado.
Todo y haberse construido de más de 1.000 viviendas de alquiler asequible, durante esta etapa se incrementaron notablemente los desahucios de muchas familias que de pronto se vieron incapaces de hacer frente al pago de la compra o alquiler de su hogar. El caso más paradigmático fue el barrio de Ciutat Meridiana, muy castigado por el aumento abusivo de los alquileres hasta el punto de ser tristemente conocido como “Villadesahucio” incluso a nivel nacional. De este modo tanto la pobreza como el número de suicidios aumentó. La aplicación del Decreto Boyer tuvo nefastas consecuencias no solo en lo referente a posibles abusos por parte de los arrendadores sino también por la subida impune de los alquileres de muchos comercios tradicionales, algunos de ellos históricos, que se vieron obligados a cerrar, destruyendo el comercio de barrio.
A nivel urbanístico procedió a la remodelación de varias calles con el objetivo de reducir el tráfico de automóviles. La avenida del Paral·lel, la calle de Balmes, el segundo tramo del paseo de Sant Joan y el tramo comprendido entre la plaza de Francesc macià y la plaza de los Cinc d’Oros de la avenida Diagonal fueron renovados como bulevares, descartando en esta última con la complicidad de los comerciantes de la zona la implantación del tranvía que debe unir las redes del Trambaix y el Trambesòs, a cambio de apostar por el autobús eléctrico. Paralelamente se inició la ambiciosa remodelación de la plaza de las Glòries Catalanes y la cobertura de las vías ferroviarias entre la estación de Sants y el término municipal de L’Hospitalet de Llobregat. Otras obras públicas fueron el monumento a los Castellers (2012), el parque infantil d’en Patufet (2013), los jardines de Salvador Escamilla (2014), la nueva plaza de Vicenç Albert Ballester (2014), los jardines de Ramon Aramon i Serra (2015) y la remodelación de la plaza del Alcalde Baró de Viver (2015).
En materia de transporte público, se inició la implantación de la nueva red ortogonal de autobuses que vendría a sustituir buena parte de la entonces vigente. Algunos equipamientos se hicieron realidad durante su mandato, muchos de ellos de titularidad privada, razón por la cual no quedó exento de críticas. Destacaron, entre otros, el CAP Comte Borrell, el nuevo edificio de la Fundació Puigvert, el museo y la remodelación de la Casa Bloc (durante el 2012), la nueva sede de Everis BPO, la nueva Casa de Agricultura de Cataluña, el nuevo edificio del CEIP Mediterrània, la nueva Casa Mèxic, la nueva central de energía térmica en la Zona Franca (durante el 2013), el nuevo Institut Comtal d’Oftalmologia ICO, los nuevos locales d’El Submarí en la calle del Foc nº100, el centro residencial SARquavitae Bonanova para gente mayor, el centro de atención a las mujeres de Nou Barris, el centro de salud Isabel Roig (durante el 2014), el Centre Integral Montjuïc Aspace, el Casal de Gent Gran Parc del Clot, y el Residencial Sant Gervasi Parc para gente mayor (durante el 2015).
Finalmente, tras el destacado ascenso de una plataforma política de izquierdas alternativa (Guanyem Barcelona) liderada por la activista Ada Colau Ballano, la cual aprovechando oportunamente el contexto de inestabilidad social marcado por la crisis económica y financiera, ofreciendo un discurso contra las injusticias y las desigualdades y defendiendo un modelo más social que caló en muchos barceloneses desencantados, en las elecciones municipales celebradas el 24 de mayo de 2015 ganó por la mínima su nuevo partido Barcelona en Comú. A pesar de algunos intentos de que Trias repitiese como alcalde, el 13 de junio siguiente Colau fue elegida como nueva alcaldesa de la ciudad, convirtiéndose así en la primera mujer alcalde de la historia de Barcelona.
Fotos: Antonio Moreno (El Mundo), Auto Retro Barcelona, e-notícies, El Confidencial, La Vanguardia.
3 comentarios:
Posiblemente a Trias, persona que me cae muy bien, más allá de opiniones partidistas, le pilló un poco mayor el tema, cosa a la que también se hubiese tenido que enfrontar Maragall, de ser alcalde, y decidió no presentar batalla, al ver el resultado de las elecciones. Tuvo que sufrir ataques absurdos, como la campaña contra la remodelación del Paral·lel, de la cual ya nadie dice nada, o aquello de Can Vies. Además de las acusaciones orquestadas sobre fortunas en el extranjero y todo eso. Tuvimos un muy buen regidor en el barrio durante la etapa Trias pero por desgracia cuesta reconocer méritos personals a quién no es 'de los nuestros'.
Son muy interesantes tus reflexiones sobre la historia del ayuntamiento en las últimas cuatro décadas, creo que habría material para un buen libro.
Hola Júlia. Gracias por tus comentarios. Yo también conocí a Xavier Trias en persona. La verdad es que me cayó bien. Se mostró a la vez receptivo pero a la defensiva. Fue en el Ateneu Popular de 9 Barris y luego en la inauguración de la apertura como mirador del castillo de Torre Baró. Aunque creo que pasó sin pena ni gloria, tampoco me pareció tan nefasto. Económicamente hubiese hecho más que Ada Colau de haber seguido en el Ayuntamiento. Creo que desde sectores de la extrema izquierda y antisistema se cultivó un movimiento contra él que acabó con la victoria de Colau y el desprestigio de Trias. Lo poco que pudo hacer lo hizo bien y le faltó más tiempo para poder juzgarlo más adecuadamente.
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