Actualmente, Barcelona cuenta con alrededor de 170 restaurantes chinos, hecho que demuestra la excelente acogida que ha tenido la gastronomía oriental en los últimos años. Una oferta variada, exótica y exquisita a precios asequibles ha sido la clave del éxito de una cocina capaz de seducir a la sociedad occidental y que por ello ha tenido muchas facilidades de expansión.
El origen de este fenómeno tan popular se remonta 54 años atrás gracias a la iniciativa de Peter Yang Pai-Te. Nacido en 1921 en Shangtung (al noreste de China), a los 25 años de edad viajó hacia el sur de su país hasta Shio Yan. Eso sucedió en 1947, año en que finalizó sus estudios para acceder al sacerdocio. Luego se trasladó a Hong Kong junto con otros 60 compañeros sacerdotes dejando atrás una guerra civil que llevaría a la fundación de la República Popular China en 1949. Huyendo de la inestabilidad aprovechó la oferta del gobierno español que ofreció un total de 30 becas a sacerdotes, seminaristas y estudiantes chinos. Ello le llevó finalmente a España, estableciéndose en Madrid el 7 de octubre de 1949. De la capital del estado marchó a Valladolid a estudiar medicina. En 1952, con motivo de la celebración del XXXV Congreso Eucarístico Internacional se trasladó a Barcelona para participar en este evento, hecho que le deslumbró y le motivó a continuar su carrera de medicina en la Universidad de Barcelona, donde se licenció en 1957 aunque nunca la ejerció.
Los estudiantes taiwaneses y de Hong Kong que estudiaban en Barcelona padecían graves problemas económicos, pues sólo disponían del dinero de la beca para vivir, de 822 pesetas mensuales, que incluía manutención, vestido y hospedaje. Cuando la dotación económica se le fue terminando, unos amigos suyos, un abogado, un diseñador y un arquitecto pertenecientes a los Lluïsos de Gràcia con quienes pasó la Semana Santa en Montserrat, le sugirieron la idea de montar un restaurante chino en Barcelona, pues la ciudad carecía completamente de esta clase de establecimientos.
Peter Yang disponía de poco dinero, y después de pedir limosnas durante una temporada, decidió finalmente solicitar un préstamo bancario de 300.000 pesetas que le fue avalado por un total de 30 firmantes que le dieron su apoyo incondicional. Solo el arzobispo de Barcelona Gregorio Modrego Casaus vio con recelo la iniciativa. Su secretario llegó a afirmar que “no podemos permitir que un sacerdote abra un restaurante”. Sin el permiso del obispado no había autorización municipal, pero finalmente cedió gracias a la ayuda de un amigo suyo influyente que logró que el Ayuntamiento no pusiera problemas. Poco después necesitó 300.000 pesetas más y con ello logró abrir la persiana del primer restaurante chino de Barcelona. En total invirtió 1.200.000 pesetas que fue devolviendo al banco durante los diez años siguientes.
Como resultado, en el número 5 de la calle de la Ciudad esquina con la calle de Detrás de San Justo, el 7 de junio de 1958 abrió el restaurante chino Gran Dragón. El local se emplazaba en el centro histórico y turístico, cerca de la plaza de San Jaime. En la inauguración, celebrada a las 7 de la tarde con degustación de platos orientales, asistieron las principales autoridades, entre ellas el alcalde de Barcelona José María de Porcioles y el secretario del obispo Modrego. Fue este último personaje quien receloso del negocio preguntó “oye ¿y tu por qué has abierto una taberna?, a lo que Peter Yang le contestó “oiga, señor, esto no es una taberna sino un restaurante decente”.
El nuevo establecimiento sirvió para dar empleo a compatriotas chinos sin recursos, por lo que fue visto como una obra de caridad. Aseguró que la finalidad del restaurante era la de obtener ingresos para ayudar a los estudiantes taiwaneses y de Hong Kong y poder así fundar la residencia donde vivirían. Precisamente entre Taiwán y España había buenas relaciones diplomáticas y en el citado Congreso Eucarístico de 1952 este territorio fue el representante de China ante el mundo gracias a la mediación del cardenal Yu-Pin con el general Franco. Una vez en marcha el restaurante, Peter Yang recordaba que el mismo obispo Modrego solía preguntarle a menudo cómo le iba el negocio.
El acceso principal, en la calle de Detrás de San Justo, se encontraba a solo unos metros de la puerta posterior de la iglesia de San Justo y Pastor. El interior del local, situado en un subterráneo al cual se accedía a través de unas escaleras, recibía una pequeña fuente, luego había el comedor de quince mesas con capacidad para 60 personas y al fondo se ubicaba la cocina. El mismo Peter Yang recordaba como anécdotas entrañables que los rollitos de primavera solían tener mucho éxito, que una vez vino una familia con un niño al que se le tenía que hacer tortilla española hasta que un día le dio a probar una ensalada con germen de soja, con lo cual a partir de entonces le gustó la cocina china, y que incluso llegó a enseñar a algunos clientes como comer con los palillos.
El 6 de julio de 1959 se celebró el III Concurso Provincial de Cocina “Destreza en el Oficio” en el Pabellón Íbero-americano de la Feria de Barcelona, en la avenida de Rius y Taulet, evento en el cual el restaurante chino ganó fue galardonado con el Premio a los Platos Típicos. Ello contribuyó al aumento del prestigio del local, único en la ciudad, generalmente frecuentado por clientela de clase social más acomodada.
A partir del 1 de octubre de 1960 amplió la oferta gastronómica ofreciendo una carta muy variada con un total de 100 platos distintos a elegir. El éxito de público de este restaurante fue el inicio de la apertura de Barcelona al cosmopolitismo y al contacto con nuevas culturas. Se cuenta que al principio la gente se sorprendía mucho por platos tales como sopa de aletas de tiburón, el bambú o los nidos de golondrina, pero enseguida agradaron y terminaron por aventurarse a probarlo todo. Además de los rollos de primavera, los arroces, las elaboraciones con salsa agridulce o al curry se convirtieron en los platos más pedidos. Sin embargo, lo que no consiguió acostumbrarse el público es a usar los palillos, divertido en un principio, pero luego una hazaña a la que casi todo el mundo termina desistiendo para comer el segundo plato.
Tradicionalmente, el 31 de diciembre de cada año celebraba cenas especiales con motivo de la llegada del año nuevo y se obsequiaba a la clientela con algún detalle de recuerdo. Generalmente en ese día el menú solía constar de sopa especial, ensalada de ocho delicias, rollo dorado, gambas “Grand Chef”, arroz “Noche Vieja”, pato de Tsing-Tao, macedonia de fruta china, helado con nueces, champán, vino de marca, café, licor y “uvas de la alegría”, todo ello acompañado de música ambiental china y un regalo de la casa.
Hasta 1963 la cocina la llevaban los miembros de la familia Liu, que pronto decidieron independizarse y montar su propio negocio en el citado año, con la apertura del tercer restaurante chino de Barcelona, el Hong Kong, ubicado en la calle de Calabria. Se dice que parte del dinero necesario para fundar el nuevo local lo consiguió un miembro de la familia Liu gracias al actor Charlton Heston que le hizo participar en la película “55 días en Pekín”. La cocina del Gran Dragón pasó a ser ocupada por miembros de la familia Kao, quienes fundarían en 1964 el restaurante chino Pekín, ubicado en la calle de Córcega, el cuarto a abrir en Barcelona.
A partir de 1965, Peter Yang compaginó la dirección del restaurante con su profesión vocacional de sacerdocio celebrando misas diarias en la Catedral de Barcelona, tarea que desarrolló hasta su jubilación. Entre ambos oficios dormía solamente entre 3 y 4 horas diarias. Además de destacar por fundar el primer restaurante chino de Barcelona, también merece ser conocido por ser el primero en introducir el Tai Chi y el Qigong en España. En 1978 publicó el primer libro sobre Tai Chi en castellano titulado “Tai Chi, equilibrio y armonía para todas las edades" con la colaboración de José María Prat. Y en 1979 inauguró en Barcelona “El rincón del silencio”, el local donde imparte sus enseñanzas de Taijichuan, de respiración Qigong y organiza tertulias. Está situado en la calle de Floridablanca y actualmente es una asociación de Tai Chi.
Finalmente, debido a que el restaurante no reunía las condiciones de seguridad adecuadas, en 1988 el Ayuntamiento ordenó la clausura definitiva del local, después de 30 años de trabajo. Peter Yang siempre afirmó que le estafaron. Sin embargo, el cierre coincidió con el proceso imparable de expansión y popularización de los restaurantes chinos. la batalla estaba ganada y en aquella década se contabilizaban unos 50 locales repartidos por toda Barcelona. En su lugar, se instaló un estudio de grabación. Sobre el restaurante existió una antigua tienda de muebles que en la actualidad ha dado paso al restaurante Magnolia de cocina internacional.
El mérito del Gran Dragón no fue solamente ser el primer restaurante chino de Barcelona, sino que también terminó definitivamente con la hegemonía de una gastronomía refinada y afrancesada destinada a la burguesía, se convirtió en una embajada cultural de la China y en la semilla del multiculturalismo gastronómico que ha hecho de la capital catalana la ciudad con la oferta culinaria más variada de Europa.
"Al que dice que Dios no existe, le podemos preguntar ‘¿seguro?’
El más ignorante es el que niega las cosas que no sabe". (Peter Yang)
Fotos: Archivo La Vanguardia, fundacionpeteryang.org, Kim Manresa, Llibert Teixidó, revistadeoriente.wordpress.com.
16 comentarios:
Yo hace más de 40 años fuí a un restaurante chino, el primero para mí, y no estuvo mal, pero creo que te has quedado corto, yo creo que hay más todavía, y no cuento los japos...
Un abrazo y lo mismo fuí a uno de estos, pero no me acuerdo la verdad, mi memoria es muy selectiva, pero tu post muy bueno como siempre, un abrazo y muchas gracias.
Me encanta la comida China por eso siempre intento ir a diversos restaurantes originarios de ese país. Suelo pedir a pedidosya colombia comida Oriental porque es la que mas me gusta pero también otros tipos
Dankon pro tiu artikolo.Mi volus sugesti al vi bonan adreson por restaurantes chinos.
http://restaau.es/List/restaurantes-chinos.html
me encanta el blog, y todas las cosas lindas que tiene para ver. !
Com que no trobo el teu correu t'ho poso aquí. Peter Yang ha mort.
https://ca.wikipedia.org/wiki/Peter_Yang
Una de las experiencias bellas y provechosas de mi vida ha sido la de haber conocido a Peter Yang en el Rincón del Silencio.
Un pionero-como él gustaba llamarse- no sólo por el 1er reataurante chino en España y en traer el tai-chí, sino por unir el cristianismo con el TAO.
Fue un hombre que siempre hablaba desde su experiencia, sin falsas teorías. Toda una enseñanza para el resto de mi vida.
Emocionante historia. Mi padre regentó el restaurante chino Mandarín bajo el nombre de Cantón allá por 1972 en la Diagonal 515 de Barcelona, nombre que continuaría en el establecimiento que adquirimos en Madrid tiempo después en la calle Reina, detrás de la Gran Vía madrileña.
Saludos a todos los amantes del chop-suey de entonces.
Estupenda entrada, cuántos recuerdos! Fui muchas veces al Gran Dragón y todavía más al Hong Kong desde inicios de los 70.
Quizá la cocina del Hong Kong era algo mejor pero los camareros eran muy muy maleducados. Peter Yang era muy agradable en el trato y te hacía disfrutar de la experiencia.
las mejores opciones para mi son los restaurant girona una gastronomia exelente ademas de ser una ciudad muy hermosa lo que hace una experencia unica caminar distintas rutas y terminar con una buena comida
Hola, estoy realizando una investigación universitaria y necesito información sobre el restaurante chino Mandarín de Barcelona. Tengo unas fotografías del diseño del interior que deben ser de los años sesenta, cuando se inauguró. Pero necesito ponerlas en contexto. ¿Podría alguien darme más información? Mi correo es belidelrio@gmail.com Lo agradecería!
Hola Isabel. Te lo miro y en breve te digo algo. Un saludo.
Gracias Ricard! He averiguado que se inauguró en 1968 y estaba situado en la Avenida Diagonal, pero poco más.
Conoci a Peter Yang en Madrid hice varios seminarios con el. Fue un ser humano muy interesante con un sentido de la disciplina absolutamente oriental y una enorme creatividad, una vida plena y maravillosa. Agradezco a la vida la oportunidad de haber podido conocerle.
Gracias Luisa por tu aportación. Ciertamente fue un personaje muy interesante. Me alegro de que hayas llegado a conocerlo. Un saludo.
Creo que el niño de la tortilla,era mi hermano.Peter Yang me enseñó a comer con palillos,y a cortar el pescado.Ibamos muchísimo y cuando llevábamos a alguna amiga,alucinaban.en aquellos años no era muy normal.Peter tenía muchas conversaciones con mi padre.y además nos enseñó a respirar.recuerdo la chica de la caja calculando con el ábaco y el metre (se parecía al mayordomo de Hadock Tintín.maravilloso
Entrañable aportación. Gracias por darla a conocer. Un saludo.
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