“Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
anda continúo amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.”
Los conocidos versos de Francisco de Quevedo sirven en la actualidad para demostrar la actual vigencia de aquél principio nietzscheano que habla acerca de superar los conceptos de bien y mal para alcanzar lo que llamamos valor. Sin lugar a dudas, el dinero es el Dios del mundo de la materia, y para llegar a él todo vale. En política es costumbre intentar hacernos creer que los programas sociales van a ser una prioridad, pero cuando las cosas van mal volvemos a convertirnos en los homos economicus de siempre, es decir, en personas al servicio de la economía y no al revés, de hombres y mujeres de para el trabajo. Cada grupo político se pelea para demostrar su honradez, su honestidad, su transparencia y su compromiso social, pero cuando don Dinero llama a la puerta ya nada de eso importa, y solo vale obedecer sus mandamientos. Se invitará al pueblo a unirse a la tierra prometida, donde la tristeza, los problemas, el dolor y el sufrimiento dejarán de existir, en un paraíso donde lloverá ese maná de oro que alimentará los deseos de tener y consumir ilimitadamente.
La buenanueva llegó a manos del salvador Sheldon Adelson, magnate de los casinos y propietario del grupo Las Vegas Sands, que está estudiando implantar el gran complejo Eurovegas en Barcelona o en Madrid. Pero para ello se imponen una docena de condiciones ineludibles que deberán acatarse aunque contradigan las leyes y los principios de nuestro país que convertirían esas instalaciones en un paraíso fiscal y laboral. Y es que todo pacto con el diablo tiene un precio muy alto. Así, se exige una exención de dos años en el pago de las cuotas a la Seguridad Social de sus empleados; la exención de impuestos municipales, regionales y estatales durante dos años con ventajas respecto a la fiscalidad inmobiliaria y del suelo durante diez años; la solicitud de un aval del Estado para conseguir un préstamo de 25 millones de euros; la cesión del suelo público que necesite, expropiaciones incluidas, con cambio de ubicación de las viviendas protegidas, si las hay; la exclusividad de diez años en la utilización del suelo; la finalización de la regulación de los convenios colectivos del personal empleado con una modificación del Estatuto de los Trabajadores; establecer privilegios legales para la contratación de personal extranjero, entre ellos, agilización de la concesión de permisos de trabajo; cambios en la legislación sobre la prevención del blanqueo de capitales, con flexibilización de los controles; la autorización de entrada de menores en los casinos del complejo; la eliminación de la Ley Antitabaco en el complejo; la autorización de entrada en los casinos de los ludópatas reconocidos legalmente como tales; y la construcción de las infraestructuras que solicite, o complementos de las ya existentes.
Casi nada. Por lo visto todo vale para mejorar la economía en tiempos de crisis, porque de amistades hay que tener incluso hasta en el infierno. Eurovegas ha puesto en evidencia a la mayoría de partidos políticos, pues los ha delatado aunque muchos sabíamos de qué pie calzaban y por una vez han mostrado su verdadero rostro. No importan ni las siglas ni las tendencias. Solo pequeñas excepciones se han posicionado en contra. El señor Adelson en su visita a España ha sido mejor tratado que el mismísimo Rey Juan Carlos.
Sin embargo, quien ha enmudecido es la sociedad, que no sabe a qué atenerse o qué responder y cuando lo hace existen serias dudas acerca del grado de sinceridad. Los hay quienes abiertamente expresan su deseo de que se instale en Barcelona sin rubor alguno, y otros lo desean en el fondo más profundo de su corazón pero lo niegan alegando que se trata de una horterada y una barbaridad, porque creen que es políticamente o moralmente incorrecto admitir que les parece como vulgarmente se dice “una pasada”. Todavía debe decidirse dónde se construirá Eurovegas, pero no tengo la menor duda de que si finalmente la balanza se decanta por Madrid, muchos catalanes que decían pestes luego pensarán “mierda ya nos lo han quitado”. Y si gana la opción de Barcelona, cuando muchos de quienes renegaron vean la espectacularidad (aunque horterada) del complejo y los beneficios económicos que genera, sencillamente se callarán. Es triste pero eso va a pasar. Y aunque suene a victimismo del clásico, nosotros igualmente recibiremos bofetón por una razón o bien por otra. Si gana Madrid los de siempre responderán que se ha debido al fracaso de las políticas nacionalistas que optan por modelos provincianos, y si gana Barcelona increparán que una vez más los catalanes siempre se lo tienen que llevar todo. Sea lo que sea, nosotros tendremos la culpa. Se servirán de darle a una de las mejillas, pero yo no pienso poner ninguna.
Cuando don Dinero llama a la puerta, parece ser que la moral, los principios y los valores democráticos no valen absolutamente nada porque en realidad buena parte de la sociedad en realidad no cree en ellos aunque muchos prefieran fingir lo contrario. Siempre se habla de derechos laborales, de salud, de sostenibilidad, de ecologismo, de igualdad, de libertad, de democracia, de derechos sociales, de dignidad… pero cuando todo este conjunto de términos tan justos y necesarios que tanto gusta mencionar se tienen que enfrentar ante cualquier clase de proyecto que engendre importantes beneficios económicos, automáticamente pierden fuerza y se olvidan. De existir una fe profunda hacia ellos eso no sucedería, pues de ser así prevalecerían y terminaría por imponerse la razón, porque la propia presión social demandaría una salida de la crisis mediante la aplicación de soluciones más justas y sostenibles que un megalómano proyecto americano. El señor Adelson solo le ha bastado hacer un pequeño y sencillo gesto para destapar la olla que contiene lo que una buena parte de este mundo es en verdad. ¿Existe una oposición fuerte y activa hacia Eurovegas? Solo se escucha el silencio positivo. Nadie lo quiere pero en el fondo (casi) todo el mundo lo desea. Y en política, mientras unos son abiertamente favorables otros se bajan los pantalones o pronto lo harán, porque no existe valor para renunciar por algo que va a dejar mucho dinero. El capitalismo puro y duro ha vuelto a persuadir y a seducir a las gentes y nos ha vuelto a marcar un gol.
"Los yanquis han venido,
olé salero, con mil regalos,
y a las niñas bonitas
van a obsequiarlas con aeroplanos,
con aeroplanos de chorro libre
que corta el aire,
y también rascacielos, bien conservaos
en frigidaire."
(estribillo del film Bienvenido Mr. Marshall)
2 comentarios:
Hemos leido en www.eurovegasmadrid.net que se lo va a llevar Madrid, ¿estais seguros?¿realmente interesa?
Yo creo que Eurovegas no es la solución a la crisis. Se prometen muchas cosas que no se cumplirán por inviables. Existen muchos mitos alrededor. Somos europeos y creo que no deberáimos apostar por el sistema americano.
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