Continuando la serie de artículos sobre la historia del metro de Barcelona, aquí veremos el origen de la segunda línea, conocida como el Transversal. A diferencia del Gran Metro, se concibió como una solución a la dispersión que presentaba la red ferroviaria barcelonesa mediante el enlace con todas las líneas y la centralización de sus servicios gracias al establecimiento de una estación terminal en el centro de la ciudad.
En 1910 el ingeniero industrial Fernando Reyes Garrido (Granada 1877 – Barcelona 1937) fue quien elaboró esta propuesta bajo el nombre de “Ferrocarril Subterráneo S.O-N.E. de Barcelona, San San Martín, Enlaces y Estaciones Centrales”. El trazado debía iniciarse en la Bordeta, coincidiendo con la línea ferroviaria de Barcelona a Tarragona y transcurrir por debajo de las calles de Sants y Creu Coberta hasta la plaza de Espanya, donde enlazaría con la línea de Camino de Hierro del Noreste de España (posteriormente Compañía General de los Ferrocarriles Catalanas) y después por la Gran Via bifurcaría con un ramal por las rondas de la Universitat y de Sant Pere y otro por la calle de Pelai (enlazando con el Ferrocarril de Sarriá a Barcelona, después Ferrocarriles de Cataluña) y la calle de Fontanella, para volver nuevamente a la plaza de Urquinaona.
• Línea de Lesseps, uniendo el Transversal con la línea de Sarrià mediante el soterramiento.
• Línea de la Ronda, enlazando las plazas de Espanya y de la Universitat por la avenida del Paral•lel y las rondas de Sant Pau y de Sant Antoni.
• Línea de la plaza de Tetuàn, desde Universitat hasta Tetuán.
• Línea de Sant Andreu: desde la plaza de Tetuàn al Clot, la Sagrera y Sant Andreu, a lo largo de la Gran Via y la carretera de Ribes.
• Línea del Poblenou, uniendo Gràcia y Sant Martí de Provençals por la travesera de Gràcia, el paseo de Sant Joan y las calles de Pujadas y Pere IV.
• Línea de Can Tunis, por la Gran Via y el paseo de la Zona Franca hasta el barrio del Port y el hipódromo, sirviendo al mismo tiempo el proyectado puerto franco de Barcelona.
• Línea de El Prat, desde la plaza de Espanya por la Gran Via hasta El Prat de Llobregat.
En cuanto a la construcción, las estaciones y túneles de una sola vuelta fueron técnicamente muy complicados. Se utilizó el método austríaco, consistente en hacer la bóveda de hormigón de una sola pieza, lo cual obligó a utilizar grandísimas cantidades de madera para apuntalar. La estación "Cataluña" necesitó la construcción de un puente de 450 toneladas de peso sobre las vías del Gran Metro, una auténtica obra de ingeniería. Hay constancia de que en 1924 murieron 11 obreros por el derrumbe de un tramo entre las calles del Comte d'Urgell y Casanova.
En la calle de Santiago Ramón y Cajal, en el término municipal de L'Hospitalet de Llobregat, se construyeron las cocheras y talleres, un conjunto formado por tres naves más el edificio de oficinas anexo, obra del arquitecto Joan Bergós i Massó. El mismo arquitecto fue el responsable de diseñar del edificio de la subcentral eléctrica situado justo al lado de la estación "Mercado Nuevo". Para cubrir el servicio se encargó la adquisición de diez automotores eléctricos (posteriormente ampliados a doce). Los trenes del Transversal, numerados del 121 al 132, destacaron por sus dimensiones, entonces los más grandes del mundo, ya que medían 21,690 metros de longitud y 3,205 metro de ancho, lo que permitía una capacidad muy cercana a los 500 viajeros. Fueron construidos por Material para Ferrocarriles y Construcciones, S.A. en las instalaciones de Can Girona (Poblenou), en base a un diseño de Dyle et Bacalan y dotaron equipos eléctricos y mecánicos de procedencia estadounidense. Generalmente circulaban en composiciones formadas por un solo coche, por lo que fueron llamados "salones rodantes", ya que se añadía la elegancia de su decoración exterior. Esporádicamente, sobre todo en horas punta se formaban unidades de tres coches.
Brevemente, desde su inauguración hasta el 1 de agosto de 1928, el metro Transversal arrendó la línea a Tranvías de Barcelona, fecha en la que ésta asumió su explotación, lo que tuvo como consecuencia una rebaja de las tarifas y un aumento del pasaje. En el próximo artículo se explicará cómo evolucionaron las redes del Gran Metro y el Transversal durante la Segunda República y la Guerra Civil.
Fotos: Archivo Rafael Mir, Arxiu Fundació TMB, Brangulí.