martes, 5 de febrero de 2019

120 años del primer tranvía eléctrico de Barcelona

Inauguración del primer tranvía eléctrico. Foto: Arxiu Històric de la Ciutat

El pasado 26 de enero se cumplieron 120 años de la puesta en servicio del primer tranvía eléctrico que tuvo Barcelona. La introducción de este novedoso sistema de tracción coincidió con un momento clave de la historia de la ciudad: 1) la red tranviaria se encontraba en proceso de expansión territorial; 2) la electrificación iba tomando cada vez más peso como consecuencia de la diversificación de la industria; 3) en 1897 los municipios de Gràcia, Sant Martí de Provençals, Sants, Sant Andreu de Palomar, Sant Gervasi de Cassoles y Les Corts fueron agregados a la capital catalana; 4) el ensanche estaba en plena expansión por el llano barcelonés; y 5) Barcelona era entonces un importante centro político, económico y cultural. En cuanto a los tranvías se refiere, las líneas requerían cada vez de más paradas regulares, lo cual era difícil en la tracción a vapor por lo complicado que resultaba frenar y arrancar aquellas pesadas e inflexibles locomotoras que a menudo se accidentaban. En cuanto a la tracción animal era costoso de mantener a los caballos o mulas para garantizar su rendimiento, así como el número de empleados requeridos.

Uno de los primeros tranvías eléctricos en circulación. Foto: Arxiu TMB

Los precedentes los encontramos en la última década del siglo XIX cuando el electricista y óptico barcelonés Tomás J. Dalmau presentó el 8 de febrero de 1890 en el despacho del gobernador civil de Barcelona ante la presencia de éste y de los alcaldes de Barcelona, Gràcia y Sant Vicenç de Sarrià un anteproyecto para convertir el ferrocarril de Sarrià a Barcelona, entonces de tracción a vapor, en una línea de tranvía eléctrico. Sin embargo, aunque la propuesta tuvo buena acogida, finalmente no se llevó a cabo. Cinco años después, en abril de 1895 se volvió a plantear la conveniencia de dotar de tracción eléctrica a los tranvías en sustitución de las tracciones animal y vapor. El director de la compañía Barcelona Tramways Company Limited, Samuel Morris, envió delegados a Marsella, Génova y Milán para estudiar el nuevo sistema. Con ellos marcharon diputados, ingenieros, arquitectos, concejales y periodistas. El 3 de mayo siguiente todos regresaron a Barcelona con mucho entusiasmo tras ver las ventajas que ofrecía la tracción eléctrica. Así fue como comenzaron los primeros trabajos para la implantación del nuevo sistema.

Postal del primer tranvía eléctrico con motivo del centenario del tranvía

La primera traba que se encontró fue aclarar si se trataba de una competencia municipal o bien estatal del Ministerio de Fomento. Y en segundo lugar, el inconveniente que suponía una Proposición de Ley la cual establecía que las compañías tranviarias que hiciesen el cambio de tracción a eléctrico se verían obligadas a renunciar a las antiguas concesiones. Ante ello Barcelona Tramways Company Limited solicitó por un lado al ministro de Fomento autorización para el cambio de tracción a eléctrico en base a que las concesiones de sus líneas se habían hecho anteriormente a la Ley de Ferrocarriles de 1877 y aprobadas por los ayuntamientos según Decreto del Ministerio de Obras Públicas de 1869. Por otro, solicitó unificar la explotación de todas las concesiones con plazo de expiración igual a la última línea concedida. El 10 de abril de 1896 el proyecto de electrificación de las líneas se llevó a información pública. La novedad del nuevo sistema trajo consigo los primeros recelos, principalmente de algunas compañías de aguas y telefónicas las cuales creían que la instalación del cableado aéreo crearía interferencias, provocaría accidentes por electrocutado o afearía el paisaje urbano. Finalmente, Barcelona Tramways Company Limited renunció a la unificación de las concesiones para agilizar los trámites burocráticos y aceptó que el cambio de tracción a eléctrico comportara una nueva concesión de cada línea. Para tranquilidad, se informó al Ayuntamiento de Barcelona la intención de que todas las líneas revertirían al municipio y no al Estado.

Central eléctrica de Carrera, la primera que suministró energía eléctrica a los  tranvías.
Foto: blog railsiferradures.blogspot.com

El 30 de julio de 1897 una Real Orden aprobó el cambio de tracción y el 8 de octubre siguiente se autorizó el inicio de las obras bajo una serie de condiciones como la reversión de las instalaciones al Ayuntamiento de Barcelona, la unificación de las concesiones de sus líneas cuya caducidad sería transcurridos sesenta años, el uso de los postes de cableado aéreo para el alumbrado público, así como la prohibición de hacer circular unidades de dos o más coches y a velocidades superiores a los 12 Km./hora en el Eixample y a los 8 Km./hora en el resto del territorio. A partir del 15 de enero de 1898 empezaron a tenderse los hilos de la catenaria sujetados por postes o bien mediante rosetas clavadas en edificios de donde salían los cables transversales de sujeción. Los trabajos fueron dirigidos por técnicos británicos bajo la dirección del ingeniero Alfred Dickinson, mientras que el cambio de vías lo dirigió el ingeniero Joan Miró Trepat. Durante las obras los curiosos se acercaban a observar, incluso quienes tenían recelo por el nuevo sistema de tracción que alertaban de las consecuencias peligrosas que podría ocasionar un tranvía eléctrico.

Cochera de Borrell de los primeros tranvías eléctricos. Foto: archivo Jordi Ibáñez

La línea que fue elegida para estrenar el primer tranvía eléctrico fue la "Circunvalación". A partir del 9 de noviembre del citado año se iniciaron las primeras pruebas con resultado satisfactorio. El primer vehículo efectuó una circulación por la ronda de San Pablo. La central eléctrica suministradora de electricidad, cuyas obras se iniciaron en 1896, se instaló en la calle de Carrera, cerca del Paralelo, en las huertas de San Beltrán. Dotaba de dos naves que albergaban tres máquinas de vapor Balcock Wilcox de 720HP y dos más de 120HP para servicios extraordinarios, cada una de ellas con su dinamo. Mediante un cable subterráneo o "feeder" se comunicaba la central con diversos puntos de la red donde se conectaba a la línea aérea, mientras que el retorno se efectuaba por los raíles. Estas instalaciones costaron alrededor de los 5 millones de pesetas. La cochera para vehículos se construyó en la calle de Borrell. Constaba de 11 vías. El material móvil era de diez vehículos construidos por la sociedad Material para Ferrocarriles y Construcciones, en la fábrica Can Girona, conocidos popularmente como "Cadeneros" por disponer de freno mano de cadena engranada a una rueda. Disponían de 2 ejes y 2 motores de 15'4kW tipo General Electric 52 sobre truck Brill 21E con una potencia de 20'8 CV. Tenían un peso de 7.800 Kg. y una capacidad de 65 plazas. Además del freno de cadena, poseían también freno eléctrico para casos de emergencia.

El tranvía "Circunvalación" (el 29) circulando por Barcelona. Foto: Arxiu TMB

Finalmente, el 26 de enero de 1899 se estrenaron los nuevos tranvías eléctricos en la línea interior del "Circunvalación", con la presencia del alcalde de Barcelona Josep Griera y directivos de la Compañía. Así lo narraba el diario "La Vanguardia" del 27 de enero de 1899: "Conforme anticipamos, ayer se Inauguró para el público el servicio de tranvías por tracción eléctrica en el trayecto de circunvalación del interior. Diez fueron los carruajes que prestaron servicio, y en todos los viajes viéronse atestados de pasajeros, dando lugar la aglomeración no solo a apreturas por subir, sino también a alguna disputa, tal era el afán por disfrutar del nuevo adelanto en la locomoción. Los transeúntes contemplaban con curiosidad a cada coche que se deslizaba movido eléctricamente y en los puntos de cruce, de paseos, como en la Rambla y en la Plaza de Cataluña, siempre hubo un nutrido grupo de personas en espera de que pasaran nuevos carruajes, que como decimos más arriba, iban siempre a rebosar".

Tranvía número 1, el primer tranvía eléctrico. Foto: Arxiu TMB

El mismo día que entró en servicio fue gratuito, si bien los vehículos nunca terminaron de llenarse ante el recelo de algunas personas por la tracción eléctrica. El 3 de marzo siguiente estos tranvías se incorporaron también en la línea exterior del "Circunvalación", es decir, la que circulaba en sentido contrario a las agujas del reloj. Los buenos resultados obtenidos muy pronto hicieron desaparecer los prejuicios de los barceloneses y enseguida el resto de líneas tranviarias adoptaron este sistema. Anteriormente a Barcelona tenemos los precedentes de Berlín en 1879, donde se puso en servicio el primer tranvía eléctrico del mundo. En 1887 le siguió Budapest y en 1888 Richmond. En España el primer tranvía eléctrico fue en Bilbao el año 1896. En Cartagena y Madrid llegó en 1898 y luego le tocó el turno a Barcelona. Desde entonces este sistema de alimentación no ha sido superado al ser considerado el más adecuado para este medio de transporte. Durante estos últimos años algunos tranvías hacen la toma de corriente sin cable aéreo, reduciendo así el impacto visual de la infraestructura e integrándose todavía más al paisaje urbano.

2 comentarios:

Xavier dijo...

Salutacions.

Avui he vist el programa Família de Barris, a BTV, on parlaves de la Torre Rosa i el barri dels indians. Molt interessant.

Ricard dijo...

Moltes gràcies, Xavier. Sí, vaig rodar per un programa de Betevé junt amb el Julio Baños. Una abraçada.