viernes, 31 de diciembre de 2010

Año nuevo: aires nuevos y vida nueva

Dejamos atrás el año viejo 2010 y entramos en el año nuevo 2011. Abandonamos 365 días difíciles de nuestra vida debidos a muchas circunstancias, especialmente por culpa de la crisis económica, una pérdida de valores que han llevado a la radicalización de la sociedad y la desconfianza hacia la clase política causada por la corrupción. Sin embargo, espero y deseo que entre tantas desgracias que mellan poco a poco nuestro espíritu, al menos una parte se haya visto compensada por las cosas buenas que tanto nos han deleitado y gratificado. Del año viejo recordar siempre y solo lo más positivo, quedarse con esa bocanada de luz por poca que sea.
El año 2011 tiene que ser especialmente de renovación personal interior y exterior. Nunca hay que plantearse deseos que jamás se van a cumplir, como el tradicional perder peso o apuntarse a un gimnasio que tanta gente pregona, objetivos que siempre se empiezan con empuje pero que van perdiendo gas y nunca se terminan. Me refiero a que deben de abandonarse las monotonías y las rutinas que nos estancan y nos envejecen prematuramente y optar por nuevos caminos que nos lleven a un nuevo equilibrio personal. Quien tenga conciencia de ello debe de intentar ponerle remedio, pues en caso contrario existe el riesgo de caer en un profundo pesimismo y en una constante desvalorización personal. Especialmente perjudicadas se verán aquellas personas que inmersas en este estancamiento y monotonía, no sean conscientes de su pobre vida, no se planteen nuevos retos y prefieran engañase a sí mismos con una falsa sensación de felicidad.
Aparte de desear salud, amor y trabajo, porque son tres cosas fundamentales, hay otros tres deseos que deberían de cumplirse a lo largo de los próximos 365 días de nuestra vida: esperanza, renovación y evolución.

La esperanza es que los deseos que uno anhela se hagan realidad. Espero de todo corazón que mejore la economía y la situación general de nuestro país para poder gozar de un buen nivel de renta y una mejor calidad de vida, y que esa persona tan especial de la que me une por el momento tan buena amistad, un día sienta esta chispa del amor y podamos llegar a algo más. De momento, ahorrar dinero para el futuro y disfrutar de una bonita amistad con esta persona en el presente es una constante a trabajar que me satisface y que un día dará sus frutos. No me obsesiona ni me preocupa la situación presente económica y sentimental, porque tengo la convicción de que mejorará y va a ser el paso del tiempo el árbitro que decantará la balanza hacia un lado u otro. Ahora hay que vivir y disfrutar intensamente este presente tan nuestro y dejar que el futuro se forje solo.
La renovación servirá para rejuvenecer espiritualmente, ser más alegre, más positivo, más optimista y más dinámico. No hay nada mejor que sufrir una buena experiencia, como por ejemplo conocer a una persona muy especial, para darse cuenta de que existe vida más allá de lo que hacemos por costumbre. Trabajarse los deseos para que se hagan realidad formará parte de esa renovación que tanto contribuirá a la madurez y a la satisfacción personal. Nuevos retos y nuevos proyectos ayudarán también a ese cambio en la vida personal. En el año 2011 cumpliré 40 años. Y como ya dije en una ocasión, cambiar el 3 por el 4 será para mí un reto, una fortaleza y una oportunidad para esa deseada renovación, para ese cambio de vida personal y para esa mayor madurez. No permitiré que esa “crisis de los 40” se acerque a mí, ni siquiera me va a hacer cosquillas, sino que pasará de largo y muy lejos. Por dentro me siento muy joven y cuando llegue el 31 de mayo de 2011, prometo que me sentiré todavía más joven y mucho mejor que ahora.

Y como consecuencia de hacer realidad mis esperanzas y haber conseguido esa renovación personal y espiritual, ello me conllevará a una evolución de mi persona, hecho que se verá reflejado en las relaciones sociales, en la vida laboral e intelectual y en la propia autoestima. Todos aquellos episodios del pasado que tanto miedo y vergüenza produjeron jamás volverán porque ya formarán parte de la vida de una persona diferente a la que será próximamente. Cuando evolucionas y luego echas una mirada hacia tu propio pasado, te parece mentira como llegaste a sufrir por cosas que ahora carecen de importancia, e incluso llegas a reírte de ellas. En realidad no se trata de renunciar a todo de ti mismo porque eso es imposible, sino a conservar y potenciar lo bueno de uno y purgar lo malo. Hay cosas de uno mismo que jamás cambian porque forman parte del carácter, el talante y la personalidad, pero se les puede dar un nuevo aire en función de las circunstancias que se viven para una mejor calidad de vida, destinada siempre para uno mismo, a la vez que repercute en positivo para los demás.
Dicen que la vida es un regalo y que por e motivo hay que frutarla. Sin embargo, doy gracias a la existencia de ciertas cosas y de ciertas personas que contribuyen a que esta vida sea todavía mejor, la existencia humana tenga mayor sentido y se pueda disfrutar el doble. ¿Qué sería la vida si esas cosas o esas personas tan especiales no existieran?
En definitiva, con esos deseos de esperanza, renovación y evolución, quiero también desear un Feliz y Próspero Año Nuevo 2011 a todas aquellas personas, amistades, familiares y demás seres queridos que han formado, forman y formarán siempre parte de mi vida. Una abrazo muy fuerte y agradecer vuestra fidelidad hacia este blog. Este tranvía será testigo a través de sus artículos de un nuevo rumbo, de un nuevo recorrido que va a cambiar la historia de mi vida.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Mensaje de Navidad 2010

Amigos y amigas del alma, familiares y demás seres queridos. Una vez más nos congregamos para celebrar la entrañable Navidad, fechas en las cuales recordamos muchos momentos tanto buenos como malos del presente año y de años anteriores. Estas fiestas suelen ser un equilibrio entre sonrisas y lágrimas, entre alegrías y tristezas. Sin embargo, espero que este equilibrio se rompa a favor de las sonrisas y las alegrías. Y como es tradición, resulta imprescindible hacer un balance de lo que ha sido el 2010 y de los deseos para el próximo 2011.
En el terreno laboral, a pesar de los estragos de la crisis económica, continúa la estabilidad que me ofrece poder trabajar en la tienda de periódicos y revistas antiguos. Todo y la ligera bajada en las ventas debida a estas circunstancias, la exclusividad de este negocio tan singular nos ha ayudado a salir hacia delante y a hacer rentable la venta de publicaciones históricas. Allí estaremos por muchos años al pie del cañón, para serviros. Agradezco un año más la confianza y estimación que la familia Costantini Urúe ha depositado en mí, y me siento satisfecho de poder dedicarme a esta profesión tan singular. Estoy seguro de que la remisión de la crisis no tardará en llegar. Aunque la vida a menudo hay que tomársela y aceptarla tal y como viene, sin hacer planes de futuro y viviendo el presente porque es el único tiempo que existe, es importante ahorrar y no despilfarrar para poder disponer de una buena base económica para el día de mañana, lo que no significa poder disfrutar de las ganancias y permitirse algún capricho personal.
L’Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris se encuentra en fase de renovación. Por fin disponemos de un nuevo local mucho más grande que nos permitirá expandirnos y desarrollarnos como centro histórico y de documentación popular para los próximos años. Del Ateneu Popular de Nou Barris pasaremos al nuevo Espai Via Favència, que dispondrá de esas necesidades para una mejor conservación de la documentación, una gestión más optimizada y una atención al público de calidad. Nuestra entidad es, sin lugar a dudas, un espacio de referencia en el distrito de Nou Barris y un importante punto de congregación social al servicio de la ciudadanía y de los barrios. A partir del 2011 empezará una nueva etapa con nuevos proyectos, nuevos propósitos y nuevas generaciones sensibilizadas por la memoria histórica y el patrimonio del distrito. Formamos un equipo muy cualificado en nuestra especialidad, y sobre todo, de una humanidad infinita.

Una experiencia muy gratificante y divertida ha sido poder participar en la exposición fotográfica “Memòria històrica del Congrés-Indians”, donde he podido conocer a personas muy agradables y entregadas a este interesante trabajo. Pocas veces había visto reunida a tanta gente mayor con un espíritu tan juvenil, lo que demuestra como es de importante poner vida a los años y mantenerse joven por dentro aunque el tiempo pase. Esta exposición ha significado para mí la posibilidad de saldar una deuda histórica con mi propio barrio, pues siempre le había dedicado muy poco tiempo. Para el próximo año repetiré la experiencia con una nueva exposición. Agradezco a la Associació de Veïns Congrés-Indians i al Casal de Barri Congrés-Indians la confianza que han depositado en mí para este proyecto.
En mi faceta de autor, este año al fin he publicado mi libro “Destinació: Nou Barris. Un viatge per la història dels transports a Nou Barris”, que ha sido muy bien acogido y valorado por la gente y las entidades de este distrito, que ahora disponen de una obra más que trata sobre la historia de sus barrios. Este trabajo además, ratifica nuevamente la existencia de una historia en una periferia popular como es Nou Barris incluso mucho más antigua de lo que todavía mucha gente cree. La recuperación de la memoria histórica es fundamental para no perder la identidad, entender el presente y no cometer los mismos errores del pasado en el futuro. Deseo para el próximo año poder publicar el libro sobre la historia de los funiculares y teleféricos de la montaña de Montjuïc, que estará dedicado a la memoria de mi madre. También tengo otro proyecto en cartera para desarrollar de manera conjunta, que tratará de la historia de los autobuses suburbanos de Barcelona conocidos entre los aficionados a los transportes como los “URBAS”.
En el terreno amoroso voy a ser muy cauto y reservado. Solo puedo decir que he conocido a alguien muy especial a la que he expresado claramente mis sentimientos. Esa persona me ha abierto una puerta y me ha enseñado el camino que lleva a esa meta que deseo alcanzar, que es conquistar su corazón, y dispongo ahora de una oportunidad para conseguirlo que no pienso desaprovechar por nada del mundo. Por ahora solo será una relación de amistad, pero tengo la convicción de que un día va a surgir algo más. Merece la pena intentarlo porque esa persona vale la pena, pues jamás en toda mi vida he conocido a alguien tan especial ni he sentido en mi corazón lo que estoy sintiendo. Gracias a ella, de quien estoy muy enamorado, he recuperado una ilusión por la vida, un optimismo, una energía positiva y una alegría que hacía muchísimo tiempo que no sentía al menos con la intensidad que ahora siento. Incluso creo estar espiritualmente más rejuvenecido.

Y en relación a este último punto, deciros que para el próximo año necesito una buena renovación en muchos aspectos. Estoy de acuerdo que mi vida no ha sido tampoco tan mala a pesar del dolor producido por el fallecimiento de mi madre y que muchas cosas de hecho ya han cambiado, pero sé que una parte de mí todavía cojea y necesito llenarla para sentirme plenamente como una persona renovada tanto por fuera como por dentro. Disponiendo por fortuna una mayor madurez, cada vez tengo más claro qué quiero, espero y deseo en esta vida, y por supuesto, lo que no quiero, porque también eso es importante saberlo. Me gustaría romper con tanta monotonía que no hace más que envejecerte espiritualmente porque gracias a esta persona tan especial he descubierto que existe vida más allá de la rutina. En el próximo 2011 cumpliré 40 años, por lo que cambiaré el número 3 por el 4. Yo seguiré siendo la misma persona, aunque renovada, eso espero. Sabré encajar ese cambio sin padecer la llamada “crisis de los 40” porque me lo tomaré como una nueva oportunidad y fortaleza para mi vida en vez de como una desgracia personal.
Así, el 2011 estoy seguro de que va a ser muy positivo y que los frutos de mis esfuerzos se verán recompensados. Merece la pena luchar duro e incluso sufrir un poco para alcanzar esas gratificaciones que van a hacer de mí una mejor persona en todos los aspectos.
Con ese anhelado deseo de renovación y prosperidad, deciros a todas las personas a las que quiero, que son muchas, y para quienes han sido y siguen siendo fieles a este blog, que paséis unas Felices Fiestas y tengáis un próspero año nuevo 2011. Saludos cordiales diviértanse tanto como puedan y reciban de mi parte un fuerte abrazo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

El RCD Espanyol también es un club catalán

Resulta estúpida la rivalidad existente entre dos clubs tan catalanes como el FC Barcelona i el RCD Espanyol. Desde muy niño que soy culé y siempre lo seré de todo corazón. Para mí el Barça es un equipo del que tengo un sentimiento muy especial. Cuando mi padre entró a trabajar de control en el Camp Nou el año 1982 con motivo de la celebración de los Mundiales de Fútbol de 1982, me hizo socio del club azulgrana y durante muchos años le he acompañado al estadio para ver los partidos. Son muchas anécdotas las que podría explicar como barcelonista, y tal vez esto sea motivo de una nueva entrada en este blog, pues no es poco lo narrable porque abarca más de veinticinco años. De niño y de adolescente también caí en la trampa de despreciar al RCD Espanyol, y a menudo solía hacer los clásicos comentarios despectivos hacia los aficionados pericos. Sin embargo, el paso de los años te hace madurar y tarde o temprano es necesario reflexionar sobre el por qué de ese odio hacia el club blanquiazul, y te das cuenta del absurdo de esa rivalidad tan feroz entre culés y pericos.
La razón es la de siempre: la politización y mercantilización del fútbol que termina manipulando a las personas y dejando al margen la auténtica deportividad. El deporte es cultura, es una invención humana y un hecho social característico de cualquier civilización. Su historia, su profesionalidad, su arte físico, la técnica, la equipación y la competitividad son elementos fundamentales para su desarrollo. En el deporte, cuando se forman deportistas desde las canteras, a menudo en estas escuelas también se forman personas, de ahí su componente pedagógico que mucho debería de fomentarse. El deporte, desde esta perspectiva, es la contemplación del arte del juego y la táctica para el deleite de quien es espectador, y más todavía para quien entiende en la materia.
Y todo esto ha sido pervertido y substituido por la política. Dos clubs catalanes, Barça i Espanyol, son dos clubs opuestos. El Barça se ha tomado como símbolo de Cataluña y como el club del catalanismo, y el Espanyol como símbolo del españolismo en Cataluña y como el club del anticatalanismo. Francamente, algo absurdo y ridículo aunque existan casos particulares que cumplen con el tópico y contribuyen a tomarlo como algo generalizado.

Poca gente sabe que la denominación del club blanquiazul, inicialmente Sociedad Española de Football fundada por unos universitarios, se debió a que sus jugadores eran mayormente catalanes y unos pocos del resto de España, en contraposición a otros clubs cuya plantilla estaba formada por jugadores extranjeros, entre ellos el Football Club Barcelona de Hans Gamper. La denominación, posteriormente Real Club Deportivo Español y hoy día Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona, a la que algunos dicen que es “una provocación”, no se debió a un ataque a Cataluña o al Barça sino al hecho de que otras denominaciones, como por ejemplo Català Football Club y Football Club Barcelona ya estaban utilizadas. Y menos aún es el que sabe que inicialmente el color de la camiseta era amarillo, y que poco después cambió al actual azul y blanco por un motivo puramente de catalanidad, para evocar los colores del blasón del mítico almirante Roger de Llúria.
Desgraciadamente, la politización no tardó en cebarse del pobre club perico, especialmente durante el régimen franquista, por su denominación de “Español”, por la colocación de un monolito al lado del estadio de Sarrià dedicado a los “Caídos por Dios y por la Patria”, y años después con la formación de grupos radicales de tendencia españolista como los Brigadas Blanquiazules y minorías empeñadas a dar la imagen del RCD Espanyol de un “club de charnegos” o de los que no se sienten catalanes. Se llegó a hablar del campo de Sarrià como del “segundo Santiago Bernabéu”. Afortunadamente, la excelente labor como presidente del club por parte de Francesc Perelló modernizó la imagen de la entidad y dio al equipo buenos resultados deportivos gracias al duro trabajo desarrollado por el carismático entrenador José Antonio Camacho. Recordaré el incidente con Ramón Mendoza, cuando en unas declaraciones por televisión dijo, entre otras anticatalanadas, que “muy mal les habrá sabido a los catalanes que el día que celebran su Diada Nacional el Español haya ganado en Sarrià”. Ante eso, Perelló, muy enojado, respondió al presidente del Real Madrid que “haga usted el favor de no dudar de la catalanidad del equipo”.

Desde entonces, el club ha experimentado un notable giro y se ha demostrado claramente que buena parte de su afición es catalana, incluso en proporción más que la del FC Barcelona si de este contamos a los aficionados de todo el planeta. Es, pues, una verdadera lástima que exista esta rivalidad entre ambos equipos, y que mutuamente se lancen injurias y practiquen el victimismo. Amigos culés y amigos pericos, que solo es fútbol, un deporte para divertirse, nada más, no para matarse o para engendrar clasismo social. Ambos sois dos clubs catalanes y ambos representáis a la ciudad de Barcelona y a su realidad. Para Cataluña, que tanto reivindica a nivel estatal el reconocimiento de la diversidad como motivo de orgullo, debería darse el mismo ejemplo para nosotros y reconocer la presencia de diversos clubs catalanes de futbol en las mejores categorías como una virtud, una potencialidad, una oportunidad para el deporte catalán y un enriquecimiento, y no cerrarse a un sol club. Como culé hasta el alma, club del que jamás renunciaré y que llevo en mi corazón, por supuesto que siempre desearé que el Barça gane todos los títulos y siga con esta magnífica racha de ser el mejor equipo del mundo, pero no por ello a costa de anular las posibilidades de obtener triunfos al resto de clubs deportivos catalanes que, como el RCD Espanyol, seguro que más de una vez merecería ganar más títulos y mejores de los hasta ahora conseguidos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Independencia o autogobierno? Yo sigo el ejemplo de Jean Valjean

Algunas personas tienen la mala costumbre de creerse mejores que las demás solo por mero hecho de posicionarse en unas ideas determinadas. Con ello me vengo a referir a aquellos que se creen en posesión de la fórmula única, exclusiva, verdadera e infalible de sentirse pertenecientes a la nación, rechazando y negando cualquier otro camino que no sea el suyo. Es decir, sostienen que para ser buen español, un verdadero español, y sentirse español de corazón y ser leal al país solo existe un único camino basado en el acatamiento forzoso de un concepto de estado determinado, el que ellos digan.
Esa postura extremadamente inflexible es lo que ha llevado traído a una parte de la población de algunas comunidades autónomas a forjar un sentimiento de rechazo a lo español y al crecimiento del independentismo, pues no hay que olvidar a quienes se declaran partidarios del secesionismo no siempre se debe a que sean antiespañoles sino porque se sienten impedidos de sentirse españoles a su propia manera. En Cataluña, por ejemplo, los gobiernos nacionalistas catalanes a menudo son acusados de repartir carnets de catalanidad, en tanto que quienes se declaran no nacionalistas o castellanohablantes sean tachados de “malos catalanes”. Como catalán afirmaré que esa no es la norma imperante ni mucho menos porque la convivencia entre ambas comunidades es lo más predominante (siempre salvo pequeñas excepciones), pero las minorías radicales que sí establecen el tópico hacen que me avergüence de mi propia tierra porque creo que todo el mundo tiene derecho a definir sus sentimientos territoriales y de pertenencia tal y como le salga del corazón, y no como dictamine un partido político. Sin embargo, ese mismo problema se viene dando a nivel estatal y resulta poco percibido o bien ignorado, pues no cabe la menor duda que también se reparten carnets de españolidad como si eso fuese algo normal. En definitiva, la españolidad tiene dos enemigos: quienes son separatistas y no quieren saber nada de España, y quienes imponen de qué modo debes de sentirte español y profesan amor patrio a la piel de toro estirada más que nadie en este mundo.

Definir qué es lo mejor para Cataluña es un dilema muy difícil y delicado. Como tarradellista no apoyaré la independencia, pero defenderé un mayor autogobierno y que el pueblo catalán pueda decir libremente de qué manera quiere pertenecer a España y sentirse española. Es decir, ni separatismo ni asimilación, o sea, ni independencia ni disolución. Abogo por un catalanismo posibilista que aspire a aquello que realmente es posible lograr y deje al margen cualquier utopía o lucha estéril que solo comportará un gran gasto económico para un resultado cuyo camino conducirá inexorablemente a un callejón sin salida y a una derrota asegurada. No merece la pena entrar en guerras perdidas.
En absoluto, las hostilidades recibidas por parte de la clase política, los medios de comunicación y de una parte de la sociedad española no son razones para clamar por la independencia. Al contrario, si por cada ataque hacia Cataluña reaccionamos con un sentimiento separatista, entonces ellos ganan y se llenan de razones, se reafirman y se fortalecen a costa de nuestra repudia hacia España. Todo ello no hace más que reforzar la falsa idea de que para ser y sentirse español hay que ser centralista, uniformista, anticatalanista y españolista como único camino para alcanzar el amor patrio de verdad. Sin embargo, queda claramente demostrado que no existe una única manera de ser y sentirse español, pues eso es lo que se ha infundado y que lamentablemente ha cuajado en determinados sectores sociales y políticos del país. Un claro ejemplo fue uno de los grandes políticos catalanes del siglo XX, Francesc Cambó, capaz de combinar elevados niveles de catalanidad y nacionalismo catalán con la posibilidad de ser leal al Estado español. No olvidemos que él fue uno de los primeros estadistas en reclamar el derecho del pueblo catalán a definir su propia españolidad sin que ésta fuese impuesta por Madrid. Su proyecto nacionalista de entendimiento con España tuvo enorme consideración hasta el punto que Cambó consiguió elevadas cotas de prestigio como político por todo el país, siendo bien recibido en todas y cada unas de las tierras de la Península. Su modelo se tomó como un ejemplo de referencia a imitar por parte de otras regiones. Era el llamado “fer pais” bien entendido. Solo tuvo en contra a los sectores anticatalanistas, especialmente concentrados en Madrid, en colectivos obreristas y en el Partido Radical de Alejandro Lerroux, padre de la mala y corrupta política moderna. Y a pesar de las hostilidades que tanto cita en sus memorias, Cambó se mostró firme y duro, claramente catalanista hasta el punto de plantear el derecho a la autodeterminación de Cataluña (aunque no era separatista) y participar activamente en la política española incluso ostentando el cargo de ministro de Fomento.

En conclusión, la mejor manera de combatir el anticatalanismo no sería a través del independentismo (con respeto a quienes así se declaran) sino todo lo contrario, mostrando simpatía y lealtad hacia España como la mejor manera de derruirlos. Se puede ser catalanista y a la vez ser y sentirse español, porque existen muchas maneras de definirse español o de ser leal al país. No hay cosa más dolorosa para un españolista anticatalanista que tener que admitir que alguien que es catalanista e incluso define Cataluña como una nación es capaz de ser y sentirse tan español como él, pudiendo combinar las dos cosas a la vez y hacerlas compatibles, como mucha gente lo ha hecho a lo largo de nuestra historia e incluso hoy día es capaz buena parte de la población catalana. Es su punto débil, allá donde realmente les hace daño. El mejor “gancho de boxeo” es, pues, demostrar que sí existen diferentes maneras de ser y sentirse español, y de participar y aportar en la vida española, tanto o mejor de lo que un españolista de la médula se cree. Y a la vez, no renunciar a la catalanidad y a un proyecto nacional de Cataluña que garantice autogobierno y un futuro basado en la cohesión, el hermanamiento, la conciliación y la concordia de toda su ciudadanía, formando parte de este gran equipo que somos esta compleja y heterogénea sociedad.
Es el ejemplo de Jean Valjean, el personaje de la novela romántica de Víctor Hugo “Les Misérables”, que a pesar de haber estado encarcelado diecinueve años por haber robado una simple barra de pan, finalmente sus nobles y sólidas convicciones morales le motivan a salvar a Javert, responsable de su cautiverio, de una muerte segura. Sin embargo, tal es el remordimiento y el dolor de Javert, incapaz de soportar la idea de haber sido salvado por la persona a la que él humilló y maltrató durante diecinueve años de su vida, decide suicidarse. Y yo, como catalán, sigo el ejemplo de Jean Valjean (y de Cambó), con la intención de ser fiel y sólido en mis convicciones, levantándome del suelo cada vez que reciba un puñetazo en forma de anticatalanada para seguir dando un paso hacia delante en mi largo y eterno camino de mi vida, e intentando mantenerme invulnerable contra todo Javert que me quiera criminalizar e imponer su carnet de españolidad.

lunes, 6 de diciembre de 2010

32 años de la Constitución Española

El día 6 de diciembre se cumplen 32 años de la redacción y aprobación de la Constitución Española, la llamada Carta Magna bajo la cual a través de una larga declaración de principios se rigen nuestros derechos y deberes como ciudadanos españoles.
Aunque no he tenido la ocasión de leerme todo el texto porque es muy largo y cansino como lo resultan la mayoría de leyes, sí que me he permitido dedicarme un tiempo de mi vida a leerme los diferentes resúmenes acerca de su concepto, su estructura y su contenido para poder tener una idea global y permitirme una valoración en base a un conocimiento de causa. En términos generales, se trata de una Constitución que nos ha permitido el establecimiento de un buen sistema democrático, el desarrollo global del país y de su bienestar, mayores índices de competitividad a nivel internacional y notables cotas de autogobierno como nunca antes se habían tenido. Ello no significa que todo ello se haya hecho correctamente o como se debiera, o que partes de esta Constitución, por diferentes razones, no se hayan desarrollado. Hay que distinguir entre una buena norma suprema y la aplicación que de ella se hace, que son dos cosas muy distintas. Por poner un ejemplo, las enseñanzas de Jesucristo y la aplicación e interpretación que de ellas ha hecho la Iglesia Católica a lo largo de los siglos hasta nuestros días. Sin embargo, como toda obra humana de este mundo, es imperfecta y puede chocar ante determinadas circunstancias debidas al inevitable cambio de los tiempos. Insisto que por el hecho de no haberme leído la versión íntegra del texto y estar faltado de suficientes conocimientos del ámbito de las ciencias jurídicas, no soy capaz de juzgar qué parte de la Carta Magna debería de ser modificada. Hay que distinguir, pues entre un artículo que limite una libertad o el desarrollo de una cierta acción porque se ha quedado obsoleto, y un artículo que provoque las mismas limitaciones debido a una mala interpretación o aplicación o porque no se ha desplegado como se debía.

En efecto, la Constitución Española, como obra humana, es decir, imperfecta y cuestionable, es posible su modificación para adaptarla a los nuevos tiempos que vivimos, porque la realidad social siempre está por encima de la realidad legislativa, que nunca llega a ser real porque es solo una interpretación del momento, una “fotografía” de aquel instante y de aquella situación. Es decir, una ley coyuntural siempre quedará anticuada porque el mundo cambia más deprisa que todo aquello que se formula. No se debe de caer en el equívoco de que ser partidario de su reforma signifique ir en contra de la Constitución o ser antiespañol como algunos quieren hacernos creer. Ello sin embargo no implica la existencia de partidarios y contrarios a la reforma movidos mucho más por sus intereses personales y no porque realmente quieran velar por el bien común de la sociedad española.
Por ello, la modificación de las Leyes constitucionales resulta un tema extremadamente controvertido. Ninguna Constitución es como una sagrada escritura, como la Biblia, es decir, perfecta, infalible e incuestionable. Y porque algo sea declarado inconstitucional tampoco significa que sea necesariamente malo, solo quiere decir que está fuera de esa Ley, nada más, porque hay vida y sentido común más allá de lo que dicen todos y cada uno de los artículos. Cada párrafo no equivale a una parábola de las enseñanzas de Jesucristo, las cuales nadie va a criticar o reformar. Los autores del texto, los llamados “Padres de la Constitución” eran humanos y no enviados de Dios, lo que demuestra la posibilidad y viabilidad de una reforma si es que resulta necesaria. Así, cuando alguien defiende un artículo de la Constitución debería de hacer el ejercicio de plantearse si lo hace porque moralmente cree que tiene razón en lo que dice o solo lo defiende porque simplemente lo dice, es decir, que si dijese lo contrario también lo defendería. Y el mismo mensaje vaya para quienes son contrarios.

En definitiva, tan legítimo es estar de acuerdo con el contenido de la Constitución como quienes discrepan, siempre y cuando se haga con conocimiento de su contenido. No deberíamos de juzgar si no conocemos qué se dice y limitarnos a creer lo que aquel partido político del cual somos afines nos explica como si de un credo religioso se tratara.
Es necesaria una constitución para que un país progrese, y debería extenderse más que nunca el conocimiento de su contenido para saber a qué nos atenemos, empezando por las escuelas. Muy poca gente conoce lo que dice nuestra Constitución, y tanto su defensa como su rechazo se formulan a menudo desde la ignorancia. El preámbulo afirma que “La nación Española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de 1) Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo, 2) Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular, 3) Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones, 4) Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida, 5) Establecer una sociedad democrática avanzada, y 6) Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.”
La defensa y aplicación de este preámbulo bienintencionado, objetivo fundamental de la Constitución y punto de partida del desarrollo de las partes dogmática y orgánica, es de donde nacen todos los conflictos y discusiones tanto políticas como sociales porque no existe una sola manera de entenderlos y aplicarlos, y es precisamente aquí donde debería de formularse el mayor consenso posible que garantice una buena estabilidad estatal. Esta Constitución fue una decisión únicamente de expertos en la materia porque se redactó bajo unas circunstancias históricas que así lo obligaron. Sin embargo, hoy día, después de más de tres décadas de democracia, ello debería de hacerse extensible a la sociedad española, la cual tiene derecho a dar voz y voto para opinar y sugerir qué debería de contener o no la carta Magna para hacer del nuestro un país mejor. La participación ciudadana en la elaboración y materialización de nuestros deberes y derechos democráticos es hoy día fundamental para contribuir al progreso y al desarrollo que queremos, más allá de un criterio político y judicial.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Ara és l’hora de treballar per Catalunya

Es veia venir. A les eleccions autonòmiques d’enguany ha passat allò que havia de passar. Els efectes d’una crisi econòmica que acostuma a fer mal als partits d’esquerra i la ineficàcia d’un tripartit incapaç d’entendre’s entre sí i de gestionar bé el nostre territori ha donat ales als partits conservadors. El resultat ha estat una aclaparadora victòria de CIU, propera a la majoria absoluta, i un notable ascens del PP, que recupera amb solidesa la tercera posició.
La participació ha estat del 59;95% de la població amb dret a vot, la qual cosa ha significat un increment del 7% respecte a les anteriors eleccions, i una clara evidencia de les ganes de canvi polític que havien. Malgrat que el dret a vot no obliga a la participació, és recomanable d’exercir-lo perquè les grans abstencions no són mai positives. Cadascú té dret a decidir què vol fer, però l’inconvenient resideix en què la meitat o menys de la ciutadania acaba decidint pels altres qui governarà en els propers quatre anys, i això no és just. Sempre és preferible un vot en blanc o un vot de càstig, fins i tot votar a un partit petit, que quedar-se a casa o anar-se’n a fora. És per això que he participat perquè m’he negat a què una altra persona que vagi a votar decideixi per mi qui ha d’ésser el nou president. Cada vot suma i és decisiu a l’hora de fer declinar la balança vers als uns o als altres.
Per a CIU, a la tercera ha anat la vençuda i podrà governar des de la Generalitat còmodament. La ciutadania de Catalunya espera estabilitat i poder sortir de la crisi econòmica. Artur Mas no ho tindrà pas fàcil i hi haurà molta feina per fer en un territori que en els darrers anys ha viscut una situació políticament inestable i una situació econòmica que l’ha fet perdre posicions com a motor d’Espanya i com a referència europea. Espero i desitjo un govern sòlid i segur, amb un equip de persones humanes capaces de saber gestionar correctament els recursos i fer complir les seves propostes. El millor és un govern en solitari, sense pactes, doncs el pactisme porta a què el partit pactant imposi les seves condicions per damunt del partit guanyador. Aquesta ha estat la clau del fracàs del tripartit. Si el PSC hagués obtingut des d’un principi una àmplia majoria hauria pogut aplicar el seu programa electoral sense haver de dependre de les condicions imposades pels seus socis ERC i ICV. Avui dia no podem parlar de governs d’unitat tal i com defensava en Tarradellas, perquè els partits polítics no s’entenen gaire entre sí i cadascun vol fer predominar les seves propostes. No obstant, de l’expressament oblidat i arraconat Molt Honorable podem recollir la idea d’establir acords puntuals amb la màxima majoria i unanimitat possible per a què Catalunya sigui més forta enfront Madrid i assolir així aquells objectius que siguin beneficiosos per al nostre territori i contribueixin al progrés econòmic i social de la nostra terra, o del nostre “petit país” com deia en Tarradellas.
La votació de la ciutadania ha estat una reacció molt lògica, i ara tothom espera molt, potser massa, per a què les coses canviïn quan abans millor. Insisteixo que serà doncs un repte llarg, dur i difícil per l’Artur Mas.

El PP recupera la tercera posició i tornarà a ser un partit decisiu a l’hora d’assolir acords. Malgrat l’oposició al govern de CIU, no s’hi estaran de pactar i d’entendre’s en aquells aspectes necessaris per a l’estabilitat de Catalunya, malgrat les diferències conceptuals sobre el model d’Estat. Pel que fa als partits d’esquerra, hauran de recórrer el llarg camí de la recomposició si algun dia volen tornar a estar a dalt de tot. Cal que es replantegin la seva manera de fer política si veritablement volen arribar a governar còmodament sense haver de dependre els uns dels altres. De moment, arriben mals temps per al PSC, ERC i ICV i uns quants anys de reflexió.
En aquestes eleccions es vaticinaven sorpreses, com ha estat la irrupció de SI de Joan Laporta, que debuta fins i tot passant per davant de C’s, que ha patit per la seva prepotència al mostrar-se com un partit honrat, honest, transparent i comissari de la veritat. Aquestes cartes mai no són clares i en Laporta té al seu favor, agradi o no, que des d’un primer moment no ha enganyat a ningú en les seves intencions sobiranistes.
Pel que fa als partits no entrants, destacar la no menys controvertida PxC amb l’obtenció de 75000 vots arreu de Catalunya, insuficients com per a entrar al Parlament però molt significatius d’una situació política i social que estem vivint. Molt treballada ha estat la seva campanya si tenim en compte que es va iniciar com a partit local a Vic sota la denominació de Plataforma Vigatana, i que any rere any s’ha treballat la confiança d’una part de l’electorat. L’ascens del partit d’en Josep Anglada ha de servir d’advertència a la classe política catalana que alguna cosa no s’ha fet bé i que cal canviar la direcció de moltes coses que afecten a la nostra societat. Molts dels seus votants, més que per convicció ideològica, han exercit un vot de càstig, de ressentiment o de venjança contra la classe política catalana. L’actual ascens de PxC és un reflex del descontent i el desengany vers els polítics. Ha estat més d’una veu qui ha afirmat que si hagués irromput al Parlament els hauria estat ben empleat a la resta de partits polítics parlamentaris. No hi ha dubte que a les properes eleccions municipals del 2011 tindran presència a molts municipis catalans i, possiblement, a les autonòmiques del 2014.
CIU ha estat un just guanyador, en part per la seva feina, i en part perquè el tripartit els hi ha posat les coses en safata. Desitjo i espero que a partir d’ara les coses canviïn a Catalunya i això repercuteixi en un benefici que la nostra societat pugui gaudir. Al senyor Mas i a la resta de forces parlamentàries catalanes, dir que ara és l’hora de treballar per Catalunya.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Contra un modelo educativo secesionista en Cataluña

Frente al modelo de inmersión lingüística en el sistema educativo defendido por los partidos nacionalistas catalanes, partidos como PP, C’s y UPD quieren apostar por un modelo diversificado consistente en que los padres puedan elegir en qué lengua quieren educar a sus hijos en las escuelas. Bajo esta presunta buena intención con la premisa de que ello se traduciría en un sistema de libertad para el individuo, y queriéndose amparar demagógicamente en el decreto de la UNESCO que afirma el derecho y la recomendación de toda persona a recibir la educación en su lengua materna, existe un malintencionado deseo de alienar y dividir por motivos de lengua a la sociedad catalana.
Si se quiere, se puede criticar el actual modelo de inmersión lingüística, consistente en que todas las asignaturas están impartidas en catalán (salvo la asignatura de lengua extranjera) menos una de ellas que es en castellano, concretamente lengua y literatura española. Sin embargo, el modelo diversificado de “libertad de elección” propone a elegir entre los siguientes modelos:
1. Inmersión en catalán. Como hemos dicho antes, todas las asignaturas impartidas en catalán salvo una sola en lengua castellana.
2. Inmersión en castellano. Al revés del anterior, todas las asignaturas en castellano salvo una sola en lengua catalana.
3. Semi-inmersión en catalán. En el primer curso todas las asignaturas son en catalán salvo una en castellano, y a medida que se va pasando de curso se va introduciendo una asignatura más en castellano hasta llegar al 50%, momento en que se mantiene y se finaliza la enseñanza obligatoria con la mitad de las asignaturas en catalán y la otra en castellano.
4. Semi-inmersión en castellano. Al revés del anterior, en el primer curso todas las asignaturas son en castellano salvo una en catalán, y a medida que se va pasando de curso se va introduciendo una asignatura más en catalán hasta llegar al 50%, momento en que se mantiene y se finaliza la enseñanza obligatoria con la mitad de las asignaturas en castellano y la otra en catalán
5. Bilingüismo equitativo. Desde el primer curso de la enseñanza obligatoria hasta su finalización, el 50% de las asignaturas son en catalán y la otra mitad en castellano.
6. Trilingüismo equitativo. Desde el primer curso de la enseñanza obligatoria hasta su finalización, se reparten las asignaturas en tres partes iguales impartidas en catalán, en castellano y en una lengua extranjera, generalmente inglés.

Demasiados modelos lingüísticos que no hacen más que dividir a la sociedad, y que convierten el ir a estudiar y elegir uno de esos cinco modelos en algo parecido a ir a un restaurante y elegir un menú a la carta. Pero la realidad es que la educación es algo muy serio y decisivo para los hombres y mujeres del mañana como para que la pedagogía se convierta en un simple menú de restaurante. La educación es un derecho pero también un deber, y hay que respetar la realidad de un territorio determinado, la cual está por encima de lo que dictamine una ley o una declaración de principios.
Los partidos políticos que aplican o desean aplicar este modelo “a la carta” en las comunidades autónomas bilingües, deberían de preguntarse qué sentido tiene separar a los alumnos por razones de lengua cuando hoy día se apuesta por la cohesión social como la mejor herramienta para garantizar la unidad, la conciliación, la concordia, la convivencia, el respeto, la solidaridad, el enriquecimiento y la tolerancia de una sociedad tan heterogénea como es la nuestra. En tiempos del franquismo, se solían separar a los alumnos por razones de sexo (habían escuelas solo para niños y otros para niñas o bien un solo colegio pero con dos secciones separadas por un muro), por razones económicas (escuelas para alumnos de padres adinerados y otras para alumnos pobres), por razones de salud (los niños y niñas enfermos o con una minusvalía física iban a escuelas especiales), o por razones intelectuales (en una misma aula, los alumnos empollones se les sentaba más cerca del maestro mientras que a los holgazanes se les arrinconaba), entre otras cosas. Todo esto suponía una pedagogía letal en cuanto a la inculcación de valores se refiere. Así, el niño o niña, desde pequeño aprendía que había personas “diferentes” y que por ese motivo se las separaba, y si se acercaban individuos de otra condición diferente a la suya, automáticamente los marginaban o bien los pegaban o apedreaban en el patio del colegio o en la calle como si se trataran de enemigos que viniesen a invadir su territorio. En definitiva, aprendías que las diferencias eran una cosa mala y no una simple particularidad, que eran perjudiciales en vez de enriquecedoras.
Resulta muy contradictorio que estos partidos hablen de respeto lingüístico cuando ellos son los primeros en discriminar por razones de lengua. Con ello ponen en evidencia que no consideran el idioma como una simple particularidad sino como algo gravemente diferenciador. ¿Os imagináis que a los alumnos también se los separaran por ser mujeres, homosexuales, negros o magrebíes, alegando que por su condición deberían de tener un modelo educativo especial para ellos, y que a eso lo llamaran respeto y convivencia?

Vistos los anteriores ejemplos, ahora habría que preguntarse si es este el modelo educativo que quieren estos partidos políticos para los territorios bilingües, un sistema en que niños y niñas aprenderán desde muy pequeños que catalanohablantes y castellanohablantes son diferentes y por ello irán en colegios o aulas diferentes. Si implantar de dos a seis modelos educativos distintos en un territorio es realmente una apuesta por la libertad y la convivencia, mejor nos retiramos o mejor aún, nos exiliamos. Hablamos de un modelo claramente utópico, pues no hay presupuestos suficientes como para implantarlos, y muchos alumnos deseosos de optar por un modelo educativo determinado podrían quedar excluidos de acceder por falta de plazas suficientes y forzados entonces a estudiar bajo un modelo que no desean. A ello se sumaría la inercia social hacia un modelo educativo concreto de esos seis que se convertiría en el más dominante y demandado en detrimento de los demás, los cuales por falta de plazas se verían obligados a eliminarlos, con el peligro de caer en la diglosia lingüística que terminaría perjudicando a una de las dos lenguas. Y eso no es todo: la politización resultaría inevitable como en todas las cosas. Enseguida veríamos como colectivos independentistas o nacionalistas fomentarían elegir el modelo de inmersión en catalán, mientras que sectores más españolistas incitarían a elegir el modelo más favorable al castellano con el argumento de que es una lengua más útil y con más futuro. Y volvemos de nuevo al conflicto.
No existe un modelo educativo ideal capaz de satisfacer a absolutamente toda la población. Siempre habrá quienes discreparán por una razón u otra, y ello es inevitable. No se trata de hacer un “modelo a la carta” por el hecho de que existan diferentes realidades sociales. Precisamente es al revés, pues por el hecho de que es un fenómeno real en Cataluña, sería preferible apostar por un modelo lingüístico educativo único, acatado y consensuado por todas las fuerzas políticas parlamentarias, y avalado por las A.M.P.A.’s, el profesorado, pedagogos y expertos en materia lingüística. Hay que abogar por un modelo que la gran mayoría de padres y alumnos, incluido el colectivo inmigrante, acepten y vean con completa normalidad su aplicación, es decir, un modelo cohesionador que no enseñe a vernos diferentes, sino que enseñe a que todas las personas, seamos catalanohablantes, castellanohablantes u otra particularidad, la que sea, formamos parte de un mismo equipo, que estamos en el mismo bando y que navegamos dentro de Cataluña en un mismo barco y hacia un mismo rumbo para hacer de nuestra sociedad del futuro un mundo mejor y un territorio ejemplar, en el que todos nos podamos enriquecer y aprender de los demás.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Información electoral poco democrática. Y los partidos pequeños ¿qué?

Otra vez tenemos elecciones y volvemos siempre con la misma historia. La mayoría de periodistas deciden no firmar las cápsulas informativas durante las dos semanas de campaña electoral como señal de protesta por el cómputo exigido por ley que obliga a informar durante más tiempo para el partido político que tiene más representantes y menos para quien tiene menor representación. Esta práctica viene haciéndose desde la instauración de la Democracia, algo que por aquel entonces tenía cierto sentido porque la finalidad era garantizar una presencia ecuánime de todos los partidos políticos en los diferentes medios públicos de comunicación. Sin embargo, a estas alturas de mayor madurez democrática (si es que la tenemos porque a veces invitan a la duda) este sistema carece de sentido y hoy día se debería de apostar por la calidad informativa y no por la cantidad o tiempo dedicado a cada partido, asegurando por supuesto el pluralismo y la neutralidad.
En el caso catalán, y teniendo en cuenta la representación parlamentaria actual, el presente modelo decretaría más tiempo informativo para las formaciones CIU y PSC porque son quienes más diputados han obtenido, mientras que para el resto de partidos la información sería menor e iría menguando hasta llegar a C’s porque ésta solo tiene tres diputados. Otro problema a destacar es que nunca se informa acerca de las formaciones políticas que no tienen ninguna representación, como por ejemplo Plataforma per Catalunya, Partit Antitaurí, Partit per Catalunya, Partit Carlista, Estat Català, Reagrupament, Partit dels Jubilats i Pensionistes i Solidaritat Catalana, entre otros, que al ser prácticamente ignorados por los medios de comunicación son tratados como partidos “de segunda” y se les priva la oportunidad de darse a conocer y convertirse en una auténtica alternativa a los cinco o seis de siempre. Parece que se quiera apostar por una perpetua hegemonía de unos pocos partidos frente al abanico de nuevas posibilidades, es decir, la “dictadura” de los cinco o los seis que “limitan” la representación democrática. Los partidos “pequeños” tienen serias dificultades de llegar a las grandes masas, entre otras cosas por su falta de mayores recursos económicos

El modelo vigente, diferente al aplicado en la mayoría de países de la Unión Europea, pone en evidencia la restricción del pluralismo informativo a favor de la imposición hegemónica de las fuerzas polítcas de siempre, impidiendo a la ciudadanía la opción de conocer y tal vez votar a otras formaciones carentes de representación. Se impide también tener una visión mayor de la política, contribuye al abstencionismo por aburrimiento ciudadano (el hecho que estén “los de siempre”) e imposibilita la formación de mayores y mejores opiniones, gustos, hábitos e identidades como reflejo de las expresiones ideológicas. En términos generales, en buena parte de los países europeos (concretamente Alemania, Finlandia, Bélgica, Francia, Italia, Holanda, Dinamarca, Portugal, Reino Unido y Suecia), a pesar de que aplican diversos criterios de regulación de la cobertura informativa política, diversos estudios realizados confirman que aplican un sistema basado en una mayor igualdad y en la no discriminación y remiten a criterios cualitativos que garantizan la apelación a la profesionalidad tanto en períodos ordinarios como electorales. En España, la Junta Electoral Central, carente de cualquier referente europeo, muestra en comparación con los países anteriormente citados un elevado grado de politización de la regulación de la estipulación de tiempo dedicado a cada partido, y como consecuencia, beneficia a unos, margina a otros e ignora al resto.
Y ante estas elecciones autonómicas, la ciudadanía obvia que los de siempre volverán a tener representación pero quedará a la espera de que tal vez irrumpan nuevas fuerzas políticas para romper con la perpetuada monotonía actual, responsable de la desconfianza hacia la clase política y del notable aumento de la abstención. Son Solidaritat Catalana, Reagrupament y Plataforma per Catalunya quienes tienen más números de obtener diputados por primera vez.
Mientras, la Junta Electoral Central a nivel estatal y las Corporaciones Catalanas de Radio y Televisión y de Medios Audiovisuales de Cataluña deciden no bajarse del burro y obrar como hasta ahora, decidiendo qué partidos tienen más voz y voto y quienes no tienen derecho a hablar. Da igual que los periodistas protesten y no firmen los reportajes, y que algunos partidos y otras entidades periodísticas y del mundo de la comunicación den apoyo a un cambio, porque las grandes entidades dirán que es lo correcto para el pueblo que parece ser no entiende ni sabe sobre el tema. Es el triunfo de la llamada “democracia orgánica” que oficialmente no existe pero que manda sobre la “democracia parlamentaria”.
Finalmente, en solidaridad con los partidos políticos pequeños que carecen de representación parlamentaria (lo que no significa que simpatice o comparta sus ideas), a continuación muestro el logotipo de cada uno de ellos los cuales tienen previsto presentarse para las próximas elecciones al Parlament de Catalunya. La finalidad es darles la oportunidad, ni que sea a través de este modesto blog, de que puedan ser conocidos y obtengan más votos de los previstos. Por cada voto a uno de ellos, será una patada en el trasero al modelo informativo político actual y a la “dictadura de los seis”. Anticipadamente pido perdón por si me he olvidado de citar algún partido. Todos ellos tienen página Web en Internet para quien quiera conocerlos mejor.


martes, 9 de noviembre de 2010

BXVI: In te, Domine, speravi…

El Papa ha vuelto a Barcelona. Veintiocho años después de haberlo hecho su predecesor Juan Pablo II ahora le ha llegado el turno a su sucesor, Benedicto XVI. Ha sido otro día 7 de noviembre, pero sin las lluvias acaecidas en 1982. Según fuentes municipales, Joseph Alois Ratzinger fue recibido por unas 258.300 personas entre quienes le vieron pasar con su Papamóvil por las calles del Eixample, quienes siguieron la misa celebrada en el templo expiatorio de la Sagrada Familia en vivo y en directo a través de las grandes pantallas, y quienes se deleitaron con ambas cosas. La plaza de toros Monumental también se llenó, no precisamente para ver corridas de toros, sino para ver al Papa en pantalla cinematográfica. Jamás este coso taurino se ha llenado de tanto público como cuando vinieron Manolete, Paquirri y Jesulín de Ubrique. La visita del Papa ha servido para consagrar y ascender al rango de basílica esta joya inacabada e interminable de la arquitectura, lo que va a permitir la celebración de misas. Permitiendo un breve inciso, sobre la reivindicación de la figura de Antoni Gaudí como un genio y no como un loco y mi defensa a la finalización de las obras del templo de la Sagrada Familia aunque se tarden veinticinco o cien años más será objeto de una próxima entrada en este blog.
El (sagrado) evento del pasado domingo ha servido para poner de manifiesto una vez más la existencia en Cataluña de realidades sociales muy variadas y dispares. Dos claros precedentes los tuvimos hace unos pocos meses atrás con la multitudinaria manifestación contra la sentencia del Estatut y la celebración el día siguiente de la victoria de “la Roja” en el Mundial de Fútbol. Así, a la pregunta sobre si el pueblo catalán es contradictorio, es falso, si tiene doble personalidad o si padece el síndrome del doctor Jekyll y Mister Hyde la respuesta es clara y sencilla: no. Cataluña no es un pueblo uniforme o por lo general tendente a una uniformidad cultural o ideológica. Cataluña es una tierra cuya realidad social es mucho más variada y compleja de lo que pretenden hacernos creer. Está claro que existe una población de habla catalana, pero también hay una población de habla castellana; hay una demanda por consumir y disfrutar de la cultura catalana y de la cultura en catalán, pero indudablemente también hay una demanda muy importante de cultura no catalana y cultura en castellano; hay quienes desean la independencia, quienes quieren solo más autogobierno y quienes quieren formar parte de España y reivindican así la presencia de signos varios de españolidad.

Ante esta realidad variopinta, a pesar de que todos los partidos políticos han puesto de moda su promesa de reconocer, defender y fomentar la diversidad cultural, lingüística y religiosa frente a la uniformidad y homogeneidad centralista, a efectos prácticos, solo defienden aquellas partes de la sociedad con quienes están más de acuerdo. En realidad, todo partido político catalán, sea de derechas o de izquierdas, sea nacionalista o no, solo gobierna para media Cataluña, para la que ellos consideran, según sus ideas, la mejor mitad.
Y en relación con la visita del Papa a Barcelona sucede algo similar. Hasta ahora se nos ha vendido que somos una sociedad muy progresista, muy liberal y poco o nada religiosa, y eso no es tan cierto. En Cataluña, igual que en el resto de España, hay muchos creyentes, sean más o menos religiosos, en diferentes grados y niveles, así como gente conservadora o defensora de determinados valores, y se trata de una realidad que existe y no precisamente minoritaria. La fe moviliza a muchísimas personas, y aunque entre estas gentes hayan críticos con el Papa por su talante radical, igualmente se han alegrado y reconfortado ante su presencia en Barcelona.
A título personal, un servidor no ha ido a verlo porque aunque soy creyente, soy deísta, tampoco tengo tanta devoción como para levantarme temprano un domingo por la mañana e ir a ocupar un asiento en la avenida de Gaudí. Sin embargo, admito que tampoco me hubiese molestado haberlo visto, aunque solo fuera por poder decir en el día de mañana que yo una vez vi al Papa en persona. El Vaticano eligió a Ratzinger para sustituir al difunto Karol Vojtyla, apostando por una línea dura en vez de una línea más abierta que hubiese permitido una modernización de la Iglesia adaptándola a nuestros tiempos. Lamentablemente el glorioso período aperturista y amable de Juan XXIII, Pablo VI y fugaz de Juan Pablo I ha sido enterrado y olvidado. La Iglesia católica debería de ser precisamente menos católica propiamente dicha y mucho más cristiana, ciñéndose exactamente a las enseñanzas de Jesús. La falta de fe y la desconfianza hacia el clero se debe precisamente por su lejanía o por el uso de conveniencia de la palabra del presunto Hijo de Dios. La historia nos pone de relieve las atrocidades llevadas a cabo en nombre de Dios y quienes lo han sufrido no lo perdonan. La última y más reciente en la historia de nuestro país ha sido el apoyo del Clero al régimen franquista. Aquellos sacerdotes y demás órdenes religiosas que realmente han sido cristianas hasta la médula han sido apartados o marginados de la Iglesia. Es decir, creyentes de conciencia y de buena fe no interesan. Nada más hay que observar el caso de Vicente Ferrer. Tampoco se comprende que existan sectores conservadores, progresistas, aperturistas, moderados y similares dentro de la Iglesia. Si el mensaje de Jesucristo fue objetivo, no se entiende el sentido de la existencia de posturas diferentes. Todas ellas no deberían de existir, solo debería caber una sola y única postura objetiva y universal. El resto, son manipulaciones y perversiones a los antojos personales de la humanidad.

En resumen, no es este el modelo de Papa que yo quiero porque defiende y perpetúa un sistema alejado del verdadero cristianismo y contribuye sin quererlo a expandir cada vez más la pérdida de la fe en algo, o sea, al agnosticismo y al ateísmo. Justo el día antes del evento, el sábado por la noche vi en vídeo la película “Las sandalias del pescador”, cinta muy interesante y recomendable y con excelentes interpretaciones por parte de veteranos actores muy curtidos, especialmente de Anthony Quinn, cuyo personaje de Papa ruso es modélico, íntegro y ejemplar hasta el punto de convertirse en aquel jefe de la Iglesia católica que mucha gente desearía que fuese en la vida real. Desgraciadamente, eso no es así y la línea dura se ha impuesto por la politización de la religión y por los lobbies ultraconservadores de gran poder y capacidad de influencia, éstos últimos sin complejo alguno en manifestar su hipócrita moral conservadora, claros ejemplos del “haced lo que nosotros os digamos porque nosotros haremos lo que nos dará la gana”. Este lobbi es el que ignora la diversidad religiosa y pone en evidencia que en España, a pesar de que ya no existe una religión oficial, el catolicismo es todavía muy poderoso e influyente y mueve a grandes masas sociales, a millones de personas.
Hasta aquí comparto las críticas de quienes creen que Benedicto XVI representa a una Iglesia que discrimina a las mujeres y a los homosexuales y restringe severamente en el ámbito del sexo y del progreso científico y médico. También comparto las críticas de los cristianos disidentes que tienen un punto de vista diferente de la fe cristiana y no están de acuerdo con la línea dura del catolicismo.
Sin embargo, me permito discrepar en tres cosas. En primer lugar, me parece feo que algunas gentes contrarias a la visita del Papa hayan destrozado algunas banderas de bienvenida colgada en los balcones, pues con ello no hacen más que ponerse a la misma altura del catolicismo más radical y contribuyen a dar una mala imagen, incluso criminalizada, de quienes no están de acuerdo con la visita de Ratzinger a nuestra ciudad. Quien se sienta ofendido por la visita del Papa, sencillamente que no vaya y que apague el televisor.
En segundo lugar, tampoco me ha parecido bien la politización de este evento. Artur Mas no tardó en recomendar al pueblo catalán que colgara las “senyeres” en los balcones, y Rajoy dio su nota afirmando que “es lo mejor que le ha pasado a la lengua catalana en 1000 años”. Si Dios es universal y es de toda la humanidad, no es correcta la presencia de banderas políticas, en este caso tanto de la “senyera” como de la “rojigualda”. La única bandera legítima era solo la de bienvenida al Papa, y lo demás es una simple provocación. La fe cristiana bien entendida no entiende de fronteras ni de lenguas ni de nacionalismos, sino que las personas están por encima de fronteras materiales y políticas.
Y en tercer lugar, aunque defiendo el laicismo y la libertad religiosa, así como la menor presencia de la Iglesia católica a la hora de decidir en los asuntos políticos y sociales, no comparto la actitud demagógica de algunos partidos políticos, como ha sido particularmente el caso de ICV y ERC, cuyos dirigentes no han asistido al acto por su presumible “ateísmo”, pero sin embargo luego se van de “buen rollito” hacia la rambla del Raval a celebrar la fiesta del fin del Ramadán. Y ello no es una crítica al islamismo o a cualquier otra religión no cristiana, sino al uso partidista que hacen de ellas determinados dirigentes. O se es laico o no se es, pero hacer mala cara hacia una religión y buena hacia otras eso es hacer trampa.
En los próximos años, otros Papas vendrán a nuestra ciudad, y la historia y la polémica se repetirán porque no somos tan cambiantes como creemos. In te, Domine, speravi; non confundar in aeternum.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Inútiles e incompetentes hasta para robar

Cada día de lunes a viernes voy a trabajar a la tienda “A la Premsa d’Aquell Dia” dedicada a la venta de periódicos y revistas antiguos y originales, singular negocio familiar fundado en 1994 del cual pronto hará cuatro años que formo parte. Aunque nunca se debe ser negativo, el día a día de tu vida supone un riesgo. Vivir a diario implica un porcentaje de supervivencia o incluso de muerte, depende de lo que el destino que no nos podemos hacer nosotros mismos nos pueda deparar. No podemos adivinar el futuro ni tampoco podemos saber qué nos va a suceder de bueno o de malo ni siquiera en los próximos cinco minutos. Por ello deseo que todo siga como hasta ahora o mejor si puede ser. Hay que ser optimista y no pensar en desgracias.
Trabajar en una tienda a veces es arriesgado, aunque ello tampoco significa que no podamos salir a la calle o trabajar en un establecimiento comercial. Nuestro local se encuentra en el barrio del Raval, antaño Barrio Chino, un lugar donde algunas veces esporádicas se ven robos, tirones y peleas. Afortunadamente, no es lo habitual y no se trata de una barriada tan peligrosa como quieren hacernos creer. Las comunidades filipina y paquistaní son las más abundantes y su presencia no ha supuesto en absoluto un aumento de la inseguridad. Aquí, entonces, descartamos forzosamente el tópico. Es más, recomiendo la lectura, o bien la consulta del libro “Historia y leyenda del barrio Chino”, de Paco Villar, donde históricamente se demuestra que el actual Raval era años atrás (incluso siglos atrás) mucho más sucio, degradado, peligroso e inseguro que ahora.

Enlazando con el tema de la inseguridad, mencionar que el perfil del delincuente parece ser algo peor, y es que en todo ha bajado el nivel, hasta en algo tan vulgar como esto. Nos encontramos a personas que no sirven ni para robar, y he aquí las consecuencias: tres víctimas mortales en nuestra ciudad en un breve espacio de tiempo. Antiguamente, el ladrón era una persona hábil y lista dentro de su faceta “profesional”. Se sabe que algunos practicaban en sus casas con un maniquí lleno de campanitas e intentaban sustraer la cartera sin que no sonara una sola de ellas. Era un ejercicio práctico para poder robar sin que la víctima se enterara. Otros delincuentes eran buenos actores y sabían interpretar sus papeles, que iban desde el personaje del mendigo hasta el enfermo pasando por un falso agente o falso turista.
Todo esto parece haber pasado a la historia. La actitud tan vil y cruel que ahora adoptan resulta incomprensible. ¿Qué se remueve dentro de estas mentes desquiciadas? Se supone que el ladrón solo quiere el dinero u objetos de valor o de necesidad, nada más. Pero ahora, además, les sobra tiempo para agredir o matar a sus víctimas. ¿De qué les sirve hacer esto? Tal vez piensan que muertos nadie les identificará y a la policía la resultará mucho más difícil de atraparlos. Pero se equivocan, porque tarde o temprano son capturados.
Desde aquí expreso la indignación que provoca estos últimos crímenes cometidos en Barcelona por robo en establecimientos comerciales. Son crímenes sin ninguna justificación.

Ningún argumento lo puede razonar, ni siquiera el típico del delincuente drogadicto que estaba colocado y dice no saber lo que hacía. Ello jamás debería de ser un atenuante. Por esta razón, si la drogadicción o el alcoholismo es motivo de disculpa, entonces droguémonos o emborrachémonos todos y matémonos los unos a los otros, así a la mañana siguiente, cuando salga el Sol, diremos que somos personas buenas y honradas, solo que unas pobres enfermas que no sabíamos lo que hacíamos y que tuvimos un simple accidente emocional en un momento dado que nos llevó a matar sin querer.
Señores delincuentes, robar está muy mal, pero si robáis porque convenceros de hacer lo contrario va a resultar prácticamente imposible, por favor, no seáis tan perros de daros el derecho adicional de quitarle la vida a la víctima. Tened al menos la profesionalidad y pulcritud de vuestros antepasados. Robar es como un juego: o se gana o se pierde. Y si matáis porque no sabéis perder, mejor no entréis en este juego y dedicaros a otra cosa, o pagad con las consecuencias.