viernes, 29 de mayo de 2009

Memorias de un cinéfilo de barrio. III Centre Parroquial d’Horta


Uno de los poquísimos cines de barrio al estilo antiguo que todavía existen en nuestra ciudad (si bien es escasa la gente que lo sabe) es la sala de proyecciones del Centre Parroquial d’Horta. Es realmente una pequeña joya que se encuentra recóndita en la barriada de Horta, en los números 7-9 de la calle de Feliu i Codina. No funciona exactamente igual que los locales de reestreno de antaño, pero parte de aquel espíritu se ha mantenido hasta nuestros días. Entrar en su interior, que todavía mantiene el diseño “sesentero” y ese olor a madera vieja, representa para quienes hayan conocido los entrañables cines de barrio un viaje imaginario a la juventud o a la infancia perdida.
El Centre Parroquial d’Horta es una entidad religiosa cuya existencia se remonta en el año 1866, pero no fue hasta 1883 cuando se ubicó en su actual emplazamiento. De hecho, las sesiones de cine no empezaron hasta el año 1932, con una máquina de 35 milímetros que proyectó los 24 episodios de la película muda “Los conquistadores del oeste”. No sería hasta el 28 de junio de 1936 que llegó la primera película sonora: “Juana de Arco”. Transcurrida la Guerra Civil, las actividades cinematográficas no se reemprendieron hasta el 19 de octubre de 1952, con una máquina alquilada de 16 milímetros, y hasta 1960 no adquirieron nuevamente un proyector de 35 milímetros. El 15 de septiembre de aquel año se exhibió con el nuevo formato más grande la película “La coraza negra”. Dos años más tarde, la entidad adquirió una máquina proyectora de propiedad. El 12 de junio de 1963, con una nueva cabina y dos nuevas máquinas de propiedad de exhibió la película “Bambi”. El 27 de junio de 1964 hubo una sesión en cinemascope con la película “Viaje al centro de la Tierra”.
A partir de 1965, el interior de la sala fue reformado y modernizado con un diseño y una decoración adaptados a los nuevos tiempos. El 4 de septiembre del mismo año, el local reabrió renovado proyectando la primera versión de “Tu a Londres y yo a California”. El 9 de septiembre de 1967 se inauguraron dos nuevos proyectores con la película “Lawrence de Arabia”. Precisamente en el mismo año se iniciaron con mucho éxito las sesiones de Cine Forum, con la película “Esa clase de amor”, el 18 de noviembre.
El 17 de febrero de 1973 empezaron las sesiones matinales para escolares, siendo la primera película proyectada “Oliver”. Lamentablemente, el Cine Forum no tuvo continuidad y el 20 de diciembre de 1975 se hizo la última sesión con la película “El compromiso”.

La verdad es que no es precisamente mucho lo que puedo decir sobre mis vivencias personales en el Centre Parroquial d’Horta porque no iba asiduamente, pero merece la pena recordarlo porque lo conocí en mi infancia, ni que fuese vagamente. Cuando yo estudiaba EGB en el Grupo Escolar Timbaler del Bruc, algunas mañanas entre semana habíamos ido con toda la clase a ver alguna película, naturalmente infantil. Entonces no se hacía clase hasta la tarde. Algunas veces nos habíamos desplazado en un viejo autocar y otras llegamos a viajar en metro hasta Horta. Recuerdo que la entrada desde la calle era pequeña, y que apenas había vestíbulo. Aquella sala no era muy grande, y constaba de un pasillo central con dos bandas laterales de asientos de madera y un pequeño anfiteatro. Y antes de empezar la sesión, había mucho jolgorio por parte de los compañeros de clase, incluso de otros colegios que allí se habían reunido.
En cuanto a las películas, recuerdo concretamente un documental sobre animales, posiblemente de Walt Disney. Y en especial una película de brujería de algún país del este que lamentablemente no recuerdo el título, pero que a todos nosotros nos encantó por su entretenimiento. Trataba de unos brujos que secuestraban una princesa, y el héroe tenía que ir a rescatarla. Pero antes, tendría que pasar por unas pruebas y vivir todo un seguido de aventuras antes de llegar al castillo. El efecto especial de un dragón gigante no era otra cosa que un lagarto de verdad aumentado y superpuesto. Finalmente, el héroe rescataba a la princesa y mataba al brujo, el rey de las tormentas, que en vez de echar sangre echaba agua y se deshinchaba como un globo. Todo el mundo se echó a reír. Cine infantil y para todos los públicos era lo habitual: de aventuras tanto clásicas como modernas, de Gozzilla y otras japonesas del mismo género, de dibujos animados, documentales y de Walt Disney tanto de animación como de personas reales.
Llegados los nuevos tiempos, el numero de espectadores disminuyó considerablemente, viéndose la sala afectada del mismo modo que los cines de reestreno de barrio. Es por ello que a partir del año 1990 las sesiones matinales infantiles fueron definitivamente suspendidas y la oferta cinematográfica obligada a experimentar un nuevo rumbo para poder subsistir.
Desde el año 2004, el Centre Parroquial d’Horta organiza durante los meses de noviembre la “Setmana de Cinema Espiritual” para escolares y catequistas. Durante el 2006 se mejoraron las instalaciones de sonido, y desde el presente año, las proyecciones cinematográficas (sobre unas cincuenta al año entre septiembre y abril) se hacen en DVD.



jueves, 28 de mayo de 2009

Des d'aquest matí, només hi ha un sol tema per parlar

Sense paraules. Res a dir i molt a sentir.
Enhorabona al Barça, i que moltes vegades poguem celebrar festes així.


martes, 26 de mayo de 2009

La crisis según Albert Einstein


He aquí las reflexiones sobre la crisis procedentes de uno de los mayores coeficientes intelectuales de la humanidad. Espero que para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, los políticos tomen nota y reflexionen. Dice así:
"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."

Albert Einstein (1879 - 1955)


sábado, 23 de mayo de 2009

Memorias de un cinéfilo de barrio II. Cine Astor Palace


Uno de los cines de barrio que formaron parte de mi más temprana juventud fue el cine Astor o Astor Palace, ubicado en el número 141 del paseo de Fabra i Puig, entre las calles de Vèlia i de Malgrat, en el barrio de Santa Eulàlia de Vilapicina del distrito Nou Barris. Se inauguró el 20 de diciembre de 1959 por iniciativa del empresario Alfred Borràs i Castells. A pesar de que era la típica sala de proyecciones de barrio periférico que ofrecía programas dobles, el edificio tenía un moderno diseño para aquella época, típicamente racionalista. A cada lado de la fachada había los paneles donde se exponían las fotografías de las películas programadas, estando a la derecha las fotos y los carteles de las que se exhibían durante aquella semana, y a la izquierda las previstas para la próxima semana. Su interior era grande, y a pesar de tener un vestíbulo pequeño y de no disponer de anfiteatro, tenía capacidad para 1.200 personas. Las butacas estaban distribuidas en dos grupos laterales de 6 asientos por fila y dos centrales de 13 asientos por fila. En total había 35 filas y un pasillo central cercano a la pantalla, a partir de la sexta fila. Los servicios estaban a cada lado de la pantalla, la cual era, por cierto, de grandes dimensiones para una sala de barrio. El sistema de proyección, de sonido y de confort que equipaba nada tenía que envidiar a los locales de estreno. Fue una de las salas de barrio que más aguantaron el masivo cierre de locales de reestreno producido especialmente en la década de los ochenta, pero a pesar de haber mantenido a un público fiel, la crisis producida por el auge del vídeo y de las nuevas formas de ocio para la juventud terminó por llegar y el cine Astor cerró definitivamente sus puertas el 31 de julio de 1993. Posteriormente, después de unos años de abandono, el edificio fue derribado y en su solar ha sido construida una residencia geriátrica de lujo.


Recuerdo que los programas dobles de reestreno eran muy buenos y entretenidos, sobre todo para quien no hubiese visto ninguna de las dos películas. De niño padecí bastante con la japonesa de monstruos “La batalla de los simios gigantes”, donde el buen Kimbo luchaba contra el malvado Golliath. Este género era habitual en las salas de barrio entre finales de la década de los setenta y principios de los ochenta. Casi todas las películas de Gozzilla se llegaron a proyectar en el Astor (como "Galien el monstruo de las galaxias ataca a la Tierra", "Invasión extraterrestre" y "King Kong se escapa"), así como el serial de James Bond, tanto de la época de Sean Connery como la de Roger Moore. Concretamente, la espectacularidad de “Moonraker” hizo que mi hermano y yo nos animáramos a repetirla en varias ocasiones, pues en aquellos años era para nosotros el colmo de la espectacularidad. Fue en este cine donde descubrí al actor Charles Bronson, concretamente en su papel de Cabellera Negra en “El desafío del búfalo blanco”, y donde también descubrí la que por aquel entonces me pareció la película más aburrida de la historia del cine: “Una mujer descasada”. Nuestro género favorito, el cine de terror, se dio cita en esta entrañable sala. La serie de películas protagonizadas por Paul Naschy (Jacinto Molina) en sus papeles de hombre lobo fueron un auténtico deleite. De Jesús Franco recuerdo “El conde Drácula”, y de Werner Herzog la interesante versión de “Nosferatu el vampiro”, buena película que lamentablemente se acogió muy fríamente por parte de un público acostumbrado a lo más comercial. Mítica fue “Phantasma”, de Don Coscarelli, con el singular personaje del Hombre Alto. El trailer cinematográfico decía que “si esta película no le ha aterrado es que está usted muerto”, así que, al salir del cine, mi hermano y yo dijimos que estábamos muertos. El cine de calidad se dejó entrever en algunas ocasiones, si bien no tuvo mucho éxito de público, como el caso del programa doble “Blade Runner”, de Ridley Scott, y “Corazonada”, de Francis Ford Coppola.
Otra característica del Astor era que llegó a ser uno de los cines más baratos de Barcelona, valiendo la entrada solamente entre 200 y 250 pesetas cuando los cines de estreno del centro de Barcelona tenían un precio de hasta 450 pesetas. Yo solía ir a menudo los domingos con mi hermano y sus amigos del barrio, pues era el mejor entretenimiento posible para pasar la tarde. Su público era joven, y a menudo venían los grupillos de turno a armar jaleo mientras proyectaban la película, gritando, riendo o haciendo comentarios graciosos en voz alta. No negaré, entonces, que a veces había semanas con un poco de mal ambiente, y que durante la proyección de la película era aconsejable no ir al servicio porque entraban y salían personajes con los cuales era mejor no cruzarse por si acaso.
En resumen, excelente sala de reestreno el cine Astor o Astor Palace, con buenos e interesantes programas dobles para toda la familia a disfrutar por un gasto insignificante con una calidad en cuanto a prestaciones y confortabilidad se refiere equiparable a una sala de estreno, pero en tu propio barrio. Todo un señor cine al que le brindo este recuerdo.

Nota: el plano de la planta de la sala y el aviso son de mi colección particular, conseguidos de la taquilla una vez cerró el cine.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Memorias de un cinéfilo de barrio I. Introducción

A pesar de que todavía soy bastante joven y he vivido más años en los tiempos modernos (o de las nuevas tecnologías y de la era digital) que en los de antaño (o de lo artesano y de lo labrado a mano), tengo el placer y el orgullo de haber conocido los cines de barrio en sus últimos años de actividad y de haber vivido ni que haya sido solo una pizca aquel ambiente social y de ocio de barriada ahora inexistente que para la adolescencia de hoy parece pertenecer a la prehistoria. ¿Os acordáis de aquellos tiempos? La verdad es que la existencia de los cines de barrio respondió a una forma de vida distinta a la actual, especialmente para la juventud, la principal clientela de estos locales. En los barrios populares de la periferia los equipamientos de ocio (culturales y deportivos) escaseaban o brillaban por su ausencia, las calles no eran precisamente un lugar adecuado para el paseo, y la situación económica no invitaba a grandes gastos semanales. Además, el ocio en el centro de la ciudad era caro y prácticamente reservado a gente más adinerada, lo que limitaba la movilidad de la juventud de la periferia popular, la cual encontraba como alternativa factible para aprovechar el tiempo recurrir a los cines de barrio con sus parejas o amistades y pasarlo bien durante toda la tarde por un precio módico, disfrutando de las películas que habían saltado de las salas de estreno del centro de Barcelona.
Los cines de barrio, de hecho, fueron mucho más que esto, pues entre el final del franquismo y la Transición se convirtieron en centros de reunión de asociaciones vecinales y de sindicatos para reivindicar mejoras para los barrios, hacer mítines y debatir temas varios, como la celebración de una fiesta mayor, o hacer una asamblea anual. En definitiva, fueron grandes espacios humanos y sociales y centros de grandes decisiones que hicieron cambiar el rumbo de la historia de un territorio. ¡Si estas salas hubiesen podido hablar!

A título personal, todavía recuerdo los sábados y domingos por la tarde haber entrado en las salas de reestreno acompañado de mi hermano (y de su grupo de amigos del barrio), de mis padres o de mis amigos a ver programas dobles y a repetir aquellas películas que más nos habían gustado, o incluso entrar al cine cuando la película ya había empezado y luego quedarnos a ver el trozo del principio que no habíamos visto. Todavía recuerdo el olor tan característico de las salas, de sus paredes recubiertas de madera o terciopelo, de los pasillos, de las taquilleras (a menudo señoras mayores), de las viejas butacas rajadas que chirriaban, de la clase de público que frecuentaba, de aquellos servicios de altos urinarios y de lavabos cuya agua del grifo sabía a cloro, de aquellos bares que vendían palomitas rancias en bolsas de plástico y frutos secos de la casa Churruca…
En definitiva, una estampa desaparecida de la que soy testigo viviente y que nada tiene que ver con el moderno ambiente cinéfilo que ofrecen las grandes multisalas de las superficies comerciales y centros de ocio.
En este viaje sentimental, varios cines formaron parte de una etapa de mi vida y ahora los recuerdo con añoranza. Es por ello que los quiero homenajear uno por uno aquí, en este blog, narrando la historia de cada una de las desaparecidas salas de cine de barrio y los recuerdos que tengo de todas ellas, con el máximo detalle posible: Astor, Centre Parroquial d’Horta, Dante, Diamante, Maragall, Montserrat, Paladium, Río, Rívoli, Versalles, Victoria, Virrey... y tal vez otros más.


domingo, 17 de mayo de 2009

¿Por qué el Barça es más que un club?


El pasado sábado día 16, el F.C. Barcelona se ha proclamado matemáticamente campeón de la liga nacional de fútbol. Con esta, ya suma un total de 19, y que gane muchas más.
Como culé que siempre he sido, si alguien me pregunta por qué el barça es más que un club, yo le responderé que actualmente se debe a un motivo muy sencillo. Esta entidad ha logrado lo que ningún partido político ha conseguido ni conseguirá jamás. Los colores azulgranas son compartidos por igual entre hombres, mujeres, niños, jóvenes, mayores, cataanohablantes, castellanohablantes, autóctonos, inmigrantes, blancos, negros, latinos, cristinaos, musulmanes, heteros, gays, progresistas, conservadores, etc, etc, y toda esta comunidad tan variopinta va unida deleitándose del espectacular juego ofrecido por el equipo de Pep Guardiola y celebrando con locura los títulos que ha ido ganando, tanto en el estadio del Camp Nou como en Canaletes o bien en una peña barcelonista. Y nadie se pelea. Al contrario, las diferencias se convierten en algo que no importa, son asumidas por todo el mundo y consideradas como una simple particularidad del individuo. Nada más. Solo hay una cosa verdaderamente importante para la afición: el Barça.
Y para mí, eso es motivo de orgullo y es por ello que para mí el Barça es más que un club. ¿Algún partido político ha logrado hacer esto o alguna vez en la vida lo conseguirá? A partir de ahora, estoy dispuesto a votar aquel que consiga ser "més que un partit" y logre cohesionar a todo el mundo como ha hecho el Barça, porque seguro que entonces va a ser el mejor partido político del mundo. Así que, señores de la política, ese es vuestro reto. Os espero.


martes, 12 de mayo de 2009

No hubo alirón pero sí algo muy gratificante


El pasado domingo fui a un local con cuatro amigos a ver el partido entre el F.C. Barcelona y el Villarreal, que terminó en empate. Eso no tendría nada de particular si no fuese porque lo vi desde la tetería situada en la calle de la Lluna, en el barrio del Raval (que para muchos será siempre el Barrio Chino), donde se emplaza la sede de la Penya Barcelonista Bereber.
El ambiente era singular y diferente al habitual. Salvo nosotros cinco, el resto de personas eran chicos musulmanes, algunos de ellos con los rasgos y coloración de piel típicos. No pararon de animar el equipo, de gritar Barça! Barça! y de celebrar los tres goles que marcó el conjunto azulgrana.
Al final, el F.C. Barcelona empató y no pudo proclamarse campeón de Liga. Sin embargo, mi satisfacción por ver a todos aquellos chicos musulmanes como animaban al equipo con gran pasión. La experiencia fue muy grata, pues dentro de aquel local me encontré a gusto con un grupo de jóvenes que se comportaron y forjaron un ambiente excelente y familiar.
¿Qué significado tiene todo esto? Muy sencillo. El hecho de que un grupo de inmigrantes disfrutara del Barça demostró que existe el deseo real de mucha juventud extranjera de querer integrarse en nuestro país y formar parte de nuestra sociedad, ser igual al resto de jóvenes occidentales. Además, para quien lo desconozca, esta experiencia sirve para eliminar prejuicios y no generalizar los males de una minoría a toda una comunidad. Yo os puedo asegurar que aquella juventud se comportó como nosotros y que no hubo nada extraño o anormal. Salí intacto e ileso de la tetería y con todas mis pertenencias.


Es por ello que a toda la inmigración que se esfuerza para integrarse y formar parte de nuestra sociedad, sentirse de nuestro territorio, merecen una oportunidad. Lógicamente, nadie desea perder sus raíces porque en los orígenes hay unas tradiciones y una cultura que, bien usada, puede resultar enriquecedora. Sin embargo, llevando eso en su alma, son capaces de llevar también en su corazón la tierra que los ha acogido.
Un buen uso de la diversidad cultural, racial y lingüística es positivo. No hay que ir al extremo de discriminarlos porque sean diferentes, o bien ir de "buen rollito" creyendo que así se les hace un gran favor como hacen otros. Simplemente, se debe apelar al equilibrio, que se sientan como uno más en el nuevo territorio, ni pero tratados ni mejor tratados por el hecho de ser inmigrantes. Es así como, sin renegar de sus orígenes, se integraran y se forjará una interculturalidad adecuada, que enriquezca la cultura catalana a la vez que esta les aportará a todos ellos. Es el término medio entre prohibirles sus tradiciones o extenderlas en detrimento y fagocitación de la nuestra.
En definitiva, solo me queda agradecer a toda aquella juventud inmigrante por querer formar parte de nuestra tierra y demostrar que en realidad no somos tan diferentes los unos de los otros. Visca el Barça! y Visca la Penya Barcelonista Bereber!

miércoles, 6 de mayo de 2009

Recordando a FASSMAN en el centenario de su nacimiento


Este año se celebra el centenario del nacimiento del psicólogo y parapsicólogo catalán Josep Mir i Rocafort, conocido mundialmente como Fassman.
Nacido en Sort (Lleida) en el año 1909, desde niño ya poseía el don de la llamada percepción extrasensorial. Siendo un adolescente demostró en seguida un despertar de su vocación por lo paranormal, pues se inició profesionalmente en el circo realizando números de ilusionismo como la prestidigitación, la magia y el mentalismo. Paralelamente, empezó a investigar con más profundidad acerca de los fenómenos parapsicológicos. En 1938, en plena Guerra Civil, después de haber conseguido mayor fama dentro de su ámbito, adoptó el nombre artístico de Fassman y realizó sus primeros sus primeros estudios y experiencias en el campo de lo paranormal en las ciudades de Perpignan y Paris. Terminado el conflicto bélico, regresó a España y presentó en Barcelona un espectáculo de mentalismo e hipnosis con gran éxito de público hasta el punto de adquirir fama y prestigio internacional, pues demostró un gran poder de sugestión que le permitió dominar las técnicas de hipnosis. Así fue como se ganó la vida en los años posteriores hasta su retirada de los escenarios a mediados de la década de 1960. Solamente hubo un paréntesis durante la década de 1950 cuando estudió psicología en la Universidad Latino Americana de La habana (Cuba). Fueron diversos los motivos que le indujeron a abandonar sus espectáculos, y ello repercutió a recibir críticas, acusándole de haber renegado de su etapa como ilusionista al mismo tiempo que restaban credibilidad a su labor en el campo de la hipnosis terapéutica. Otros, en cambio, celebraron su abandono porque consideraban que así se olvidaba un pasado que restaba seriedad a su trabajo posterior. Desde su doctorado en 1962 se dedicó a la docencia y a la atención de pacientes.
Se dice de él que, como mentalista e hipnotizador, combinó su esfuerzo y su talento hasta el punto que nadie puso en duda que fuese el mejor en su especialidad. Sus conocimientos y su experiencia, conjuntamente con sus facultades y su personalidad, le permitió fundar el llamado sistema de Dinámica Mental Aplicada. En Barcelona y en el continente americano fundó institutos, cuyos discípulos siguen sus enseñanzas en la actualidad. Fue presidente de honor del Instituto Ecuatoriano de Investigación Psicológica y miembro de la Asociación Nacional de Instructores de Hipnotismo de Estados Unidos.


En 1980, su pueblo natal le nombró hijo ilustre en agradecimiento a que siempre hablara de Sort en todas las entrevistas que le concedían, incluso tiene una calle dedicada con el nombre de Fassman. Murió en Barcelona en 1991.
Actualmente, su hija María Mir, que trabajó con su padre como redactora entre 1981 y 1991, ha publicado un libro titulado “Fassman. La biografía. El poder de la voluntad”, con motivo del centenario del nacimiento de este singular personaje del mundo de lo paranormal.
A nivel personal, debo decir que Fassman siempre me ha fascinado, y ahora es de justicia que se reivindique su figura. Han sido muchas veces las que he visto sus espectáculos por la televisión. El último fue concretamente en el programa emitido en TV3 titulado “La vida en un xip”, presentado por el periodista Joaquim Maria Puyal. Allí, a pesar de que era un hombre muy mayor y no le quedaba mucho tiempo de vida, demostró que conservaba todas sus facultades y sus magníficos poderes mentales, como si los años no le hubiesen pasado. La verdad es que dejó sorprendido a todo el público asistente, y llegó a atrapar a un chico que intentó engañarle para hacerle equivocar.
Siempre recordaré en un programa de TVE de Sant Cugat cuando Fassman puso su cara delante de la cámara ocupando toda la pantalla del televisor, pidiendo a los telespectadores que nos concentráramos en todo lo que nos decía con el propósito de hipnotizarnos. La verdad es que no pude porque, siendo un niño, inevitablemente me echaba a reír y me desconcentraba. Sin embargo, en un momento de voluntad y seriedad de mi parte, cuando Fassman dijo “ahora sentirás una sensación de profundo descanso”, de pronto, sentí una especie de relajación corporal que me dejó sorprendido. ¿Sugestión? No lo sé, pero por experiencia propia me atrevería a decir que ese hombre tenía algo de poderoso y nada de impostor.

viernes, 1 de mayo de 2009

Abriendo una nueva etapa en la historia de l’Arxiu


Amigos y amigas:
En la asamblea anual de socios/as celebrada el pasado martes día 28 de abril, he sido elegido por unanimidad como nuevo presidente de l’Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris. Tras cuatro años de buena labor, mi predecesor Arnaldo Gil ha decidido retirarse para dedicarse a dar un fuerte empujón a otras tareas que tenía pendientes. Para mí es un motivo de enorme satisfacción poder asumir este nuevo cargo, pues haberlo logrado representa una notable evolución como persona y la adquisición de un aprendizaje y de una experiencia desde que entré hace diez años, así como un gesto de estimación y de valoración del resto de la gente de l’Arxiu hacia mí. En miras al futuro, son diversos los objetivos a continuar por el beneficio de nuestra entidad y, de paso, de la gente de Nou Barris. A corto y medio plazo, hace falta agilizar las gestiones para conseguir el nuevo local para l’Arxiu sito en Vía Favència, seguir luchando para la protección del patrimonio histórico y arquitectónico de Nou Barris todavía pendiente de catalogar, terminar de dar entrada toda la documentación pendiente y su informatización definitiva, captar más socios/as para engordar esta “familia” tan especial, y dar salida a mi libro sobre los transportes de Nou Barris y al de personajes históricos de Nou Barris de Roberto Lahuerta. Y todo esto no lo creo posible, sino que lo afirmo, pues estoy seguro de que se conseguirá porque la lucha, la constancia y la perseverancia caracterizan a quienes formamos parte de l’Arxiu.


En los próximos años, como portavoz de casi doscientas personas, os garantizo que continuaremos proponiendo una actividad mensual, publicando la revista con vuestra inestimable colaboración, dando entrada a nueva documentación para enriquecer nuestro patrimonio, ofreciendo un servicio de consulta de máxima calidad, promoviendo y fomentando la memoria histórica de Nou Barris y de cada una de sus barriadas, colaborando con asociaciones y entidades, y manteniendo buenas relaciones de conciliación y concordia con todas las administraciones, organismos oficiales y otros centros de documentación. Con todo esto, y modestia aparte, os aseguro que somos y continuaremos siendo el mejor centro de documentación popular nunca conocido, amigo de todo el mundo, donde cualquier persona tiene cabida sin discriminación por cuestión de edad, raza, sexo, orientación sexual, ideas, lengua, procedencia u otra particularidad. El papel de los/as socios/as es fundamental para el progreso y la mejora de nuestra entidad, puesto que todos vosotros/as sois el espíritu real de nuestro proyecto. No tengáis miedo a hablar alto y claro porque estad seguros de que vuestras opiniones, por modestas que os parezcan, serán una aportación de gran valor. La gente que colabora fielmente a l’Arxiu es y será mi mejor equipo, mi mano derecha. Desde ahora, Marta Grau pasará a ser la nueva secretaria y Mila Trueba, la nueva tesorera. Arni Gil, Maria Lluïsa Serralta, Maria Rosa Martínez, Miquel Tormos, Gemma Mateo, Dani Álvarez, Manuel Villén, Dolors Òdena y Mercedes Hidalgo continuarán con sus colaboraciones habituales de las cuales son muy buenos expertos cada uno de ellos/as en sus especialidades. Es mi deseo que continúen y que muy pronto podamos ver caras nuevas que quieran formar parte de nuestro magnífico equipo. Agradezco de todo corazón el apoyo de todo el mundo y en particular el voto de confianza que me habéis depositado para que desarrolle este cargo de responsabilidad. Prometo entregarme a todos vosotros y a l’Arxiu al máximo y hacer mi trabajo lo mejor posible, contribuyendo al progreso y al bienestar de esta entidad popular tan importante y significativa en la historia de Nou Barris del último cuarto de siglo.