viernes, 28 de noviembre de 2008

El Plan de Bolonia: cuando Europa no es para todos/as igual

Últimamente se está hablando mucho acerca del llamado Plan de Bolonia de reforma y uniformización de los estudios universitarios dentro del ámbito de la Unión Europea. Si procedemos a hacer un breve análisis, nos percataremos de las consecuencias negativas que podría tener su desarrollo para buena parte de la población estudiantil que se vería obligada a vivir forzosamente por encima de sus posibilidades y capacidades reales. Ese es el problema de muchos tratados de la Unión Europea porque la mayoría parten como si todos los países son iguales, y eso no es así, porque unos están más desarrollados que otros, y reducir los desequilibrios territoriales resulta algo mucho más complejo de lo que parece. Son diversos los aspectos que se podrían criticar del Plan de Bolonia. En primer lugar, se pretende adaptar el contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales. Eso ya es de partida un error, pues se quiere convertir la universidad en una especie de formación profesional de grado superior. Una facultad es un lugar donde adquieres unos conocimientos acerca de una disciplina, sea de ciencias o de letras, con independencia de que el mercado laboral lo requiera o no. Por lo tanto, en una facultad lo que se adquiere es exactamente eso: una FACULTAD de aquella disciplina. Así, tal adaptación significará la marginación o destrucción especialmente de muchas ciencias humanas y sociales, ya que hoy día los estudios basados en “pensar” se valoran poco con la excusa de que vivimos en un mundo tecnificado. Por lo visto, estudiar filosofía o historia es algo rancio e inútil, por poner un ejemplo. En síntesis, se pretende que la universidad se convierta en una productora de individuos válidos para introducirse en el mercado laboral europeo, el formar trabajadores en vez de desarrollar y transmitir conocimiento o incluso conocimiento con aplicación social. Se quieren máquinas, y no personas.
En segundo lugar, se dice que el Plan serviría de marco de referencia a las reformas educativas que muchos países habrían de iniciar en los primeros años de este nuevo siglo XXI. Si de entrada se hace mal, esa referencia no será ejemplar sino muy perjudicial. En tercer lugar, la convergencia europea sólo se da a nivel de reconocimiento de titulación y no de conocimientos. Es decir, que un mal licenciado será más útil en unos países que en otros, con lo cual tanta reforma para que al final de todo solo valga un vulgar papel que podrás colgar en tu habitación o despacho. Lo demás, ya no cuenta. En cuarto lugar, se producirá una homogeneización y reducción del número de titulaciones (respecto a las actuales), así como los masters, que en vez de ser más específicos serán más generales y estarán enfocados a la empresa privada, la cual será la encargada de establecer los planes de estudio. Este punto significará, además de la destrucción de muchas disciplinas tan fundamentales para el desarrollo de la sabiduría humana, una elitización de la enseñanza universitaria, pues para acceder será necesario disponer de mayores recursos económicos sin trabajar para ello, ya que la equiparación práctica del horario estudiantil al de un horario laboral dificultará trabajar y estudiar al mismo tiempo. Se recurrirá a la inversión privada mediante el aumento de las tasas a los alumnos y se reducirá el gasto público en educación.
En definitiva, el Plan de Bolonia vive en una Europa inventada, imaginaria, utópica, donde tendrá más futuro un niño rico ignorante que un joven culto y emprendedor de barrio obrero, como sucedía cien años atrás cuando las diferencias entre ricos y pobres eran tan acentuadas.
Por lo que se refiere a los aspectos positivos, es bueno que pretenda facilitar un intercambio de titulados, que se cree un Espacio Europeo de Educación Superior atractivo para estudiantes y docentes, que se adopte un sistema de titulaciones universitarias fácilmente comparable en toda Europa, que se busque la movilidad por las universidades europeas de los estudiantes, profesores e investigadores, que se fomente el aprendizaje continuado y la calidad, que se siga a diario al trabajo personal del alumno mediante evaluaciones continuas, actividades no presenciales y trabajos en grupo, que se configure un sistema europeo de educación e investigación más atractivo, y que las universidades ofrezcan planes de estudio, métodos docentes y programas de formación innovadores. Ahora bien, para ello no hace falta hacer realidad este Plan, ya que todo esto puede ser regulado y aprobado por cada país y mediante convenios entre universidades de diferentes países tanto de la Unión Europea como extracomunitarios.

En relación con el Plan de Bolonia, me han sorprendido las declaraciones del Conseller de Innovación, Universidades y Empresas de la Generalitat, Josep Huguet, al afirmar que la alternativa a Bolonia “es el retorno al modelo franquista, que Cataluña pagó con represión, muertes y fusilamientos y que decapitó su élite intelectual, y que salgan perfiles que demanda el mercado tiene una función social.” Pues bien, estos comentarios no tendrían nada de extraños si no fuese porque han salido de la boca de un hombre militante de ERC, cuya doctrina es (presuntamente) catalanista y de izquierdas. Una vez más, se refleja ese victimismo que constantemente brota e impide una concordia catalana con otros territorios nacionales o foráneos. Para ello no hace falta nada más que citar al Caudillo para que se nos convierta en mártires. Es decir, que citar a Franco y al franquismo es la excusa perfecta para justificar los errores e incumplimientos de ciertos partidos políticos cuando gobiernan, y así el pueblo llano les perdona y se calla. Por otro lado, habla de la élite intelectual. Ciertamente, hace cien años y más, una élite de intelectuales y artistas en sus diversas facetas marcaron una etapa de la historia de Cataluña que hoy día se puede considerar gloriosa y ejemplar, mediante el desarrollo de movimientos como la Renaixança, el Romanticisme, el Modernisme, el Noucentisme y otros que dieron un extraordinario y valiosísimo fruto en nuestra tierra, pues gracias a esa gente la prosperidad en el siglo XX fue extraordinaria. Ojala hoy día surgiera una nueva generación de jóvenes como aquellos hombres y mujeres de antaño, pero el precio a pagar nunca debe de ser la limitación del acceso de estudiantes de clase humilde. ¿Qué o quien impide a los jóvenes de hoy en día forjar un presente glorioso en el arte, las humanidades y las ciencias equiparable a dicho pasado glorioso catalán? Y que nadie responda, por favor, las consecuencias del franquismo o la popularización de la universidad. ¿Cómo un Conseller de ideas progresistas pretende elitizar la enseñanza, que es un derecho universal de todos/as, y encima afirma que es una función social que en la universidad solo salgan licenciados que demande el mercado laboral? ¿De dónde cree que nacieron sus ideas “de izquierdas” y catalanistas? Pues de la filosofía, del arte y de las humanidades, que tan poco interesan hoy día ni a ese Conseller.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Por favor, salvemos a las castañeras de nuestra ciudad

Me resulta muy agradable y entrañable poder ver todavía por las calles de Barcelona a las tradicionales castañeras de antaño, sobre todo en unos tiempos como los actuales en que solo se valora lo “modelno”, lo “fashion” y lo vanguardista, en una ciudad del diseño donde sus habitantes, sometidos a una imparable globalización, se han convertido en meros espectadores y en hombres y mujeres de “para el turismo”.
¿Y eso de las castañeras? Para algunos son algo viejo, anacrónico, anticuado, rancio, que “no mola”. Sin embargo, forman parte de una tradición enraizada desde finales del siglo XVIII en Cataluña y que milagrosamente ha perdurado hasta la entrada del nuevo siglo XXI. Estas mujeres, casi siempre adultas o de edad avanzada salvo pequeñas excepciones, se dedican al oficio de cocer y vender castañas y moniatos. Sin embargo, últimamente se han interesado algunos hombres y especialmente inmigrantes, a los cuales les agradezco su interés por salvar un pedazo de nuestra cultura. Quienes ejercen este oficio de temporada instalan en plena vía pública su correspondiente caseta de madera (aunque ahora las hay metálicas), es decir, la parada. Dentro de ella se guardan los utillajes para la cocción, una tostadora tipo bidón con patas que funciona con carbón para cocer al fuego al sistema tradicional, una paella y las típicas papelinas para envolver las castañas y moniatos recién hechos y bien calentitos.
Costumbre catalana de más de doscientos años de antigüedad, brota en nuestras calles por los albores de Todos los Santos, debido a su origen religioso como una cena familiar en recuerdo de los familiares difuntos. A título personal, me gusta conservar esta costumbre que desde pequeño he vivido en mi casa, pudiendo comer castañas y moniatos acompañados con deliciosos y variados panellets (a pesar de que los precios están por las nubes) y un poco de vino dulce. Siempre recordaré a mi madre cuando a media tarde encendía el horno de la cocina para cocer las castañas y los moniatos, y cuando llegaba de noche a mi casa, nada más entrar en el comedor se podía respirar aquel aroma tan especial y se había extendido aquel calor tan y tan acogedor que te resguardaba del frío.
Sin embargo, parece que el afán modernizador da facilidades a su extinción natural, limitando las licencias de apertura de casetas solamente para los hijos y/o familiares de castañeras y reduciendo su número con la excusa de que “ocupan la vía pública, crean un conflicto para otros espacios y la movilidad ciudadana, y no cumplen con la normativa de humos”, según voces municipales. Así, pues, parece que en esta Barcelona progresista, moderna y del diseño no tienen demasiada cabida las pobres castañeras, algo extraño si se tiene en cuenta que se fomenta la capital catalana como un espacio internacional y multicultural, donde la mezcla y la variedad se valoran como un fenómeno positivo y enriquecedor… pero en la práctica, algunos han decidido que unas tradiciones valen menos que otras.
A pesar de todo, esta tradición nunca la perderé.

sábado, 22 de noviembre de 2008

L'Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris cumple 25 años

Este año se celebran los 25 años del Centre d’Estudis Populars i Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, una entidad popular sin ánimo de lucro fundada en el corazón del barcelonés distrito de Nou Barris por iniciativa de un grupo de gente residente en los barrios del norte de la ciudad sensibles en recuperar la memoria histórica de un espacio que sufrió una fuerte transformación territorial a partir de los años cincuenta. Su primera sede fue en la Escola d’Adults Freire en el año 1983, y luego se trasladó en el Ateneu Popular de Nou Barris, que es su sede actual desde 1994. Hasta nuestros días, la recopilación de documentación ha sido extraordinaria superando incluso a nuestro homólogo municipal. Ello se explica por su carácter popular, pues de este modo el vecindario nos ha confiado mucha información material mediante donaciones inéditas, únicas y de valor incalculable, porque saben que nosotros nunca haremos de ella un uso pervertido. Una biblioteca con casi 2000 libros, una hemeroteca con incontables dossieres, carteles, revistas y periódicos (la mayoría locales editadas por asociaciones y entidades del distrito), un fondo cartográfico, un fondo audiovisual de vídeos, registros sonoros y 20.000 fotografías, además de folletos, expedientes, objetos arqueológicos varios, folletos, adhesivos, carnets y muchas cosas más, conforman este inmenso fondo documental objeto de envidia y de deseo por parte de la administración local.
El hecho de que sea popular y sin ánimo de lucro significa que quienes colaboramos no cobramos ni un solo céntimo por ello, sino que lo hacemos porque nos gusta, por amor al arte y a la historia y la cultura popular. Económicamente, l’Arxiu se abastece de las cuotas anuales de los socios/as (que se acercan a los 200) y de las subvenciones. Durante este cuarto de siglo mucho se ha hecho para demostrar que Nou Barris tiene historia (incluso milenaria) antes de los años cincuenta, para disponer de un notable fondo documental, para defender el patrimonio histórico-arquitectónico que todavía se sostiene, y para difundir la historia y la cultura de los barrios periféricos del norte de Barcelona acercándola para todos los públicos (a través de rutas urbanas, charlas, pases de documentales, la publicación de nuestra revista, exposiciones itinerantes, etc.).
A título personal mis sentimientos hacia l’Arxiu se resumirían en diez puntos:
· Es mucho más que un archivo propiamente dicho y que un simple centro de documentación que recopila información histórica de Nou Barris.
· Es el corazón de la historia de Nou Barris, tanto la que se explica en los libros como la que no se explica, que es igual o más interesante que la oficial.
· Es, por encima de todo, un espacio humano cargado de sentimientos.
· Es un espejo que refleja el alma de Nou Barris.
· Es el lugar que ha contribuido a escribir la historia de Nou Barris de los últimos 25 años, pues actualmente esta historia resultaría imposible explicarla sin hacer referencia a nuestra entidad y, por consiguiente, ya forma parte de la historia de Barcelona.
· Es un centro de referencia de la cultura local, social y popular.
· Es un lugar que ha sido capaz de crear un equipo y un ejemplo de igualdad de oportunidades, de libertad de expresión y de concordia con todo y con todos.
· Ha sido y sigue siendo el punto de referencia de las personas que han querido construir iniciativas sociales y populares similares en otros lugares de Barcelona.
· Ha sido capaz de conectar con la gente porque no es una entidad oficial y, por consiguiente, el resultado final no ha sido el producto de un contrato laboral sino del entusiasmo personal de cada uno de nosotros.
· Ha logrado convertirse en un elemento más, en parte tangible y en parte intangible, del patrimonio de Nou Barris que merece ser conservado, pues actualmente una parte no se puede entender sin la otra. Por lo tanto, l’Arxiu es forzosamente un patrimonio de Nou Barris.
Desde aquí, muchas felicidades y animo a quienes lo deseen que vengan a colaborar desinteresadamente en el Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, los martes y los jueves de 18:00h a 20:00h, porque allí hallarán un nido de creatividad y un oasis de humanidad.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Solo valemos por lo que pensamos y creemos. Lo demás no cuenta

Quien sea un poco observador, se dará cuenta que desde hace unos cuantos años se tiende a valorar a las personas únicamente por sus ideas y creencias, y no por su labor y su persona humana. Así, pues, resulta muy lamentable ver como ciertos colectivos, por el hecho de posicionarse políticamente en determinados partidos que alardean de su progresismo, su tolerancia, su respeto hacia todo y hacia todos y su compromiso social, se creen mejores que los demás y se toman la libertad de desvalorar a quienes no comulgan con su doctrina. Es más, están convencidos de que el único camino para llegar a ser demócrata y buena persona es el suyo y que no existe ninguna otra alternativa posible. Además, creen que por el mero hecho de posicionarse ideológicamente allí ya tienen el cielo asegurado, y que su doctrina es como la palabra de Dios, es decir, única, perfecta e incuestionable. Así, por ejemplo, me viene a la cabeza que en un foro de www.noubarris.net una chica de l’Hospitalet de Llobregat publicó un mensaje donde decía que deseaba conocer a chicos y chicas para ampliar sus amistades pero que debían de cumplir un requisito fundamental: ser ateos y de izquierdas. O sea, que si osabas declararte por ejemplo de centro y agnóstico, te echaban del grupo de un puntapié. Y otro caso más gracioso, en una carta publicada en El Periódico de Catalunya donde un lector hacía crítica contra ciertas políticas catalanas y al final de su carta decía textualmente “y que conste que yo soy muy de izquierdas”, como diciendo ¡cuidado con pensar mal de mí, que soy de los buenos!.
En definitiva, que hoy día solo valemos en función de lo que pensamos y creemos. Pues bien, ahora me apetece retroceder un poco más de cien años atrás y ubicarme en la ciudad de Tàrrega, capital de la comarca del Urgell. Resulta que allí hubo una generación de hombres y mujeres que estudiaron en la Escuela Pía, establecida en el citado municipio el año 1884. La calidad del sistema educativo era tal, que de allí salieron todo un grupo de jóvenes muy bien preparados con unas elevadas aptitudes empresariales y comerciales los cuales en sus profesiones contribuyeron que la estancada villa de Tárrega pasara a obtener el título de ciudad. Además, hicieron llegar las infraestructuras básicas como el agua, la luz eléctrica, el teléfono y el telégrafo; consiguieron que se urbanizaran diversas calles y plazas; lograron que se construyeran nuevas carreteras interurbanas que mejoraron las comunicaciones; fundaron entidades políticas, culturales, docentes y económicas; intensificaron las relaciones comerciales entre comarcas circundantes y con Barcelona; crearon diversas agencias de transporte de mercancías y servicios regulares de pasajeros; fundaron una Cámara de Comercio e Industria que contribuyó a un gran desarrollo social y económico; aprovecharon el ferrocarril para que la capital urgelense se convirtiera en un puente entre la Cataluña costera y la Cataluña interior y de montaña, un punto de paso obligado para todos los transportes… y muchas cosas más.
En resumen, aquella generación contribuyó a levantar Tárrega y a media Cataluña. Pero claro, ¿quién se acuerda de ellos hoy en día? Total, si estudiaron en un colegio de curas (o sea, una porquería y fábrica de adeptos a la Iglesia), recibieron valores tradicionales (esos que hoy día son tan carcas, rancios y reaccionarios), eran comerciales y empresarios (es decir, opresores y explotadores sociales) y encima catalanistas (¡por favor, mejor no continuar, que no se puede caer más bajo!). Por lo tanto, aquellos jóvenes que tanta riqueza acumularon e hicieron en su villa natal más política social y cultural que nadie para sacar del analfabetismo a los niños y niñas más pobres para que fuesen a la escuela, aprendiesen música, teatro y artes plásticas, resulta que en los tiempos que corren actualmente no valen nada. Y el motivo es muy claro, no iban de progres ni de buen rollito y ni siquiera sabían qué era ser políticamente correcto. Además, probablemente muchos de ellos iban a misa y deseaban casarse por la Iglesia.
Así es, amigas y amigos míos, que hoy día solo valemos por nuestras y creencias, y nada más. Tus esfuerzos en la vida no cuentan absolutamente para nada si no procuras “pensar bien”, porque entonces en esta sociedad valdrás menos. Por consiguiente, se deduce que la historia del progreso de Tárrega de entre finales del siglo XIX y principios del XX conseguido por aquella generación de jóvenes targarinos es mejor arrancarlos de las páginas de los libros y lanzar estas hojas al cesto de los papeles porque solo cuentan las tonterías de “cuatro fachas”.

sábado, 15 de noviembre de 2008

¡Vamos Guti, no me llores!

Querido amigo Guti: eres un gran jugador de fútbol, perteneces a uno de los grandes y mejores clubs del mundo, tienes prestigio, tienes fama, tienes juventud, tienes salud, tienes fans, tienes pareja, tienes casa propia, tienes coche propio, tienes toda la vida por delante, tienes mucha gente que te quiere, estás libre de pagar muchos impuestos, sales por la tele, te vas de viaje a donde tu quieres, te vas de fiesta cuando quieres, eres el protagonista de las revistas del corazón, eres una estrella como las de Hollywood, eres objeto de aclamación… en definitiva, que el mundo es tuyo y se postra ante tus pies y millones de personas de este planeta desearían poder llorar con tus ojos.
Pues nada, a pesar de ello el señor no está contento. Le filman al salir de una discoteca y se limita a insultar a todo el mundo.
Querido amigo Guti: ¿de qué te quejas? Vamos hombre, no me llores, que no se te ha muerto ningún ser querido.
El ejemplo de este joven jugador del Real Madrid C.F. es una prueba clarísima que nos sirve para demostrar como el hecho de tener muchas posesiones, riquezas y reconocimientos no son la meta para alcanzar la felicidad, sino que esta depende de uno mismo con independencia de tu situación. Un caso viviente es el de la India, que a pesar de ser ahora un país en vías de convertirse en una nueva potencia mundial, todavía hay millones de personas pobres que viven en la miseria y apenas tienen para comer y son más felices que muchos habitantes de los países ricos que lo tenemos todo. Y eso es algo que quienes han tenido el valor de viajar hasta este insólito, misterioso y en parte hermoso subcontinente indostánico lo han confirmado.
En nuestro país, nada más hace falta observar como una parte de la juventud actual se halla frustrada y resentida, con problemas de drogas y alcohol, de incivismo y de violencia, incapaces de encontrar su sitio en el mundo para poder forjarse un porvenir y una identidad, y mayormente víctimas de unos padres que no los han deseado al nacer y, por consiguiente, no los han educado.
¿Cómo es, amigo Guti, que teniéndolo todo te falte lo más importante, o sea, la felicidad? Muchos de los famosos sois tan pobres que solo tenéis dinero y fama, nada más.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

"El Yoyas" y los parias castellanohablantes


Ayer por la noche me di cuenta en el programa que semanalmente se emite en TV3 titulado "Alguna pregunta més" como los políticos y los medios de comunicación manipulan a la ciudadanía acerca del conflicto lingüístico de Cataluña. Por la banda españolista, no tienen desperdicio los programas de Telemadrid donde se recopilan casos aislados que se dan solamente 1 entre 100, donde alumnos castellanohablantes que piden un vaso de agua o ir al baño para hacer pipí se les priva de ello si no lo expresan al maestro en catalán. Estas cosas son las que desgraciadamente llegan cada día de Cataluña a Madrid, con lo cual la pobre gente de la capital del imperio hispano se cree que los catalanes somos unos genocidas lingüísticos y que nos ponemos en este plan las 24 horas del día, como si los castellanohablantes vivieran constantemente reprimidos y a golpe de latigazo. Sinceramente, yo me niego a creer (o al menos así lo deseo) que el pueblo madrileño sea tan estúpido de pensar que en Cataluña se vive así, como si un castellanohablante nada más llegar al aeropuerto de El Prat tuviese que salir del avión con armadura y espada y disculparse préviamente con todo catalán que se encontrara por la calle antes de abrir la boca. Estoy seguro de que muchos madrileños "pasan" de la polémica sobre la lengua y se lo toman a broma, como hago yo con los tópicos que en Cataluña nos llegan del resto de España o de otros países del mundo. Francamente, los tópicos, mejor reservarlos para los necios y para hacer chistes malos en una sobremesa.
Sin embargo, por la banda catalanista, me duele decir como se manipula la imagen de quienes discrepan acerca de la política lingüística de la Generalitat, atribuyéndola solamente a grupos ultraderechistas españolistas o bien a gente de escaso coeficiente intelectual. Un ejemplo ilustrado seria el citado programa de TV3, donde la ahora estrella de la televisión conocida popularmente como "el Yoyas" aseguraba que quien hablaba castellano en Cataluña era considerado como un paria, y que allí no se podía recibir enseñanza en dicha lengua. Esta opinión no tendría nada de extraña si no fuese que en nuestra comunidad autónoma para ejemplificar a aquellos quienes critican el modelo de inmersión lingüística son gente de un perfil similar al del célebre y polémico personaje aparecido en Gran Hermano. Por supuesto que los hay, pero tambien conozco a críticos que no tienen nada de anticatalanes, incluso hablan la lengua propia de Cataluña y la defienden asegurando, como me dijo un buen amigo mío, que la lengua catalana "es un patrimonio histórico a conservar como las iglesias y las catedrales góticas,y que es una herramienta útil en nuestra sociedad".
Así que ni el bando catalanista ni el bando españolista se salvan de la quema, ya que ambos tienen por objetivo dividir a la sociedad y enfrentarla entre ella. Yo creo que cada uno puede opinar lo que quiera acerca del modelo lingüístico catalán, pero, en vez de mostrar casos aislados y tomarlos como algo general (como hace Telemadrid) o hacer creer que quienes piensan de una determinada manera es porque son tremendamente vulgares (como hace TV3), ¿por qué los políticos y periodistas no abogan por una concordia social entre todos los territorios que conforman nuestro país y nos hacen llegar los problemas reales para que entre todos los abordemos y hagamos un mundo mejor? Sencillamente, porque ambos tienen como objetivo profesional tres cosas: mandar, mentir y cobrar.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Barack Obama o el representante de una nueva esperanza

El pasado martes día 4 del presente mes de noviembre, el candidato demócrata Barack Obama ganó las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica. Su victoria se ha considerado muy positiva para muchos países y así lo han expresado buena parte de los medios de comunicación. El hecho de que por primera vez en la historia un hombre de color haya llegado hasta la cima del poder de la primera potencia mundial marca un antes y un después a la vez que se reflejan dos cosas. Por un lado, la sociedad norteamericana está cambiando progresivamente, aunque lentamente, pues un mal uso de las creencias, la moral y los valores todavía contamina a mucha población. En este sentido me refiero concretamente a los colectivos católicos ultraconservadores nacionalistas de estado que gobiernan en pequeños pueblos de la Norteamérica profunda, y son a mi parecer comparables al fundamentalismo islámico y, por consiguiente, un cáncer de la humanidad a extirpar. Y ello lo digo con respeto hacia todas las religiones y hacia todos los valores tanto progresistas como conservadores siempre y cuando se hagan de ellos un buen uso, pues ni mucho menos se debe criminalizar a nadie por sus ideas o creencias. Por otro lado, queda reflejada una experiencia en democracia que arrastran de hace muchos años, mal que les pese a ciertos colectivos que alardean de ser más demócratas que nadie y que no voy a citar, muy abundantes por cierto en nuestro país cuando a nosotros todavía nos queda bastante por aprender.
La base del programa de Obama se centra, principalmente, en fortalecer a los EE.UU. en el extranjero, finalizar la guerra en Irak, erradicar la corrupción en Washington, asegurar la independencia energética, mejorar la educación y el sistema sanitario, mejorar la seguridad del país, mejorar la política de inmigración, fortalecer las familias y las comunidades y el derecho a voto, y conciliar la fe y la política. En cuanto al colectivo gay, no se ha mostrado favorable al matrimonio y a la posible adopción de niños/as, pero asegura que no aprobará leyes que blinden el veto como hicieron los Republicanos, con lo cual parece dar a entender que deja una puerta abierta para el futuro.
¿Será realmente Obama un cambio real para los norteamericanos y, de rebote, para el mundo? Ojala sea así, pues hay aspectos como la pena de muerte, el sobreconsumo, la contaminación medioambiental y el envío de tropas militares a países ricos en recursos naturales que a lo largo de la historia de los EE.UU. se han mantenido constantes.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Adiós a un buen alcalde

El pasado día 3 de noviembre falleció a los 71 años de edad Don Josep Maria Socías i Humbert, personaje insigne conocido por haber sido alcalde de Barcelona durante los difíciles y controvertidos años de la Transición.
Repasando brevemente su trayectoria, este hombre nació en Barcelona el 24 de octubre de 1937. Se licenció en Derecho y se diplomó en Administración de Empresas. En su etapa de juventud, formó parte del Frente de Juventudes, desarrolló su carrera profesional en la Central Nacional Sindicalista de Barcelona ostentando diversos cargos hasta llegar a Delegado Provincial. Entre los años 1967 y 1976 fue Procurador a Cortes y luego Procurador Municipal. Tras la muerte de Franco, siendo hombre de confianza de Rodolfo Martín Villa, en diciembre de 1976 fue designado nuevo alcalde de Barcelona por el rey Don Juan Carlos I. Entre sus principales actuaciones destacaríamos la creación de nuevos parques y plazas, la realización de una docena de centros cívicos y la adquisición de terrenos destinados para equipamientos públicos. Su proyecto más destacado fue la remodelación de una parte del barrio del Raval. En definitiva, este hombre se caracterizó por haber realizado una breve pero muy notable política social como otros alcaldes de mayor fama y prestigio no han hecho. Ocupó su cargo hasta enero de 1979.

A título personal, debo de lamentar que su labor haya sido reconocida en los umbrales de su muerte, pues su breve pero muy intenso trabajo en la "Casa Gran" merecía haber sido premiado mucho tiempo antes y no ahora poco antes de morir como si de un premio de consolación se tratara. Ha sido una lástima, pues, que por haber sido alcalde de la Transición y no haber sido elegido democráticamente haya pasado sin pena ni gloria como vulgarmente se dice, cuando él fue el principal responsable de desmontar el aparato político y administrativo del ayuntamiento franquista para luego erigir los cimientos de un ayuntamiento democrático.
Desde aquí, amigo mío, un reconocimiento y un recuerdo. Gracias por todo y hasta luego.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Por qué el tranvía 48?

Primero de todo, quiero dar a todo el mundo una cordial bienvenida a mi nuevo blog, un espacio muy personal destinado a poder opinar libremente y expresar sinceramente mis sentimientos. Para quienes todavía no me conozcan, voy a hacerme una breve presentación. Me llamo Ricard Fernández i Valentí, tengo 37 años de edad y soy de Barcelona. Me licencié en Geografía Humana por la Universitat de Barcelona el año 1996, y desde entonces me dedico como profesión y como oficio a aquello que a mí me gusta. Profesionalmente soy dependiente en una tienda de periódicos antiguos originales que se venden para un cumpleaños, unas bodas o cualquier otro acontecimiento. Se trata de una empresa familiar cuyo ambiente es muy agradable y el trato humano, inmejorable. Es la única tienda de estas características de toda España, y solamente existen algunas por Europa. De oficio (es decir, sin ganarme la vida sino por amor al arte), soy encargado de documentación del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris, una entidad sin ánimo de lucro que pretende recuperar la historia de los barrios periféricos del norte de Barcelona mediante la adquisición y conservación de documentación antigua y moderna, y la programación de actividades culturales y de difusión de carácter popular. Gracias a la experiencia adquirida en este lugar hoy día tengo un buen trabajo, y el año próximo con un poco de suerte seré el nuevo presidente.
Otra cosa a la que me dedico con constancia es a escribir. He escrito seis libros sobre la historia del transporte en Barcelona, de los cuales me han publicado tres y el resto espero hacerlos realidad para el año próximo. Además, también he publicado dossieres en Internet y artículos en revistas sobre el mismo tema, del cual soy apasionado hasta el punto de autodefinirme como "historiador del transporte", un oficio poco habitual y bastante desconocido. No descarto tratar otros temas, como los relacionados con la historia de Barcelona, mi ciudad natal.
Si habéis llegado hasta aquí, ya sabréis un poquito más sobre mí. Para mayor información basta con que veáis todo mi perfil aquí a vuestra derecha. Pues bien, a diferencia de otros, este blog no será monotemático, sino que tratará de temas diversos relacionados con mis aficiones, como son los transportes públicos, la ciudad de Barcelona, los barrios, la política, el cine, el teatro, la música, mis viajes, los musicales y las actualidades tanto locales como mundiales en general.
El título "El tranvía 48" no solo se debe a mi devoción por la historia del transporte de mi ciudad, sino que además rinde un cálido homenaje a mi madre Griselda, hija del barcelonés barrio de Can Tunis y que en sus años de juventud fue una usuaria habitual de esta línea de tranvía.
Espero de todo corazón que este blog sea de vuestro agrado y entre todos nos lo podamos pasar muy bien. Un saludo y hasta pronto.