sábado, 8 de septiembre de 2012

Historia del autobús “Casas” Horta-Av.Tibidabo” (IV): de la modernización al final de la línea


Expansión empresarial
Gracias a que la empresa Authosa formaba parte de la Entitat Metropolitana del Transport (EMT) se abrieron puertas a la participación en concursos públicos para la adjudicación de nuevos servicios. Estos sin embargo se prestarían con microbuses porque la anchura de las calles por donde circularían no permitiría el paso de vehículos grandes y porque el número de pasajeros tampoco justificaba la incorporación de vehículos de gran capacidad. Como resultado el 28 de julio de 1988 Authosa inauguró la nueva línea 86, con un recorrido entre la calle del Tajo y la calle de Calderón de la Barca, en el barrio del Carmel, con expediciones que llegaban hasta la calle de Labèrnia , en el núcleo de viviendas de la montaña pelada.
Poco después de inaugurarse la línea 86, el "Casas" pasó a ser la línea 85. La razón de esta nueva denominación se debió en un criterio de la EMT que reservaba la serie numérica del 80 al 89 para aquellas líneas de autobús urbanas de Barcelona explotadas por compañías privadas.
Las líneas 85 y 86 estaban explotadas bajo la llamada modalidad de gestión interesada, consistente en que el déficit de la empresa de transporte privado debía compensarse aportando la diferencia correspondiente entre la recaudación y los gastos de explotación. Si la rentabilidad iba disminuyendo, las subvenciones debían ser superiores. Por el contrario, los beneficios se invertirían en mejoras.


En 1990, la EMT elaboró un programa cuatrienal de actuaciones del transporte de superficie, en el cual se preveía prolongar el recorrido de la línea 85 desde la calle del Tajo hasta la plaza del Virrei Amat. De este modo, se facilitaría el enlace con otras líneas de autobús y con la L5 de metro, pero finalmente la idea no prosperó y el proyecto fue desestimado. El recorrido de la línea se modificó provisionalmente en Sant Gervasi para las obras de construcción del segundo cinturón. Así, en sentido avenida del Tibidabo, la línea fue desviada desde el paseo de la Vall d’Hebron por la avenida del Hospital Militar, Josep Jover, Esteve Terradas y paseo de Sant Gervasi. En sentido Horta pasó a circular por el paseo de Sant Gervasi, Craywinckel, avenida de la República Argentina, Viaducte de Vallcarca, paseo de la Mare de Déu del Coll, Cardedeu, Veciana y paseo de la Vall d’Hebron.
Dicho plan, con el objetivo de mejorar el transporte de superficie,preveía también establecer una conexión entre los barrios de Horta y Gràcia a través de los núcleos del Carmel y del Coll. Por ello, Authosa se presentó al concurso que finalmente ganó. Así, el 3 de septiembre de 1991 inauguró una tercera línea de autobuses, la 87, con un recorrido desde la calle del Tajo hasta la plaza de Lesseps. Posteriormente fue prolongada hasta la plaza de Gala Placidia, en el barrio de Gracia. Aquél año coincidió con un aumento del billete sencillo a 75 pesetas, a la vez que la empresa modificó sus estatutos y aumentó el capital social.
Muy cerca de las Llars Mundet, se estrenó el nuevo Campus Vall d’hebron de la Universidad de Barcelona, que albergaba las facultades de Psicología y Pedagogía, la Escuela Universitaria de Profesorado de EGB y el Instituto de Ciencias de la Educación, una vez remodelados todos los edificios que había alquilado en la Diputación de Barcelona. Se perfilaba la posibilidad de generar un aumento de usuarios desde Horta o desde Sant Gervasi de modo que las recaudaciones de la línea 85 se podrían ver ligeramente incrementadas durante los días lectivos del curso académico. La media diaria de pasajeros oscilaba entre 3.300 y 3.400 usuarios los días laborables, una cifra muy alejada de las obtenidas durante el anterior década, ya que se habían ido perdiendo entre 200 y 500 viajeros anuales.



 El período olímpico y postolímpico
1992 fue un año muy importante porque las instalaciones deportivas de los alrededores de la Vall d’Hebron albergaron algunas competiciones de los Juegos Olímpicos. La renovación urbana fue considerable y muchas de las obras de mejora iniciadas a mediados de los años ochenta finalizaron. El paseo de la Vall d’Hebron pasó a formar parte de un tramo de la llamada Ronda de Dalt, una de las vías rápidas de circunvalación que servirían para descongestionar y racionalizar el tráfico del centro de la ciudad. Las rehabilitaciones de edificios históricos fueron numerosas, algunos de los cuales se habilitaron para albergar equipamientos que faltaban en el distrito. Así, el Palau de Les Heures se convirtió en el Centro Continuado de Formación de la Fundació Bosch Gimpera de la Universitat de Barcelona, el orfanato Ribas pasó a albergar un colegio, y en un bello edificio modernista del año 1903 acogió el Centre Cívic Matas i Ramis. También fueron rehabilitadas la Torre Llosa, la Granja Vella de Martí i Codolar y el casco antiguo de Sant Genís dels Agudells, que aún conserva su aroma rural. Igualmente fue interesante la reconstrucción del Pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937, edificio simbólico que se conoce como el Pavelló de la República.


Entre La Clota y la Vall d’Hebron fue construida la villa olímpica de prensa, destinada a alojar los periodistas durante la celebración de los Juegos Olímpicos. Destacan especialmente las magníficas instalaciones deportivas como el complejo de tenis de La Taxonera, los campos de tiro con arco y el pabellón de deportes de la Vall d’Hebron. También hay que mencionar el edificio circular de la residencia y hogar de ancianos situado entre dos grandes desniveles de terreno, en el barrio del Carmel.
Después del año olímpico, las obras realizadas en los barrios de Horta fueron menores, pues la mayoría ya estaban terminadas y solo se procedió a realizar actuaciones puntuales de consolidación urbana. En 1993 el parque del Laberint d’Horta, coincidiendo con su 200 aniversario volvió a abrir sus puertas, y en 1994 la masía de Can Cortada fue reconvertida en un magnífico restaurante. En 1995, el Pabellón de la República fue adaptado para acoger la Biblioteca Figueras. El núcleo antiguo de Horta se fue rehabilitando progresivamente con la renovación y adaptación de las calles peatonales, la construcción de nuevas viviendas y la restauración de otros, conservando muestras de arquitectura que atestiguan su pasado rural.


  
La década de los noventa
A principios de 1992, una vez finalizadas las obras de las rondas, la línea 85 restableció su recorrido habitual por el paseo de la Vall d’Hebron. Pero aún así el servicio no alcanzaba los resultados deseados, ni considerando el aumento de la demanda de estudiantes que diariamente se desplazaban al campus universitario. Se procedió a un ajuste de la oferta a la demanda mediante la incorporación de microbuses como los de las líneas 86 y 87. Por ello, Authosa adquirió un microbús MAN de segunda mano que entró en servicio en el mes de octubre en la línea 85, que de este modo dotó por primera vez de vehículos de estas características. Posteriormente, comenzó a circular un microbús Mercedes-Benz adquirido también de segunda mano en 1992, al tiempo que fue un primer paso para ir retirando los viejos autobuses de mayores dimensiones. En ese mismo año, las tarifas se incrementaron para todas las empresas de autobús adscritas a la EMT, pasando a costar el billete 90 pesetas. El 23 de mayo de 1992, la empresa Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) inauguró la línea de autobuses 60, conocida como "Ronda-Exprés", una nueva competidora que amenazaba a reducir parte del ya menguado pasaje de la línea 85 al superponerse en todo el paseo de la Vall d’Hebron.
En 1993 el billete sencillo se subió a 115 pesetas, y a partir de entonces cada año iría aumentando en cinco pesetas. En ese mismo año, la EMT puso en circulación dos nuevos abonos que permitían realizar un número ilimitado de viajes en transporte público: la T-Dia para un solo día, y la T-Mes para todo un mes, lo que contribuyó a evitar el pago de un doble billete en el transbordo de la línea 85 a otros servicios públicos de transporte.


A nivel empresarial la estructura social de Authosa fue modificada. Los señores Francesc y Josep Casas Estrada renunciaron a sus cargos como gerentes y administradores después de cuarenta años de trabajo. Fueron nombrados como nuevos administradores mancomunados sus herederos, los señores Josep Casas Graupera y Francesc Casas Pera. El capital social disminuyó por reintegros de los accionistas, pero poco después se aumentó en 7.800.000 pesetas con la emisión y puesta en circulación de 780 acciones nominativas de un valor de 10.000 pesetas cada una. Meses después, el capital total fue de 10.000.000 de pesetas, representado por 1.000 acciones ordinarias nominativas de 10.000 pesetas de valor nominal cada una. La duración de la sociedad se estableció indefinida, y los estatutos fueron nuevamente modificados y adaptados a la nueva Ley de Sociedades Anónimas de 22 de diciembre de 1989.
En 1994, la calle de Horta fue remodelada, adecuándose para peatones entre la calle del Tajo y la plaza d’Eivissa, con sentido único de circulación ascendente entre esta plaza y la calle de Palafox, ensanchando las aceras en el resto de la calle. Por ello, la línea 85 modificó su recorrido en sentido Horta pasando a circular a partir del paseo de Valldaura por la avenida del Estatut, Camí de l’Església, Jerez, Porto, Lisboa y Tajo, como hacía la línea 45. Poco después, el 4 de abril del mismo año se alteró nuevamente el recorrido, pasando a circular en sentido Horta y desde el paseo de Valldaura por las calles de Eduard Toda, Feliu i Codina, Mestre Dalmau y paseo deFabra i Puig hasta la calle del Tajo. Con este último cambio, el itinerario no coincidía con el de la línea 45 a la vez que atendía un sector interior de Horta faltado de transporte.


 El parque móvil fue nuevamente ampliado con la incorporación de tres microbuses MAN de segunda mano, provenientes de la EMT de Tarragona que permitieron ajustar la capacidad a la demanda debido al continuado descenso de pasajeros. Le fueron destinados los tres microbuses Mercedes procedentes de la línea 86.
En 1996 alargó su recorrido hasta la plaza de la Bonanova, reforzándose el servicio con un vehículo más para mantener los intervalos de paso. La prolongación ayudaba a facilitar las conexiones con otros servicios de autobús, pero no a eludir la competencia, ya que la línea 73 de TMB también alargó su itinerario hasta el mismo lugar. A nivel empresarial, el 25 de junio de 1997, Authosa volvió a ampliar su capital en 23.800.000 pesetas, fijándolo en 33.800.000 pesetas, representado por 3.380 acciones nominativas ordinarias de un valor nominal de 10.000 pesetas cada una.
En 1998 se iniciaron las obras de conexión del paseo de Fabra i Puig con la calle de Cartellà, a la altura de la plaza de Castelao, de modo que este vial pasaría a ser descendente y la anterior ascendente. Como consecuencia, la línea 85 fue desviada provisionalmente en sentido Horta por la avenida del Estatut, Camí de l’Església, Jerez, avenida del Estatut, Lisboa y Tajo.



La nueva cochera de la calle de Tucumán, en Baró de Viver
Fueron aprobados unos proyectos de construcción de viviendas en las fincas donde estaban emplazados el garaje de la calle de Salses y el solar-aparcamiento de la calle de Campoamor. El Ayuntamiento de Barcelona así lo notificó a Authosa especificando el plazo para proceder al desalojo de ambos lugares. Por ello, y mientras duraban los trámites, se buscó un nuevo espacio para albergar todo el material móvil y las oficinas. Finalmente, se adquirió una cubierta localizada en el número 24 de la calle de Tucumán, en el barrio de Baró de Viver (Sant Andreu), que anteriormente ya había sido utilizada por otra empresa.
La nueva cochera tenía dos inconvenientes. Por un lado, se localizaban en un lugar apartado de Horta, y por otro la capacidad de esta cubierta era insuficiente para guardar todo el material móvil, con lo cual algunos vehículos descansarían en calle durante la noche. Sin embargo, tenía la ventaja de encontrarse en una zona de actividad industrial, adosada a otras naves y fábricas pequeñas, apartada de los barrios residenciales, lo que permitiría trabajar sin ocasionar molestias al vecindario.
El nuevo local consta de dos cubiertas adosadas transformadas en una sola mediante el derribo parcial del muro central que las separaba, conservando sin embargo las columnas de sostén. La fachada es simétrica, de paredes planas cementadas y pintadas de gris claro, con doble techo a dos aguas y dos grandes puertas metálicas basculantes de acceso al interior. El techo está hecho de viguetas de hierro recubiertas con planchas de fibrocemento. El interior de la nave es una gran planta baja, dedicada a garaje y taller de reparaciones y de mantenimiento del material móvil. Los muros laterales son continuos, carentes de ventanas. En el lado izquierdo hay, además, un pequeño sótano accesible por unas escaleras de piedra, los servicios, un pequeño almacén y una planta añadida que ocupa la mitad de la nave izquierda, hecha esta con una estructura metálica y mamparas de vidrio y aluminio que dividen el interior en despachos. Se tiene acceso por unas escaleras metálicas ubicadas en una cerradura del muro central que divide parcialmente la nave en dos y alberga las oficinas de la empresa. El traslado se realizó el 5 de julio de 1995. En los solares ocupados por el garaje de la calle de Salses y el aparcamiento de la calle de Campoamor, una vez desalojados y derribados, se erigieron las viviendas proyectadas.



 Absorción por TMB y desaparición de la línea
Las últimas actuaciones de poco sirvieron. Desde 1993 cada año se perdieron entre 300 y 400 pasajeros de media hasta llegar a transportar en 1999 un máximo de entre 1.500 y 2.000 personas los días laborables, menos de 1.000 los sábados y solamente entre 50 y 100 personas los domingos y festivos. Debido este descenso, la empresa decidió que los domingos y festivos la línea 85 dejara de prestar servicio, de manera que funcionaría únicamente de lunes a sábado. Sin embargo, las protestas de algunos usuarios faltos de transporte y sumadas a las recomendaciones del distrito de Horta-Guinardó, se decidió restablecer el servicio los domingos y festivos con frecuencia de paso de una hora.
Con la conclusión de las obras de conexión del paseo de Fabra i Puig con la calle de Cartellà y la nueva reordenación de la plaza de Castelao, la línea 85 retomó su antiguo itinerario en sentido Horta por las calles Eduard Toda, Mestre Dalmau, Feliu i Codina y el paseo de Fabra i Puig. Sin embargo, las obras de prolongación del tramo Montbau-Canyelles de la L3 de metro, el recorrido sufrió nuevamente modificaciones, pasando a circular en sentido Bonanova por las calles de Palafox, Rectoría, Eduard Toda, Doctor Letamendi, paseo Universal y paseo de Valldaura, y en sentido Horta por la avenida de Can Marcet, avenida del Estatut, paseo de la Vall d’Hebron, paseo de Valldaura y las calles de Hedilla, Doctor Letamendi y Eduard Toda. Curiosamente, esta alteración del itinerario habitual satisfació a una parte del vecindario de Horta que veía cómo los microbuses llegaban a un sector del barrio hasta ahora totalmente carente de transporte.

 

Finalmente, debido a la falta de rentabilidad del servicio y ante la imposibilidad de mantenerlo, un acuerdo empresarial con la EMT permitió que la línea 85 fuera transferida a TMB, pasando a circular bajo la nueva titularidad a partir del 1 de abril de 2001. El 10 de julio siguiente limitó su recorrido hasta la plaza de John F. Kennedy por las obras de remodelación de la plaza de la Bonanova. El 30 de julio de 2002 el servicio fue definitivamente suprimido y sustituido por la nueva línea 185, un servicio de proximidad o de Bus del Barri con un recorrido entre el metro “Canyelles” y Horta, posteriormente prolongado hasta la Vall d’Hebron por la Clota y la Teixonera.


Fotos: David Llorca, Pepe Mora, Preximero, Miquel Segura, Joan A. Solsona y Zitaro.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Cuando Tarradellas goleó al Barça y al Madrid

 
Mientras Tarradellas ocupó la presidencia de la Generalitat fue posible la paz, el entendimiento y la concordia entre Cataluña y el resto de España, algo que en la actualidad parece una hazaña de ciencia-ficción. Fue breve pero real, resultado de la labor de un político con mayúsculas con categoría de estadista porque como tal tuvo muy claro qué modelo de estado era el más apropiado para España y de qué modo debía de encajar Cataluña. Fue además un visionario, pues el tiempo ha demostrado que acertó lo que se avecinaba en vistas del rumbo que terminó por tomar la política tanto estatal como especialmente la autonómica a partir del año 1980.
Tan conciliador fue el Molt Honorable que consiguió por una sola vez en la historia del fútbol español que el Futbol Club Barcelona y el Real Madrid se estrecharan la mano… ¡y los culés aplaudiesen a los madridistas… en el mismísimo Camp Nou!
Por aquél entonces, el club azulgrana estaba presidido por Josep Lluís Núñez y el club merengue por Luis de Carlos. Ambos mandatarios, desde hacía tres meses no se hablaban debido a la hostilidad habida entre los dos provocada por un cruce de desagradables declaraciones debidas a unas polémicas decisiones arbitrales sucedidas en los últimos torneos. El presidente madridista había afirmado días antes de celebrarse el partido Barça-Madrid en el Camp Nou que no tenía intención de sentarse en el palco presidencial sino que optaría por pagarse una entrada en la tribuna. Como reacción, el 30 de enero de 1980 Tarradellas pidió a Luis de Carlos que recibiera al secretario de la Diputación de Barcelona, Josep María Esquerda Roset, para que éste le transmitiera la gran preocupación que tenía por la situación que atravesaban ambos clubes. La situación política del momento no era aconsejable para la confrontación sino que debía de aprovecharse para la solidaridad entre todos los territorios del Estado español, de modo que el torneo entre los dos grandes de la Liga de fútbol debía de convertirse en un ejemplo de concordia.
El día antes de jugarse el clásico, Tarradellas organizó una cena de hermandad con el objetivo de acercar posiciones entre ambos presidentes. El President y Josep Lluís Núñez se reunieron a las 10:00h de la mañana en el Palau de la Generalitat. Una hora después llegó Luis de Carlos al aeropuerto de El Prat y al mediodía ya estaba reunido con ellos en la Casa Gran. A petición del Molt Honorable, asistió también como testigo presencial de este acercamiento el presidente de Real Federación Española de Fútbol, Pablo Porta. En una reunión trataron ampliamente las relaciones existentes entre los dos clubes de fútbol y las diferencias producidas en el seno de las reuniones federativas.
 
 
Finalmente, un comunicado oficial decía que: “Los señores Luis de Carlos y José Luis Núñez han constatado el espíritu de cordialidad y mutuo respeto que, por encima de la tradicional rivalidad deportiva y de erróneas interpretaciones, ha sido constante pauta de conducta entre ambos clubes, formulando al propio tiempo los mejores deseos de mantener e incrementar en el futuro sus amistosas relaciones. Asimismo han coincidido en manifestar que, merced a esta reunión, se ha superado cualquier interpretación que haya podido darse a determinadas declaraciones, contraria al espíritu de cordialidad que debe ser constante entre los dos clubes. El presidente Tarradellas ha expresado su satisfacción por el resultado de la reunión, agradeciendo a los presidentes de ambos clubes la postura adoptada y la afinidad manifestada, símbolo y reflejo de la solidaridad existente. Los presidentes de los dos clubes, señores Luis de Carlos y José Luis Núñez, y el presidente de la Federación Española de Fútbol, señor Pablo Porta, expresaron su agradecimiento al muy honorable señor Josep Tarradellas, presidente de la Generalidad de Cataluña, por su mediación, que ha dado como resultado la reafirmación del sentido de amistad que ha presidido la reunión”.
A las 13:06h, en el Saló de la Verge de Montserrat, Tarradellas anunció públicamente que “para todos los ciudadanos de Cataluña éste ha de ser un día gozoso, puesto que se ha demostrado que con buena voluntad todos los problemas, sean deportivos como en este caso o de otra índole, se pueden resolver”. Se había firmado la paz.
El domingo 10 de febrero se disputó el clásico en el Camp Nou. Tarradellas también asistió. Josep Lluís Núñez y Luis de Carlos se sentaron en el palco presidencial. Era la jornada 20 del campeonato de Liga de Primera División. Por parte del Futbol Club Barcelona, entrenado por Joaquín Rifé, la alineación la formaban Artola, Zuviria, Olmo, Migueli, Serrat, Rubio, Sánchez, Simonsen, Roberto, Asensi y Carrasco. En el Real Madrid, entrenado por Vujadin Boskov, el equipo estaba formado por García Remón, San José, Benito, Pirri, Camacho, Del Bosque, García Hernández, Ángel, Juanito, Santillana y Cunningham. En el transcurso del partido, la sorpresa la dio el malogrado jugador inglés del Real Madrid Lawrie Cunningham (apodado como “La Perla Negra”) por su sensacional actuación hasta tal punto que por primera vez en la historia del club azulgrana, la afición barcelonista le tributó una recordada ovación. Finalmente, el partido lo ganó el conjunto madridista por 0 goles a 2, con tantos de García Hernández y Santillana.
 
 
Luis de Carlos aprovechó la ocasión para hacer entrega a Tarradellas de la insignia de oro y brillantes del Real Madrid, a lo que el President respondió que “será conservada como un preciosísimo recuerdo de un gran club y de un gran presidente”. Deportivamente hablando, el Real Madrid ganó el partido y aquella temporada se llevó el título de Liga, pero en realidad quién goleó al Barça y al Madrid fue Tarradellas. El auténtico “seny català” se impuso y dio una lección ejemplar. Curiosidades de la historia que, como tarradellista confeso, me complace recordar. En los actuales tiempos de crisis y confrontación donde la clase política se encuentra más desprestigiada que nunca y la sociedad muy dividida, personajes históricos como Josep Tarradellas y actitudes como la aquí narrada me sirven para reconciliarme con Cataluña y sentirme orgulloso de ser catalán. Por un solo día lo imposible fue realidad, y el fútbol dejó de ser un arma política para ser lo que siempre debería ser: deporte.