¿Alguien se acuerda o sabe qué es eso de la Musa del Bus? Probablemente, la gran mayoría de gente, no. Incluso seguro que os suena a raro. Y es que aunque parezca increíble, en Barcelona, la compañía de Tranvías de Barcelona llegó a tener su propia “Miss Autobús”, un certamen anual muy singular que duró entre los años 1968 y 1975, de proyección ciudadana a pesar de haber sido una fiesta popular de consumo interno. Y como ya se han cumplido cuarenta años del primer certamen, ahora me voy a permitir de recuperar esa memoria histórica perdida para hacer un entrañable homenaje a esas chicas que, por una noche, vivieron su momento de gloria.
Los antecedentes de este certamen se remontan en junio del año 1967, cuando se celebró en Barcelona el XXXVII Congreso Internacional de Transportes Públicos (UITP) en el Palacio de las Naciones del recinto ferial de Montjuich. Participaron un total de 1.500 congresistas pertenecientes a 40 países, y dentro de los actos del certamen se les organizó en el Pueblo Español una verbena de honor en la que no faltó la música y una buena variedad gastronómica.
Al año siguiente, ante el buen resultado del anterior certamen, el Centro Cultural de los Tranvías de Barcelona quiso repetir nuevamente la fiesta que tan buenos recuerdos dejó, programando anualmente en el citado recinto una “Verbena de los Tranviarios” para cada día 10 de julio, San Cristóbal, patrón de los automóviles y los autobuses. La idea nació de la necesidad de forjar un compañerismo entre los empleados de la Compañía con el propósito de sentirse integrantes de un mismo cuerpo laboral y de un proyecto común. Es decir, se quería brindar la posibilidad de crear algo para poder pasarlo bien sin excluir a nadie. La fiesta tenia que ser una manifestación cultural de sus empleados, intentando crear una tradición y una seña de identidad. Como fiesta social, serviría para que los empleados y familiares de la Compañía se reunieran y se conocieran. La propuesta fue aceptada bajo apoyo y permiso del Consejo de Administración de la Compañía y bajo la concesión del Ayuntamiento de Barcelona que cedería el espacio por una noche. Para poder asistir había que recoger unas entradas en la Secretaría del Centro Cultural. La Verbena se iniciaría sobre las 20:00h de la tarde y se prolongaría hasta las 24:00h de la noche, y en ella participarían desinteresadamente diversos intérpretes de teatro y cantantes de actualidad, así como grupos musicales.
Además, se organizaría un sorteo de regalos y obsequios, y como número más espectacular y destacado se elegiría a la “Musa del Bus”, es decir, a una señorita que simbolizaría durante un año la belleza, el porte y la elegancia femenina de la, como ellos llamaban, “gran familia” que representaba la Compañía. Este concurso de belleza se concibió como un homenaje a las esposas, hijas y familiares de los empleados, es decir, un reconocimiento al papel de la mujer “no fundamentado en la belleza física, sino en los altos valores que se supone deben adornar a la mujer de hoy día”. Para participar en este concurso de belleza era requisito fundamental ser empleada de la Compañía, o bien hija, nieta o hermana de empleado/a, y tenían que inscribirse a la redacción del Boletín Informativo de TB, en la ronda de San Pablo, 43, aportando nombre y apellidos, edad, parentesco con empleado/a de la Compañía y una fotografía.
En el año 1968 tuvo lugar la primera Verbena de los Tranviarios. Anualmente, la fiesta fue presentada por el locutor de Radio Barcelona Alberto Nadal. Para la elección de la Musa del Bus, había un jurado compuesto por empleados de Tranvías de Barcelona, y ante ellos, las chicas aspirantes desfilaban por una pasarela como si se tratara de un salón de moda. Luego se procedía a la votación y, finalmente, a leer en voz alta el nombre de la ganadora, la cual era recibido con aplausos e incluso, a veces, por algún tímido pitido y grito de “tongo”. Por orden cronológico, el galardón fue a parar a manos de M.C. Sisa (1968), I. Velasco (1969), Á. Martín (1970), M.J. Munilla (1971), M. Bresme (1972), M. del Puerto Martín (1973), M. Díaz (1974) y P. González (1975). Las ganadoras recibían un ramo de flores, obsequios varios, un viaje a Mallorca para dos personas y la banda que la acreditaba como “Musa del Bus” de aquel año. Al resto de candidatas se las nombraba damas de honor.
A pesar de que el certamen se anunció para 1976, debido a los problemas económicos de la Compañía, la Verbena de los Tranviarios y la Musa del Bus dejaron de celebrarse para siempre, quedando solo en el recuerdo de quienes lo vivieron. Ojala algún día resucite el certamen, actualizado claro está a nuestros tiempos, y veamos nuevamente a esas chicas que, por su belleza y persona, representen a los valores democráticos que hoy vivimos.