miércoles, 11 de febrero de 2009

La inmigración no me ha quitado el trabajo

Uno de los tópicos más recurrentes para criticar a la inmigración es que nos quitan el trabajo, y como prueba básica se justifica mediante el número de establecimientos comerciales que han abierto y que han ido substituyendo a los tradicionales.
Sin embargo, dicho tópico merecería la pena someterlo a juicio para observar hasta qué punto es eso cierto. Para ello, nadie mejor como testigo viviente que un servidor para contar su experiencia para acceder al mercado laboral.
Soy licenciado en geografía y especializado en geografía humana, por la Universitat de Barcelona. Elegí esta carrera porque me gustaba, ya que se trata de una ciencia humana y social que pellizca un poco de muchas disciplinas, con lo cual te permite adquirir una cultura general.
El motivo por el que me decanté hacia esta carrera se debió sencillamente a que me gustaba. Era consciente de las pocas salidas profesionales, no tanto por el hecho de existir escasas opciones a las que dedicarse, sino por la falta de oferta.
Entonces, ¿qué problemas he tenido a la hora de encontrar un trabajo relacionado con mi formación académica? ¿Ha sido culpa de la inmigración? ¿Han sido ellos quienes me han impedido acceder a lo que yo quería? La respuesta es NO.
Si tenemos que buscar a los culpables, hay que hurgar en nuestra población autóctona y en las políticas que aplica el mercado laboral. Primero de todo, el personal docente de la Facultat de Geografía ha tenido una parte importante de responsabilidad. La falta de estímulo y motivación hacia el alumnado, la inculcación encubierta del pesimismo y el derrotismo y la impartición de las materias imponiendo un nivel más bien bajo en relación con otras carreras, ha sido decisiva para el desprestigio de una ciencia humana y social como la geografía, la cual podría haber sido una de las disciplinas más interesantes del ámbito de las letras. El hecho de ir pregonando que "la geografía no tiene futuro", "solo sirve para profesor/a de instituto" y "una vez de licencies acabarás en el paro" era una forma de alertar al mercado laboral para que no contratara a geógrafos/as. Por supuesto, el profesorado es funcionario y ya tiene la vida resuelta, y en ese sentido les importa un rábano de qué modo se ganen la vida sus alumnos, si como geógrafos o como barrenderos. Además, la elección de quien será profesor/a es algo politizado y la decisión final se estipula sobre la base del amiguismo. Y todo eso lo digo porque un profesor me lo confesó abiertamente: "tu puedes ser un genio, un Albert Einstein de la geografía, que si no interesas o no caes bien nunca serás profesor", me dijo. En cuanto a la elección de los/as becarios/as como personas promovidas hacia un buen futuro profesional, más de lo mismo. No hace falta tener un buen expediente académico como se suele decir. Yo soy testigo viviente de lo que he visto con mis propios ojos. En definitiva, todo un mundo elitista al servicio de unos pocos.
En segundo lugar, el mercado laboral es el responsable de contratar a personas válidas. El criterio es muy peculiar, si tenemos en cuenta que muchos puestos de trabajo que geógrafos/as podrían ocupar y desarrollar plenamente su vocación profesional, están inexplicablemente ocupados por personas licenciadas en otras carreras, o ni siquiera eso. ¿Por qué colocar a incompetentes o a personas ignorantes en la materia para un trabajo que alguien con la formación adecuada podría hacer mucho mejor y con mayor motivación? ¿Qué hace una persona con solo la enseñanza secundaria trabajando de cartógrafo, un periodista escribiendo las definiciones de geografía de la Enciclopèdia Catalana, o alumnos de instituto con sus maestros recorriendo las playas para hacer un estudio de impacto ambiental?

No hay duda alguna. Yo soy un claro testigo de que no ha sido la inmigración quien me ha quitado ese trabajo de geógrafo que podría haber desarrollado. Ellos ocupan básicamente aquellos oficios que no quiere nadie, que no gustan o son un hueso. Quienes lo han hecho han sido los docentes universitarios (protagonistas de la gran campaña antigeografía, hecha por los propios geógrafos) y los incompetentes en la materia que, en vez de ocupar un cargo acorde con su formación, lo han hecho en un campo equivocado, con la complicidad de contratistas y empresarios. Afortunadamente, he podido aplicar mis conocimientos para escribir libros, y debo decir que mi situación laboral es satisfactoria al haber encontrado un trabajo que me gusta, a la vez que me gano la vida. Sin embargo, todo y mi satisfacción, el mercado laboral debería de corregir esas injusticias y dar el trabajo a quien merece aquel puesto.

4 comentarios:

  1. Otro artículo esclarecedor, Ricard. Convendrás conmigo, no obstante, que el amiguismo funciona prácticamente en todos los órdenes laborales.

    Un fuerte abrazo.

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  2. Eso por descontado, y claro ¿quién va a negar una buena oportunidad aunque sea por estos medios?

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  3. La inmigracion si que esta quitando trabajo a nuestros amigos y amigas.....

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  4. Amigo Anonimo, yo en realidad me refiero a mi experiencia personal. Tal vez la experiencia de otra persona confirme que le han quitado el trabajo, pero en mi caso, los responsables han sido quienes han sido.

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