Continuando con el anterior artículo que resumía la historia del abastecimiento de agua en Barcelona por la cuenca del Besòs desde la fundación de la Barcino romana hasta 1914, merece la pena centrarse en aquellas instalaciones surgidas como consecuencia de esta urgente modernización de la infraestructura a raíz de la epidemia de fiebre tifoidea y que actualmente forman parte del patrimonio histórico de la ciudad.
Para la construcción del conjunto posteriormente conocido como Casa de l’Aigua de la Trinitat Vella el Ayuntamiento de Barcelona había comprado en 1891 un solar ubicado entre la carretera de Ribes y el Rec Comtal. Este terreno, de 25.262 metros cuadrados de superficie y rodeado por un muro de 664,34 metros sirvió para emplazar a las instalaciones elevadoras. El portalón de entrada por la carretera de Ribes era una reconstrucción de lo que había existido en uno de los edificios de la Ciutadella y la verja de hierro era la que durante muchos años había sido colocada en la fachada principal de las Casas Consistoriales de la Ciudad.
Las obras se proyectaron pensando en la puesta en servicio del inacabado acueducto Alto de Montcada y que todos los servicios se concentraran en un mismo punto. El conjunto arquitectónico, de obra vista y estilo modernista tardío, fue diseñado por el arquitecto municipal Pere Falqués i Urpí. Todas las construcciones tenían como aspectos comunes una cubierta a dos aguas y por cornisas perimetrales escalonadas de obra vista coronadas por elementos cerámicos. Las fachadas laterales se abrían mediante una galería de arcos de medio punto enmarcados por ladrillo visto mientras que en las fachadas principales la arcada era única. Tanto de la maquinaria como de los aspectos técnicos y mecánicos se encargaron los ingenieros industriales Felip Steva y Joan Sitges. El presupuesto ascendió a 1.027.411,43 pesetas. Dentro del solar se construyeron los siguientes edificios:
1) La caseta de compuertas. Dispuesta para servir también a la segunda elevación, era un edificio bajo, intercalado en la mina antigua de modo que el agua de ésta penetraba en la casita por una de sus paredes y salía por la opuesta. En el otro sentido había aberturas iguales a éstas, todas de la misma sección de la mina que comunicaban con la cubeta de primera elevación. Llegaba el agua proveniente de la mina y los pozos de Montcada. Tenía unas dimensiones internas de 7 metros de largo, 5 metros de ancho y 10 metros de altura. Desde aquí, las compuertas distribuían el agua hacia la casa de máquinas o de primera elevación.
2) La casa de máquinas o de primera elevación. La función de este espacio era la de alojar los mecanismos de impulsión del agua hacia el depósito del conjunto posteriormente conocido como Casa de l’Aigua de la Trinitat Nova. Exteriormente el edificio tenía una altura de 4 metros y medio, pero desde el arranque de armaduras hasta el fondo de la cubeta (excavada en la roca dura, granito) había 12 metros. A ambos lados de la cubeta pasaba un colector para cada grado de elevación. Todo el interior, incluso la cubeta, la mina, los colectores, las paredes y las escaleras se revistieron de baldosas blancas y biselados con el propósito de provocar una sensación de limpieza, asepsia y placidez. La construcción de este edificio fue adjudicada a la empresa de Ramon Miralles Ferran el 14 de mayo de 1915 y la recepción de la obra el 17 de mayo de 1920. Tenía unas dimensiones de 18 metros de largo, 8 metros de ancho y 11 metros de altura, de los cuales 7,5 eran debajo del nivel del suelo. Las electrobombas servían para aspirar el agua e impulsarla hacia la tubería que había en la galería y que conectaba por debajo de la carretera de Ribes y las vías ferroviarias las dos instalaciones de la Trinitat. Las tres bombas en funcionamiento tenían capacidad para elevar 21.000 metros cúbicos de agua al día. El suministro del grupo motor de elevación fue el 28 de mayo de 1915 en F.Vives y la recepción de la obra el 15 de enero de 1919.
3) La casa de los transformadores. Se ubicó junto a la pared del recinto de fondo del solar, colindando con el Rec Comtal, lo cual impedía que las líneas de alta tensión atravesaran los terrenos. La corriente eléctrica se tomó de una línea de 11.000 voltios y se transformaba en el potencial medio de 210. El edificio tenía planta baja para los transformadores y los contadores, y primera planta para los dispositivos de entrada de corriente y los aparatos de protección.
4) La casa de almacén, de oficinas y taller, de estilo sencillo.
5) La casa del guardia. También de estilo sencillo, se ubicó en un espacio más elevado desde el cual se podían vigilar todas las instalaciones, concretamente sobre un muro de contención con escalinatas.
Para el futuro se previó una casa de máquinas de segunda elevación, una torre de agua para el servicio del solar y un pequeño edificio para la instalación meteorológica, todas ellas unas construcciones que, al no considerarse prioritarias, finalmente no se hicieron realidad. La nueva infraestructura de abastecimiento permitió la potabilidad de agua desde Montcada i Reixac hasta Barcelona incrementando la presión, pero el volumen aportado y la distribución continuó siendo prácticamente el mismo, por lo que el Eixample quedó sin suministro municipal.
Con el paso de los años se fueron introduciendo mejoras técnicas. A partir de 1935 se sustituyeron las bombas de vapor por nuevas y modernas electrobombas. A pesar de la modernización de las infraestructuras y el aumento del consumo, no se aumentó el suministro ni se planteó la municipalización de la Sociedad General de Aguas de Barcelona (SGAB), que vio a partir de 1933 un notable incremento de la demanda de agua tras aumentar el número de abonados. Al estallar la Guerra Civil la SGAB se colectivizó pasando a manos de control obrero y cambiando la denominación por Sindicato Obrero de las Aguas de Barcelona. Con la nueva gestión se intentó garantizar el abastecimiento de agua en la medida de lo posible, incluso ofreciéndola de forma gratuita para las clases sociales más desfavorecidas. Sin embargo, los bombardeos sobre la ciudad dañaron algunas infraestructuras, lo que dificultó cada vez más el suministro a la ciudad. Ya en la posguerra el sistema de abastecimiento volvió a ponerse en funcionamiento aunque con problemas técnicos. A partir de los años cincuenta, la contaminación progresiva del río Besòs no garantizaba una buena calidad de las aguas, especialmente en lo que se refiere a la captación de aguas subterráneas y su depuración, generalmente mediante la cloración por cloro gas o por derivados del cloro.
El 25 de septiembre de 1962 hubo una riada originada por grandes precipitaciones que desbordaron los ríos Llobregat y Besòs y sus afluentes en las partes más bajas, provocando una avenida torrencial de agua que causó 700 víctimas mortales y muchas pérdidas materiales. Como resultado la mina de Montcada quedó muy dañada y llena de tierra, por lo que tuvo que ser reparada y limpiada, si bien a pesar de los trabajos realizados y la participación económica del Ayuntamiento de Barcelona y la Junta de la Acequia, el agua perdió gran parte de su calidad. El 30 de noviembre siguiente se restableció el suministro hídrico de la mina aunque ello duró poco debido a los problemas de contaminación del río Besòs, obligando así al cierre definitivo de la mina y a depender de las posibilidades ofrecidas por los pozos de Montcada. En invierno de 1964 una fuerte e inusual nevada precipitó el cese de las máquinas de vapor extractoras del agua de las minas de la Casa de l’Aigua de Montcada i Reixac.
Ante la previsión de falta de agua por posibles averías de las instalaciones extractoras se construyó una nueva conducción entre la Casa de l’Aigua de la Trinitat Vella y la central de Sant Adrià de Besòs, propiedad de la SGAB. En 1967 entró en servicio dicha conexión que formaba parte de la infraestructura del río Ter. En ese mismo año, con motivo de las obras de construcción de la avenida Meridiana la casa del guardia fue derribada. Desde ese momento el suministro de la cuenca del Besòs finalizó definitivamente. Para completar la llegada de las aguas del río Ter a Barcelona se construyó en el barrio de la Trinitat Nova la Estación Distribuidora de la Trinidad. El 7 de febrero de 1973, el ministro de Obras Públicas Gonzalo Fernández de la Mora inauguró las nuevas instalaciones. Con un presupuesto de 556 millones de pesetas, tenía por función repartir, regular y entregar a los distintos pisos de presión de la red arterial de Barcelona el agua procedente de la estación de tratamiento de agua potable del río Ter.
A raíz de los informes negativos sobre la calidad del agua de los pozos de Montcada, el 31 de marzo de 1989 la Casa de l’Aigua de la Trinitat Vella dejó de funcionar definitivamente. Una vez clausurada, la Ley de Barrios de la Generalitat de 2006 incluyó la recuperación del conjunto patrimonial. Así, bajo el proyecto del arquitecto Alberto Aguirre se procedió a la rehabilitación de la casa de máquinas y la casa de compuertas. El 31 de mayo de 2008 se celebró la inauguración oficial. Concretamente la casa de máquinas se convirtió en una de las sedes de Trinijove, una fundación privada nacida en el barrio de la Trinitat Vella en 1985 especializada en la formación e inserción de colectivos con dificultades para acceder al mercado laboral y en riesgo de exclusión social. Con el paso de los años, la situación de abandono hizo que la casa del guarda acabara "okupada" por colectivos del Ateneu Llibertari, una entidad histórica en el barrio de la Trinitat Vella que ocupaba el edificio de forma irregular por compartir el espacio. El Ayuntamiento de Barcelona ofreció entonces la posibilidad de remodelar la casa mediante un taller ocupacional de Barcelona Activa sufragado con fondos del Pla de Barris de la Trinitat Vella. La operación incluyó, además de la restauración tanto del interior como del exterior, la mejora de los accesos al edificio que estaban muy deficientes.
El 27 de febrero de 2011 se inauguró en la casa del guarda con el nombre de Centre Cultural Frederica Montseny y desde entonces combina las actividades del Ateneu Llibertari con el de centro de interpretación histórica del suministro de agua a la ciudad, gestionado por el Museu d’Història de la Ciutat de Barcelona (MUHBA). Esta institución, de forma individual o conjunta con otras entidades colaboradoras, se encarga de programar actividades culturales y lúdicas como rutas guiadas, conferencias y exposiciones, generalmente con reserva previa.
Fotos: Ajuntament de Barcelona, Gaceta Municipal de Barcelona, Frederic Ballell, Memòria de Trinitat Vella (A.C.R.D.M.T.V.), Rafael Escudé, Ricard Fernández Valentí.
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