Los orígenes del abastecimiento de agua en Barcelona se encuentran en la Barcino romana. La primera infraestructura hídrica fue un acueducto construido durante el siglo I el cual captaba las aguas del río Besòs y las llevaba hasta el castellum aquae ubicado en la torre izquierda de la puerta occidental de la muralla romana, donde actualmente se encuentra la Casa de la Ardiaca. El punto de captación se situó entre el Turó de Sant Joan, en Montcada i Reixac y el mismo río, efectuándose mediante surgencias (fuentes). Una presa o esclusa donde se acumulaba el agua iniciaba el recorrido del acueducto, en gran parte subterráneo, lo cual ayudaba a regular la pendiente y a la buena conservación del agua. El trazado seguía aproximadamente por el actual barrio de Can Sant Joan de Montcada i Reixac, por los actuales barrios de Vallbona y la Trinitat Vella, serpenteaba el llano de Barcelona por el actual trazado ferroviario comprendido entre Sant Andreu, La Sagrera y el Clot hasta adentrarse en la parte oriental del barrio de Sant Pere para llegar a la colonia romana de Barcino. Esta infraestructura probablemente se abandonó entre los siglos VIII y IX.
A partir del siglo X se construyó una nueva infraestructura fruto de una nueva demanda de agua. Su origen se atribuye al conde Mir Geribert (954-966), hermano pequeño del conde Borrell II, de ahí que la conducción se conociera como Rego Mir. En esa época el principal abastecimiento hidrológico de la población barcelonesa procedía de los pozos que aprovechaban las aguas freáticas del subsuelo de la ciudad. Su recorrido se iniciaba en una esclusa que desviaba las aguas superficiales del río Besòs, atravesaba los futuros términos municipales de Sant Andreu de Palomar y Sant Martí de Provençals hasta adentrarse en la ciudad de Barcelona, cerca del Portal Nou, para desaguar entre la actual estación de Francia y el parque de la Ciutadella. Tenía una longitud de unos 11 kilómetros, una anchura de cauce de unos 2 metros con márgenes en ambos lados para inspección y mantenimiento más una pendiente entre el 1% y el 2%. Sus muros estaban construidos con sillares de piedra de Montjuïc unidos con mortero y el cauce en muchas zonas carecía de revestimiento. Las curvas de la canalización, coincidentes en buena parte con el recorrido del acueducto romano, seguían aproximadamente el trazado del desnivel geológico que dividía el llano de Barcelona en dos mitades, una más elevada hacia Collserola y otra más plana hacia el mar.
La Foradada de la Trinitat Vella, con la caseta de la compuerta
que desviaba el agua hacia el río Besòs
No fue hasta el año 1076 que por primera vez se le llamó Rec Comtal (Aqüeductum Comitale), siendo también conocida en el siglo XI como Rego Molinario debido a que a lo largo de su curso se instalaron numerosos molinos. A partir del siglo XIII se permitió el incremento de los cultivos, la producción artesanal y la actividad de los molinos. En el siglo XIV hubo preocupación por la contaminación de la acequia debido a los vertidos, lo que obligó a extremar su salubridad. En el siglo XV los terrenos regados superaban las 400 hectáreas y en 1458 se podían contabilizar 13 molinos harineros y 2 traperos, además de curtidurías y textiles en los barrios de la Ribera y de Sant Pere. Durante el período comprendido entre los siglos XV y XVII no hubo grandes transformaciones destacadas. La Alcaldía General, institución titular del Rec Comtal encargada de administrar el Real Patrimonio en Cataluña bajo la dinastía real de los Austria impulsó reformas en la acequia para conservar y mantener la conducción.
En el siglo XVIII hubo un desarrollo productivo y comercial así como un incremento de la población. Ante la insuficiencia de caudal de agua y la imposibilidad de mejorar el rendimiento de las minas de Collserola el Consell de Cent aprobó en 1703 la construcción de un conducto cubierto desde el Rec Comtal a la altura del molino superior del Clot hasta el depósito de Canaletes en la torre de Sant Sever, después ampliado para atender el barrio del Raval. Pese a ello continuó el déficit hídrico porque la demanda superaba la oferta. Los problemas de escasez motivaron que el Real Patrimonio, el Ayuntamiento de Barcelona, los propietarios de las tierras de regadío y los concesionarios de los molinos acordaran en 1776 un nuevo sistema de captación para aumentar el caudal de la acequia. El maestro de obras Josep Mas propuso la construcción de una mina de agua filtrante bajo el río Besòs de 2.350 metros de longitud que aprovechara la corriente del agua y la permeabilidad de los terrenos del cauce fluvial. Las obras empezaron en 1778 y finalizaron en 1786. Desde entonces, el Rec Comtal trasladó su origen al Reixagó de Montcada donde se producía el reparto de las aguas entre el Ayuntamiento de Barcelona, los regantes del Rec Comtal y los propietarios de los molinos.
A partir del siglo XIX el trazado vio modificado levemente su recorrido original debido al crecimiento urbanístico e industrial. Se mantuvo el cultivo intensivo pero la industria empezó a notar la falta de energía hidráulica, por lo que sólo se empleaba el agua para determinadas operaciones productivas. En 1822, gracias a que el momento político (el Trienio Liberal) lo hizo propicio, hubo un acuerdo entre los Ayuntamientos de Barcelona, Sant Andreu de Palomar y de Sant Martí de Provençals y los propietarios de las tierras de regadío para ampliar la mina de Montcada y construir un nuevo acueducto cubierto para mejorar el abastecimiento. Sin embargo, en 1823, con el retorno del régimen absolutista se paralizaron las obras, pero la urgente necesidad de atender el déficit hídrico obligó a conceder una ampliación de los metros cúbicos diarios de agua y a construir el citado acueducto, el cual se finalizó en 1826. El trazado se iniciaba en el Reixagó, en Montcada i Reixac, continuaba bajo los terrenos de la Horta La Ponderosa en Vallbona y proseguía bajo la actual calle del Torrent de Parera y la carretera de Ribes, en la Trinitat Vella. Seguía bajo la actual calle de Bartrina, la avenida Meridiana, las calles de Concepción Arenal y Freser y entre las actuales calles de Mallorca y Valencia hasta el repartidor de Jesús, ubicado entre el actual cruce de las calles del Consell de Cent y de Pau Claris, desde donde un par de ramales se dirigían hacia el casco antiguo de Barcelona y otro hacia Gracia, El Coll, Vallcarca y Els Penitents mediante ramificaciones.
En 1838 se constituyó la Sociedad de Propietarios Interesados en el Aprovechamiento del Agua de la Acequia Condal y sus Minas, formada por el Ayuntamiento de Barcelona, los propietarios de las tierras de regadío y los concesionarios de los molinos, salvo el Real Patrimonio. Una vez se aprobaron las Ordenanzas de 1842 y el Reglamento del 12 de junio de 1846 finalizó la despatrimonialización del agua de Montcada, si bien los interesados mantuvieron discrepancias entre ellos en cuanto a la gestión del agua y su dotación para la ciudad, los regadíos y los molinos. Durante el período de 1838-1839 se hizo una nueva ampliación de la mina de Montcada a pesar de la oposición del Real Patrimonio. En 1853 surgió un conflicto con Caminos de Hierro del Norte de España que exigió el desvío del trazado de la acequia, la construcción de puentes y la expropiación de tierras de cultivo. Incluso, en la década de los setenta del siglo XIX llegó a ser usuaria de las aguas del Rec Comtal y propietaria de tierras de regadío. Algo similar ocurrió con los terrenos por los que atravesaban las vías ferroviarias de la Compañía del Ferrocarril de Madrid, Zaragoza y Alicante (MZA).
Con la aprobación del proyecto del Eixample en 1859 se planteó la construcción de un moderno sistema de abastecimiento de agua para la ciudad así como una nueva red de alcantarillado, pero a pesar de que surgieron varias propuestas ninguna se pudo materializar. El Ayuntamiento de Barcelona aprobó el 12 de febrero de 1878 la construcción de tres pozos cerca de la mina de Montcada para compensar el déficit hídrico que durante los meses de verano sufría el acueducto Baix de Montcada. El proyecto fue obra del arquitecto municipal Antoni Rovira i Trias. Las obras empezaron el 7 de abril siguiente y la inauguración oficial tuvo lugar el 21 de junio de 1879. El resultado fue el conjunto de la Casa de l'Aigua de Montcada, un recinto de unos 1.000 metros cuadrados ubicado entre las vías del ferrocarril de la compañía MZA y el río Besòs que incluía la casa del maquinista, la casa de los pozos, la casa de máquinas, y la sala de control. La nueva instalación al no estar sometida al régimen jurídico impuesto por la Junta de Prolongación de la Mina de Montcada ésta interpuso una demanda. Por todo ello, el suministro de agua en el Eixample continuó desatendido, lo que propició a la aparición de numerosas empresas privadas de explotación y abastecimiento de agua.
A raíz de la epidemia de cólera de 1885 se aceleraron los proyectos de mejora del abastecimiento de agua tomando como ejemplo las soluciones aportadas de otras ciudades europeas. Con motivo de la Exposición Universal de 1888 este interés se puso de manifiesto y en sesión del 29 de enero de 1891 el Ayuntamiento de Barcelona aprobó el "Proyecto para la unificación y elevación de aguas de Moncada", con un presupuesto de 1.140.259 pesetas. El proyecto, obra del arquitecto municipal Pere Falqués i Urpí, pretendía aprovechar todos los caudales municipales de Montcada i Reixac y construir una nueva red de conducción más segura que evitara las filtraciones y mejorara las condiciones de potabilidad del agua, la cual llegaría con mayor presión para distribuirla. Por tanto, era necesaria la construcción del nuevo acueducto Alt de Montcada, el cual se iniciaría en una estación elevadora ubicada sobre terrenos de la Trinitat. Cruzando bajo la carretera de Ribes y las vías ferroviarias de Caminos de Hierro del Norte de España llegaría a un depósito de primera elevación y finalizaría en un depósito de 30.000 metros cúbicos ubicado en Vallcarca, a 100 metros sobre el nivel del mar.
La canalización bajaría por debajo de la avenida de la República Argentina y el paseo de Gràcia donde se repartiría mediante la red independiente de las diferentes compañías suministradoras de agua potable. En el transcurso del proyecto surgieron varios problemas por derechos de paso y uso de terrenos así como contenciosos administrativos derivados de los pueblos del llano. En 1894 se desestimaron 19 recursos interpuestos por vecinos de Barcelona a cambio de que el proyecto se considerara obra pública, lo cual obligó al Ayuntamiento de Barcelona a someter el proyecto a aprobación del Gobierno. Ello dificultó el inicio de las obras pero gracias a la agregación de la mayoría de municipios del llano a la capital catalana muchos problemas se desencallaron. En 1904, el Ayuntamiento de Barcelona solicitó al Ministerio de Fomento la perforación del túnel bajo la carretera de Ribes y las vías ferroviarias de Caminos de Hierro del Norte de España. Por otra parte, la Société Générale des Eaux de Barcelone se negó a que se realizaran obras entre los acueductos del Baix Vallès y de Dos Rius. Además, pidió una concesión minera que impidiera realizar obras en terrenos de su propiedad, así como derechos preventivos sobre las aguas del Rec Comtal y en otros de la ciudad.
La construcción del acueducto comportó un pacto presupuestario entre los interesados. El primer tramo, de 6.642,61 metros de longitud, se materializó progresivamente mediante la subasta de 34 secciones, una de las cuales la construyó el Ayuntamiento de Barcelona. El último tramo de galería que daba al torrente de Calau, en la actual Trinitat Nova, obligó a salvar el desnivel del barranco mediante la construcción de un acueducto conocido como Puente de los Tres Ojos porque contenía tres aperturas circulares de 8, 10 y 6 metros de diámetro. Los materiales de construcción se transportaron por el interior del túnel mediante un pequeño ferrocarril Decauville arrastrado por una locomotora de vapor, desde 2.200 metros, punto en el que la infraestructura limitaba con la riera de Sant Andreu. En 1910 finalizaron los trabajos constructivos aunque todavía faltaban elementos como la estación elevadora, la central eléctrica, el depósito regulador, el depósito de Vallcarca y la red de distribución, además de otro tramo de galería y la instalación de las tuberías. Los concursos derivaron en recursos, discusiones sobre el precio y formas de adquisición, incertidumbre técnica sobre la cantidad de agua a soportar y estudios posteriores. A los problemas burocráticos el hecho de que los caudales de agua resultaran insuficientes impidió su puesta en funcionamiento.
En otoño de 1914 Barcelona sufrió una epidemia de fiebre tifoidea en la que perecieron 1.877 personas. La principal causa fue la filtración de aguas fecales y residuales en la red de agua potable de Ciutat Vella y el Eixample. Se descubrió que afectó concretamente a la red de distribución de Montcada. Como consecuencia el 21 de noviembre siguiente se suprimió provisionalmente su suministro público y el Ayuntamiento de Barcelona elaboró con carácter de urgencia un proyecto de remodelación de la red de abastecimiento, eliminando la conducción por agua rodada. Las obras de modernización del servicio municipal de aguas de Montcada fueron adjudicadas en subastas a diferentes empresas para estimular la competencia entre ellas y abaratar los precios. El suministro de agua partiría del Reixagó, en Montcada i Reixac, que era el partidor de agua ubicado entre el Rec Comtal y la antigua mina de Montcada, donde finalizaban las galerías de captación de agua del río Besòs y empezaba el cauce abierto hacia el Rec Comtal. La Casa de l'Aigua de Montcada extraería y bombearía el agua de los tres pozos.
Se conservaría el acueducto Baix de Montcada, cuyos primeros 2.791 metros (entre su origen y la Trinitat) se revestirían de cemento armado, quedando sin servicio el resto del tramo hasta el repartidor de Jesús, en el Eixample. Entre la Casa de l'Aigua de Montcada y la casa de registro del acueducto Baix de Montcada habría una tubería de alimentación suplementaria. En la Trinitat se recuperaría el tramo construido del inacabado acueducto Alt de Montcada que se completaría con el depósito de primera elevación y una nueva tubería de cemento que, partiendo del centro de la galería bajo la carretera de Ribes y la línea ferroviaria de Caminos de Hierro del Norte de España, recorrería el Eixample, Ciutat Vella y la Barceloneta, sustituyendo el tramo inoperante del acueducto Baix de Montcada. Se preveía finalizar la infraestructura del acueducto Alt de Montcada con la construcción de un depósito de segunda elevación ubicado junto al Puente de los Tres Ojos. Las obras de renovación duraron entre 1914 y 1920.
Tubería de la nueva galería de agua
Fotos: Agrupació Excursionista de Catalunya, Ajuntament de Barcelona, Frederic Ballell, Gaceta Municipal de Barcelona, La Il·lustració Catalana, Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), Xavier Casinos (La Vanguardia).
Muy interesante, gracias!!!
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