Bajo las manos de la familia Brusi, el Diario de Barcelona vivió una etapa de esplendor durante el siglo XIX. El primer propietario fue Antonio Brusi Miravent, nacido en Barcelona en 1775, hijo de Carlos Brusi (fabricante de medias) y Raimunda Miravent. Dedicado al oficio de librero e impresor, abrió su primera librería en la Bajada de la Cárcel esquina Frenería. En 1808 contrajo matrimonio con Amalia Eulalia Montserrat. Durante la Guerra de la Independencia se movió por varios lugares donde aprovechó para la impresión de publicaciones, como el Diario Militar y Político del Principado de Cataluña (1809), la Gaceta de Militar y Política de Cataluña (1810), el Diario de Palma (1813) y la Gaceta de Cataluña (1814).
Tras finalizar la guerra y regresar a Barcelona el 28 de abril de 1814 tomó las riendas del Diario de Barcelona, reapareciendo el 6 de junio siguiente con formato 18x12 centímetros. La redacción y administración pasó al número 29 de la calle de la Palma y al número 22 de la calle de la Libretería. La imprenta pasó de la calle de la Palma de San Justo al número 4 de la calle de las Tapias. Durante el Absolutismo del rey Fernando VII, el diario se repartió por la botillerías del centro de la ciudad, distribuidos por los camareros a los clientes consumidores. Durante sus años activos tuvo que luchar para el mantenimiento de su Real Privilegio por el cual podía imprimir el periódico. Dicho status lo perdió brevemente durante el Trienio Liberal de 1820 a 1823. En 1820 fue el primer impresor en introducir en España la litografía, por privilegio de su inventor, Aloys Senefelder. Al año siguiente, víctima de la fiebre amarilla, falleció a los 45 años de edad.
Entre 1821 y 1838 la dirección fue a manos de Pablo Soler Mestres, marido de Antonia Brusi Ferrer. Ello sucedió a partir del 28 de octubre y se abrió una etapa más bien monótona. En 1822 tuvo una agria polémica con el diario El Eco de la Ley por subtitularse "Diario de la Ciudad de Barcelona". Entre el citado año y 1823 hubo algunas publicaciones bilingües catalán-castellano y francés-castellano, básicamente actas oficiales. En 1828 Amalia Eulalia Montserrat, viuda de Antonio Brusi Miravent, solicitó que el Real Privilegio pasara a su hijo Antonio Brusi Ferrer, cosa que, finalmente, fue concedida al año siguiente en una visita del rey Fernando VII a Tarragona. Entre abril y mayo de 1830 se prohibió la publicación en el diario de noticias políticas. El Diario de Barcelona, a pesar de su carácter claramente monárquico y liberal-conservador, la Constitución de 1837 fue un punto de ruptura en tanto que, al negarse a apoyar la nueva situación política, la publicación abandonó su ideología para evitar la pérdida del Real Privilegio. En 1838, con solo 700 suscriptores y una pérdida de 100 duros mensuales, se planteó una nueva dirección. Además, el Real Privilegio fue abolido, siendo un hecho positivo porque ello frenó la decadencia del periódico. Por ello, Antonio Brusi Ferrer, primer marqués de Casa Brusi e hijo de Antonio Brusi Miravent, tomó la dirección del diario hasta el año 1867. Previamente tuvo una sólida formación académica adquirida en varios países como Suiza, Italia, Alemania, Francia, Suecia y Finlandia. Fue una etapa brillante en la que la publicación recuperó su prestigio como órgano del partido moderado, defensor de los intereses catalanes y de la monarquía. Ello coincidió con al reinado de Fernando VII.
La redacción se nutrió de grandes escritores como Mañé y Flaquer, Juan Maragall, Miquel y Badía y Teodoro Baró. Entre los colaboradores en Barcelona hubo nombres de prestigio como Pablo Piferrer, Rubió y Ors, Víctor Balaguer, Antonio de Bofarull, Sol y Padrís, Durán y Bas, Milá y Fontanals y Vidal y Valenciano. También hubo colaboradores en Madrid y en el extranjero. Se modernizó el sistema de impresión, pasándose a la máquina plana Stemberg, que aplicaba la fuerza motriz por vapor. Dado el buen éxito de los anuncios, a la cabecera se le añadió el subtítulo "de Avisos y Noticias". En abril de 1853 se amplió la difusión con una segunda edición de tarde. Prácticamente hasta entonces, los esfuerzos fueron encaminados a convertir el Diario de Barcelona en el periódico mejor informado, tanto por el número como por la exactitud de sus noticias, lo cual no sólo obligó a incrementar sus corresponsales sino también a elegirlos cuidadosamente. Ello dio origen a la gran fama que las "Correspondencias del Diario" alcanzaron en aquel tiempo.
En 1856 introdujo el telégrafo, lo cual fue de gran utilidad de cara a los partes telegráficos. Fue además el primer periódico español en utilizar las palomas mensajeras como medio de transmitir información durante las Guerras Carlistas que destruyeron las líneas telegráficas.
A partir de 1857 publicó un almanaque anual de 12x18 centímetros para los suscriptores donde se abarcaron varios temas como la política, arte, finanzas, conflictos bélicos y disposiciones de carácter legislativo. Además, de acuerdo con las costumbres de la época, publicó durante muchos años y por entregas diversas, folletines y novelas, generalmente de carácter romántico, que después aparecían encuadernadas y se regalaban a los suscriptores. Las notables mejoras introducidas propiciaron que en 1865 llegara a los 7.000 suscriptores, superando definitivamente la situación de estancamiento.
Antonio Brusi Ferrer destacó por sus actividades políticas y económicas. Tuvo una estrecha amistad con Ferdinand de Lesseps cuando éste fue cónsul de Francia, hasta el punto de verse involucrado como miembro de la Compañía que creó el Canal de Suez. En 1839 fue nombrado miembro del Ayuntamiento de Barcelona y desde allí promovió el derribo de las murallas barcelonesas para dar paso al futuro Ensanche. En 1847 ingresó como redactor Juan Mañé y Flaquer, la mano derecha de Brusi hasta el punto de acaparar muchas de las tareas que éste le delegó. En 1856 fue socio fundador de la Sociedad Catalana de Crédito, logrando crear un Montepío para trabajadores discapacitados y las viudas y huérfanos de obreros. El 11 de junio de 1875 el rey Alfonso XII le otorgó el Título del Reino en calidad de Marqués de la Casa Brusi.
En 1864 falleció Eulalia Mataró, su esposa, con lo cual sucumbió en un profundo desánimo, motivo por el cual la dirección del diario estuvo ocasionalmente a manos de Juan Mañé y Flaquer. Éste le dio al periódico una nueva proyección política, literaria y cultural hasta el punto de convertir al popularmente llamado "Brusi" en el representante de la burguesía catalana. En 1867 tomó definitivamente la dirección del periódico y, diez años después, se creó la figura del editor responsable, cuya misión era sustituir al director en caso de fallecimiento, ausencia o enfermedad. Finalmente, en 1878 Antonio Brusi Ferrer falleció tras una larga enfermedad. Su hijo Antonio María Brusi Mataró, aunque no fue nuevo director, sí que tomó parte activa en la redacción, procurando con todos sus especiales conocimientos conservar en el periodismo las tradiciones por aquél establecidas.
Fotos: Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona, Biblioteca Digital Memoria de Madrid, Fons Casa Brusi.
Molt interessant tota la història d'aquest diari, fa anys que participo en unes tertúlies sobre llibres d'història i recordo que fa algun temps vam llegir aquest i aleshores em vaig assabentar una mica del tema però hi havia coses que ja no recordava.
ResponderEliminarhttp://ajuntament.barcelona.cat/barcelonallibres/ca/publicacions/la-casa-brusi-y-el-diario-de-barcelona-1775-1957
Gràcies Júlia. Sí, és una història molt interessant d'un diari molt proper. Llàstima que acabés desapareixent. Hauria merescut continuar, posat al dia tant en format paper com en digital. Tant de bo resuscitin la capçalera.
ResponderEliminar