Foto: Àgata Costantini Urue
El pasado fin de semana correspondiente al último del mes de mayo se celebró el simpático y cada vez más tradicional Rally d'Autobusos Clàssics, que en el presente año cumple su séptima edición. Este evento nació en el 2010 gracias a una colaboración entre Transports Metropolitans de Barcelona (a través de la Fundació TMB), la empresa de autobuses Sagalés y la asociación ARCA de recuperación y conservación de autobuses. Respectivamente, ello representa un acuerdo entre una empresa pública, una empresa privada y una asociación de voluntarios. Cuenta además con el respaldo de un variado número de patrocinadores y colaboradores. Con su creación se pretendió el fomento del patrimonio relativo a los transportes públicos así como el impulso de una cultura también del transporte público que ya existe desde hace mucho tiempo en otras ciudades europeas. El intento, por ahora frustrado, de implantar en Barcelona un museo del transporte viene de lejos. Por ello, mientras se halla en proceso de materialización, la exposición de vehículos antiguos restaurados sirve para dar a conocer al público en general un mundo muy singular que tiene numerosos adeptos y cuyo interés es ascendiente.
Foto: Miquel Segura i Llop
El resultado de la preservación, conservación y restauración de autobuses es la exposición de una serie de vehículos de diferentes épocas que de algún modo vienen a resumir 110 años de historia del autobús en Barcelona. A pesar de la crisis es ahora un buen momento para apostar por la creación de un museo del transporte en la ciudad, pues además de suponer una inversión rentable en cultura, vivimos unos tiempos en los que interesa recuperar y difundir la memoria histórica local y olvidada frente a la historia oficial y oficializada. El numeroso público asistente durante estos siete años cuyo grado de satisfacción ha sido siempre máximo refleja claramente esta tendencia.
Gracias a mi amigo Marcel Estadella, presidente de la asociación ARCA, tuve el placer de participar como guía durante la exposición de autobuses instalada en la avenida de la Reina María Cristina. Me correspondió el turno de las 20:00h. Previamente habían participado el historiador del transporte Albert González Masip en las rutas de las 17:00h. y las 18:00h. y César Ariño, buen experto en vehículos históricos, que dirigió la ruta de las 19:00h.
Foto: Miquel Segura i Llop
Llevé a un grupo de 15 personas que previamente se habían inscrito a la ruta. El tiempo para explicar, de 45 minutos, fue muy limitado en relación con el material expuesto. Ante la opción de narrar características técnicas de cada vehículo, preferí ofrecer una visión de conjunto resumiendo en base a la antigüedad del material móvil los 110 años de historia del autobús en Barcelona. En total había 39 autobuses, de los cuales 4 eran estáticos mientras que el resto eran aptos para participar en la rúa del día siguiente entre Barcelona y Caldes de Montbui.
Los autobuses más primitivos, anteriores a la Guerra Civil, fueron los que más llamaron la atención, sin duda, los más admirados y fotografiados, a la vez el deleite de los más pequeños. Eran las "joyas de la corona" que más glamour concedieron al evento. Por parte de Sagalés estuvieron presentes un Hispano Suiza 12/15 de 1909, un Peugeot 129 de 1915, un Hispano Suiza 15/20 de 1925, un Ford AA de 1929, un Renault TN4 de 1934 y un Chevrolet Utility 1 1/2. no todos estos vehículos pertenecieron originalmente a dicha empresa sino que una parte ha sido adquirida para formar parte del futuro museo del autobús que instalará en Caldes de Montbui. Por ello es especialmente meritoria y gratificante, además de ejemplar, la labor que lleva a cabo Sagalés, así como su especial sensibilidad en la recuperación, fomento y difusión de la memoria histórica y del patrimonio de nuestros transportes.
Foto: Francisco Hernández Calvo
Paralelamente, Sarbus expuso su Grahan Brothers de 1928 y Soler i Sauret su Chevrolet Ayats de 1933, piezas también incunables. Todos estos autobuses, llamados en su época ómnibuses automóviles, eran vehículos que por su apariencia recordaban más bien a un coche pero de mayores dimensiones que no propiamente un autobús. Algunos casos fueron camiones reconvertidos, con la típica carrocería cerrada con estructura de madera, asientos transversales, número de pasajeros limitado a las plazas sentadas, acceso único de entrada y salida y baca para equipajes situada en el techo. No pude evitar hacer referencia al centenario del autobús interurbano en Barcelona, cuyo primer servicio se estableció en 1916 entre la capital catalana y Sant Just Desvern. En ese sentido expresé mi deseo que se haga algún tipo de conmemoración al respecto. La importancia que tuvo el autobús interurbano fue, sin dudas, que fue capaz de imponerse como principal medio de transporte al no tener la fuerte competencia del tranvía. Barcelona, tras el fracaso de 1906, tuvo que esperar hasta 1922.
Curiosa fue la participación de la empresa del empresario hotelero francés Mr. Gérard Pelissier con su autobús descapotable Rochet Schneider de 1927 que efectuaba una ruta desde el Hotel de Corps de Grenoble hasta el santuario de Notre-Dame de La Salette. Era un trayecto de 15 kilómetros por carreteras muy estrechas con precipicios y desniveles de hasta 900 metros. A pesar de las pésimas condiciones de circulación jamás se produjeron accidentes o desgracias personales. Quién sabe si la Virgen protegió a los peregrinos.
TMB aportó su material móvil que, además de circular para las ocasiones, formará parte del futuro Museu de la Mobilitat. Sus piezas más atractivas son el Dodge 240E de 1940, el imperial Aclo Regent III de 1948, el Chausson APU 53 de 1955 y el articulado Pegaso 6035A de 1968. El Dodge procede en realidad de Estados Unidos y fue convertido de camión a autobús para transportar a los obreros a la fábrica textil de Cal Font (Igualada).
Tras ser adquirido por TMB, fue repintado y "disfrazado" de autobús de la Compañía General de Autobuses de Barcelona. El Aclo fue resultado de la precariedad económica de la posguerra, hecho que obligó a adquirir numerosos chasis de Inglaterra para la construcción de los clásicos imperiales o de dos pisos, aunque adaptados a la circulación europea. El Chausson, que circuló en URBAS efectuando servicios intermunicipales, representó el primer autobús de aspecto moderno que tuvo Barcelona tras una larga posguerra y un parque móvil anterior a la Guerra Civil de vehículos reformados por falta de material. Y el Pegaso 6035 fue el modelo que marcó toda una época por su calidad y fiabilidad. Su versión en articulado lo convirtió en el primer autobús de gran capacidad para líneas de alta afluencia de pasajeros.
El resto de material aportado por TMB expuesto eran vehículos más modernos: el Pegaso 6038 de 1983, modelo que supuso una renovación del 6035 durante los años ochenta; el Pegaso 6420 de 1989, con carrocería derivada del MAN SD200, fue el primer autobús considerado de nueva tecnología; el MAN SD200 Waggon Union de 1981, adquirido en 2001 para dotar de imperiales descapotables el Bus Turístic; y el MAN NL202 de 1992, el primer piso bajo para servicios urbanos, transformado en 2006 para el Bus Turístic.
TMB tiene todavía pendiente la restauración de vehículos muy interesantes como un Chausson de 1957, un Pegaso Seida de 1961, un Aclo Seida de 1962 y un Pegaso 6035 estándar de 1967 que terminarían de completar esta colección. Quienes somos amantes del transporte esperamos que para los próximos años los podamos ver recuperados y expuestos.
Como he mencionado antes, otro protagonista destacado ha sido Sagalés. Además de sus clásicos “fuera de serie” también aportó material más contemporáneo pero no por ello menos interesante, como el Setra Seida S10 de 1967, un Mercedes Benz O319 de 1968, un Barreiros Saeta AEC de 1969, un Setra S215 de 1984, un Pegaso 5024 de 1985, un Pegaso 5226 de 1992 y un MAN 18420 de 1997. Estos vehículos sirvieron para explicar a modo de resumen la historia del gran dominio de Pegaso en el mercado de autocamiones, y sus rivales Seida y Barreiros que también marcaron una época. Para quienes lo desconozcan, Seida (Sociedad Española de Importación y Distribución de Automóviles) se fundó en 1925 como concesionaria de Chrysler, dedicándose a la construcción de carrocerías a partir de la posguerra. En 1963 llegó a un acuerdo con la alemana Kässbohrer para el carrozado de autocares Setra. Desapareció en 1998. Barreiros, en cambio, fue una industria de producción de motores, camiones, tractores, autobuses y posteriormente automóviles, fundada en 1954 por el industrial Eduardo Barreiros. También se dedicó a la fabricación de furgonetas, carretillas elevadoras y carrocerías para camiones. Desapareció en 1978.
Por parte de la asociación ARCA (Associació per a la recuperació i Conservació d'Autobusos) estuvieron expuestos los autobuses Pegaso 6035A de 1968, Pegaso 5062 de 1976 y el Pegaso 5064 de 1977. El primero, a diferencia del de TMB que está pintado con el llamado "verde Porcioles", éste dispone de los colores rojo con franja crema de la reforma de 1978. El segundo y el tercer autobuses están carrozados por Unicar y Beulas, respectivamente, y constituyen ejemplares únicos.
Otros autobuses expuestos fueron el Pegaso 6042 de 1971 perteneciente al carrocero Beulas, el Pegaso 6038 de 1982 de la empresa TUS de Sabadell, el Pegaso 6420 de Jordi Magrí y los Renault PS160 de 1992 y PR100 de 1993 de Sarbus.
Históricamente interesantes fueron los otros seis autobuses restantes que completarían toda la exposición que se efectuó entre la plaza de Espanya y el Palau Nacional de Montjuïc. El Pegaso 5061 Ayats de 1964 de la empresa J.Roig que efectuaba el trayecto regular entre Barcelona y Castellbisbal dispone de una carrocería elegante y espectacular, con unos acabados de primera calidad. Respecto a este vehículo debe hacerse referencia al acurdo que en 1961 establecieron Pegaso y la inglesa Leyland para fabricar camiones y autobuses del modelo Comet. Éste es un derivado, a la vez un "pura sangre" de la automoción. Otro Pegaso 5061 del año 1966 de la empresa Gamón hizo presencia, y su importancia reside en ser el único superviviente conocido carrozado por la leridana empresa La Industria y la Carrocería. El Pegaso 6030NA perteneciente a Autocorb, que explota la línea regular entre Barcelona y Corbera de Llobregat, dispone de una carrocería Beulas con las novedades adicionales de disponer unos montantes de las ventanas con un regruesado el doble de lo habitual así como dos trampillas de evacuación en la parte delantera. Ello lo convirtieron en un vehículo pionero en sistemas de seguridad y dichas novedades se incorporaron en la normativa de seguridad en transporte de viajeros por carretera.
Foto: Miguel Ángel Cuartero (TMB)
El International S1800 de 1982 tiene el aspecto del clásico School Bus norteamericano, si bien es alemán y sirvió para el transporte de tropas americanas destacadas en Alemania. El Pegaso 6038 de 1985 de José Burgos, perteneció en realidad a SMAUB (Servicio Municipal de Autobuses Urbanos de Burgos) y ha estado repintado para evocar al prototipo numerado con la calca 6000 que circuló en Barcelona en 1978. El Pegaso 6038 de 1986 es de mi amigo Joaquín Canales, y a título personal es motivo de alegría haberlo visto circular y haber viajado en él. Tras un vil acto de vandalismo por parte de unos desaprensivos que lo destrozaron parcialmente, ha sido recuperado y restaurado a cargo de la asociación Parada Solicitada y pertenece a la empresa de alquiler de autocares Bus Plus. Y para terminar hizo presencia el Van Hool A508/144/4 de Transports Ciutat Comtal, que entre 1991 y el 2000 circuló en la ya desaparecida línea llamada Tomb-Bus, entre la plaza de Catalunya y la plaza de Pius XII por paseo de Gràcia y la avenida Diagonal. Este servicio se concibió como una línea de lujo y altas prestaciones a través del eje de negocios y comercial de la ciudad.
Foto: Josué Ferrero
De relleno y para conectar con la actualidad, hicieron presencia los autobuses de última generación como el nuevo Bus Turístic y los vehículos híbridos y eléctricos recién adquiridos por TMB, para dar paso al siglo XXI.
La ruta guiada, que debía durar 45 minutos terminó siendo de 1 hora y media. Posiblemente la pasión, el entusiasmo y la curiosidad engañaron el paso del tiempo. Nadie se cansó. Al contrario, el grupo de 15 personas se marchó muy satisfecho y agradeció mis explicaciones. El día siguiente sería otro gran día, el más importante: la rúa de Barcelona a Caldes de Montbui. El público puede asistir previa inscripción, con la suerte de viajar dentro de uno de los autobuses más antiguos si se es de los primeros en apuntarse. Yo no asistí, aunque sí lo hice en una anterior ocasión, concretamente en la tercera. Para quienes no hayan ido todavía, es una experiencia recomendable para pasarlo bien y disfrutar del día.
Foto: Àgata Costantini Urue
Para el certamen del próximo año es de esperar la presencia de más vehículos restaurados o reconstruidos. No perdamos aún la esperanza de que el Museu de la Mobilitat de Barcelona sea una pronta realidad.
Ui, qué lástima, ni me enteré, muy interesante, a ver si la próxima vez puedo ir a verlos, al menos.
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