Bajo el subsuelo de Barcelona, sin lugar a dudas son las ruinas de la estación de Correos del metro las que despiertan mayor interés de todos los lugares abandonados de la ciudad, especialmente entre los aficionados a los transportes. Entre las estaciones de Jaume I y Barceloneta, en dirección La Pau todavía se puede observar dentro de los trenes los restos de esta estación, que algunos piden su rehabilitación y reconstrucción como sucedió con la estación de Chamberí del metro de Madrid. Actualmente es una propuesta muy difícil y prácticamente inviable de ejecutar en los tiempos de crisis que corren, pero en el futuro quién sabe.
Esta estación, inicialmente no estaba contemplada, pues en 1907 se preveía una línea de metro que conectara el puerto con la parte alta de Barcelona, según el proyecto de los ingenieros Muller y Zaragoza. Sin embargo, en la década de 1920 se replanteó una nueva red metropolitana de cuatro líneas, de las cuales las línea I y II compartirían tramo común entre las estaciones de Lesseps y Aragón, donde se bifurcarían hasta Liceo (línea I) y hasta Correos (línea II). Aunque la idea inicial era hacer llegar el metro hasta la zona portuaria o la estación de Francia, las dificultades técnicas derivadas de su proximidad al mar obligaron a descartar la propuesta y aprovechar la construcción de la nueva estación al final del túnel subterráneo de mampostería bajo la Via Laietana excavado en 1913.
Según explicaba un ingeniero de la Compañía, "Las obras se efectuaron habiéndose aprovechado los túneles que se construyeron antes de la guerra europea. Ha sido preciso ahondar dos metros, de los cuales, uno y medio comprende la capa de agua. Naturalmente, por esta circunstancia, los trabajos tuvieron que realizarse con grandes dificultades, hasta que finalmente se consiguió resolver el conflicto, pudiendo decir que la obra es perfecta. Por otra parte, las vías han sido montadas sobre hormigón, lo que contribuye a dar una mayor suavidad al deslizamiento de las ruedas da los coches. Las traviesas han sido empotradas en el hormigón. Si por cualquier circunstancia se parasen las bombas que diariamente achican mil metros cúbicos de agua que va a parar a las cloacas, pronto el agua de las filtraciones subterráneas llegaría al nivel exacto del andén".
Aunque las obras de construcción nunca se detuvieron, se produjeron numerosos retrasos, y no sería hasta finales del año 1933 que los trabajos del tramo Jaime Iº-Correos de la Línea II del Gran Metropolitano de Barcelona quedarían finalizados. En plena Segunda República, el 20 de febrero de 1934 se procedió a la inauguración oficial. El acto fue presidido por el consejero de Treball y Obres Públiques de la Generalitat de Catalunya Martí Barrera y el alcalde de Barcelona Carles Pi i Sunyer. Otros asistentes fueron el jefe del ceremonial, señor Ribé; el consejo de administración del Gran Metropolitano de Barcelona, con su presidente, el señor Pons i Pía, y el vicepresidente, señor Bassols; el delegado de Trabajo, señor Pou Godorí; el representante de la Segunda división de Ferrocarriles, señor Rodríguez; el gerente de los autobuses Roca, Magí Roca Sangrà; los consejeros de Tranvías de Barcelona y con su director, el señor Veiga; los consejeros de la Compañía General de Autobuses y representantes varios de la prensa local.
La comitiva se congregó a las 12 del mediodía en la estación, donde tras recibir a todas las autoridades invitadas, se efectuó un viaje inaugural en un tren engalanado para recorrer el nuevo tramo hasta la estación de Jaime Iº. En el viaje de vuelta hacia Correos, allí se ofreció un aperitivo a los invitados. La entrada en servicio de este nuevo tramo, de 311 metros de longitud, sirvió para atender una zona muy importante de la ciudad como era el puerto, el barrio de la Barceloneta, la estación de Francia, el parque de la Ciutadella, la sede de Correos y Telégrafos y otros organismos oficiales cercanos. Gracias a esta estación, la red de metro barcelonesa aumentó notablemente el número de pasajeros, siendo de 29.000 viajeros diarios de promedio en 1934 y de 30.000 en 1935.
La estación de Correos se ubicaba bajo la Via Laietana, entre la calle de Àngel Baixeras y la plaza de Antonio López. En términos generales destacó por su extremada sencillez, puesto que se concibió como provisional de cara a ser derribada en el futuro para prolongar el metro hasta la Barceloneta cuando los medios técnicos y presupuestarios lo permitiesen. Su estructura era de doble bóveda porque aprovechaba los túneles construidos bajo la Via Laietana. Debido a su proximidad al mar, constaba de un solo nivel que integraba tanto el vestíbulo como el andén. El vestíbulo era único y estaba situado en el lado sur, cuyo acceso se efectuaba a través de unas escaleras situadas en la plaza de Antonio López, frente al edificio de Correos y Telégrafos.
Constaba de dos partes: la primera, tras bajar las escaleras, una sala donde se hallaba la cabina del jefe de estación; y la segunda, otra sala simétrica donde había tres taquillas. La zona de andenes de la estación constaba de vía única y dos andenes de 60 metros de longitud, siendo el de la izquierda de tan solo 1,84 metros de amplitud y prácticamente nunca usado para pasajeros. Por contra, el de la derecha era el que se usaba habitualmente, cuyo acceso al tren se efectuaba mediante trece arcos de tres metros de luz cada uno abiertos al muro de separación de las dos naves. En dicho andén había cuatro bancos longitudinales de madera para cuatro plazas cada uno y una la cabina para el jefe de estación. La decoración era muy sencilla y funcional, pues las paredes estaban cementadas, sin baldosas, pintadas de gris oscuro de la mitad hacia abajo. El nombre de la estación se indicaba por medio de dos grandes rótulos de piedra pintados de rojo.
Ya en la posguerra, el 12 de enero de 1942 se inauguró el desdoblamiento de la vía en túnel entre Jaime Iº y Correos, si bien la estación continuó sin modificarse. En 1946 se sustituyó la antigua iluminación de lámparas por fluorescentes, convirtiéndose así en la primera instalación pública española en dotar de este moderno sistema. En 1949 se prolongaron los andenes pensando en la llegada de unidades de tren con más coches de pasajeros. En 1956 se alicataron las paredes mediante gres de color gris metro, en el suelo se instalaron baldosas de loseta como las usadas en las aceras de las calles barcelonesas y el techo se pintó de blanco. En las paredes de los andenes se incorporaron placas metálicas de letras blancas con fondo azul oscuro que indicaban el nombre de la estación.
Tras la fusión de las compañías del Gran Metropolitano de Barcelona con el Ferrocarril Metropolitano Transversal que dio lugar a la empresa municipal Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, se aprobó el nuevo Plan de Metros de 1966 en el cual el ramal Aragón-Correos de la Línea III se previó como la nueva Línea IV que se prolongaría hasta Selva de Mar y hasta la plaza de Joanic, hecho que supondría la desaparición de la estación de Correos por excesiva proximidad a la nueva estación de Barceloneta. Así, el 27 de mayo de 1969 se adjudicaron las obras de construcción hasta Joanic, y el 25 de junio de 1970 hasta Selva de Mar.
Finalmente, el 20 de marzo de 1972 se clausuró temporalmente la estación de Jaime Iº y definitivamente la estación de Correos, la cual se usó esporádicamente como cola de maniobras para los trenes. El 4 de abril del mismo año se cerró el tramo de metro hasta Urquinaona y se procedió a iniciar las obras de prolongación, que comportó el derribo completo del andén derecho y del vestíbulo, quedando solo como un recuerdo para la posteridad la pared y el andén izquierdo. El acceso de la plaza de Antonio López se convirtió en un pozo de ventilación. El 15 de marzo de 1976 se abrió el nuevo tramo Jaime Iº-Barceloneta de la Línea IV. Actualmente, los arcos de acceso a los trenes, la pared del andén izquierdo que todavía conserva el rótulo de piedra, los anuncios publicitarios de Fanta, Danone, Joyería El Regulador y Muebles Asturias, incluso unos carteles relativos a las elecciones de regidor de distrito son testigos que nos recuerdan la existencia de esa estación, que para la mayoría pasa desapercibida, salvo para quienes queremos recuperar la memoria histórica local de Barcelona.
Hola Ricard. Enhorabuena como siempre por tu articulo. La estación de Chamberí, a diferencia de Correos, es que estaba entera. Se había clausurado, pero no se había destruido como la nuestra. Tuve la ocasión de visitarla en semana santa y la verdad que el trabajo de reconstrucción ha sido bestial. Han reconstruido los carteles indicativos pintados a mano, las antiguas casetas de control, los pasos de acceso y salida y los carteles publicitarios en los andenes, tintados sobre superficie de azulejos. Un 10 a metro Madrid. Aquí aparte de que no se van a gastar un duro en nada, por que lo han lapidado en otras tonterías que no vienen al cuento, creo que seria imposible reconstruir la estación. Si estoy equivocado por favor convenceme de lo contrario. Un saludo
ResponderEliminarMolt interessant, gràcies per explicar-ho.
ResponderEliminarHola Richy. Gracias por tus comentarios. Efectivamente, la estación de Chamberí de Madrid ha quedado magnífica, pues la visité en el 2009. Lástima que aquí en Barcelona difícilmente se pueda hacer algo similar, pues reconstruir la estación de Correos sería casi inviable por falta de espacio. Tal vez las escaleras de acceso, el vestíbulo y solamente el andén de 1,5 metros de ancho, todo ello demasiado pequeño. Ahora lo que importa es que el futuro Museo del Transporte se haga realidad y abra al público. Un saludo.
ResponderEliminarHola Ferran. Gràcies. Espero poder penjar properament articles similars. Salutacions.
Me encantan las historias sobre las antiguas estaciones de nuestro metro, en especial la de la estación de Correos ya que durante muchos años viví muy cerca de allí y por mi edad nunca llegué a verla. Me ha encantado esta historia y las fotos de la época.
ResponderEliminarEnhorabuena y gracias.
Estaria molt bé que un dia es recuperés l'espai perquè no es perdi el poc que queda. Però fer-ho, evidentment, amb l'estètica d'aleshores i conservant tots els element antics i els anuncis.
ResponderEliminarQuan era petit encara l'havia fet servir amb els meus pares. Ara cada cop que passo intento veure-la però ja no és possible. He entés per l'article que els arc queden a la dreta quan viatges en direcció La Pau, correcte?
ResponderEliminarGràcies per les fotos, d'aquesta estació no en tenia cap ni una
Hoy en La 2, viendo la película "Apartado de correos 1001" ha salido la parada de metro de Correos. Es curioso, pues desconocía su existencia y buscando información he llegado hasta aquí.Me parece muy interesante toda la información, gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por la información. Ahora me toca buscar la película. Seguro que es buenísima pero nunca he oído hablar de ella. no me lo puedo creer.
EliminarCreieu que és possible que es podrà visitar en el futur? tipus turisme...
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