En la fachada marítima del barrio del Taulat (distrito de Sant Martí) existe desde el año 1952 un conjunto de ocho bloques de viviendas conocidos popularmente como "bloques Tupolev", llamados así en su época al causar cierta impresión su altura y por recordar a los famosos aviones rusos. Situados en el paseo de Calvell, entre la calle del Ferrocarril y el pasaje de Aymà, se convirtieron en los primeros rascacielos del frente marítimo barcelonés.
Anteriormente a estos bloques hubo una antigua fábrica de cuerdas y jarcias llamada "La Corderia", regentada por la familia Calvell, una estirpe de empresarios. Tras haber adquirido Jaume Calvell Riera unos terrenos llamados El Canyet en 1831, hizo construir la fábrica que la dirigió su hermano Joan. Tras ellos continuaron el negocio el hijo de Jaume llamado Pau Calvell Julià, el nieto Pau Calvell Martí y el bisnieto Pau Calvell Pàmies. Entre la fábrica y las vías del ferrocarril se abrió una calle que en homenaje fue bautizada como paseo de Calvell, del cual existe constancia de su existencia al menos desde 1891. Muy cerca del conjunto fabril, en el pasaje de Aymà se erigieron para los trabajadores de dicha fábrica un conjunto de viviendas de planta baja y patio que formaron un pequeño núcleo comunitario. Fueron las Casas de la Corderia.
Justo al lado se instaló un almacén de grasas, aceite y productos inflamables que en 1947 se incendió causando una explosión. El siniestro causó numerosos heridos tanto empleados del almacén como habitantes de aquellas humildes casas, una parte de las cuales quedaron totalmente destruidas. Tras habilitar unos barracones temporales, el Instituto Municipal de la Vivienda encargó la edificación de unas casitas provisionales de planta baja que por encargo de la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento de Barcelona fueron construidas en tan solo 38 días, entregándose oficialmente el 31 de enero de 1949. Dieciocho familias afectadas las ocuparon. Denominadas como "viviendas ultraeconómicas", cada una disponía de un recibidor-comedor-cocina, dos dormitorios, cuarto de aseo con ducha, lavadero y patio. Se ubicaron en el paseo de Calvell.
En aquellos años el Instituto Municipal de la Vivienda (creado en 1945 y heredero del Patronato de la Habitación de Barcelona de 1927) proyectó la construcción de varios conjuntos de viviendas sociales destinadas a realojar a los barraquistas e intentar resolver el problema de la vivienda. Estas promociones, todas ellas situadas en zonas periféricas y marginales de la ciudad, se convirtieron pequeños polígonos, como Torre Llobeta, La Verneda, Can Clos, Cerro de la Trindad y El Polvorín.
Uno de estos proyectos del citado organismo fueron los bloques de viviendas de protección oficial previstos a levantar en el paseo de Calvell. Para ello el Ayuntamiento de Barcelona adquirió los terrenos para edificar, un total de 0,80 hectáreas. El proyecto se presupuestó en 6.700.000 pesetas. Según contaba la prensa de la época "en la proyección de estas viviendas se tienen en cuenta las más modernas tendencias urbanísticas, de manera que todas las habitaciones destinadas a dormitorio, e incluso el comedor, darán al exterior y estarán orientadas en forma que recibirán directamente muchas horas de soleación. Se dejará una gran zona de espacio verde, mediante el mayor aprovechamiento del terreno con edificaciones de altura, con lo que las cinco futuras construcciones quedarán enclavadas en un jardín, cerca de un grupo escolar, que allí será levantado más adelante".
El 27 de octubre de 1952 el gobernador civil Felipe Acedo Colunga, el alcalde Antonio María Simarro y otras autoridades, tras inaugurar un grupo de viviendas en la barriada de Nuestra Señora del Port, se trasladaron al paseo de Calvell para observar las obras de construcción de los bloques. Uno de ellos ya estaba terminado y por ello aprovecharon la ocasión para visitarlo. Al cabo de pocos días se hizo entrega de las llaves a los nuevos inquilinos, previo acto de bendición. El resto de bloques fueron finalizados entre finales del citado año y principios del siguiente.
El conjunto, lo formaron ocho bloques aislados de ocho plantas cada uno (planta baja + 7 pisos de altura) con un total de 186 viviendas protegidas, situados en el paseo de Calvell. Cinco de los bloques estaban alineados paralelamente uno al lado del otro entre la calle del Ferrocarril y la rambla del Poblenou (entonces paseo del Triunfo). Los otros tres se ubicaron entre dicho punto y el pasaje de Aymà. Limitan por detrás con la calle del Perelló. Fueron obra del arquitecto Pere Ricart Biot (Barcelona 1911-1992), autor también de las viviendas del polígono de Torre Llobeta, del panteón del vidriero Vicenç Pedret en el cementerio del Masnou, de la reforma del teatro Borrás y del diseño de los cines Aribau, Palacio Balañá y Regio Vistarama Palace, entre otras obras de referencia. A modo de curiosidad, merece la pena citar que además fue un atleta que llegó a ser campeón de España de lanzamiento de disco (1941) y campeón de Cataluña de lanzamiento de peso (1934), de disco (1936, 1940, 1941, 1942, 1945) y de martillo (1941). Batió el récord de España de 4×100 m con una selección universitaria de Barcelona (1934), cinco veces el récord catalán de peso (1936) y seis veces el de disco (1941). Posteriormente llegó a director de la Federación Catalana de Atletismo entre 1947 y 1949.
Los ochos bloques eran prácticamente idénticos. Cada uno de ellos era de estilo funcionalista, sin decoración alguna en la fachada, sin locales comerciales, con una estructura arquitectónica en forma de "T". Se diseñaron simétricos, con tres cuerpos: el central, donde se hallaba la escalera con ascensor y los pisos primeros de cada planta; y los dos laterales correspondientes a los pisos segundos y terceros de cada planta. La presencia de numerosas ventanas y balcones-terrazas garantizaba un buen sistema de ventilación.
Los pisos se construyeron de pequeñas dimensiones, de 60 y 70 metros cuadrados de superficie que incluían dos o tres dormitorios, comedor con salida al balcón, cocina y aseo con ducha. En algunos casos los áticos se ampliaron cubriendo los balcones-terrazas a iniciativa vecinal.
Los alquileres de entonces eran caros para la época. Valían entre 80.000 y 90.000 pesetas a pagar mensualmente durante 20 años, alrededor de 370 pesetas al mes. Por ese motivo, los damnificados de las Casas de la Corderia que vivían provisionalmente en las llamadas "viviendas ultraeconómicas" no pudieron hacerse cargo de los nuevos pisos. Por ello, los ocho bloques fueron habitados principalmente por antiguos barraquistas y por familias de militares.
A finales de 1954 se hicieron obras de urbanización del paseo de Calvell por un valor de casi 740.000 pesetas.
Las condiciones de vida en un principio fueron malas. Todo y situarse en primera línea de costa, la situación no era precisamente idílica. No había zonas verdes y los espacios entre bloques estaban sin urbanizar, a pesar de que en la cuota de amortización iba incluida una parte proporcional para el pago de estos hipotéticos espacios verdes que no llegaron. Además, el paso de los trenes de la línea de la costa ocasionaba a menudo temblores.
No fue con motivo de la celebración en 1992 de los Juegos Olímpicos en Barcelona que el lugar se dignificó. La supresión del ferrocarril de la costa hasta Sant Adrià de Besòs, la construcción del Parc del Poblenou, la recuperación de las playas, la erradicación del barrquismo, el derribo de las fábricas y la urbanización de los entornos contribuyeron a mejorar notablemente la calidad de vida de los residentes de los bloques. Años después la dignificación se completó con la construcción del paseo de Garcia Faria, la urbanización de la fachada marítima hasta Diagonal Mar, la rehabilitación de parte del casco histórico del Poblenou, la apertura de la calle de Bilbao y de la rambla del Poblenou hasta el mar y la construcción de nuevas viviendas. En estos últimos años, los bloques también se han sometido a rehabilitaciones y a mejoras de eficiencia energética.
No obstante, la regeneración urbana también ha tenido un precio muy elevado como es el fenómeno de la gentrificación, es decir, la expulsión de los vecinos del barrio y su sustitución por nuevos residentes de clase social más elevada y turistas de alto poder adquisitivo. Por ello y ante la situación actual recientemente el colectivo Arquitectes de Capçalera de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), especializado en hallar problemas arquitectónicos y aportar soluciones, ha llevado a cabo un proyecto con la colaboración de los habitantes de los bloques Tupolev. Entre otras cosas, han aconsejado que sus vecinos tomen conciencia y se organicen en una comunidad para defenderse de la gentrificación del barrio y de la presión especulativa. En la actualidad, algunas viviendas de esos bloques se venden a 300.000 euros, y el metro cuadrado está valorado en 4.500 euros, motivo por el que algunos vecinos han decidido venderse el piso y marchar. En cuanto a la presión turística, en algunos casos se alquilan viviendas a 200 euros diarios. El futuro se debate entre el mantenimiento o no de sus vecinos, la única gente humilde de toda la ciudad que puede permitirse el "lujo" de vivir frente al mar.
Fotos: Arxiu Històric del Poblenou, Blog Barcelona Singular. Blog Tot Barcelona.
Ostres! Es pot fer una casa en 38 dies?
ResponderEliminar